Capítulo 22.

¡¡Tachán, tachán!! ¡Segundo capítulo seguido! Espero les guste y lo disfruten.

❤Millones de besos❤

                                                                               ∞∞∞∞∞

Sentí que una leve sonrisa se dibujara en mi rostro. Reprimí el hacerlo, pues ¿A qué se debía todo este entusiasmo? Era solo Eric — Tranquilízate Clary — Grite en mi interior y deseche todo aquellos pensamiento que se creaban en mi mente.

—Morrison. — Utilizo su mismo tonto.

Tenemos un duelo de miradas. No le ha gustado para nada que lo llame por su apellido, pues bien, a mí tampoco me hizo gracia, guapo. Luego de nuestro constante reto escuchamos cuando alguien carraspea, rompemos la conexión y miramos al interceptor.

—Si me disculpan —Dice Patrick y comienza a caminar.

—Patrick— Lo llama Eric con una fuerte Voz — ¡Recuerda con quien estas! —Le guiña un ojo.

¿A que ha venido eso? ¿Cómo que tiene que recordar con quien está? Quiero saber de qué carajos hablan.

— ¿Te pido algo de tomar? — Pregunta y yo niego mostrando mi copa. —Ah... ¿Llevas mucho rato acá?

—No, recién entro. —Comunico.

— ¿Dónde está lo que te pedí que usara hoy? —Me reprende y yo me alejo buscando la pequeña caja entre mi bolso de mano.

— ¡Acá esta! —Muestro el objeto — Quería que fueras tu quien me mostrara su interior.

La toma entre sus manos y comienza abrirla, mis nervios ascienden y cierro los ojos. Cuando siento su aliento detrás de mí me asusto pero decido estar en calma por nuestro bien. No me muevo de mi lugar hasta que una pieza fría se instala en mi pecho. Bajo mi cabeza y la a precio la bonita joya que hay delante de mí. — ¡Por dios, Eric! ¿Qué has hecho? — La mentó el no haber abierto la caja por mí misma. No llegue a pensar que fuera algo de tal magnitud, si lo hubiese sabido se lo entrego sin decirle nada. Doy media vuelta y lo miro a los ojos.

—Eric... Esto es mucho— Digo y el asiente.

Qué alivio es saber que piensa igual que yo.

—N-no puedo llevarlo conmigo. Me hace sentir fatal —Susurro.

Besa mi pómulo derecho.

—No pasa nada, llévalo. Y si no lo quieres, mañana mismo lo devolveré. —Dice muy serio.

—Oh, Eric. No, no es eso. Es solo que... — Exhalo pesadamente — Es lindo por que viene de tu parte, pero no me siento cómoda llevándolo después de lo que ha pasado.

Él sonríe.

—Ah, es eso. —Yo asiento— Eres mi amiga, ¿no?

—Sí, claro que lo soy.

—Pues, como amigo quiero que lo guardes. —Toma mi mano y la besa.

Frunce el ceño y me observa detenidamente, jala mi brazo y pasa sus manos por ella.

— ¿Qué te ha pasado? —Pregunta molesto

— ¿Qué? ¿De qué hablas? —Ahora no entiendo nada.

Este hombre y sus cambios de humor.

—Acá. —Señala un moretón en la parte posterior de mi brazo.

Quito su mano y analizo el cardenal, no lo había visto.

— ¿Él... te ha pegado? — Esta muy enojado.

—Oh, no. ¿Cómo puedes decir eso? Por supuesto que nadie me ha puesto una mano encima —Lo fulmino con la mirada.

Leo jamás haría algo así, ni conmigo, ni con nadie. Él es todo un hombre, incapaz de realizar algo tan hostil. Eric esta algo celoso, por eso relaciona lo que encontró con eso, pero yo no le dejare dudas. Haré que entienda que estoy con el hombre que amo, pero no por eso dejaría que me ocurrieran cosas así.

—Imagino que me lo hice hoy mientras limpiaba, o quizás en auto. No lo sé Eric —Suspiro— Jamás dejaría que algo así pasara en mí. Y sé, que si en dado caso sucediera, y lo dudo mucho, tu estarías aquí para mí y eso lo aprecio mucho.

Se aproxima y besa mi frente

—Me alegra saber que entiendas que puedes contar conmigo, y no importa que. —Toma mi mano —Vamos, busquemos nuestra mesa.

Pasamos entre el bullicio de la gente, él va delante de mí, guiándome y apartado a todos para que yo pueda caminar. Cuando encuentra su mesa asignada, se detiene y retira una silla indicándome que me siente. Lo hago con gusto y sonrió. A los pocos minutos los otros acompañantes llenan el resto de la mesa. Se hace un silencio mientras todos se ubican en su lugar, lo único que se escucha es la voz del cantante de jazz que hay en una esquina del salón. Estoy tan absorta entre la melodía que no me había fijado que Eric me miraba fijamente apoyando un brazo en la mesa.

— ¿Qué? — Me sonrojo y sonrió.

—Nada. — Niega y me sigue mirando.

—Bueno, deja de verme así —Susurro —Me siento incomoda. —Vuelvo a ver al frente.

— ¿Así como?

Todavía continúa en la misma posición.

—Así con esa cara...

— ¡Buenas noches señoras y señores! — Interrumpe una voz que habla tras el micrófono. —Sean todos bienvenidos al decimosexto evento de World entrepreneurs London. —Todos aplauden con efusividad

Transcurren las horas y aún esperamos que llamen a Eric, estoy nerviosa por él, este es uno de los pequeños pasos que siempre quiso dar y por el cual ha trabajado. Me alegra que haya confiado en mí para que lo acompañara a dicho suceso. Rozo mis manos que comienzan a sudar y el extiende la suya tomando las mías para que deje de hacer ese movimiento.

—Tranquila. —Dice en voz baja cerca de mi oído. —Solo es un reconocimiento.

—No seas modesto —Hablo en el mismo tono —Has esperado mucho por esto.

Pienso en otras palabras que agregar para motivarlo, pero quedan solo en pensamiento. No pude decirlas porque el hombre que sostiene el micrófono anuncia a Eric para otorgarle el reconocimiento. Él se levanta feliz y besa mi mejilla por unos segundos hasta alejarse poco a poco pasando las manos por mis hombros y finaliza en mis manos. Me coloco de pies, aplaudiendo contenta. Cuando ya está arriba toma el micrófono y da unas maravillosas palabras mirando a cada invitado de esta lujosa noche. Y al terminar me mira y sonríe dando las gracias. Baja con el valioso premio en sus manos y camina en nuestro encuentro, llega y me da un fuerte abrazo por un par de minutos hasta que decide acabar entregándome su reconocimiento y gesticulando que era parte de los dos. Le devuelvo otro abrazo y nos sentamos bajo la atente mirada de todos.

Al mirar a mi izquierda veo a lo lejos a Patrick reunido con Eugenio, conversando animadamente. Tengo que ir a saludarlo cuando finalice todo, Eugenio es una gran persona y en New York actuó excelente. ¡Debería ir a agradecerle! Claro eso lo hare luego. Platico con Eric acerca de mi regreso a la empresa, bueno no es como si me hubiese ido, pero si estuve ausente un tiempo, me notifica todo lo que ha hecho y me cuenta acerca de la nueva publicidad que está llevando acabo. Pasan varios minutos cuando el animador vuelve a llamar mi atención pero esta vez sí que me deja en nocaut, sujeto mi silla y no me muevo hasta que veo a Leo aparecer frente a mis ojos, caminando con su pose segura y con un traje azul oscuro que me hace babear tan solo verlo. Froto mi cara con las dos manos —Esto no puede ser posible ¿Qué hace él aquí? — Las dejo caer de nuevo en mi regazo y miro en otra dirección en la que no esté él.

— ¿Estas bien? —Pregunta, Eric, sujetando mis hombros.

—Eh... Si. —Le muestro una sonrisa falsa para que no note mi nerviosismo. —Solo que... necesito ir al aseo.

Intento levantarme, pero la voz ronca que retumba en los parlantes hace que vuelva a mi asiento dándole toda mi atención a lo que va a decir. Igual que Eric agradece a los que le han ayudado a ascender su carrera, con palabras emotivas da su discurso, sin embargo antes de despedirse dice.

—También le dedico este logros a mi pequeña Cala, la flor que emergió en el fango de mi ser, arrojando raíces para quedarse ahí... dando luz a cada paso que doy. —Sonríe y mira en mi dirección.

Oh, Leo. ¿Qué estás haciendo?

—Clary...—Volteo a ver a Eric. — ¿No ibas al aseo?

Me levanto asintiendo, tomo mi bolso y camino por el medio de la aglomeración. Cuando estoy a punto de llegar al baño me sujeto de un muro, estos zapatos de tacón alto me están matando más que la situación por la que estoy pasando ahora, aún así camino hasta entrar en el servicio. Después de hacer mis necesidades me retoco el maquilla y observo mi figura en el espejo. ¿A que ha venido todo eso? No aparece en todo el día y se presenta acá muy relajado sin decir nada. Además de no contarme que él estaría aquí, esta noche. Leo... ¿Me quieres mata, amor? ¿Por qué me haces esto? La puerta se abre y giro al ver un voluptuoso cuerpo manifestarse tras el espejo.

— ¿Qué haces aquí? —Susurro por lo cerca que está de mí. —No me habías contado que venías.

Frota su nariz con la mía y me mira a los ojos.

—Lo siento, es solo que no quería preocuparte con todo esto de la empresa, y pues, no sabía que estarías aquí. —Coloca sus dos manos en mi cuello.

—No pasa nada —Beso sus labios —Solo, me sorprendió verte ahí arriba.

Me abraza.

— ¿Dónde has estado? — Pregunto.

Nos quedamos en silencio, y después de mirarnos un rato él sonríe.

—Te lo contare en casa. —Me da un beso en la frente — Ve a despedirte. Aunque desearía que no lo hiciera, pero ha cuidado muy bien de ti esta noche y no puedo prohibirte que le sigas hablando.

—Leo...

Regresa y me toma entre sus brazos y besa nuevamente mis labios.

—Nos vemos afuera... — Habla en mi oído —Seré el de traje azul. —Sonrió y golpeo su hombro.

Lo veo salir y yo respiro llenando mis pulmones con todo el aire posible. Tomo la manija y abro la puerta, ¡iré en busca de Eric! Bajo las escaleras apresuradamente y me dirijo a la mesa en donde he pasado toda lo noche junto a Eric. Al llegar me siento y pregunto por él, ya que no lo veo en su sitio. Me dicen que hace un rato se levantó y no saben qué dirección tomo. Dejo mi silla y empiezo a andar por este inmenso lugar, necesito despedirme de él, no podría irme sin darle ni una explicación... Además de decirle que no necesito este collar para saber lo mucho que le importo y lo que valora nuestra amistad. Tropiezo con gente y más gente, alguno de ellos me saludan ya que fueron clientes de Eric y por lo tanto hemos trabajados junto. Voy a la barra y no lo veo por allí, pido una copa de champán para recargar fuerzas. —Espero Leo no se enoje por hacerlo esperar tanto — Paso una habitación que por lo visto es de reunión, porque solo encontré hombres conversando. Mientras sigo vagando, recuerdo haber visto una terraza un poco cerca del servicio. ¡Estoy segura que estará tomando un poco de aire ahí! Subo las escaleras y al llegar arriba observo que hay más personas de las que estaban hace un rato, las aparto y cuando estoy llegado al corazón de está multitud, me quedo paralizada.

— ¡NO! — Grite asustada por lo que estaba a punto de pasar. — ¡Basta! —Me apresure para detenerlos.

Sin embargo mi imploración no fue atendida. Un golpe tras otro se iban propinando sin parar. Eric respondió al golpe que le atizo Leo, y así cada uno replicaba al contacto del otro. Eric termino con una rodilla en el suelo y sujetándose el rostro colorado y un poco manchado de sangre, en cambio Leo estaba de pie con el puño cerrado e igual rojo de ira.

—¡¡Ya, basta!! — Volví a gritar, pero ninguno de los dos me prestaron atención. Eric se levantó y fue por la revancha. — ¡Se van a matar! —Exclamé tratando de recuperar el aliento.

— ¿Qué diablos? — Pregunto Patrick al colocarse a mi lado.

— ¡Cállate y ven ayudarme! —Espete molesta

Intente colocarme en el medio para que dejaran de actuar como niños, pero un hombre me sujeto por el brazo y me saco del campo de visión. Retorne a mi lugar y está vez lo que vi me dejo confusa. Leo, examinaba sus manos y luego miraba a Eric, se veía desorientado contemplando a todos como si no entendiera lo que acababa de suceder. El silencio en el lugar fue rotundo y todos murmuraban sin apartarse, queriendo ver más. Patrick sostenía a Eric, quien no dejaba de fulminarme con la mirada. Negué repetidamente con mi cabeza sin quitar mis ojos de ninguno de los dos. Mi feliz día había acabado, aquí y ahora.

Corrí sin parar hasta llegar a la entrada de esta fatídica mansión y justo ahora no había nadie para que sacara mi auto. Intente caminar pero regrese a los segundo, el joven chico que me había recibido está esperando por mí, fue en busca de mi coche y yo aguarde hasta su regreso. Me abrace a mí misma, sentía mucho frio, no podía creer lo que estaba sucediendo. ¿Por qué hoy? El chico aparca frente a mí y me encamino para subir al auto y salir de aquí. Pero antes de hacerlo escucho a lo lejos la voz de Leo. Cuando me visualiza se apresura para detenerme pero yo sigo mis pasos sin darle importancia a él.

—Clary, escúchame. — Sujeta mi brazo y yo me suelto.

— ¡¿Qué pasa contigo?! —Vociferé — ¡Vete y déjame en paz!

—Por favor, Clary... Solo déjame explicarte — Su voz sonaba débil y entrecortada.

Lo empujo con ambas palmas de mis manos en su pecho.

— ¿Estás loco? —Grite con todas mis fuerzas — ¿Por qué me haces esto a mí? ¿A él? —Señalo hacia arriba.

Bajo mi mano y niego con la cabeza.

—Creo que no es momento de hablar ahora. —Exhalo pesadamente — Me iré a casa y no quiero que me siga —Lo acuso con mi dedo. —Le pediré disculpas a Eric de tu parte.

Leo gruñe y pasa sus manos repetidamente por la cabeza.

—Clary, él me dijo...

—No quiero escuchar nada —Lo interrumpo.

Él quedo mirándome y yo le regrese la mirada con sólo ira brotando por cada poro de mi piel, secó una gota de sangre que cayó por el lado izquierdo de su frente hasta llegar a su mejilla. Camine hacía mi auto encendí el motor y me fui acelerando, lo vi por el retrovisor al cruzar la calle y el seguía parado en el mismo lugar.

Al llegar a la residencia aparque el auto y baje corriendo hasta llegar a la entrada de mi piso. Di la vuelta y me encaminé hacía la cocina, empecé a buscar en todos los gabinetes una caja de cigarrillo, pues no recordaba dónde estaba, cada vez que abría uno lo hacía con furia, y lo cerraba de la misma manera, estaba molesta por todo el lío que se armó, estaba hastiada en problemas y harta de todo lo que me había pasado en tan poco tiempo. No encontré lo que buscaba, estoy segura que Leo las voto a la basura, para que no volviera a fumar. Fui hasta el balcón y me senté pegada al muro y acerque mis rodillas a mi pecho; esto solo lo hacía cuando estaba angustiada, y pues, necesitaba un cigarrillo por que la situación lo ameritaba.

                                                                                     ∞∞∞∞∞

¡¡¡Mis amores!!! Y como lo prometí, acá está el segundo capítulo. ¡Espero lo hayan disfrutado! Me encanto sentir esa adrenalina de escribir dos capítulos seguidos, tanto así que tuve que echar una siesta Jajaja

Pregunta: ¿Cambiarían algo de lo que sucedió?

Emperatriz







Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top