Capítulo 28
Los días fueron pasando poco a poco. Ese momento que habían compartido Edén y Kain los había separado algo más. No entendía por qué el muchacho había comenzado a decirle todas esas cosas tildando su actitud de infantil. Parecía que se había reído de ella o más bien de que se encontrase mal por una situación que la había desmoronado anímicamente.
—¿Todo bien? —preguntó Derek mientras se sentaba a su lado.
Edén le miró sorprendida —¿Qué te ha pasado estos días?
—Disculpa, han sido unos días complicados, perdón por no avisarte. Prometo que te compensaré —afirmó.
—No hace falta —respondió con una sonrisa.
—Sí, sí que hace falta —agarró su barbilla con su mano y le dio un suave beso en los labios—. Me gusta esto.
—¿El qué? ¿Besarme? —preguntó Edén con una sonrisa.
El muchacho negó con la cabeza mientras observaba a su alrededor.
—No, bueno, también, pero me refería a estar juntos.
Tras oír las palabras del chico, Edén se acercó a sus labios y le dio un beso que duró unos segundos más que los anteriores. Él lograba hacerla olvidar todo, le hacía sentir que estar con él era la mejor decisión que podría haber tomado.
—A mí también. —afirmó.
Edén observó detenidamente los ojos color miel del rubio mientras se planteaba una duda que le carcomía.
—¿Estás bien? —preguntó el chico viendo como la rubia se había quedado estática observándole.
—¿Qué crees que pasaría con lo nuestro si llego a ser nocturna? —preguntó realmente afectada.
El chico le restó importancia a la pregunta mientras hacía gestos con la mano.
—Estoy seguro de que serás diurna. —sonrió levemente esperando que la chica dejase de preguntar, porque ni siquiera él tenía una respuesta.
—Ya, una suposición no me vale ¿puedes ponerte en la situación de que yo llegue a ser nocturna? —insistió.
—No lo sé Edén, cuando llegue el momento lo decidiremos, ni siquiera sé cómo hacen las pruebas a los humanos —hizo una pausa—. Solo ten fe.
—¿Sabes que lo que acabas de decir suena como si fuese una rata de laboratorio a la que deben examinar?
Derek sonrió ampliamente mientras observaba a la muchacha.
—Yo puedo examinarte si quieres —dijo acercándose a su oreja y dándole un suave mordisco.
Edén negó con la cabeza mientras sonreía.
—¿Nos vamos a clase? —preguntó ella levantándose de la mesa con la bandeja en la mano.
El muchacho imitó su gesto y ambos dejaron los platos en el reposa bandejas, salieron de la cafetería para continuar con la clase que compartían.
—Voy al baño, espérame allí —requirió el muchacho.
Edén simplemente asintió y se dirigió a su clase. Al entrar, un brazo la detuvo
—¿Quedamos más tarde para hablar? —la preguntó Kain mientras la sujetaba de la mano.
—No me apetece hoy —concluyó la chica caminando hacia su asiento, dejándole ahí con las palabras en la boca.
Segundos después, Derek apareció a su lado. La clase prosiguió su curso mientras Edén intentaba prestar atención, cosa que le costaba puesto que no era un tema que le agradase demasiado. Una vez hubo acabado, sintió que su cabeza finalmente descansaba.
Derek se despidió de ella antes de ir a la siguiente clase, que también compartían. Cuando llegó a su siguiente clase, se sentó donde siempre y esperó que la profesora Vasilinski llegara para dar sus clases. Las cuales, de todas las que tenía, eran sus favoritas. Ya habían avanzado bastante y eso le gustaba, puesto que ya estaba deseando saber cómo viajar en el tiempo intencionadamente.
—Tomad asiento —sentenció la profesora mientras entraba por la puerta.
Todo el mundo que estaba de pie fue tomando asiento, Derek tardó unos minutos más en llegar. Con mucha suerte, la profesora le dejó pasar, pero le instó en que no volviera a repetirse.
—La clase de hoy será un intento de clase práctica. Necesito un voluntario —comenzó a decir la profesora mientras varios brazos se alzaban tras su requerimiento—. Dominic.
Un chico rubio se levantó de su asiento y se dirigió hacia la profesora.
—Bien, vas a viajar un minuto hacia el futuro y quiero que te coloques justo en la puerta cuando lo hagas. —hizo una pausa antes de continuar—. Quiero que pongas en práctica todo lo que hemos aprendido en clase. Recuerda pensar el momento exacto al que quieres viajar, después concéntrate y todo saldrá bien —la profesora le tocó el brazo para transmitirle tranquilidad—. Cuando estés listo.
El chico asintió y respiró varias veces antes de comenzar a poner en práctica todo lo que la mujer les había enseñado. Si mal no recordaba, lo principal era pensar y visualizar el lugar hacia donde querías ir. Más tarde todo comenzaría a desvanecerse. La parte más peligrosa era cuando había que cruzar hacia el lugar donde habían deseado viajar, si no se hacía bien, podrían quedarse atrapados allí o podría no pasar absolutamente nada.
Edén, cuando había viajado en el tiempo para ver la escena con su madre, no había tenido que cruzar ningún umbral, y eso la mantenía dudosa porque no sabía si ella lo hacía mal o si no a todos les pasaba.
De pronto, y ante los ojos de todo el mundo, el chico desapareció, para aparecer, un minuto más tarde, en el umbral de la puerta. Una horda de aplausos comenzó a sonar cuando el chico volvió a aparecer.
—Tranquilo —La profesora se acercó y le acarició dulcemente la espalda, pues estaba jadeando—. Puedes sentarte —El chico asintió y lentamente se dirigió a su asiento—. Es normal que la primera vez que viajes en el tiempo estés cansado, vuestro cuerpo no está acostumbrado a ello y requiere mucha fuerza. ¿Alguno más quiere probar?
Casi todo el mundo menos Derek y alguna persona más, levantó la mano, Edén estaba deseando ser la elegida para probarlo por primera vez de forma segura.
—Edén —determinó la profesora mirándola.
Ella, entusiasmada, comenzó a levantarse del asiento antes de que Derek la frenase.
—Creo que no deberías —susurró intentado que nadie más percibiese sus palabras.
Edén hizo caso omiso y se dirigió hacia el centro de la clase. No entendía por qué Derek le había dicho eso, pero quería intentarlo. Estaba allí por eso y no iba a desperdiciar la oportunidad.
—Concéntrate mucho, para una humana es mucho más difícil —habló la profesora mientras la agarraba por los hombros—. Quiero que hagas lo mismo que ha hecho tu compañero antes.
Ella asintió y tomó aire antes de expulsarlo lentamente por la boca. Cerró los ojos y pensó en la clase. La visualizó en su mente, visualizó la puerta, pero nada sucedía, pasaron algunos minutos y nada ocurría a su alrededor. Como ya había dicho la profesora, era más complicado para un humano así que no quiso rendirse antes de tiempo. Ella ya lo había hecho antes y no sabía por qué ahora estaba tardando tanto. Quizá por eso Derek le había dicho que no debería salir allí, porque sabía que no lo lograría y que haría el ridículo frente a todos. De pronto pensar en lo estúpida que se sentiría si todo el mundo veía que ella no sería capaz, recordó el momento en el que Kain la había dicho todo aquello cuando se había sentido así. Fue un segundo lo que pasó por su cabeza, pero bastó para sentirse mareada. Cuando se dio por vencida y comenzó a abrir los ojos, observó como la habitación parecía moverse.
De pronto, se encontró en el campo de baloncesto mientras unas personas estaban jugando. Su imaginación y memoria le habían jugado una mala pasada y había viajado localmente y no temporalmente. De pronto oyó una pequeña discusión en el campo, y antes de marcharse hacia su clase, intentó oír lo que decían. Es cierto que no debería estar allí y que probablemente su profesora ahora estaría preocupada, pero siempre había sido curiosa y este momento quería observarlo, porque realmente parecía interesante.
—Podrías haberte disculpado, le has dado en toda la cara y a nadie le ha importado una mierda —oyó gritar a un chico mientras se enfrentaba con otro.
—¿De qué vas? ¡Que me importa? ¡Que no hubiese estado en todo el medio!
Edén se intentó acercar más a la escena, pero no quería que ningún profesor la viese allí espiando.
—Se supone que es un juego en equipo, gilipollas —El muchacho empujó al chico y este se tambaleó, pero no se cayó. Un círculo de gente se fue formando entre ambos, pero rápidamente una profesora los separó y los obligó a comportarse.
El muchacho, que parecía haber originado todo, cogió su chaqueta del suelo y se dirigió hacia la dirección donde ella se encontraba. Lo que observó rápidamente fue a Kain realmente enfadado. Rápidamente se escondió para que no la viese. Cuando hubo pasado cerca, le siguió con la mirada. Lo que vio a continuación la sorprendió.
Había viajado al pasado.
Ella misma se encontraba dada la vuelta en dirección hacia la fuente mientras Kain la sorprendía por detrás.
Observó como ambos mantenían una pequeña discusión. Ver la escena desde fuera era algo perturbador. No quiso seguir mirando e intentó concentrarse en la clase de Auba Vasilinski. Recordó las palabras de Derek instándola a que no lo hiciera, también de la profesora diciendo que podía lograrlo, y de un momento a otro se encontró en la misma posición en la que había estado.
—Casi lo logras, he visto como tu cuerpo desaparecía y volvía a aparecer en segundos —con práctica lograrás hacerlo durante más tiempo, estoy segura, ¿estás bien? —la preguntó esperando que la muchacha se encontrase debilitada.
Auba no sabía que ella había viajado al pasado durante tanto tiempo, de hecho, creía que solo lo había hecho durante diez segundos en el tiempo. Edén fingió estar algo cansada y se fue a su sitio, mientras observaba a Derek, el cual le miraba fríamente.
La profesora continuó sacando a sus alumnos para que intentasen hacer lo mismo, mientras, Edén no dejaba de pensar en lo que Derek le había dicho y en la escena que había observado anteriormente de Kain. No entendía por qué había dado la cara por ella en el partido para después acabar metiéndose con lo que él creía que era una estupidez y algo infantil por su parte.
—¿Por qué has dicho que no debería salir a hacerlo? —preguntó la rubia susurrando.
—Lo siento. —Derek respondió mirándola fijamente.
No sabía por qué, pero Derek parecía diferente y quería preguntarle, pero sabía que no respondería o se haría el loco, así que dejó que sus pensamientos se evaporasen y siguió observando la clase.
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