Nuestra joven protagonista estaba sentada en la azotea, mirando al cielo intentando comprender todas esas emociones.
¿Todas las personas sienten esto cuando se enamoran? Me siento tan bien pero a la vez tan nerviosa a su lado... Detesto y adoro estar así, ¿es normal o es debido a mi antigua doble personalidad?

Estas y miles de preguntas pasaban por su cabeza. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que cuando quiso darse cuenta había anochecido.
De inmediato fue a su cuarto donde cayó dormida rápidamente debido al día tan emocionalmente agotador que había tenido.
Mientras tanto en las afueras de la UA, una gran amenaza había terminado los preparativos para entrar.
Ya en la habitación de la joven se encontraban dos hombres dispuestos a llevar a cabo su plan.
Uno de ellos puso en la nariz de Nozomi un trapo humedecido con cloroformo. Al sentirlo la joven despertó e intentó quitárselo pero inmediatamente el otro hombre colocó una especie de manoplas metálicas que por supuesto no le permitía usar su particularidad libremente.
En un intento desesperado por zaparse del agarre del primer hombre quiso atacar con sus alas y cola pero estas también fueron fuertemente amordazadas.
Su cola había sido pegada a su pierna por una especie de metal que se ajustó prácticamente al instante mientras que sus alas habían sido atadas entre ellas con el mismo material.
Tras unos segundos Nozomi no pudo evitar quedar dormida debido al cloroformo.
Uno de los hombros la cargó.

-La primera parte ya está casi completa, vámonos rápido- dicho esto abrió la ventana y una alarma empezó a sonar.

-¿Qué está pasando? Pensé que habíamos logrado romper la seguridad- se alarmó el otro.

Efectivamente lo habían logrado pero no tuvieron en cuenta un sistema apartado encargado de no permitir que los alumnos salgan por la noche.

-¡Maldita sea!- aquel que había abierto la ventana hizo aparecer un nubarrón gris- ¡Rápido salgamos de aquí!

Saltaron sobre la nube dispuestos a alejarse del edificio.

Los alumnos que habían oído la alarma se asomaron a la ventana. Mientras que Aizawa-sensei que ya había corrido hacia la puerta pudo ver el nubarrón moverse a gran velocidad, trató de subirse a él con sus cintas pero nada más intentó moverse los villanos tomaron acción.

-Ni se le ocurra moverse- una daga metálica estaba apoyada sobre el cuello de la estudiante.

Sin tener otra opción, tuvieron que dejarles ir.
Aizawa corrió a por Nezu, esto era una emergencia muy seria. Nuevamente, la UA no había podido evitar el secuestro de un alumno.

Tras unas horas de vuelo los secuestradores llegaron a su destino. Con la joven aún dormida les fue muy fácil encerrarla en una habitación vacía, tan sólo ocupada por cuatro cadenas que ahora aprisionaban sus extremidades. Una de las paredes de aquel zulo era casi en su totalidad un robusto cristal desde el que se podía ver el interior pero no el exterior

-Oh, ya habéis llegado- entró un tercer hombre. Era bastante robusto y llevaba una máscara que le cubría gran parte del rostro- Buen trabajo- dijo mientras miraba a Nozomi apresada a través de un cristal.

-¿Está seguro de que es ella?- uno de los secuestradores estaba algo dudoso.

-¿Eres gilipollas? Tiene cuernos y alas, ¿crees que es una casualidad?

-No sé jefe... Cada vez hay más particularidades podría ser una casualidad...

En ese momento la prisionera abrió los ojos algo aturdida. Al notar lo que estaba sucediendo el color de sus ojos se invirtió. Estos estaban inundados de un profundo color rojo y de un muy ligero brillo azul. Nozomi se levantó furiosa tratando de lanzarse contra el cristal con todas sus fuerzas.

-¿Y ahora? ¿Sigues dudando? Esa ira, esos ojos... Kurosawa Raiden, su sangre corre por esas venas.

Curidosidad: Raiden solía ser un miembro muy importante de su clan.

Movidaaaaa, estaba deseando llegar aquí xD