Capítulo 15.
Tomé hasta la última gota del vaso de agua que Clayton colocó sobre la mesa. La madera de la silla en la que estaba sentada me molestaba en el trasero, pues lo sentía dormido. Habían pasado varios minutos desde que a él se le ocurrió hacerme esa pregunta, mi mirada hacia él no era nada amigable, me había hecho recordar los aterradores meses que viví bajo la mentira de un hombre al que amo y a otro cual aprecio por haberme salvado de mi más oscura pesadilla. Y... por que no, también me hizo recordar que la persona sentada delante de mí me hirió más que cualquiera. Alzo mi ceja en señal de duda, pensando si contarle por lo que he pasado y desahogar este nudo que tengo en mitad de mi tráquea. Pero una voz dentro de mí lo impide. ¿Por qué debería hacerlo? Él me engaño haciéndome creer que vivía en un hogar feliz y lleno de paz, cuando en realidad se estaba acostando con otra mujer. Le mintió a mi madre, le dijo que la amaba y se fue con otra. No debo de confiar en él ¿Cierto? ¿Y por qué, si lo he hecho con Leo? Dios, tantas preguntas que invaden mi mente no me dejan decidir si contarle o no.
—No pienso decirte absolutamente nada. —Cruzo mis brazos y apoyo mi espalda en la silla.
Él sonríe y eso me asusta, este hombre es muy astuto y no debo de olvidar que me lleva muchos años por delante, tarde o temprano terminare contándole todo, él sabrá cómo sacarme la palabras de la boca. Otro punto a favor es que es mi padre y me conoce mejor que nadie, aunque me duela admitirlo.
—Como quieras. —Se levanta y camina hasta la puerta trasera en dirección hacia el jardín.
— ¿A dónde vas? —Me levanto apresuradamente. —¿No pensaras dejarme acá sola? —Tarda unos segundos en dar la vuelta y verme a los ojos.
Esta sonriendo, lo sé.
—Estoy reconstruyendo el jardín y he dejado la madera tirada en todas partes. —Responde calmado —Iré a ordenar todo para luego hacer la cena. ¿Y tú a dónde vas?
No sabría descifrar si él se refería a mi vida personal o a que iba hacer en este momento. Clayton y sus preguntas extrañas. Ya luego pregunta ¿porque soy así?
—Subiré a mi habitación, necesito un baño. —Doy media vuelta, pero ante de comenzar a caminar me detengo. — ¡Espera! —Lo llamo ya que estaba a punto de abandonar la sala de estar. — ¿Qué ropa se supone que voy a ponerme?
—La que has dejado en casa. —Dice como si fuera obvio.
— ¡¿Qué?! ¿A caso no notas que no llevo las mismas medidas de hace unos años?
Me halaga que piense que mi figura sigue intacta con las medidas de una quinceañera, pero venga, mis caderas son más anchas ahora y ni hablar de mi busto, he aumentado de talla y eso cualquiera podría notarlo. He subido algo de peso y aquellos ajustados vaqueros no me quedaran ni porque haga el baile que cualquier mujer hace para que el milagro ocurra y los vaqueros entren con facilidad.
— No sé, colócate lo que encuentres allá arriba. Mañana saldremos a comprarte algo de vestir.
Subo las escaleras en forma de L, pasando mi mano derecha por el soporte de la vieja madera. Recordando las veces que corría por aquí para escabullirme de mi madre en sus intentos de querer enseñarme a cocinar. Cada vez que lo hacía me sentía peor por no saber cocinar, se supone que todo chica debería de aprender hacer eso para cuando se casara en un futuro atender a su marido de la mejor manera, pero creo que ya yo en mi interior sabía que mi vida iba hacer un desastre y no serviría para nada de eso. Abro la puerta de mi habitación sin quitar los del dormitorio que esta junto al mío. Es el de mi madre. No me creo capaz de abrirlo aún, necesito todas mis fuerzas acumuladas para entrar ahí.
— ¡Dios! —Cubro mis labios con las manos.
No puedo creer que todo en mi cuarto siga igual, las paredes rosas, los carteles con mis artistas favoritos, —solía decir que me iba a casar con ellos algún día. (Espero no ser la única con esos pensamientos) —mi cama está en la mitad del cuarto, mi ordenador, el televisor. Todo está aquí tal cual como lo deje.
Voy hasta el armario y esculco entre las diminutas ropas algo que colocarme, cuando encuentro una vestimenta decente me dirijo al cuarto de baño para darme una ducha. Salgo envuelta en una toalla alrededor de mi cuerpo más otra que cubre mi cabello para no mojar por donde camino. Tomo los leggnis gris y los estiro frente a mis ojos, pensando en si me quedaran o no. Decido no darle más vueltas al asunto y me los pongo junto con una camiseta azul marina. Me recuesto en la cama para descansar un rato cuando ya estoy vestida, mi mirada se pierde en un punto fijo de la habitación. No sabría exactamente cuanto tiempo he pasado acostada, pero cuando estoy satisfecha me dispongo a bajar en busca de Clayton. Recorro todo la casa en su busca y no lo consigo, comienzo a asustarme un poco. ¿No habrá pensado irse y dejarme solo aquí? Escucho el clic de la puerta y me escondo detrás de un muro sosteniendo un antiguo candelabro de mi madre, (no sé para que lo tenía en casa, pero justo ahora me servirá de mucho) lo tomo con fuerzas esperando que la persona que piensa interrumpir en mi hogar aparezca para darle una buena lección. Cierro los ojos con fuerza y escucho el latir de mi corazón desenfrenado, mi pecho sube y baja en una en un ritmo constante. La puerta se abre y yo salgo corriendo con un grito desesperado alzando el candelabro como si fuera una espada. En plan Gerard Butler en la película 300. Y al llegar a la puerta me paralizo al ver que es Clayton quien está entrando. Me detengo a unos centímetros de él, que me observa extrañado.
— ¿Qué se supone que estás haciendo? —Mira al candelabro y luego a mí.
— ¿Dónde estabas? — Respiro agitadamente — ¿Por qué me has dejado sola?
Sube las bolsas que lleva en las manos y sonríe.
—Solo salí a comprar la cena. —Cierra la puerta y pasa por mi lado. — ¿Que pensabas hacer con eso que llevas en la mano?
— Nada —Lo coloco en una mesa.
— Si esa era tu arma de defensa, estoy seguro que el ladrón hubiese entrado y te raptaría. —Ríe.
— Ja. Muy chistoso. —Me siento en el sofá.
Una hora después nos encontramos sentados en el sofá terminando nuestras hamburguesas. Clayton siempre fue de esos padres consentidores que siempre le llevaban la contraria a su esposa a espaldas de ella. Cada vez que mi madre salía hacer las compras u otras cosas, Clayton y yo hacíamos desastres, comíamos en el sofá, tomábamos gaseosas, saltábamos en las camas. Una sonrisa ilumina mi rostro al recordad esos buenos momentos. El me mira y también sonríe, sé que está pensando igual que yo.
— Gracias. —Digo al acabar y colocar mi plato en la mesita.
Tomo un poco de gaseosa y veo que él también ha terminado. El silencio reina en el lugar y comienzo a sentirme incomoda.
—Te extraño — Por muy insólito que parezca, me ha gustado escuchar esas dos simples palabras. Saber que el añora tenerme de vuelta en su vida para mi significa mucho. Sé que nunca voy a dejar de ser su niña, pero no puedo lograr olvidar lo que ocurrió.
Aparto la mirada.
—¿Por qué no estás en tu casa? — Pregunto.
— Quería venir y dale un poco de cariño a la casa. No quiero que se caiga abajo por tenerla en el olvido.
Por favor. Que no haya dicho eso, que no ha dicho eso...
— ¿Y qué piensas hacer con ella? —Estoy muy enfadada y él lo sabe.
— Se la daré a una persona especial.
¿Qué mierda? ¿Se la piensa dar a ella? Estoy que exploto de la furia. Me mira a los ojos esperando que le diga algo más, pero decido guardar silencio. Le doy gracias por no nombrarla. Lo detesto.
— ¿No dirás nada?
— ¿Qué esperas que te diga? — Tomo otro poco de gaseosa.
— Clary, sé que no soy la persona que quieres tener a tu lado justo en este momento. Pero míralo de este modo: tu novio está en su lujoso apartamento descansando, tú amiga Amy esta con ese chico que no para de sonreír y tu amigo Gael estará en quién sabe dónde. Ah y Leo como olvidarme de Leo, de seguro estará sentado en un sofá pensando en lo que ha pasado hoy y en ti. Así que como ves, soy tu única opción, sabes que nunca te juzgaría por nada en el mundo, entiendo que has crecido y necesitas cometer tus propios errores para comprender lo engorroso que es vivir en este mundo lleno de cuervos esperando tu caída. — Suspira. — Pero... si no quieres hacerlo, entiendo. Aquí estaré para cuando me necesites y te protegeré de aquellos quien quiera hacerte daño.
Unas lagrima recorre mi rostro y el sube su mano para quitarla con uno de sus pulgares.
— Lo siento. —Comienzo a limpiarme la cara con el antebrazo. — Lo siento, no quería...
— No tienes por qué disculparte, cariño — Besa mi mano izquierda. —Yo soy el que debe de hacerlo. No debí alejarme cuando tú me lo pediste, debía de insistir hasta cansarme, si es que algún día llegaba a hacerlo. Eres mi pequeña y nunca dejaré de amarte. Solo te pido que coloques sobre mi tus miedos y tus preocupaciones para orientarte a encontrar el mejor camino. No interferiré en tus decisiones solo daré mi opinión.
— Gracias, Clayton. — Ahora veo todo de un modo diferente, sé que me fallo, pero no puedo culparlo hasta no saber las razones por la cual hizo lo que hizo.
— Bien, hagamos algo mejor. Estarás acá por una semana. Quiero que en esa semana cada día, sin importar que estemos haciendo o en donde nos encontremos, quiero que me cuentes uno de esos deseos y lo que piensas al respecto. Yo haré lo mismo. Te contaré cada día un secreto y explicaré que hice para solucionarlo.
Sabía que este astuto hombre tarde o temprano me haría hablar. Que inteligente. Pero viéndolo con otros ojos, me parece un buen trato. Así no me sentiría presionada y él no podría juzgarme por lo que he hecho.
— Pero... quiero que me cuentes todo desde el principio. ¿Cómo comenzó esta historia de tres?
Y este en el momento más difícil de mi vida. ¿Cómo le explicarías a tu padre algo así? ¿No se supone que los padres son los gruñones protectores?
— Cafetería —Susurro y el me mira confuso.
— ¿Cafetería? —Pregunta.
— Sí. — Sonrió recordando ese momento —Ahí fue donde conocí a Leo.
¡Oh, dios! Espero mi padre no tenga en su mente a la típica historia de dos jóvenes enamorados.
∞∞∞∞∞
¡¡¡DOMINGO!!! (Hora de Venezuela 9:46 p.m. ) Sí, lo prometido es deuda y yo he dado mi palabra. Acá otro capítulo más y solo han pasado 3 días desde la última actualización. ¡Milagro! Jejeje Espero les guste el cap, y recuerden que se viene un Maratón, estén preparado para lo que van a descubrir.
Miles de besos, amores mios❤
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