Capítulo 4
¿QUÉ ES UNA MADRE SIN SU DRAMA?
-------------------------------------------------------------
-Buenos días querida Caroline.
-Esther, cuanto tiempo sin vernos. ¿A qué se debe tu intrusión en mis sueños?
-No podía hablar contigo si no me metía en tus sueños, siento importunarte, pero, preciso saber quien tiene mi grimorio.
-Lo siento, pero no puedo darte esa información. ¿Algo más?
-Mi grimorio, querida, ¿quién lo tiene?
-Esther, no te lo voy a decir. Ni podrás leerlo en mi mente. Recuerda que yo también soy poderosa y que me protege gente aún más poderosa.
-Lo imaginaba, quería dialogar por las buenas, al final y al cabo, eres más compresiva que mis hijos.
-Ja, que yo sepa te va muy bien con uno, Finn, es tu favorito, ¿verdad?
-Nunca he tenido preferencias, Finn es leal, a mí y a mí causa.
-¿Qué causa? Estaría encantada de que comentaras alguno de tus planes conmigo.
-Claro, a cambio de mi grimorio.
-Oh, me parece un precio algo alto, ¿no crees?
-Bien, una página en concreto y yo te cuento lo que necesitas saber.
-He de hablarlo con la familia, adiós, a no ser claro que volvamos a verbos hoy.
-Hasta pronto querida, que tengas un buen día.
Me despierto, estoy sudando, maldita primavera, no, en verdad me gusta la estación, hay flores, los colores rosas vuelven... me voy por las ramas, los sueños que albergan dos personas me hacen sudar, por el esfuerzo de mantener dos mentes en un lugar.
Puff, mejor me ducho y me arreglo. Tenía cosas que hacer.
Tengo que elegir mi ropa, aunque haga buen tiempo, a veces vienen ráfagas de aire muy frio. Si, se que soy un vampiro, pero eso no me impide ser normal y coger una chaqueta. Mejor dicho una americana rosa palo, una camisa sin mangas blanca, unos pantalones ajustados negros, y unos botines también rosas con el tacón en negro. Casi perfecta, hace falta un collar, uno dorado, y los anillos. Ahora el pelo y el maquillaje. Me lo recojo en un improvisado moño, como siempre, para empezar con el maquillaje. Algo muy sencillo y clarito, obviamente con barra de labios rosa, un rosa vivo.
El pelo, pufff, que narices hago con mi pelo, ¿lo recojo en una trenza o lo seco sin más?
-¡Sky! ¿Puedes venir a ayudarme, por favor?
-Un segundo.
-Gracias, eres un sol.
Bueno, mas que un sol, Sky hoy parece un mapache ojeroso adicto a la cafeína. La pobre necesitaba un día de spa como poco. Yo he acabado los exámenes, y ella los acaba hoy. Aparte está muy entregada a un proyecto secreto. Ni siquiera Elijah parecía saber que era. Acaba de aparecer por la terraza, en pijama, bueno, una camisa de cuadros hasta las rodillas. Ha perdido peso y lleva el pelo recogido en una desecha trenza.
-¿En qué te puedo ayudar?
-Necesito que me hagas una trenza de raíz.
-Vale, siéntate.
-Hoy tienes los últimos exámenes.
-Aja, dentro de cuatro horas.
-Mucha suerte Sky. Seguro que lo bordas.
-Si. Luego tengo 3 horas de spa programas.
-Lo necesitas, y una intensa desintoxicación del café.
-Ni que lo digas. Elijah me ha recomendado un par de tés y bueno, Kol el tequila.
-Té de tequila... cuando lo inventaran.
Ambas empezamos a reír, a reír mucho.
-Quieta o la trenza se va a la mierda.
Estoy tratando de serenarme, y consigo, así Sky puede terminar.
-Listo, vas preciosa. Por cierto, no me vas a ver hasta mañana a la tarde.
-Oh, ¿Por?
-Después del Spa, vengo, me cambio y me voy a cenar a casa de Elijah, y a pasar la noche.
-Uhh vas a ser la primera en estar en su casa. Ni sus hermanos han estado allí.
-Entonces estrenare la casa entera -dice con cara de pilla.
Empezamos a levantar y bajar las cejas en plan 'Hey baby'. Ridículas pero divertidas. Miró mi reloj y me doy cuenta de que debería irme ya.
-Me tengo que ir ya. ¿Sobre que hora vienes esta tarde?
-Sobre las seis o siete.
-Joder, me da que me toca despedirme ya. A esas horas he quedado con Davina.
-Vale. ¿Hay problemas? He notado algo raro antes de que te despertarás.
-Esther, me visitó en sueños. Tú tranquila. No os vamos a necesitar a Elijah ni a ti. Pásalo muy bien y muchísima suerte Sky.
-Gracias preciosa. Hasta mañana.
Ale, un abrazo y a correr, salgo dos minutos más tarde de lo planeado. Sólo llegaré tres minutos antes a la casa, para despedirme de Rebekah, que se iba a París, a resolver un par de asuntos de la familia.
♧♧♧
-Te echaré de menos Rubia.
-Me verás aquí dentro de un mes como máximo, no te vas a deshacer de mi tan rápido, Barbie.
-¿Seguro? ¿Y si te enamoras de un guapo francés? Mejor, ¿y si te llevas a cierto rubio de pueblo a la Torre Eiffel?
-Matt... el ya no está interesado. Ahora que está en la academia de policía, dice que no puede seguir traicionando todo lo que defiende por mi. ¿Qué se le va a hacer? Me limitaré a ir y solucionar los problemas.
-Hijo de... que le den. -Matt era mi amigo hace mucho, pero tenia algunas cosas en su forma de ser y actuar que no me gustaban un pelo- De flor en flor, hay fraceses muuuuuy guapos -digo susurrando.
-Amor, ¿algo de lo que tenga que preocuparme? -levanta una ceja.
-Pues claro que no. Por muy guapos que puedan ser, no son tú. -voy a él y le besó la mejilla, me rodea la cintura con el brazo y me lleva hasta él. Sonrió ante el gesto- Veras, ninguno te llega a la suela del zapato.
-Puag, me provocais arcadas. -dice Kol apareciendo en el hall.
-Nuestro Nick se ha vuelto un romanticon y un blandengue.
-Yo creo que era un romántico en el fondo. Más allá de ser un don Juan.
-Ves hermanita, Caroline me comprende.
-Mejor me voy antes de sacarme los ojos con una cuchara.
-Mucha suerte en París.
Rebekah se sube al coche, alzamos la mano para despedirnos.
-Vale. ¿Caroline, ocurre algo?
-Sí, he tenido una pequeña charla mañanera con Esther.
-Madre prefiere recurrir a la Barbie antes que a sus hijos.
-Yo dije lo mismo, parece ser que soy más comprensiva que vosotros.
-¿Estás bien? ¿Te hizo algo? -pregunta Klaus con cara seria.
-Estoy bien, no me hizo nada. Sólo hablamos, quiere una página de su grimorio y a cambio me cuenta que trama. Le dije que tenía que hablarlo antes con vosotros.
-Madre y sus propuestas.
-Y por supuesto solo te lo contaría a ti. ¿Qué página?
-Ni idea. Tenemos hasta media noche para decidir. Sino, hará de las suyas antes de lo previsto.
-Hay que contactar con ella, saber que página es y después vemos que hacemos.
-Yo sola no puedo, necesitamos magia, quiero hacerlo a su estilo.
-¿Davina?
-¿Y ponerla en peligro? Ni de broma.
-¿Sky?
-No, no, hasta mañana por la tarde no podemos contar ni con Sky ni con Elijah.
-Imagino el porqué -dice Kol entre dientes- ¿Quién queda?
-Kai, es poderoso, y lo suficientemente loco como para acceder.
-Gracias -aparece de la planta superior, Kai aplaude- una de mis mejores definiciones.
-No se porqué, pero imaginaba que estabas por algún lado.
-Estoy en todas partes -sonríe de medio lado- siempre. Bueno, la super bruja adolescente queda descartada, mi hermana también para pasar la noche con vuestro hermano -suelta una carcajada- supongo que somos una familia con gustos extraños... a lo que iba, solo quedo yo, para algo que puede ser una locura. Me apunto.
-Bien -dije Irónica.
-En el fondo estas saltando de alegría, no puedes negar que te caigo bien.
-¿Perdona? -le conteste levantando una ceja.
Esperaba que Klaus se enfadara por el comentario, pero se limita a contemplar la escena, suelta una carcajada y niega con la cabeza.
-Que recuerdos me traen estas escenas.
-Si, ¿verdad?
-Solo que yo tenía más estilo amor, pero Kai tampoco lo hace mal.
-No tengo más de mil años de experiencia Klaus, no me han rechazado tantas veces como para aprender a lo grande, como tú.
Empiezan a reír de nuevo y chocan sus vasos. Yo suspiro.
-Sois tal para cual. Sabes, mejor te cambio por Kol.
Estamos de broma, Kol me pasa el brazo por los hombros y yo hago lo mismo. Duramos unos tres segundos sin empezar a reír a carcajada limpia. Le doy un abrazo amistoso entre risas.
-Lo siento Barbie, pero no me van las rubias guapas, prefiero las pelirrojas cañón.
-Lo entiendo Ken, a mí me va tu hermano mayor.
-¿Quién? ¿Elijah?
Más risas, Kol no tenía arreglo.
-Vale ya de bromitas, volvamos a lo serio, ¿Serias capaz de encontrar a Esther y hacer que yo me apareciera ante ella, algo así como un holograma?
Kai está tardando en contestar, tiene los ojos cerrados.
Chasquea los dedos y sonríe.
-Encontrada, ¿empezamos ya?
-Sí, cuanto antes mejor.
-Bien, siéntate - me colocó en un sillón- cierra los ojos y relájate. Yo hago el resto.
He vuelto, quince minutos después de sentarme en el sillón, ya esta otra vez aquí. Una breve charla con Esther, y listo. A la tarde, cuando fuese a quedar con Davina le pediría la página. Y a la noche quedaría con Esther.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top