² | Noche Uno.

§

Un mes después.

Llegar a Daegu le tomó tres semanas en alta mar. El tiempo en el barco le había resultado reparador. Había estudiado mucho y también le había servido para pensar, escucho más historias sobre la Bella durmiente, como solían llamarla los marineros. Y se encontró sintiendo lastima por la pobre chica, aunque también se sintió afortunado de no haber portado tales maldiciones. Su familia era afortunada de no esconder nada. Su padre, de hecho, se horrorizaba con el tema y Jungkook entendía que tenía miedo de siquiera pensar que algo pudiese pasarles. Lástima, que él ya había tomado una decisión.

La semana restante se fue en llegar a palacio y pasar desapercibida en el camino, el pueblo era grande y él no quería dar espectáculos, así que se mantuvo discreto ante su apellido. Decidió recorrer su camino a pie con ayuda del capitán Jack, haciendo paradas para descansar, beber y comer. Llegando a palacio Kim se despidió de él, dejándolo en la puerta con su pequeña valija. El siguiente paso fue bastante sencillo, una mujer la recibió, Kook le advirtió que los hermanos Kim ya sabían de su llegada y eso no era mentira. Meses después el propio príncipe los había contactado, al enterarse de que él joven príncipe ya había matado a un rey. Eso le llamo la atención de inmediato, le atrajo el peligro y el conocimiento que la situación poseía. La ama de llaves le permitió la entrada. Fue muy amable e inmediatamente le permitió la entrada, sin sospechar que se trataba del Príncipe de Busán.

No había conocido a ninguno de los príncipes residentes al llegar, solo al ama de llaves y a un mayordomo extrañamente silencioso que le mostró la habitación en la que se alojaría. El trabajo sonaba inestable, pero necesitaba saciar esa necesidad de aprender y esa inmensa curiosidad, incluso si para ello tenía que arriesgarse a "vigilar" al Príncipe Kim por unas noches. Dejo de darle vueltas un momento y suspiró. Jungkook dejó la valija sobre la cama de mantas rojas y doradas. La habitación no era muy grande, las mantas no eran de seda como él acostumbraba, aunque poco le importó porque no dormiría de todas formas. Le consoló ver que en una de las almohadas descansaba un sobre color hueso, seguramente habría más instrucciones de las que le habían dado o eso quería pensar el azabache. Se sentó en el borde de la cama con el sobre entre las manos. Entendió que los Príncipes querían dejarle un mensaje para ayudarle a establecerse en su primera noche en Palacio. Abrió el sobre con especial cuidado y comenzó a leer.

Querido, Jungkook.

Como supongo usted ya ha sido informado; se espera que cuide a nuestro hermano menor Taehyung por unas pocas noches para que el resto de nosotros, incluyendo al reino, podamos dormir en paz.

Cuando digo cuidar, quiero decir que debe ser constante y desde lejos. Si lo están vigilando, no puede abandonar el castillo. Sé que puede ser un poco abrumador, pero no hay de qué preocuparse. Estará bien. Solo concéntrese en pasar su primera noche a salvo.

Nuestro querido hermano Taehyung se pone un poco raro por la noche, pero ¿Lo culpo? No.

Si me maldijeran de tal manera que tuviera que estar encerrado día y noche para evitar aterrorizar al reino y nunca tuviera un día de libertad, probablemente también estaría un poco irritable por la noche. En cualquier caso, es imperativo que no le abran la puerta, ni siquiera por un segundo, no importa lo que él diga que te hará. Él no puede hacerte daño si estás allí.

Notarás que te dejé un par de cosas en la cama. El espejo tiene cualidades mágicas; le mostrará a cualquier persona que usted quiera. Así es como debe vigilarlo, cuando sus pequeños... amigos lo dejan salir de su celda.

No te preocupes, no te atacarán mientras tengas el segundo objeto que te dejé: la vela. No es una vela ordinaria. Está encantada para alejar a los amigos de mi hermano, y evitará que desbloqueen la puerta de tu habitación. Sin embargo, este tipo de vela se quema muy rápido, y solo tengo suficiente para cada una de las cinco noches que te quedas aquí, así que solo enciéndela cuando sea absolutamente necesario. Algunos de sus amigos pueden deambular por los pasillos, así que ten cuidado con ellos si puedes.

Él va a intentar cualquier cosa para conseguir que abra la puerta. Los últimos pares de asistentes a los que había dado estas funciones no han durado demasiado tiempo, porque son los peligros y dificultades que conlleva este trabajo. No dejes que eso te intimide. ¡Estarás bien! Todo lo que tienes que hacer es aguantar hasta que la luz del sol y los pequeños amigos de Tae se hayan ido.

¡Te deseo suerte pero estoy seguro de que no la necesitas! Esta noche no debería ser un problema para usted, siempre y cuando esté alerta, permanezca despierto y no abra esa puerta pase lo que pase. Uno de nosotros vendrá a la luz del día para dejarte salir.

-NamJoon, Daegu.

PD: Acabo de recordar que podría ser conveniente para ti mantener las cortinas de la ventana cerradas. Nada debería poder pasar por la ventana, pero ha habido informes de apariciones inquietantes que pueden perseguirlo en su sueño cada noche de su vida hasta su muerte oportuna. Pero en realidad no pasará nada si decides dejarlas cerradas.

Esto fue un error pensó por un momento, en que la nuca le dolió a causa de los nervios que sentía. ¿El valor lo había abandonado en el barco? Quizá sí.

Sintiéndose surrealista, sintiéndose medio dormido, recogió los objetos mágicos de la cama. El mango plateado del espejo estaba frío y pesado en su mano, el cristal estaba impecablemente limpio.

-Príncipe Taehyung - dijo tentativamente, sintiéndose tonto al dirigirse a un espejo por el nombre de alguien. Algo patético, pero la curiosidad de ver a Tae le tentó cada poro de la piel.

Su reflejo se torció y el vidrio emitió un tenue resplandor verde, y de repente su reflejo desapareció por la imagen de un hombre guapo y pelirrubio, atrapado en una celda que parecía que una vez hubiera sido simplemente su dormitorio. Era como mirar una pintura enmarcada en un espejo, hasta que se movió para rascarse la parte posterior de la cabeza.

- ¡Oh! -Jungkook se sorprendió, si sus hermanos pudieran ver esto se desmayarían de la impresión. Dejo caer el dispositivo encantado, definitivamente demasiado asustado.

Después miro la vela, esta parecía una vieja vela blanca, pero de cerca se podían ver inscripciones lejanas, plateadas y extranjeras a lo largo de la cera. Había una vela de plata sobre la mesa, junto a una caja de fósforos, y colocó la vela en ella, colocándola junto a la puerta.

Las manecillas del reloj en la esquina parecían no haberse movido lo suficientemente, y ya estaba cansado.

-Maravilloso -suspiro, revolviéndose el cabello.

- ¿Me estás mirando? -escuchó una voz joven, como un murmullo, Jungkook chilló. Había venido del espejo y eso no hizo más que ponerle la piel de gallina y los pelos de punta -. Si respondiste, no puedo oírte, pero sé que estás allí. Eres el nuevo, ¿verdad?

Su voz era suave y profunda. Kook camino de puntillas hasta la cama, saltando sobre ella para mirar el espejo, con cuidado de no dejar que sus pies cuelguen del borde. El espejo mostraba la cara del príncipe, los círculos oscuros bajo sus ojos azules, su pelo rubio cepillado con los dedos, sus mejillas rosas y su sonrisa alegre pero de labios fruncidos.

-Lo siento, así es como tenemos que ser presentados. Soy el Príncipe Taehyung -dijo, Jungkook no pudo apartar la mirada del vidrio del espejo -No sé tu nombre. Ellos no me lo dijeron, solo sé que eres un chico. Y debido a eso me disculpo por mi apariencia. Estoy... tan cansado.

Incluso cansado, era hermoso. Con los ojos cansados pero jóvenes, quizá tenía su edad. A lo mejor dos años más o uno. No podía ver nada malo con él, era educado y en su estado se había presentado muy cortésmente y eso hizo que su pulso se calmara un poco. ¿Por qué querían que lo mirara?

Espero unos segundos más, pero había dejado de hablar, sentado en el borde de la cama, al que estaba sujeto con largas cadenas alrededor de las muñecas y los tobillos. Como si fuera un prisionero, en lugar de un Príncipe. Eso lo hizo pensar siento de cosas no muy agradables del porque estaba encadenado. Después de todo él ya había matado antes.

Se ha ido el nerviosismo, al menos unos gramos de él y un tanto más tranquilo Jungkook vio cómo el espejo se desvanecía de nuevo a su reflejo de ondas azabaches y lo bajo al colchón. Quizás esta sería una noche normal. Tal vez esto fue toda una broma muy elaborada para asustarlo, de cualquier forma no le importaba lo suficiente mientras no estuviera en su reino, encerrada en su palacio.

Cinco minutos habían pasado. Había algunos libros en un estante, así que tomó uno, se acomodó en la cama con las piernas estiradas y lo abrió para leer. Leyendas de Daegu y sus misterios. Cálmate, se dijo.

Noche | uno

1:00AM

El azabache dejó el libro en su lugar y levantó el espejo una vez más. Lo tomo con firmeza entre sus finas manos, haciendo una mueca que se reflejó, luego suspiró.

-Príncipe Taehyung - dijo, y frente a él apareció el nombrado, estaba en su habitación, leyendo un libro como él había estado haciendo, minutos antes de tomar el espejo -Eso es curioso.

Luego la sombra del Príncipe cambió.

Se mantuvo cambiando...

Comenzó a estirarse. Entorno los ojos, acercando un poco más el espejo a su rostro. ¿Podría ser esto un truco de la luz?

La sombra deslizó sus dedos en las rendijas de las restricciones de Tae, haciendo que las esposas cayeran y en un minuto él ya era libre. Jungkook soltó un gritó de pánico, llevándose las manos a la boca. Sin despegar la mirada de la escena.

-No te preocupes, si todavía me estás mirando - le dijo el Príncipe, estirando los brazos y las piernas en la imagen -. No te pienso lastimar. No lo haría, además estamos varios pisos separados -. Sonrió, parecía menos cansado de repente -. Puedo ir a visitarte más tarde esta noche. Al menos, me gustaría tener alguna idea de quién me está cuidando esta vez. Ah... -Se sacudió los pantalones, suspirando -. Es hora de estirar las piernas.

El Príncipe abrió la puerta de su habitación. Jungkook mantuvo un agarre mortal en el espejo. NamJoon había dicho que "intentaría cualquier cosa" para que él abriera la puerta, ¿era así? ¿Hacerse amigos y hacer que confiara en él? Lo había hecho sonar como amenazas de muerte en la nota.

Kook empujó el espejo debajo de la almohada, caminando para deshacerse de la repentina sensación de malestar en su estómago. Escucharía sus pasos si viniera, ¿verdad? Echo un vistazo a la caja de fósforos y a la vela, y luego alcanzó el espejo otra vez.

El príncipe Taehyung estaba en la biblioteca, al parecer. ¿Qué tan cerca estuvo de él? ¿Estaba todavía varios pisos debajo de él? Debería haber estado mirando todo el tiempo y eso se lo reprochó. Si su hermano Jimin supiera lo que estaba haciendo seguramente lo regañaría y le dirá que cual era la necesidad para ponerse en peligro.

-Cálmate - se dijo asimismo en un desesperado intento por tranquilizar sus nervios -. Cálmate, puedes hacerlo. Él no parece que venga por ti. Estarás bien.

Con el afán de calmarse, lee la nota otra vez, pero solo se agita más. Por los "amigos" que había mencionado ¿NamJoon se refería a las sombras? Solo habías visto una, y era la de Tae. Pero para estar seguro, le pidió al espejo que le mostrara las habitaciones y los pasillos más cercanos a su habitación.

Nada parecía fuera de lo común. Reviso a Tae de nuevo. Todavía estaba en la biblioteca. Hojeando libros y curioseando entre ellos.

Noche | uno

2:00AM

El azabache fue sorprendido por un golpe en la puerta, su corazón salto de su lecho y las manos le temblaron. ¿¡Cuánto tiempo lleva él afuera!?

-Muéstrame a Tae - le dijo al espejo con los labios medio resecos, y he ahí, él estaba afuera de la puerta de su habitación. Con el corazón latiendo aceleradamente, no perdió el tiempo al arrodillarse para encender la vela como lo decía la nota.

- ¿Te dormiste? No quise despertarte, lo siento. -Su voz sonó mucho mejor en persona y eso ya era desconcertante, ¿Cómo podría gustarle la voz de un asesino? - Sal y di hola.

-Oh, no, me lo advirtieron -dijo, tratando de recuperar el poco aliento que le quedaba -. Me advirtieron que no te abriera la puerta, pase lo que pase. Por favor, vete...

- ¿No puedo quedarme aquí y hablar contigo?

-La vela se consumirá - murmuró Tae con desesperación mirando gotear la cera. Se estaba quemando alarmantemente rápido -. Por favor, vete.

-No me quiero ir - le contestó como si fuera un caprichoso niño pequeño pidiendo jugar un rato más, en voz baja -. A pesar de lo que dicen, no te lastimaré. Mis amigos tampoco lo harán. Ellos son mis amigos.

Parecía muy sincero, y de hecho, él fue el primer Príncipe en este castillo al que él le había hablado en persona. ¿Era realmente más sabio creer en un pedazo de papel?

- ¿Por qué... por qué tus hermanos se preocupan, entonces? ¿Por qué estás maldito?

Lo escuchó suspirar.

-Hice algo... malo, una vez. Realmente lastimé a alguien, y ese alguien tenía amigos que son como mágicos. Se preocuparon demasiado por él y decidieron hacerme una persona aterradora para darme una lección. Supongo que no me importa mucho, porque ahora tengo amigos del otro lado.

Eso envió un escalofrío al Príncipe de Busán. Se alejó de la puerta y reviso el espejo. Taehyung no tenía ninguna sombra acompañándolo en absoluto.

- ¿Del otro lado de qué? ¿Qué van a hacer conmigo?

- ¡Nada! Son solo un par de almas solitarias - insistió -Por favor abre la puerta. Han pasado años desde que vi a una persona real. Apuesto a que eres hermoso.

No sabía con exactitud cómo responder a eso. Él rió.

- ¿Podrías describirte para mí?

Cogió el espejo otra vez para probar su descripción, pero notó que la vela se había derretido dos pulgadas y al instante el pánico la invadió de los pies a la cabeza - ¡No! No, tienes que irte ya. Por favor.

- ¿Puedes dibujar? -le cuestionó ignorando su petición. Kook casi suelta un alarido de desesperación.

- ¿Hm?

- ¿Puedes dibujarte para mí? O escribe una descripción, si no quieres hablar. Puedes pasarlo por debajo de la puerta -le pide con anhelo.

-Si hago eso por ti, ¿Te iras hasta que haya terminado con el dibujo?

-Sí. Volveré en diez minutos, ¿será suficiente?

-Sí, ahora vete -le dijo. Sus pasos se desvanecieron por el pasillo y Kook miro por el espejo, suspiró, sintiéndose mareada. Al invocar el espejo, esperó hasta que dobló la esquina para apagar la vela.

Sucedió que había papel y un lápiz atrapados en su habitación, e hizo lo mejor que pudo para capturar su apariencia lo más objetivamente posible. Varias veces había dibujado por diversión cuando estaba aburrida en palacio. Cuando el Príncipe Kim llamó diez minutos después, acababa de terminar, se apresuró a encender la vela, otra vez.

Deslizó el borde del papel debajo de la puerta y retrocedo casi al instante de la puerta -Ahí tienes.

- ¡Gracias! -Oyó que lo recogió casi al momento -. Déjame solo examinar esto por un momento... oh, ¿así son tus ojos en verdad? Me encantaría verlos en persona. Pero entiendo que no estás planeando abrir la puerta pronto.

-Estas en lo correcto -contesto a la defensiva.

Él guardó silencio por un momento. El príncipe revisó el espejo; él todavía estaba allí de pie al otro lado. Eso la incomodaba, algo había que lo mantenía aterrado con la idea de que estuviera tan cerca.

-Tú... realmente eres bastante bonito.

-No sabes eso -musitó él sonrojándose por el cumplido no solicitado -. Podría estar mintiendo.

-Bueno... si así es como te ves - comenzó, su voz había bajado, ronroneando un poco. Esperó al final de su oración pero no llegó, y en cambio se aclaró la garganta -. Creo que iré a las cocina. Estoy hambriento. ¿Te gustaría que te traiga algo?

-No gracias.

-Muy bien.

Oyó cómo arrastraba los pies y luego un ruido sordo. El espejo mostraba al príncipe tendido sobre su vientre, con el pie atrapado en la alfombra.

-Whoops -río poniéndose de pie como si nada hubiera pasado.

¿Podría realmente ser tan malo como lo habían insinuado sus hermanos? Parecía tan... dulce. Incluso inocente. Jungkook empezó a creer que todo era un truco y quizá el otro no estaba tan maldito.

Noche |uno

3:00AM

-Soy yo.

Él había regresado sin previo aviso. Cerrando el libro de cuentos de hadas, Jungkook lo dejo caer sobre la vela justo cuando escucho que algo tocaba la manija de la puerta. Como si quisieran abrirla.

-Realmente eres muy atractivo, si puedo confiar en lo que me has dibujado -continuó -. Desearía poder jugar con tu cabello.

- ¿Qué? -Jungkook estaba desconcertado.

-Solo quería decir que parece divertido jugar con él -retrocedió unos pasos de la puerta -. Y tengo curiosidad... ¿Crees que yo soy atractivo?

Claramente, la reclusión no tenía ningún uso para la sutileza o los modales. El azabache no respondió, solo sintió sus músculos tensar se.

-Está bien si no lo crees; Solo quiero saberlo - explicó -. Verás, de las docenas de hombres y mujeres que tenían tu trabajo antes que tú, pocos han podido superar su miedo a que yo me diera una respuesta directa. Una vez fui muy atractivo, y me alegraría descubrir que todavía me ven así. Y si no, al menos sabré la verdad.

-Tú... tú lo eres - dijo, tropezando con las palabras, tratando de no pensar en su prometido Yugyeom, porque esto lo hacía sentir culpable, pero no dejaba de ser la verdad -. Creo que lo eres, de cualquier modo. Incluso con los ojos tan cansados.

- ¿Me puedes describir a mí?

- ¿No puedes mirarte en un espejo?

-Quiero saber cómo es que me ves tú -explicó, con esperanza en su voz -. Quiero verme como alguien tan hermoso como tú me ve.

Él tomo el espejo y miro esa cara, más juvenil y animada a medida que avanzaba la noche. Con un brillo en los ojos, algo ascuas, pero azules a final de cuentas.

-Tu cabello es blanco muy suave, al igual que tus pestañas largas. Tus pómulos enmarcan tu rostro muy bien y acentúan tu fina mandíbula. Tus ojos son un tipo muy específico de azul oscuro, y tienes las mejillas sonrosadas. Tu nariz... bueno, es perfilada y bastante fina. Pero te queda bien.

-Gracias -asintió.

-Tus labios son delgados y de color rosa, y tus dientes son tan blancos como la nieve recién caída del cielo de Diciembre - continuó el muchacho mirando el espejo -. Dos de tus dientes son muy filosos, como los de un lobo.

Él los mostró para el contrario.

- ¿Te gustan? Hacen que sea muy fácil morder las cosas. Pero, por supuesto, soy más amable cuando muerdo a una persona.

- ¡Muerdes a la gente! -se escandalizó el azabache, llevándose una mano al corazón palpitante.

-Oh querido, no así -, le dijo suavemente -. No tengo gusto por la carne humana. Yo... estaba aludiendo a actividades más íntimas. Usted sabe.

Un goteo de cera de vela brillaba en su visión. Quedaba muy poca vela y este no era el momento para que él le comenzara hablar en doble sentido.

-Por favor, vete -le rogó, con la cara ardiendo cuando la idea de que él mordiera a alguien realmente se hundió en su cabeza -. Por favor. La vela se apagará.

- ¿Estás segura que quieres que me vaya?

-Yo... sí, sí, vete. Por favor, vete, no puedo pensar en que muerdas a la gente. Es muy...

- ¿Aterrador? -le dijo tratando de a completar la frase de Kook, a quien le temblaba la voz.

- ¡Bueno, no... Vete! -exclamó desesperado al ver la vela gotear de esa manera. Se fue sin decir nada y ella apago la vela. No estaba a la mitad de la hora.

Se mantuvo alejado, principalmente en la biblioteca, y ninguno de sus "amigos" vagó por ningún lado. Estabas empezando a desear haber dejado que se quedara con él. Se estaba volviendo solitario aquel lugar.

Ojalá pudiera pasar más tiempo con el libro, pero la última vez que lo hizo, la sombra de Tae casi había abierto la puerta. Así que solo esperaba y observaba, se pellizco cada vez que comenzabas a cabecear.

- ¿Estás aburrido?-, Preguntó a través del espejo al joven -. Lo estaría, si fuera tú. Ya sabes, hay muchas cosas que podrías hacer en tu tiempo libre. Puedo pensar en un poco más de diversión que leer ese viejo libro aburrido o que trates de averiguar cuánto tiempo le queda a la vela.

Jungkook se preguntó de qué podría estar hablando con exactitud.

- ¿Estás pensando en lo que dije? ¿Sobre morder? - le preguntó, moviendo un dedo sobre uno de los libros -. Dijiste que me encontraste atractivo. Mentiría si dijera que no comencé a fantasear. Sé que suena grosero, pero... No puedo evitarlo. Y quiero morderte, cariño, gentilmente. Claro.

¿Qué estaba haciendo él? Se preguntó Jungkook absorto a las intenciones del Príncipe. Si su padre lo oyera, ¡si Yugyeom lo oyera! Esto sería malo. Esto estaría mal.

-Quiero dejar marcas de mordiscos en tu cuello, espalda y hombros desnudos - ronroneó -. Ha pasado tanto tiempo desde que esta lengua ha atravesado la cálida carne humana y probado el sudor provocado por el calor del momento... cariño, me temo que ya puedo idealizarte.

-Por favor, para -susurró al espejo cuando sus muslos comenzaron a temblar de anhelo y algo más. A lo mejor este viaje iba ser su perdición.

Noche | uno

4:00AM

Se había detenido con sus descripciones de morderla. Ahora lo sabía, ahora entendió lo que su hermano había querido decir con "intentar cualquier cosa" en esa nota. Él trataría de seducirla fuera de esa habitación. Le quedaban dos horas y ya estaba funcionando y eso lo exasperó.

Jungkook quería verlo a él para seguir hablando. Quería que se quedara fuera de su habitación y mantuviese las descripciones de lo que él le haría si pudiera. Sabía que eso no estaba bien. Pero algo en él quería seguir escuchando.

Lo escucho roncar. Se había quedado dormido en la biblioteca. Y su sombra se había ido. Eso lo puso alerta.

Revisó todas las habitaciones y los pasillos en los que podía pensar que estaba, y allí estaba, su sombra, a menos de un metro de su puerta. Se apresuró a encender la vela y observó pacientemente durante cinco minutos hasta que la sombra finalmente se alejó para que pudiera conservar la última pulgada de vela el mayor tiempo posible.

Noche | uno

5 DE LA MAÑANA

Una hora para acabar. Kook se sintió lo suficientemente cómodo como para volver a levantar el libro, pero en lugar de ver las palabras, le vio la cara. Estaba allí en su mente, la cosa más real que había visto toda la noche, incluso si hubiera sido a través de vidrio.

Centrarse en el libro. Libro. Libro, espejo, vela. Libro, espejo, vela. La cara del Príncipe Taehyung. Una breve revisión del pasillo. Su cara durmiente otra vez. Él se veía tan tranquilo. Parecía tan... Inocente.

El tirador de la puerta se sacudió. Reviso el reloj; Todavía faltaba más de media hora para que pudiera ser el hermano de Tae. Encendió el cabo de la vela, comenzando a entrar en pánico. ¡Lo estabas haciendo tan bien! ¿Qué pasaría si esta vez la sombra no desaparecía?

Pero después de diez minutos, lo hizo. Todavía tenía algo de vela. Esta vez, mantuvo los ojos en el espejo, con la imagen del pasillo, solo hasta que el reloj marco una nueva hora. Y luego apareció Taehyung en el pasillo, deteniéndose frente a su puerta con un gran bostezo. Se veía tan cansado.

- ¡Por favor, vete!

- ¿No me darás un 'buenos días'? - Dijo, fingiendo dolor con una sonrisa -. Mis hermanos estarán despiertos pronto. No me queda mucho tiempo y quería volver a escuchar tu voz -. La de él era áspera por el sueño.

- ¿Mi voz?

-Me gusta - dijo, apoyando la cabeza contra la puerta. Él encendió la vela otra vez, casi quemándose en su acción -Tienes una voz muy agradable. Quiero que digas mi nombre.

-Príncipe Taehyung -obedeció el azabache tímidamente. En el espejo, una él se mordió el labio, sonriendo.

Oh... pensó, Jungkook admirandolo.

-Dilo de nuevo, por favor - murmuró, siguiéndolo con su nombre en los labios antes de que pudiera abrir la boca otra vez.

-T-Taehyung -repitió. Se podía escuchar la insinuación de casi un gemido por parte de él - ¿Estás bien?

-Oh, sí- dijo -. Me gusta mucho cuando dices mi nombre.

-Puedo saber...

- ¿Te imaginas lo que sonaría si estuvieras emocionado de verme? ¿O si no pudieras respirar? -lo interrumpió el joven al otro lado. Jungkook alzó una de sus cejas sin entender. Eso sonaba como una amenaza de un posible daño a su integridad física.

-Ah... ¿Y por qué no podría respirar? -le cuestionó con la cautela debida. Ese es el precio a pagar por ser tan curiosa y queremos vivir una aventura.

-Tendrás dificultades para recuperar el aliento, querido -explicó -. Tengo ese efecto en los hombres cuando estamos... bien, solos.

-Oh, vaya -musitó el menor.

-Pero tengo que decir que, hasta ahora, estoy más conmovido con usted que con cualquier persona que haya conocido, y ni siquiera he visto su rostro - dijo él -. Apuesto a que si te viera de frente, sería incapaz de mirar hacia otro lado. Sería casi imposible reprimir el impulso de tenerte en mis brazos.

-Príncipe Taehyung, por favor -le suplico él en un susurró, con la idea de que esto estaba mal -. Esto no es correcto...

- ¿Quieres que me detenga? -la interrumpió él, pero no obtuvo una respuesta -. Lo siento, si no le gusta.

-Yo... bueno, no me desagrada -le dijo al instante, deseando al instante que Yugyeom lo perdonará -. Es sólo que acabamos de conocernos esta noche, alteza.

-Entiendo. Es demasiado en tu primera noche, ¿verdad? Me comportaré, lo siento. Supongamos que me limito a pensar en acariciar tu rostro -dijo su voz cansada -, y en susurrarle dulces cosas y morderle los labios.

Estaba apoyado en la puerta ahora mismo, escuchando cada palabra del Príncipe.

-Mencionaste mi perfilada nariz. ¿Te imaginas enterrada entre tu pecho? ¿Notaste algo más además de mi cara? Porque seguramente has notado mis manos. Las guardo en estos guantes casi todo el tiempo, ¿Sabes? Las mantiene suaves y cálidas.

¿Y la vela?

Jungkook miró al espejo mientras él se quitaba lentamente un guante, pasando el pulgar sobre su índice y su dedo medio. Hipnotizan te.

-Por favor, solo déjame tocarte, una vez -le pide con añoranza en el tono de voz tan cansado. ¿Cuantas habrán terminado así? Escucho un ruido. La vela estaba apagada; su corazón se detuvo

- ¡No! -alegó rápidamente.

La manija de la puerta hizo clic, hizo clic, hizo clic hasta que giró. Se arrastró hacia atrás para esconderse detrás de la cama, justo cuando oyó que el gran reloj en el pasillo sonaba a las seis. Un ruido sordo. La puerta se cerró de golpe, cerrándose en su lugar. No escucho los pasos de Taehyung. Audazmente buscó el espejo, convocó su rostro, y allí estaba, encadenado de nuevo en su celda.

La cerradura comenzó a hacer clic más y sacudió la cabeza con miedo, pero esta vez cuando se abrió, un príncipe soñoliento con cabello peligris y ojos grises y rasgados le sonrió.

- ¡Buenos días! Soy NamJoon.

-Pensé que iría a su despacho y lo vería personalmente -dijo Jungkook, saliendo de su escondite, la buena noticia es que los Príncipes no sabían de quien era hijo. No sabían que él era tan de la realeza como ellos.

-No era necesario y bueno... parece que sobreviviste a la noche. Ve y come algo, duerme un poco. Tienes otra larga noche por delante, ¡pero estoy seguro de que lo harás bien!

Oh, oh.

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