Capítulo 29. Cambio de Rumbo
Sentado frente a la habitación de Vega, condenado mantener distancia, en lo que esperamos la llegada de alguna noticia.
Escucho el tintineo qué se esparce en el aire cuando Mirena aparece. Así lado Mboira también lo hace. Ambas quedan delante de mí. La seriedad de sus rostros me deja inquieto, y mi cerebro no soporta el segundo de silencio.
-¿y?- Pregunto
Mirena esboza una sonrisa. Y mi corazón se agita.
Abro la puerta de la habitación de Vega, lo primero que mus ojos ven es a la chica sentada mirando a través de la ventana, se la ve ojerosa, despeinada, con los rastros de mil lagrimas recorridas en su rostro.
-Están aquí... -logro decir cuando el tumulto empieza a hacerse claro.
Ella se pone de pie de inmediato, corre hacia mi, pero me aparta para salir de la habitación en dirección a la sala común.
Sin dudar la sigo, y todo el ruido hace que el resto de los refugiados salgan de sus habitaciones, la casa se vuelve un lugar invadido por voces curiosas que intentan entender que está ocurriendo tan temprano.
Aparto a Aline y Florencia quienes estaban tapando mi camino y cuando mis ojos dan con escena, mi pecho se encoge, mi mente se vuelve un pequeño cuarto de 1x1 y me invaden las ganas de llorar, pero termino por ponerme firme y apreciar la escena, al menos por unos segundos.
Vega en los brazos de su padre, sus hermanos abrazándolos y el llanto de agradecimiento de estar vivos. Se dicen muchas cosas en ese encuentro. Algunas las distingo y me clavan justo en la ausencia de los míos, pero el resto dejo de oír al ver que Juanjo y Gustavo traen a Josefina colgando de ellos, con una pierna arrastrada y múltiples heridas.
De inmediato corro hacia mi prima. Al igual que Hisa e Irama. Esta última da la indicación de que la acuesten en el sofá.
Levanto la vista para ver que Gerardo y Yara también están muy heridos.
Gerado tiene un corte que se da justo en el medio de su labio inferior y Yara tiene el brazo ensangrentado.
Thalia y Cariem corren hasta ellos para ayudarlos.
Ya todo comienza a volverse confuso en mi cabeza, así que decido tomar aire profundo y enfocarme en una sola cosa o me va a dar una crisis en cualquier momento.
Centro mi atención en Josefina quien está intentando mantener la calma, pero se nota que la herida es importante e insoportable.
-Reporte -digo a Gustavo.
En lo que observo a Irama asistida por Hisa quienes comienzan a ayudar a mi prima.
Orkias y papá parecen dividirse mientras entre la felicidad y el desespero de lo que ocurre a su alrededor.
-Sabrina es más fuerte y peligrosa de lo que estábamos contando. -explica Gus -. No sé como, pero prácticamente manipula los elementos de los bosques... todos.
-Los dioses nos abandonaron -Juanjo habla conmocionado y sin dejar de ver a Josefina -. Los 7 no son suficientes, cuando el consejo entero de dioses no deja en la bandeja de espera.
Juanjo me ofrece una mirada desesperada y enfadada.
-Lo peor es que -Gustavo agrega-. Se están polarizando, son demasiados enemigos. ¿A quienes atacamos? De quienes nos defendemos? ¿Con quien nos aliamos? ¡Cómo odio a Franco! Hijo de puta, espero que arda en el brazo más caliente del añakua.
Respiro, analizo el escenario y busco centrarme en un solo pensamiento. Iracema no es el único problema ahora, y eso me genera angustia.
-No tengo idea de qué camino tomar -logro decir.
-A estas alturas, no creo que nadie lo tenga Luriel -dice Juanjo algo frustrado.
>>Afuera es un caos. Y nosotros, los poderosos, -ríe con un tono cansino -. Los que nos creímos poderosos, estamos al final de la lista. Los enemigos están creciendo segundo a segundo y ellos si tienen manera de acrecentar sus poderes.
>>Estamos estancados en un charco Luriel. Y lo peor, es que estamos en sequía, a este ritmo nos van a exterminar.
Las pabras resuenan en mi cabeza. No puedo creerlo, pero lo que dice Juanjo es cierto, ahora solos los Rebeldes, perseguidos, cazados, de abejas pasamos a ser moscas... o eso es lo que ellos desean que nos convertamos.
-Bien... -digo al ver como ayudan a llevar a Josefina a su cuarto-. Descansen -Ordeno-. Han hecho un gran trabajo. Ahora nos queda ver que haremos y como sobreviviremos. Esta misión no solo fue para recatar a la familia de Vega, también nos trae un nuevo panorama.
>>El punto es que, creo que vamos a tener que tomar una decisión, sobre qué haremos los próximos meses.
Juanjo y Gustavo me miran con preocupación, y con algo de intriga.
-Vamos a respirar, un segundo, ya por la tarde convocaré una reunión.
-Voy a ir junto a Jose -dice Gustavo, cuando Hisa viene en nuestra dirección y lo detiene.
-Ella está descansando, Irama no quiere que la molesten. Rodrigo va a vigilar la entrada de su habitación... ustedes -Señala a Gus y a Juanjo -Pasen por enfermería. Y tú -me habla-. Irama quiere hablar contigo ahora.
Con mi persona menos favorita. Pongo los ojos en blanco, respiro hondo y miro a mi Hermano.
-¿Dónde está? -pregunto.
-En la biblioteca de la casa.
Muevo mis hombros de arriba hacia abajo, me despejo y voy.
Mirena aparece detrás de mi y me sigue.
-Luriel, se qué estas pensando.
-No, no lo sabes -digo.
-¡Por el añakua! Apuesto mi alma al que lo sé, y mira que si lo digo en voz alta aparece el mismo Aña a llevarme.
La miro y le sonrío.
-Sí, escucho... qué pienso?
-Te quieres escapar de la fortaleza, ir por tu camino, solo, y enfrentar a los mismos dioses.
-Eso no es cierto... -Mirena cambia su mirada a una que me acusa de cinismo-. Del todo... te falta la parte en donde decido no contarle a nadie mi plan.
-Te conozco tan bien, la puta madre. Eres el calco de tu padre y fotocopia de mi hermano.
-La sangre y las enseñanzas son poderosas. Tanto que atraviesan el alma.
-No te dejaría hacerlo... -los dos nos miramos -. Sin mi.
-Lo sé...
Llego a la puerta de la biblioteca. Y la abro cuando veo a Irama tomar algunos libros y bajarlos sobre el escritorio. No me presta atención. Solo vuelve a mirar hacia los libros y comienza a buscar.
-Me llamaste para organizar los libros de la familia Ariku? Aquí ya tienes a la responsable, deberías hacerla trabajar a ella y no a mi.
-Me sorprende que tu cerebro -dice sacando un libro del tamaño camioneta de una sección de la biblioteca y lo arroja a duras penas sobre el escritorio-. Tenga la capacidad de bromear en una situación en la que claramente estás nublado y al borde de un colapso.
-Entre mis múltiples super poderes, ese es mi favorito. Ah, mentira, también está el de hacer chistes sobre mis traumas, creo que ese es el número uno.
-Luriel, eres un hijo de puta, lo sabes -dice y comienza a hojear el libro-. Y así como lo eres, también se que para ti la impulsividad es tu pan de cada día.
>>¿Para cuando lo estas planeando?
Mirena ríe por el comentario de Irama, y a mi me frustra que ellas me lean con tanta facilidad.
-¿El qué? -pregunto.
-Conmigo no finjas, ya nos dejamos en claro que no nos agradamos y que tu me odias.
-Aún no lo sé, debería dejar algunas cosas en marcha por aquí antes de irme.
-Bien, prolonga eso y añade 2 semanas, a partir de hoy, serás mi aprendiz.
-Ni muerto! -digo -. A parte ustedes no enseñan solo a mujeres?
-Siéntete privilegiado, niño malcriado. Y no es un pedido, es un requisito. ¿Quieres irte? -afirmo-. Entonces obedece. -sigue horneando hasta que se detiene en una página -. VOILÁ -Festeja-. Mirena, ¿de qué rama de Arikú descienden ustedes?.
-Linaje directo. -responde
-Excelente... -Irama me señala -. Mira niño, aquí tengo la clave, y lo principal que debes saber... dime, estas o no dispuesto.
-¡Bien! Hagamos esto a tu manera, pero en 2 semanas, me voy.
-Hecho... ahora, ven que debes saber esto antes de iniciar, esto, te va a dar perspectiva y te ayudará con tu cambio de rumbo.
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