Llego el día de la boda y Natsu como había apalabrado con Mirajane, recogió a esta a las puertas de su residencia en Fairy Hills vistiendo un esmoquin que le quedaba como un guante. Por su parte, la maga llevaba un vestido azul, zapatos morados y unos pequeños guantes plateados.

—Te queda genial—le dijo mientras le miraba de arriba a abajo.

—No me gusta vestir así, parezco idiota—contesto algo gruñón.

—Los modales hacen al hombre—dijo esta con una sonrisa.

Se subieron a un carruaje que les condujo hasta el salón de actos donde se iba a llevar a cabo la ceremonia. Cuando entraron, muchos fueron los que se giraron a ver a la maga ya que estaba imponente con aquel flamante, casi tanto como la novia. Fueron hasta su asiento y esperaron a que entrase la novia.

Era una mujer algo joven y rubia, resaltaba su belleza. El novio, por su parte, estaba algo nervioso y emocionado.

—Algún día me gustaría una boda tan bonita—susurro Mira.

—Tendrás que encontrar a alguien.

Cuando termino el largo discurso de ambos y se dieron el si quiero, Natsu casi echa a correr al ver aparecer los camareros de no ser porque Mira le sostuvo. Además, tuvo la fortuna de agarrar el ramo ella. Aunque conociendo su poder, ninguna se atrevió a enfrentarse a ella.

—Natsu, por favor, compórtate—dijo con una sonrisa.

—Esta bien...—dijo mirando a otro lado.

—¡Mirajane!—le dijo la novia acercándose.

—Hola Serry—dijo feliz esta fundiéndose con ella en un abrazo.

—Supongo que este es el Natsu Dragneel del que me has hablado—miro al joven que estaba con ganas de ir al banquete.

—Si. Esta bien querido, ve a comer—le había contado que era su pareja.

Natsu fue directo y como había acordado con Mira, estuvo comiendo de forma educada para sorpresa de la albina que no podía creer que aquel fuera el Natsu que conocía.

Aunque eso no quito que se zampara él solo un montón de comida. Pero lo que más quería Mira llegaría durante las horas posteriores. Era el baile, tomo a Natsu de la mano, fue hasta la pista y acomodo sus manos en la cintura de ella.

—No me gusta bailar—le espetó este.

—Deja de quejarte—dijo divertida Mira.

Las canciones iban pasando una tras otra y la joven iba cada vez más pegada a este que solo continuaba el ritmo. Ella se abrazo a su cuerpo, a fin de cuentas, les había dicho a todos que era una pareja. Por suerte y para no pasar tanta vergüenza, los focos se fijaban en los recién casados.

—Gracias por todo Natsu—susurro ella feliz.

—No hay de que.

No supo en ese instante si fue por el vino que había tomado o por la emoción que transmitía el momento de la noche pero tomo suavemente el rostro del mago y le beso. No solo eso, sino que paso a ser un beso con lengua.

Al separarse para tomar un poco de aire, pudo ver el sonrojo en este. Realmente había traspasado el límite.

—Natsu—dijo ella retirando un poco el escote de su vestido dejando al descubierto un poco lo que llevaba debajo al descubierto.

Las luces se prendieron y ella se volvió a tapar, aún estaba pensando en lo que había hecho. El resto de la noche paso sin nada más, la gente estaba tan pegada que cualquier cosa que hiciera quedaría a la vista de todos. 

Cuando salieron del lugar, Natsu iba a ir a por un carro para ellos dos, estaban lejos de casa.

—¡Natsu, espera!—le llamo la albina.

—¿Qué ocurre?—pregunto extrañado.

—Lamento lo de antes...yo...me he dejado llevar—dijo avergonzada.

—No te preocupes.

El carruaje llego y durante el trayecto, no dijeron nada, es más, Mira se quedo dormida en el hombro de Natsu. Él apenas tenía sueño. Llegaron a Fairy Hills y esta dejo en manos de Erza a Mira. Luego, se marcho a su casa, con la mente ocupada pensando en aquel beso.

Continuara...

Tengo pensada una cosa para un capítulo que si me sale bien...xD.

Muchas gracias por su apoyo!!!