Gajeel limpió el sudor de su frente, se quitó la mascarilla una vez terminada la limpieza de la casa del mago. Era increíble la cantidad de trastos y escombros que tenía almacenados. La casa tampoco es que fuera muy buena en lo que arquitectura se refería, había sufrido tantos destrozos y arreglos de chapuza, que era un milagro que no se le hubiera caído encima en algún momento.

Salió de la casa para poder respirar algo de aire fresco. Al mirar a su alrededor, vio que aquel lugar tan apartado era mejor de lo que pensaba, en un bosque, con un río cerca y toda la paz que uno podía desear. Pero no encontraba algo, o mejor dicho, a alguien.

—¡Natsu!—grito para llamar a su amigo.

No estaba donde le había dejado la última vez.

—Este chico...¿donde estará?—echó a andar por el lugar, por suerte, utilizó su olfato para poder encontrarlo.

Camino por la senda del bosque hasta encontrar una cascada donde había entrenado alguna vez. No estaba bajo ella, pero si en un pequeño trozo, meditando en una roca completamente plana y con los ojos cerrados.

—Es extraño que Natsu medite, no es su estilo de entrenamiento—susurro observando.

Aguardo durante al menos unos diez minutos, no quería interrumpir tampoco aquel momento de paz, pero era necesario hablar con él.

—Oye, Salamander—llamó este.

Lentamente fue abriendo los ojos, ahora presentaban un mejor aspecto que antes, con algo de vida al menos.

—Gajeel, estaba meditando—se levantó y estiró un poco sus agarrotadas piernas.

—Lamento interrumpir tu mediación, pero he terminado de limpiar la casa—le dijo con una sonrisa.

—Ya veo...gracias—esbozó una sonrisa, una sincera y agradecida—¿puedo pedirte un favor?—le pregunto crujiendo los dedos para terminar de despejarse.

—¿Eh?, ¿de qué se trata?—pregunto con curiosidad.

—Pelea conmigo.

Ambos esbozaron una sonrisa cómplice, había pasado mucho tiempo desde la última vez que cruzaron puños.

—Acepto...gihi.

—Pero no aquí, hay muchos animales y no quisiera destruir esta zona. Vayamos a un lugar donde no causemos daño alguno—indicó con su dedo una dirección.

Al llegar, cada uno estaba situado encima de una roca a pocos metros del otro. Adoptando una postura de combate, dio comienzo el duelo.

—¡Puño del dragón de fuego!—envuelto en llamas, lanzó a su oponente un gran gancho.

Pero Gajeel lo detuvo con su mano convertida en metal.

—Buen intento—felicitó este—¡rugido del dragón de hierro!—Natsu logró agacharse en el momento preciso para esquivarlo. El ataque impacto en una pequeña montaña que al recibir semejante ataque, acabo hecho polvo y granito.

Entonces comenzó un intercambio de golpes a corta distancia, Gajeel usaba sus brazos en forma de x como escudo para protegerse de los puñetazos de Natsu que no lograba atravesar aquella defensa. Justo cuando fue a asestar otro golpe, amago y lanzó una gran patada en el costado que deshizo su guardia.

—Je, no te lo esperabas eh—ahora logró golpear el mentón de Gajeel—¡rugido del dragón de fuego!—se produjo una gran explosión a corto alcance.

El dragon slayer salió contra unas rocas, algunas le cayeron encima amontonándose encima de él.

—Vamos, esto no ha terminado—dijo Natsu emocionado.

—Tienes razón—el mago se levantó del suelo y un aura negra rodeó su cuerpo y su cara.

—Oh, así que vas a usar el modo Dragón de metal y sombras eh...—Natsu liberó fuego que pronto se vio con rayos a su alrededor.

—Vamos...Salamander—ambos echaron a correr a gran velocidad.

Los dos agarraron las manos del otro mientras trataban de obtener su ventaja. Era tal la presión, que del suelo se levantaban piedras mientras se hundía poco a poco el terreno. Natsu soltó uno de sus puños tratando de sorprender a su oponente, pero Gajeel que conocía ese truco hizo lo mismo pero con la otra mano. Ambos fueron golpeados por el puño del otro retrocediendo unos pocos centímetros antes de volver a realizar una lluvia de golpes.

A esa velocidad y conociéndose el uno al otro, no atravesaban la defensa de su rival, cada choque retumbaba por todo el lugar. Luego, los dos lanzaron su rugido generando una fuerte explosión en el terreno.

—Eres...fuerte...mucho más de lo que había pensado...—el joven pelirrosa jadeaba.

—Tú tampoco lo haces nada mal...Salamander—Gajeel sonreía.

—Voy a terminar con esto...¡Dragón de fuego carmesí!—grito liberando todo su poder en un gran dragón de fuego.

—¡Dragón de la oscuridad metalizado!—un dragón negro como Acnologia y envuelto en capas de metal emergió de su puño.

La explosión al chocar ambos ataques fue tan bestia, que se produjo un gran agujero en mitad de la montaña y generó una gran vendaval de viento acompañado de una capa de polvo.

Desapareció a los pocos minutos, cada uno estaba a un lado del agujero observando al otro mientras trataba de mantenerse en pie. Recuperaban aire como podía mientras miraban todo lo que había causado su ataque.

—No esta mal...creo que es un empate—dijo Natsu.

—Si...estoy de acuerdo—y así, ambos se tiraron al suelo para descansar.

—Oye...Gajeel...

—¿Si?, ¿qué ocurre?—pregunto mirando las nubes desde su posición.

—Gracias—contesto feliz.

—Je.

Cuando recuperaron sus fuerzas, regresaron a la casa. Para su sorpresa, había una persona esperando en la puerta.

—Menos mal que os encuentro—dijo la joven.

—Erza, ¿qué haces aquí?—preguntaron extrañados.

—Natsu, estaba preocupada por ti—le dio un gran abrazo—¿qué te ha pasado?—pregunto al verle con la ropa sucia.

—Gajeel y yo estabamos entrenando—ambos chocaron sus puños como buenos amigos.

—Supongo que hasta los amigos necesitan luchar entre ellos—asintió feliz—bueno, primero date un baño, estás herido así que te ayudare.

—Vale.

Ambos comenzaron a ir hasta una fuente no muy lejos de allí.

—¿No vienes Gajeel?—pregunto calmado el joven.

—¿Eh?, no, yo me ducho en casa. Nos vemos—dijo antes de irse—¿acaso esos dos no tienen pudor?.

Aunque no era consciente, Gajeel, al ayudar a Natsu de aquella forma, le dio un luz de esperanza para poder seguir adelante. A veces necesitamos ayuda para continuar nuestra senda, y en este caso, lo encontró en el que un día fue su rival.

Continuara...