24/10 ❤️

Solo veía como respiraba lentamente en su lado de la cama, verlo dormir siempre le traía una paz inexplicable, una habilidad única que el despistado de su novio poseía.

El día había transcurrido con normalidad; cumpliendo sus deberes como los nuevos líderes de Centoria, tantos que terminaba exhaustos, sobre todo Kirito, que adoraba dormir y el que le redujeran las horas de sueño era una pesadilla para él, por lo que últimamente no aprovechaban la noche para nada más que caer en el mundo de Morfeo.

No estaba enojada exactamente por eso, sabía que sus esfuerzos por traer la paz al renacimiento de ese mundo no eran vano... pero no podía evitar sentir una opresión en su pecho al que pensar que la única forma de disfrutarlo últimamente era en momentos como esos, donde solo lo veía dormir plácidamente; se repetía mentalmente que no era queja, al contrario, lo disfrutaba con gran placer...

Pero la tristeza no podía ser evitada para siempre, especialmente esa noche.

Había pasado un par de semanas desde su cumpleaños y el de su amado. Fue cuando comenzó a entender mejor el calendario de ese mundo, gracias a la asesoría de Ayuha y Kirito... y con su práctica... sabía que fecha sería el día de mañana.

24 de Octubre.

El día en que ambos casi habían muerto, pero a pesar de la desgracia momentánea, había valido la pena si eso significaba que ambos confesarían sus verdaderos sentimientos, entregando sus corazones y sus vidas enteras.

Ella recordaba con gran cariño esa fecha tan espacial... pero nunca olvidaría que su primer aniversario Kirito había olvidado tal fecha importante. Más que molestia, sentía tristeza, pero sintió pena por la cara de abandono que su novio le dedicó con gran arrepentimiento por olvidar esa fecha y no haber preparado nada para ella. Lo perdonó obviamente, sobre todo cuando él la recompensó con una velada espectacular y romántica.

Con eso, consideró que Kirito no lo volvería a recordar, sobre todo si había pasado dos años encerrado ahí, lo más probable es que tenía cosa más importantes en qué pensar y esa fecha sólo un día más para él.

No importaba si su novio no recordaba ese tipo de cosas; era suficiente para ella saber que él estaba ahí con ella en un momento especial... lo que realmente le dolía es que no lo podría tener el día de mañana. Conociendo el horario del pelinegro, estaría ocupado gran parte del tiempo en el Dark Territory, y lo más probable es que pasaría la noche allá como otras muchas veces; esas reuniones solían ser eternas según él le contaba.

Todo el día anduvo cabizbaja pensando en lo sola que estaría, ya que por ironía del destino... ella extrañamente no tenía pendientes mañana; Fanatio le informó sobre la noticia hacia un par de horas y su sorpresa fue enorme, dado que era la primera vez que tenía un día libre desde que ella y Kirito habían sido nombrados líderes de Centoria.

Una desincronía desafortunada.

La resignación fue lo que se tuvo que plantar antes de perder la consciencia luego de batallar contra el sueño, pues sólo quería contemplar al joven dormido un poco más, ya que en la mañana seguramente ya se habría ido y ni un saludo habría de recibir de su parte.

Sería un largo día.

*

*

*

Despertó, y como esperaba, el lado opuesto de su cama estaba vacío. Suspiró con pesar, pero decidió no estancarse en eso; a pesar de tener el día libre, no quería decir que debía quedarse en cama todo el día.

Primero desayunaría y el resto del día se la pasaría en la biblioteca para estudiar sus conjuros, o quizá sólo pasaría el día en los jardines de la torre, para al menos tener un día tranquilo en esa fecha tan importante.

Se peinó, maquilló ligeramente y se había hecho su peinado usual, colocándose su vestido blanco usual.

Se demoró más de lo usual al maquillarse, ya que ella no tendía a usar demasiado, pero esta vez quiso arreglarse para ella misma. No es como que fuera relevante llegar solo unos minutos después de la hora usual de su desayuno... o al menos eso pensó antes de ver las miradas angustiadas de Roney y Tieze, que curiosamente se encontraban afuera del comedor.

— ¡Asuna-sama! Al fin llega — Roney se acercó con una cara de espanto.

— ¿"Al fin llegó"? ¿De qué hablas? Sólo llegué quince minutos después de lo acostumbrado.

— Es que nos especificaron que...

¡Asuna-sama! — la joven pelirroja dijo su nombre, pero más que hacia ella, pareció dirigirse más a Roney. Le dio esa idea por el agarre ligeramente brusco que pudo sobre su amiga, la cual paró de hablar apenas sintió ese toque.

Asuna arqueó una ceja confundida, pero optó por no preguntar; a veces  tenían sus propios códigos entre ellas, como las mejores amigas que eran.

Estaba por abrir la puerta del comedor, pero ellas se adelantaron para hacerle el favor, incluso cuando la acompañaron a su respectivo asiento de la mesa. Y cuando pensó que sería lo único que harían, resultó que al final le trajeron su propio desayuno.

Estaban actuando demasiado formales y consideradas con ella; un comportamiento similar al que tenían cuando la habían conocido y considerado una diosa. Aunque de cierta manera, este era distinto, pues parecían están ocultando algo con esas miradas que le lanzaban.

Su observación cesó cuando notó que su desayuno no se trataba de su plato de frutas frescas.

— ¿Pan? — preguntó sin esperar respuesta, pero aún así Tieze se le acercó.

— Y también mantequilla — colocó una vasija de cerámica a su derecha, y con eso, ambas chicas se retiraron del comedor, dejándola sola con su desayuno sorpresa.

Esto era raro...

No es que se quejara, pues el pan se veía exquisito y la mantequilla perfectamente derretida, pero no era una comida que usualmente ella tuviera como desayuno.

Decidió dejar pensar de más, sobre todo cuando su estómago comenzó a sonar como una suplica, agarró un cuchillo con el que tomó un porción considerable de mantequilla y se lo untó al pan con delicadeza. Una vez satisfecha con la porción, le dio un suave mordisco y... no fue exageración cuando casi se ahoga por meterse casi de un bocado todo el pan, pero aún así no se arrepentía.

Ese sabor...

Era un deja vú...

Sonrío para sí misma con ese recuerdo. Era uno de los más especiales que tenía, y que fuera en ese preciso día hizo que una rebelde lágrima se escapara de su ojo, la cual limpió rápidamente.

Que bella coincidencia.

*

*

*

Después de aquel placentero desayuno, decidió practicar un rato con la espada, combinando su estilo con conjuros que había aprendido hace poco.

Ese tipo de momentos eran importantes para ella; le recordaban a sus días en SAO y como se esforzó al máximo para completar aquel juego de la muerte... claro que no lo hubiera logrado sin la ayuda de Kirito. Eso lo hacía más especial, tomar la espada entre sus manos la hacía casi sentir aquel pelinegro a su lado.

Tanto ejercicio la había hecho sudar. Era agradable ese mundo, pero vaya que le fastidiaba que fuera tan realista en todos los aspectos físicos. Odiaba la poca higiene, especialmente en ella misma.

Se dirigió a su cuarto, decidida a prepararse una ducha rápida... pero quedó sorprendida apenas llegó a su baño. Estaba decorado con velas encendidas y pétalos rojos y rosas por todos los alrededores de la habitación. Arqueó una ceja, se acercó a la tina y tocó el agua con aroma floral; estaba caliente, por lo que apenas y la habían preparado.

Se extrañó, salió a su cuarto un momento para comprobar que no había nadie. Volvió a entrar y la confusión aumentó. ¿Sería que alguna de las chicas le había preparado el baño? Quizá y habían sido Roney y Tieze, ya que mientras entrenaba en los jardines, las vio pasar a lo lejos y las saludó. En ese momento quería preguntar por el pan, pero ellas apresuraron su paso apenas se estaba acercando a ellas para hablar, probablemente tenían prisa en ese momento.

Pero eso no tendría mucho sentido, las chicas eran claras en cuanto a su privacidad y no se atreverían a entrar a su cuarto sin su permiso.

Termino volviendo a la duda de quién había hecho ese detalle.

Antes de poder seguir buscando sospechosos, una gota de sudor se resbaló por si frente y prefirió estar limpia antes de buscar al responsable. En serio no soportaba estar sucia.

Una vez desnuda, se metió al agua caliente y todo músculo tenso que tenía en su cuerpo seguramente se había calmado. Hace mucho que no se tomaba una ducha así se relajante, incluso estaba preparada como le gustaba.

Eso era aún más extraño, pero el vapor estaba nublando su razonamiento, debía disfrutar antes de que nada.

*

*

*

Por poco de se queda dormida en la ducha, incluso está segura que sí cerró los ojos por un minutos, fue el agua fría quien detuvo su cansancio y así decidió salir de la tina y secarse. Salió a su cuarto envuelta en una toalla blanca, con la idea de ponerse su pijama... pero en la cama que había dejado vacía cuando había entrado al baño, ahora estaba cubierto de pétalos también y en las sábanas blancas estaba extendido un hermoso vestido blanco con planes rojos. Sorprendida, tomó el vestido entre sus manos y vio que lo que más destacaba de ese precioso vestido era una capa roja con brillos.

Eran sin duda hermoso, y le recordaba a sus uniforme de SAO cuando solía ser sub-comandante.

Antes de poner cuestionar que hacia ese vestido, notó una nota en la cama, la tomó y leyó el contenido, y casi sintió como se le cortaba la respiración.

Se arregló lo mejor que pudo, colocándose el vestido al final. Se contempló en el espejo rápidamente, satisfecha con lo rápido que se arregló y maravillada con cómo se le veía el vestido.

Corrió por los pasillos con su velocidad sobrehumana, tomó el elevador que llevaba al piso 80 de la catedral y finalmente llegó al hermoso jardín con naturaleza completamente verde. Y lo que vio al final la impactó:

Había un camino hecho con velas que dirigían al centro de ese piso, en específico, en aquella pequeña colina con un preciso roble en la cima de este. Y debajo de ese roble estaba nada más y nada menos que...

— Kirito-kun — ni supo cómo hizo para que su voz sonara estable. Verlo en aquel traje negro y elegante hizo que sus piernas se sintiera como de gelatina, ni siquiera sabía si sería capaz de caminar hasta donde estaba.

Pareció leer su miente, ya que fue él quien se acercó, y Asuna no supo si era su imaginación, pero parecía andar en cámara lenta... como si fuera una sueño.

— Kirito-kun... — volvió a repetir, segura de que esta vez su voz sí se oyó ligeramente quebrada.

— Asuna... llegas tarde — sonrió bromista y tomó con delicadeza su mano derecha — Te ves hermosa... siempre lo estás, pero hoy estás más bella que nunca.

Besó el reverso de su palma, provocando que su piel se erizara.

— Creí que estarías en el Dark Territory hasta el amanecer — fue lo único que logró decir en palabras. No era su ideal en conversación con un ambiente como ese, pero necesitaba saber.

Sonrió, como si ya se hubiera esperado esa pregunta — Hizo todo lo que pude para terminar antes. Fui temprano y en la tarde regresé. Iskahn me hizo el favor de encargarse de los últimos pendientes, entendió que tenía cosas más importantes de que encargarme este día.

— ¿Cómo qué cosas...? — preguntó con temor a errar sus esperanzas.

Kirito pareció arquear la ceja — ¿Por nuestro aniversario...?

Asuna abrió enormemente los ojos.

— ¿Acaso esta vez lo olvidaste tú o...? — su expresión cambió a pánico.

— ¡No! — tomó sus mejillas entre las de ella — Es que creí... que tú no lo recordarías... — su mirada descendió ligeramente — Nuestro primer aniversario lo olvidaste... y supuse que al estar tanto tiempo en este mundo lo olvidarías también...

Kirito tomó una de sus manos, interrumpiendo su habla — Nunca me perdonaré haber olvidado nuestro primer aniversario... me mata tan sólo recordar esa expresión triste en tu rostro.

Asuna volvió a levantar la mirada, conectando sus ámbar con los ónix de él.

— Desde ese día me juré que jamás te haría sentir así de nuevo. Durante los dos años de estadía que estuve aquí jamás te olvidé y estos días en específico solo me hacían añorar poder estar a tu lado, y no puedo desaprovechar ningún momento especial contigo. Hoy no pude estar contigo en la mañana, pero quería que al menos fuera especial... que recordarás uno de mis momentos favoritos de ti.

La pelirroja arqueó la ceja sin comprender.

— ¿Te gustó el pan? Mandé a hacer la mantequilla con ciertas especificaciones, quería que supiera lo más parecida a la original.

Fue cuando a la joven se le prendió el foco.

— ¡¿Tú lo preparaste?!

— Técnicamente fue el chef de la catedral... pero sí, fui yo quién preparó todo para ti.

Parpadeó un par de segundos y luego rió ligeramente — Supongo que Roney y Tieze fueron tus cómplices, parecían muy sospechosas.

Kirito se rascó la nunca avergonzado pero sin borrar su sonrisa.

— ¿Y el baño también...?

— Espero que me haya quedado como te gusta.

Ahora ella apretó las manos de él contra las de ella — Fue perfecto.

Él soltó un aire de alivio. Dirigió una de sus manos a la capa su vestido.

— Recuerdo a aquella caperucita roja temeraria, que parecía no temerle a la muerte.

— Kirito-kun...

— Desde que la conocí, cada detalle de ella me sorprendía siempre... y jamás me aburro de ellos y de los nuevos — volvió a tocar su mejilla, frotando con su pulgar ese rubor que apareció — Quizá hay veces en las que falló, mi memoria no es la mejor... pero Asuna, puedo asegurarte que los detalles más importantes los recuerdo con amor.

La pelirroja comenzó a derramar algunas lágrimas.

— Te amo... y siempre te amaré. En este mundo y en todos lo que vengan — rozó sus narices — Mi preciosa sub-comandante.

Y sin esperar más, juntó sus labios, en un caricia lenta pero llena de necesidad, de esos besos que los hacían tocar el cielo.

— También te amo... — sonrió entre sus labios, aún con lágrimas derramándose por su rostro.

El pelinegro sonrió, decidió a reclamar sus labios nuevamente, pero ella terminó golpeando su hombro.

— ¡Oye! ¡¿Y eso por qué fue?!

— ¡Me hubieras dicho sobre esto y yo también te hubiera preparado regalos! — se cruzó de hombros con indignación en su rostro.

— Mmmm — sin importarle el enojo de su novia, la envolvió entre sus brazos, agradeciendo que ella no puso resistencia — Si te hubiera dicho no habría sido una sorpresa.

— Sí, pero...

— Déjate consentir un poco.

Aquellas palabras con un tono profundo hicieron que todo su ser temblara nuevamente.

Avergonzada, ocultó su rostro en el pecho del azabache — Mmmm.

— Tomaré eso como un "sí"— besó las hebras de su cabello cual atardecer — Falta la cena.

— ¿Más sorpresas...?

La guió hacia una mesa colocada cerca del roble del piso.

— Espero que tengas hambre de Ragout Rabbit...

Asuna rió y se dejó guiar por su novio.

Esa noche sería un nuevo recuerdo de los dos. Vivirían muchos aniversarios durante sus vidas, especialmente en ese mundo, pero las memorias y detalles jamás se olvidarían mientras estuvieran juntos, amándose y cuidándose entre ellos.

*

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ALCANCÉ APENAS!!!!
DIOS!!! LES JURO QUE LO ACABO DE TERMINAR.
FELIZ PRIMER DÍA CANON DE NUESTRO OTP!!!
IMAGINEN... A ESTAS HORAS NUESTROS BEBÉS ESTABA JUNTOS 🥹

ESTE FANDOM ES ESPECIAL PARA MÍ COMO ESTÁ PAREJA, Y ES UNA LÁSTIMA QUE ÚLTIMAMENTE ESTE MUY APAGADA LA FRANQUICIA. Y HE ESTADO ALGO APAGADA YO EN ESCRITURA, POR TIEMPO E INSPIRACIÓN, PERO SIEMPRE AMARÉ ESCRIBIR, SOBRE TODO DE ESTOS DOS.

ESPERO QUE LA HISTORIA NO HAYA ESTADO MUY APAGADA, LA HICE CON PRISA PERO CON AMOR.

FELIZ ANIVERSARIO KIRIAUS ❤️🤍🖤

(PERDON LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA, DE VERDAD LO HICE CON PRISA)

ROXY 51FUERA!!!!

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