Capítulo 21
A Edén le había costado pegar ojo en toda la noche, ahora dos personas ya sabían cuál era su verdadera naturaleza y no sabía muy bien qué hacer o qué decir porque comenzaba a desconfiar de todo el mundo ¿cómo era posible que Dante lo supiese? Quizá era bisiesto, pero se lo había ocultado, o quizá incluso fuese una trampa para ponerla entre las cuerdas. A Dante no le había desmentido que era bisiesta, pero tampoco se lo había confirmado. Ahora mismo Edén no sabía que pensar ni en quien confiar, por el momento dejaría de pensar y se iría a comer algo antes de quedar con Derek, al menos esperaba que este no le dijese también que conocía su auténtica naturaleza. Por un momento quiso ser normal y recordó el momento en el que su padre exaltado se había empecinado en traerla aquí.
Lo echaba tano de menos... Los echaba tanto de menos...
Sus padres habían sido sus mejores amigos, siempre habían estado ahí para ella y ahora ninguno podía estar. Al menos le calmaba que probablemente le vería muy pronto, pero deseaba que estuviese aquí con ella.
De pronto el sonido de su móvil detuvo sus pensamientos.
"¿Nos vemos después de comer?" —había escrito Derek.
Se secó las lágrimas que habían caído por su mejilla y sonrió esperando que los malos pensamientos se fuesen de su cabeza.
"Claro"
Contestó mientras se vestía para bajar a tomar algo. Esperaba que Derek la distrajese de todo lo que estaba entrando en su vida últimamente.
Cuando bajó a la cafetería y vio casi todas las mesas llenas, recordó el primer momento en el que había llegado allí y había salido huyendo. Había pasado tan poco tiempo, pero todo había cambiado tan de repente...
—Te acompaño, bicho raro —dijo Derek mientras se sentaba en frente de ella.
—Hacía mucho que no me llamabas así —contestó Edén sonriendo.
—¿Acaso te gusta? —hizo una pausa—. Podría llamártelo más a menudo si me pides que lo haga. —enarcó una ceja.
Edén simplemente sonrió ante el comentario del chico, no recordaba lo bien que se sentía estar a su lado.
—¿Tienes pensado algo para hoy? —preguntó Edén.
Derek negó con la cabeza. —¡À l'aventure! —sonrió.
Estuvieron un momento callados hasta que Derek rompió aquel silencio.
—¿Quieres que quedemos fuera cuando termines de comer? Tengo que hacer una pequeña cosa antes.
Edén simplemente asintió mientras lo veía marcharse. Al fijarse en él, en unas mesas reconoció un rostro familiar.
Kain estaba sentado en la misma mesa de siempre con sus amigos. Este ni siquiera levantó la vista para verla. No sabía muy bien por qué, pero le dolía que se hubiese molestado tanto por un simple comentario. Quizá le había dolido de verdad, pero ella no era adivina, y mucho menos le conocía tan bien como para saber qué le molestaba y qué no, lo que sí sabía es que no se disculparía por algo que realmente pensaba.
Cuando Edén terminó de comer, se dirigió al lugar donde había quedado con Derek, no sin antes echar un vistazo a la mesa de Kain para descubrir que él también la estaba mirando. Una vez salió de la cafetería un calor interior la invadió. La mirada fija que había mantenido con Kain la había puesto nerviosa y no sabía muy bien por qué.
—Bicho raro —susurró Derek en su oído, cosa que hizo que el vello de su cuello se erizase. Últimamente estaba más acelerada de lo normal con tantos chicos guapos rondando por su vida.
—Me has asustado —dijo Edén tocándose la zona del cuello.
—No ha dado esa sensación —dijo sonriendo, observando que la chica ni siquiera había pegado un brinco.
Edén solo sonrió ante la incomodidad del momento.
—Sígueme —Derek comenzó a caminar hacia la residencia de los chicos.
Estuvieron un rato en silencio mientras Edén no dejaba de observar cada facción y movimiento del chico.
—Creo que este es el lugar más bonito de la escuela. —El chico se paró en seco ante una fuente rodeada de bancos de piedra. Había mucha gente sentada en los bancos, otros tantos paseaban por su alrededor y otros estaban sentados en el césped.
La verdad es que era un lugar bastante bonito.
—Aunque nada es más bonito que tú —soltó de repente como si fuese lo más normal del mundo
—¿Acaso intentas ligar conmigo? —dijo de broma Edén.
—¿Tengo alguna posibilidad? —respondió Derek mirándola mientras sonreía.
Edén le miró y sólo pudo esbozar una sonrisa mientras apartaba la mirada. Ese chico cada vez le gustaba más.
Derek se la quedó mirando mientras pensaba en lo hermosa que estaba bajo la luz del sol.
—¿Quieres que nos sentemos? —preguntó Edén sacando de su ensoñación al muchacho.
—Pensaba buscar un sitio más íntimo, pero si lo prefieres podemos sentarnos allí. —dijo señalando una zona del césped.
—Pensé que nos quedaríamos aquí, pero si tienes otra opción mejor... —sugirió ella con voz suave.
—Mientras esté contigo, me da igual el lugar. —afirmó el muchacho mientras la miraba fijamente.
—Al final voy a creerme que intentas ligar conmigo —dijo mientras le miraba a sus preciosos ojos color miel.
—O quizá solo intento ser amable. —El muchacho sonrió mientras a Edén le caía un balde de agua fría interiormente.
—De cualquier modo, muchas gracias. —dijo sonriente.
Todo lo decía sonriente, incluso hasta la boca le dolía, de pronto dejó de escuchar al muchacho y se fijó en aquel lugar, cada vez lo veía más hermoso.
La fuente era el eje principal de la pequeña plaza, la cual era en cascada y tenía algunas flores en la parte inferior. Los bancos eran de piedra blanca mientras que el suelo era de piedra por la que entre medias asomaba algo de césped verde, el cual rodeaba todo el lugar con pequeños arbustos y setos.
—Sabía que te gustaría —afirmó el muchacho tras ver como Edén miraba ese lugar.
Esta solo pudo sonreír. —Es una pena que esté lleno de gente.
—Casi todos los mejores lugares de esta escuela están plagados de gente.
Tras oír el comentario del muchacho, Edén recordó el lugar al que le había llevado Dante, el cual le había parecido fascinante, aunque realmente nadie podría conocerlo.
—Te iba a llevar a un lugar donde se puede observar el mundo humano. —soltó de pronto el muchacho.
Edén abrió los ojos como platos. —¿Cómo dices?
—Acompáñame. —La tomó de la mano y la guio por el lugar. El simple roce de sus manos, la electrificaba todo el cuerpo, aunque era normal, era una chica que se sentía atraída enseguida por las personas del sexo opuesto, y cuanto más tiempo pasaba con un chico que le cayese muy bien, más le gustaba.
Derek siguió caminando, girando y dando vueltas por todo el campus, pero de pronto sus pies se pararon en seco.
—Ahora tienes que seguirme y no debes llamar la atención —susurró mientras entraba al edificio principal.
Edén no se atrevió a articular palabra ¿acaso se había juntado con todos los chicos que le iban a llevar a lugares prohibidos?
Derek se paró frente a una puerta e intentó disimular mientras miraba por todos sitios esperando que nadie los viese, luego sacó una llave de su bolsillo y la introdujo en la cerradura mientras la abría lentamente y cruzaba por ella. Tras ver que Edén se había quedado estática, este la agarró por el brazo y la introdujo dentro de la habitación.
—Si miras por la ventana podrás ver el mundo humano. —Derek señaló el gran ventanal que se encontraba frente a ellos—. Procura no hacer ruido, está prohibido entrar aquí.
Edén apenas escuchaba al muchacho, se había quedado perpleja tras ver los grandes edificios y los coches circulando por las carreteras. Personas caminaban tranquilamente sin mirarlos.
—¿Ellos pueden vernos?
Derek negó con la cabeza y fue en ese momento cuando recordó que estos internados estaban fuera del alcance del ojo humano.
No dejó de observar el lugar y cada vez más se iba acercando al ventanal. No era fan de la ciudad, porque en comparación, el internado era muchísimo más bonito, lo que le gustaba de aquello era recordar su vida de antes. Recordar cómo iba cada mañana a la escuela para sacar el curso, como cada mañana su amiga Laura se metía con que no le gustaba su pelo recogido y que debería de soltárselo más a menudo, además de pensar en el chico que le gustaba por aquel entonces. Las imágenes de sus padres rondaron por su cabeza y una mano se apoyó en la cristalera. Los echaba tanto de menos...
Derek siguió con la mirada cada movimiento que la chica hacía, el verla así le gustaba, pues sabía que había hecho bien en correr el riesgo, aunque tenía miedo de que, si pasaban demasiado tiempo allí, finalmente les acabasen descubriendo, pero verla tan emocionada merecía todo el riesgo que estaban tomando, y con mucha suerte podrían salir por la otra puerta de la habitación.
A Edén se le cayó una lagrima mientras recordaba a su madre. Había perdido lo que más quería en el mundo, había perdido a su madre, su amiga, su mejor confidente, lo había perdido todo y aun no sabía por qué seguía con ganas de vivir, el saber que nunca más podría estar junto a ella, la separaba del mundo terrenal por momentos, deseaba tanto estar junto a ella que su corazón se rompía poco a poco recordando que jamás volvería a verla.
De pronto, un ruido que provenía de fuera sobresaltó al muchacho. Edén, por su parte, estaba tan enfrascada en sus pensamientos que ni siquiera logró oír el ruido de las llaves atravesando la cerradura.
Derek rápidamente cogió la mano de la chica y abrió la otra puerta para salir corriendo de allí. Los dos comenzaron a correr como locos cuando se dieron cuenta de que una mujer les estaba siguiendo, gritando detrás de ellos que se detuviesen, pero ninguno se detuvo y siguieron corriendo.
En un momento y cuando Derek creyó haber perdido a la mujer de vista se escondió en una esquina y atrajo a Edén para sí tapándole la boca. Los cuerpos, agitados por el ejercicio, no dejaban de moverse. Sus miradas se juntaron y poco a poco la mano de Derek fue desapareciendo de la boca de Edén. Sus cuerpos estaban demasiado cerca y la tensión sexual podría cortarse con unas tijeras. Se quedaron allí durante unos segundos sin percibir el entorno, pero de pronto una voz los detuvo en seco.
NOTA DE AUTORA
He estado de vacaciones estos días, por eso no subí capítulo, por lo que hoy subiré dos.
¿Qué os ha parecido este capítulo? ¿Shippeais a Edén con algun personaje?
Un besito ♥
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