Capítulo 2
— ¿Porque no le avisaste a Támara que ibas a estar aquí?
—Porque no estaba cuando he pasado, además solo venía a traerte la carpeta — Digo a la defensiva, por su molesto tono de voz.
— Está bien, necesito que me dejes a solas. Cuando acabe te pasó a buscar para irnos a casa— Habla con voz pasiva, él sabe muy bien que su tono de voz autoritario no funciona conmigo.
Me dirijo a la salida y hago girar la manija, al salir me encuentro a Támara sentada en su escritorio todavía muy ruborizada. — ¿Támara habrá tenido novio, amante, marido, dominante o algo por el estilo alguna vez? — No sé por qué me he hecho esa pregunta. Pero se me hace muy extraño que sea tan tímida trabajando en un área como esta, desde el tiempo que la llevo conociendo, que no es mucho, no he conocido ni una sola pareja de ella. Eso no quiere decir que no lo tenga, por supuesto.
Dejo mis locos pensamientos a un lado y decido seguir mi camino a la oficina. Cuando estoy llegando a está, logro escuchar lo que dice Támara.
— Adelante señor Smith. Permítame acompañarlo, el señor Eric, lo espera. — Con amabilidad comunica la asistente de Eric
Me detengo en seco al escuchar ese apellido, estaba tan absorta en cotillear a Támara, que no me di cuenta que el tal señor Smith estaba sentado en la sala de espera. Doy la vuelta lo más rápido que puedo, y no logro ver su rostro, visualizo esa fornida y muy sexy (déjenme mencionar) espalda del señor Smith.
Decido regresar a la oficina y trabajar para despejar mi mente, no logro concentrarme. Tomé la cámara fotográfica y me dirijo al estudio, tengo varias citas atrasadas y decido poner toda mi atención en ellas.
¿Por qué me he comportado así? ¿Qué me está pasado? No comprendo, por qué mi mente le está dando tantas vueltas, a la llegada del señor Smith.
— Tanta concentración me aturde — ríe, Gael, al entrar al estudio y sentarse en un taburete ubicado a mi lado. — ¿Ocurre algo?
—No, nada. Solo que... — La realidad no sé qué decir- No pasa nada. Estoy bien.
—Tu cara no dice lo mismo. —Menciona intrigado — Bueno, cambiemos de tema. ¿Has visto al papacito que merodea los pasillos?
—A ver, advino: Uno de tus grandes amores— Digo con una risita burlona. Gael, mi buen amigo gay, cada semana vive enamorado de alguien diferente. La verdad no me extraña para nada que me salga con los cuentos de su nuevo amorío.
— No para nada, este es muy diferente. Es sexy, atrevido, cuerpo atlético, voz seductora y pare de contar. ¡¡Dios...!! — Suelto una gran carcajada al escucharlo, no cambiaría por nada en el mundo a Gael. Me divierto con sus ocurrencias y amoríos extraños. — Hey... no te rías, si tú lo vieras estarías suspirando igual que yo.
— ¿Se te olvida que tengo novio? — Le digo, levantando las cejas para reafirmar mí pregunta.
—Pero no estas ciega que yo sepa— Menciona el sonriendo— Además, tú me puedes averiguar quién es ese fornido hombre. Creo que es un cliente o socio nuevo, Eric le está dando un recorrido por las instalaciones. — Lo primero que llega a mi mente es el apellido del señor Smith, ¿será el a quien se refiere Gael?
— ¿Que están hablando de mí? —Pregunta Amy al llegar donde estamos nosotros.
— ¿Tienes a un chico sexy y musculoso? — Le pregunta Gael
—No por supuesto que no he encontrado tal semental. ¿Me darás un dato para conseguir uno? — Se burla, por los imparables líos amorosos de Gael.
—Ya, ya... chicos, no comiencen— Es mejor, ponerle fin a esta conversación o empezaran con su contrapunteo de palabras.
— No tienes derecho a opinar, Clary. Ya tú tienes quien te haga delirar.
—Pero, sino he dicho nada. —Digo haciendo pucheros.
—Bueno querida, relájate y pásalo bien. Porque ahí viene, Eric, muy contento. Tendrás una buena noche, ¡Dios, que envidia! —Efectivamente Eric se acerca y me dice al oído que es hora de irnos.
—Hasta mañana. Gael, necesito que mañana pases por mi oficina a primera hora. — Le comunica Eric.
— ¿Chicos, quedamos el viernes? Quiero ir al pub. —Pregunto, antes de salir del estudio.
—Linda yo te envió un mensaje, tranquila pásalo bien.
Estamos afuera en las calles de Londres frente al edificio de Eric. Desde que hemos salido no ha mencionado ni una sola palabra. Lo veo pensativo, así que decido darle su espacio y no decir nada. Entramos al piso, y yo voy directo a la cocina. Abro una gaseosa, la bebo mientras pienso que hacer de comer. No soy una experta cocinada y no tengo definidos los gustos de Eric, llevo muy poco tiempo viviendo con él.
Decido hacer lasaña, creo que es lo más práctico y rápido. Eric se me acerca y me agarra de la cintura, luego de colocar la lasaña en el horno. Me da un beso, y me acaricia la mejilla.
—No podrá ir al pub el viernes— Menciona mientras me acaricia los hombros.
—¿Por qué?
—Leo, nos ha invita a un evento que realiza su empresa.— Acaricia mis hombros —Es una fiesta de disfraces, tendrás que ir a comprar uno...
Da un tierno beso en la clavícula
—¿Clary?
—Humm... —Sus caricias, no me dejan hablar. Estoy absorta en ellas.
—Creo que se te quema la lasaña.
¡¡¡Oh, cielos...!!! Ahora tengo una lasaña quemada, y un disfraz que comprar.
Esto no es vida.
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