₆| Noche Cinco

Noche|cinco
12:00AM

Sin nota, otra vez. Nada que pueda  moverla en la realidad. Nada que le recuerde que no ante todo no debe ceder, que Jackson haría todo lo posible para hacerla tropezar, que era una escoria. Que dentro de él había pura maldad, estaba hecho de malas intenciones y quería enredarla en ellas.

Bueno. No quería leer palabras así de todos modos. Ninguno de sus propios hermanos comprendió cuán torturado estaba el pobre Jack, día y noche, que no importaba lo que su pasado le había dicho, ahora estaba tan destrozado que ahora apreciaba las cosas más simples, como escuchar a alguien hablarle amablemente. Él fue tan  incomprendido. ¡Y estaba tan solo! Que se había hecho amigo de sus sombras.

Y sabía que si seguía pensando así, en el momento en que él abriera la boca, ella abriría la puerta con los brazos abiertos para él. Esas sombras en él eran sus demonios. Los merecía, por la razón que sea, y no se había enfrentado a la redención para deshacerse de ellos. Él fue manipulador y vil en un pasado. Pero de igual manera él ya estaba en su cabeza. Estaba desesperado por entrar con hacerle compañía.

Y es que él estaba tan  solo. Y era tan  amable con ella, aunque un poco obsesivo, pero eso era comprensible ya que era la única que se preocupaba por tratarlo como a un ser humano, y ... ¿iba a levantarse de la cama pronto? No necesitaba estar sola con estos pensamientos. Comenzaba la noche y lo único que Elsa deseaba era poder escucharlo y verlo atreves del espejo, aún si no podía tocarlo.

—Mmm, buenos días —dijo al fin, todavía acostado en su cama. No se dio cuenta de que sus sombras lo habían liberado —. O ... Buenas noches, supongo — Parecía cansado, pero cómodamente, con una gran cantidad de aliento relajado y una sonrisa pacífica en la cara.

Algo en esa voz áspera hizo que su corazón se acelerará. ¿Estaba realmente tan emocionado de verlo? Porque si buscáramos a profundidad en los sentimientos cálidos de Elsa sabríamos que había algo más allá de encontrarlo atractivo. Estaba el deseo, el deseo loco y enceguecido de poseer su cuerpo.

Ella se estremeció al darse cuenta por primera vez de lo frío que en realidad estaba la habitación. ¿Cómo es que no lo había notado con anterioridad? Y sin embargo el príncipe Jack, aún atado en su cama, con la desordenada cabeza de pelo que descansaba sobre una almohada regordeta, parecía agradable y cálido allí abajo. De hecho, parecía bien descansado; una mejora drástica desde la primera noche que ella lo conoció

Su cubrecama de color azul índigo se movió bruscamente y soltó un pequeño jadeo. Podías ver su hombro desnudo, pálido y cubierto de sudor, y en seguida se dio cuenta de eso con el corazón bombeando frenéticamente, uno: estaba desnudo; y dos: él estaba  mucho  más cálido de lo que estaba aquí arriba. La vista fue exquisita y se sintió culpable al aceptar que deseaba si cuerpo como el de ningún otro. Incluido su propio prometido.

Su respiración se tensó y ella se congeló, por un momento vio como sus ojos de cielo y tormenta rodaban y se cerraban, apretando la mandíbula. ¿Estaba sufriendo acaso? Porque eso era algo que ella no quería ver. No quería su sufrir, sino todo lo contrario.

—He estado pensando en ti todo el día, querida — dijo, cayendo pacíficamente flácido con una rabieta —. La última vez que pensé tanto acerca de cualquier mujer... bueno, la situación no fue tan saludable como uno espera que sería.

—También pensé en ti —dijo antes de recordar que no podía escucharla. Pensar en él la había mantenido despierta la mayor parte del día, de hecho, cuando debería haber estado durmiendo. Era como si estuviera tratando de intercambiar su insomnio por un pacífico día de sueño. Y si ese fuera el caso, en realidad no le importaba en lo absoluto —. ¿Es ridículo que no me importe si estás tratando de manipularme? —reconoció en voz alta, encontrando consuelo en el hecho de que estaba fuera del alcance de su oído. 

—Me debería importar —continuó hablando al reflejo —. Eres un mal hombre, o lo fuiste, y tu pasado está lleno de sombras que no he empezado a comprender. Tal vez estoy bajo la ilusión de que, de alguna manera, realmente puedo salvarte —confesó mordiendo su labio inferior levemente, sintiéndose ridícula ante tal ilusión. Y como la peor escoria por pensar en otro hombre que no era el suyo.

El movimiento repentino de una sombra en el espejo la alertó de sus deberes de vigilancia. Elsa siguió al demonio a mitad de camino por un corredor donde... se detuvo como si nada. Simplemente se quedó allí, por un minuto sólido.

Fingiendo estar preocupado por un minuto más, pronto cambio su punto de vista a Jack y su práctica prisión. Se sentó en la cama, sin camisa, con las sábanas dobladas alrededor de su cintura, unos centelleos de sudor que brillaban azules sobre su pecho a la tenue luz, una mano que se peinaba a través de su húmedo cabello  blanco cual nieve. Casi baja el espejo, pero honestamente no quería dejar de mirar.

—¿Quieres saber con qué soñé esta vez? —Sonaba  tan tranquilo, apoyándose perezosamente en una mano, calentándose la otra metiéndola debajo de las sábanas. Sus ojos estaban medio cerrados y líquido, cálido, derretido —. Soñé ... que tú y yo estábamos afuera. Sintiendo la lluvia sobre nuestra piel y el aire fresco y crujiente, con nubes allí millas y  millas  sobre nosotros. No hicimos nada, solo nos quedamos allí juntos, y cuando me tocaste la mano, me desperté.

Sus dedos tocaron el cristal.

—Y una vez que estaba despierto, traté de continuar el sueño por mi cuenta —Una pequeña sonrisa levantó la comisura de sus labios y miró hacia abajo, donde su brazo había desaparecido bajo las mantas —. Nos besamos bajo la lluvia. Te encantaba cómo podías verme a través de mi camisa mojada y aferrada. Me encantó lo mismo de ti. Y luego levanté tu falda y yo...

Oyó un traqueteo en su puerta y rápidamente llamó al espejo para mostrarte su pasillo, su cuerpo zumbando con adrenalina mientras encendía la vela. Tenía miedo, sí, pero por alguna extraña razón la vista en el espejo resultaba adictiva. Como un hechizo.

Cuando volvió a buscar a Jack, con el corazón todavía bombeando, la respiración del Príncipe era más audible. Sonaba algo trabajosa
Los músculos de su brazo derecho se flexionaron. Elsa entorno los ojos. Jamás había visto aun hombre cometer tal acto y sin saber porque eso la calentó el doble.

—¡Mm, hmm! —Sus dientes se clavaron con fuerza en su labio inferior mientras aspiraba un fuerte aliento a través de su nariz —. A-ah ... perdóname, querida. Quisiera poder evitarlo, solo estoy...


♛Noche|Cinco ♛
1:00AM


Se había puesto la ropa muy perezosamente, caminando por la casa solo con la camisa con las mangas pegadas a los codos y los pantalones y los calcetines. El cuello de su camisa se puso hacia un lado y se inclinó sobre el otro, y los primeros botones se deshicieron. Había debatido en voz alta si se afeitaría o no, pero al final decidió no hacerlo, y ahora se sentó en la parte superior de la mesa del comedor, lamiendo los dedos de los dulces postres que acababa de permitirse a sí mismo para el desayuno. 

—Me siento bien por esta noche — dijo —. No sé por qué. Simplemente me siento en paz. ¿Que hora es? ¿Demasiado pronto para ir a verte?

La sombra no se había ido. Otro se había unido a la ventana. Mientras vagaba por la casa con relativa indiferencia, Elsa no pudo evitar preocuparse por lo rápido que ardía la vela. Por supuesto, como ya estaba allí, no le haría daño pasar por su puerta.

Se tomó su tiempo, de todos modos, y se sentó a leer. Levantó la vista por encima de  ese único libro que le había leído, de alguna manera cerrando sus ojos contigo como si supiera por donde el espejo lo revelaría. No leyó en voz alta, y ella deseó infinitamente que lo hiciera.

Lo noto cruzar sus piernas. Comenzó a morderse la punta de la lengua, y luego el labio, y sintió la necesidad oscura e imperiosa de estar en la habitación con él. De pie, exploró eso que necesitaba parte de tu mente. Quería plantarse en su regazo y besarlo, morder ese labio por él.

Se levanta nuevamente. Sus suaves mejillas se sintieron como fuego. Tenía que dejar de hacerle esto. Él no... él ni siquiera estaba  haciendo  nada y la estaba volviendo loca.


Noche|Cinco
2:00AM


—Hola.

—Hola.

Oyó crujir la puerta cuando se sentó contra ella. La vela parpadeó hipnóticamente cuando ambos se sentaron en silencio. Con ambas espalda pegadas a la puerta, la misma que aún los mantenía separados.

—No sé cuánto tiempo más puedo soportar esto. No te toco.

—Jack, por favor...

—Sé que no es amor —dijo —. Quiero decir, podría llagar a ser lo. Pero si lo es o no, te necesito. Necesito abrazarte, querida observadora.

—Lo sé —contesto ella, cerrando los ojos con fuerza, como si pudiera mantener sus emociones controladas.

Y hubo un silencio a través de la puerta. Pero aún así Elsa pudo sentir su presencia y sintió consolado al menos. Luego comenzó a tararear algo; no era una canción que ella conociera, pero le gustaba la melodía. Fue bajo, no había pensado que su voz podría ir tan... profunda.

Y también era áspera.

—¿Cariño? —Dijo después de un rato —¿Podrías por favor abrir la puerta otra vez? Necesito verte tu rostro.

—Jackson...

—Entonces solo... solo háblame —insistió —. Si no puedo tocarte, haz me sentir algo.

Lo miro a través del espejo. ¿Cómo era que se había sentido tan unida en cinco noches? Incluso con Hans le llevó dos años adaptarse. Así que miro la vela corta, y su altura solo le preocupaba levemente. Con un suspiro, se relajo contra la puerta, recargando su palma helada sobre ella — Quieres abrazarme.

—Sí.

—Te dejaría. Descansaría mi cabeza y mis manos en tu pecho. Y me apoyaría en ti y ... y confiaría en ti.

—¿Confías en mí? — Hubo una carcajada en su aliento, como si estuviera haciendo una broma, pero cuando ella dijo  que sí con total sinceridad, se calló.

—¿Prestaste atención a lo alto que eres comparado conmigo? Varias pulgadas, al menos. Y apuesto a que eres muy cálido.

—Me lo imagino —reflexionó, cerrando los ojos brevemente —. Te abrazaría con seguridad. Y acuna tu cabeza, si me lo permites.

—Lo haría —asintió segura.

Continuó acerca de cómo se sentaría con él, de como le dedicaría sonrisas y se reiría con él y juraría que estaba parpadeando para no llorar. Algo en ellos era más que felicidad; era dolor, añoranza. Hablar de esto solo lo empeoraría, estaba seguro de ello. Además de que ella era la Princesa de Arendelle y el de Overland, ella se casaría con un hombre sin maldiciones en él. Al que podía tocar si así lo quería, con el que no tenía que sentarse a imaginar. Simplemente podría hacerlo porque quería y porque podía. Eso le dolió en el alma. Quería con todo el corazón que ese pudiera ser Jack.

—Y luego, alteza —continuo la rubia, cambiando su tono a mitad de camino dándose una imagen mental de como seria bailar bajo las estrellas —, yo... me arrodillaría ante ti.

Elsa escuchó su respiración tartamudear. 

—Tú... y luego ¿qué, exactamente?

Sonrojándose demasiado para seguir adelante, y ciertamente no tan educada como para saber qué decir que haría después, ofreció:

—Dejaría que hicieras lo que quieras conmigo.

La pelota estaba en su cancha ahora.

Y él estaba en eso.

—Bueno, yo ... bueno. Bueno, —comenzó, aclarando su garganta —. Comenzaría arrodillándome frente a ti, cara a cara, y diciéndole que te pongas de pie. Y luego, mi amor, te diría que te agarres firmemente a mi pelo y que no te sueltes, y tú no lo harías. Porque a continuación, levantaré tu falda y presionaré mis dedos cálidos y fuertes contra ti. Y desataría tu ropa interior con mis dientes.

Él comenzó a impresionarla con la pasión en su discurso; pasión y franqueza. Y quería cada segundo de lo que tenía que decir, y podía sentir los sonidos necesitados tratando de dejarte, y te preguntaste si le gustaría si soló...

—Mmm...

Se detuvo a mitad de la frase con la boca abierta, los ojos azules cada vez más abiertos, y luego solo hubo silencio. El príncipe se movió, apoyó la mandíbula y levantó la barbilla. 

—Bien entonces. Si hicieras sonidos como  esos,  te agradaría aún  más  con mi lengua. Mi nariz se presionaría profundamente dentro de ti, mi aliento caliente se aferraría a ti. Y una vez que te termine allí abajo, viajaría hacia arriba, a tu estómago ...

Dejo que su cabeza caiga contra la puerta. Él fue particularmente descriptivo esta noche. Sus uñas arañadas en el piso.

—Por favor déjame entrar para que pueda mostrarte —suplicó, de la nada. Ella casi alcanzaba el pestillo de la puerta —. Por favor, solo quiero hacerte sentir tan bien.

Alejándose de la puerta, Elsa se cubrió con las manos como si la hubiesen atrapado desnuda. 

—Jack esto es ridículo. No podemos hacer esas cosas. No puedo dejarte entrar. Moriré.

—Bueno, si nunca te toco mientras vivamos, yo ...

Él estaba callado.

Oyó que sus pasos se desvanecían y corrió deprisa hacia la puerta. 

—Jack, no te vayas. Escucha, yo solo... No porque no pueda dejarte entrar no significa que no podamos disfrutar en este momento, ¿verdad?

—Bueno, por lo  mucho que podemos hacer por hablar —Había una amargura en su voz que no había oído antes. Tenía un borde peligroso para eso —. ¿Cuántas veces puedo decir que quiero tenerte antes de que pierda su sabor? ¿Cuántas veces puedo imaginarte pasándome las manos por el pelo antes de que quede insensible a la idea? Estoy cansado de esto.

Todo fue solo un gran error. Oh, nunca debió haber tomado este trabajo. Nunca debió dejar Arendelle, la a su padre, a sus hermanos, a su prometido y a toda su vida. Fue triste entender que la decisión de salir del nido fue un rotundo error, fue más triste entender que nada tenía futuro aquí y fue devastador darse cuenta de que no amaba a Hans como juraba. Sin objetar lo dejo que defienda su punto, y él se alejó nuevamente. Con él se fueron sus sombras. Apagó la vela.

♛ Noche| Cinco ♛
3:00AM


Ella espera. Ella lee. Ella lo observa lo Él no hizo nada.

Absolutamente nada. No trató de seducirla otra vez, ni de hablarle. Parecía abatido. Se abotonó la camisa el resto del camino.

Durante una hora completa. No hubo
nada. Incluso sus sombras no la molestaron.

Le dio un tiempo para pensar, al menos. Sabía que había conseguido alejarlo. Pues no puede seguir con esto el resto de la noche.

♛Noche |Cinco ♛
5:00AM


Se despertó. Se había quedado dormida. Su carta de renuncia está inacabada y manchada de tinta bajo su cansada cabeza y mano. Escucho, en realidad fue más como si sintiera, un zumbido débil y fantasmal. El terror repentino hizo que su corazón tropezara sobre sí mismo mientras luchaba por encender la vela. La sombra negra que se arrastraba por debajo de la puerta retrocedió. Estaba temblando como loca.

—Muéstrame a Jack —le dijiste al espejo.

Le mostró una habitación vacía, vieja y oscura. Confundida, revisó la habitación de Jack, la biblioteca, otras habitaciones en las que sabía que podría estar.

—Muéstrame a Jack —repitió.

La misma habitación

No había apliques ni velas encendidas. Había una tumbona, una única estantería que solo llegaba hasta la mitad de la pared, una ventana encajaba cómodamente en una alcoba y estaba enmarcada por cortinas azules polvorientas.

Y allí estaba Jack, acostado sobre un cojín. Dormido, probablemente. Se mezcló con las sombras, recortado como todo lo demás con la plateada luz de la luna.

—¿Cuánto tiempo has estado allí?—Suspiró Elsa —. Mi solitario príncipe. Solo ... desearía que fuera diferente. Por favor, vuelve a mí para que pueda disculparme. Quiero dejarte entrar...

Al fijarse en su reflejo, miró desde el espejo a su carta. Quienquiera que fuera ese Príncipe Flynn, sabía que no lo detendría por renunciar, así que al menos uno de cinco hermanos no estaría molesto con ella.

De cualquier forma, no podría dejar a Jack con esa nota.

Revisó el pasillo. La sombra todavía estaba allí afuera. Parecía una persona; como una mujer joven, de ojos hermosos castaños h cabello largo. Elsa hubiera jurado que la mujer era parte de la división latina. Sin embargo no estuvo totalmente segura. Podía estar loca. Solo era una sombra. Y parecía tener más que solo dos dimensiones, de alguna manera. Bueno, si las sombras tuvieran una mente propia, ¿podrían razonar con ellas?

Elsa se quedo tan cerca de la puerta como le fue posible, temblando un poco. Se dirigió a la sombra a través de la puerta. 

—No sé si me puedes escuchar o comprender —dijo con inseguridad y los labios temblando —, pero necesito hablar con Jack.

La sombra emitió un débil resplandor rojo carmín. Casi pierde el espejo.

—No sé lo que eres, excepto que estás atrapada en Jack. Tu representas los pecados de su pasado o algo así, y eres ... todo tipo de negatividad. No sé por qué deberías ayudarme, pero ¿podrías traer a Jack aquí para mí? Por favor...

Después de un breve momento de nada, la sombra desapareció.

—Oh, bien.

Habían pasado casi quince minutos desde que habló con la sombra. Limpió su carta lo mejor que pudo y la termino. Le quedaban unos 40 minutos. Tal vez debería simplemente romper la carta. Tal vez debería quemarla. No puedes dejar a Jack de esta manera.

Luego hubo un golpe.

—¿Jack?

—Sí.

Lo miró a través del espejo mágico. Estaba rodeado de  todas  sus sombras. A la que le había hablado estaba cayendo sobre él, como un peso real sobre sus hombros. Otro se puso de pie a un lado de él, mirándolo, y Elsa sintió un aire de desilusión y pérdida. Nunca antes habías prestado atención a sus sombras, siempre temerosas.

Encendiendo la vela, se paró frente a la puerta para hablar con él. 

—He escrito mi renuncia, Jack. Esta noche es mi última...

—¿Qué? No, no, ¡por favor no te vayas!

—Jack, no puedo hacer esto —admitió con pesar —. Cuidandote... me preocupo por ti mucho. Tanto que he considerado a menudo y a fondo poner en riesgo mi vida para hacerte feliz. Y cuando se trata de eso, tú y yo queremos cosas diferentes, y ...

—Por favor no.

No lo  hagas. No me hagas esto más difícil. Estaba destinado a velar por ti, nunca se suponía que debía ... a ...

—¿A qué, amarme? ¡Si me amaras no te irías!

—Entonces, ¿amarte significa que tengo que ponerme en segundo lugar? —Inmediatamente lamento su dureza.

Sin embargo, hizo que Jack permaneciera en silencio. Suspiró pesadamente, desinflándose como si la sombra sobre sus hombros físicamente le quitara la vida. Sus otras sombras se oscurecieron. Parecía que había más de ellos ahora, todos apiñados a su alrededor.

Sintió con fuerza la repentina necesidad de salir, empujarse a través de ellos y abrazarlo, acunar su triste cabeza contra su pecho. 

—Lo siento.

—No, yo lo siento . Y si esta es realmente tu última noche, entonces me iré...

—No, quédate conmigo —pidió con cautela —. Vamos a tener una noche más, solo hablemos.

Él levantó la vista. De repente, estaba mirando sus ojos azules. Una mirada burlona cruzó su rostro y luego sonrió, un toque amenazante. 

—¿Solo hablar? ¿Como que no paso nada? Está bien, entonces, ¿de qué quieres hablar?

—Yo ... sólo quería decir que quiero seguir escuchando tu voz.

—Está bien, entonces, ¿entonces debo contarte más sobre mi pasado torturado? — Dijo, la voz se calmó, el comportamiento se calmó, las sombras a su alrededor comenzaron a extenderse desde él. Como con miedo —¿Debo decirte  las cosas que nunca le he contado a nadie? ¿O debería contarte todo lo que hice mal, las familias a las que engañé y robé, al chico del establo que enmarqué, a la princesa Rapunzel que utilicé y que dejé morir, a la reina que enamoré y luego mate? ¿El mayordomo inocente que había decapitado, el asesino que liberé?

—¡Deténgase, por favor!

—¿Quiéres menos? ¿Asustada de mí? ¿Esto lo hace más fácil?

La cabeza de la rubia estaba dando vueltas. Esto fue mucho a la vez.

¿Lo  hace? —insistió el peliblanco.

—Jack, cálmate —pidió con suavidad —. No me importa eso. Te dije que no me importa tu pasado, esa época ha pasado.

—Pero todo está aquí —río con ironía —. Aún te importa. Por supuesto que sí. Estoy  rodeado  de mis males y es por eso que no puedes dejarme entrar.

—Eso es diferente. Jack, no me importa discutir esto.

¡Bien!  Entonces, ¿de qué debería hablar? ¿Cuánto te anhelo? —Su ira comenzó a derretirse en la necesidad. Podía verlo físicamente tratando de aferrarse a estar enojado con ella, pero se convirtió en desesperación —. ¿Cómo me siento tan vulnerable cuando hablo contigo?Cómo desearía poder tocarte, qué mal te duele que no me dejes. Oh, Dios, quiero hacerte sentir tan bien, tocar y besar cada parte tierna de tu cuerpo que necesitado.

—Jack...

Las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro de una vez. 

—Cómo solo quiero abrazarte. Solo abrazarte. Solo sostener a una persona que se preocupa por mí ... y que me extrañe cuando me haya ido.

—Sí, sí lo quiero.

—¡Entonces abre la maldita puerta! Ábrela si te preocupas más por mí que las cosas que he hecho.

—¡Jack! —exclamó rompiendo en un sollozo.

—Ábrela y te juro que haré todo lo que esté a mi alcance para complacerte — suplicó —. Te protegeré, no dejaré que te lastimen. No les hagas caso. Solo déjame abrazarte, llevarte a la cama, besar tus tiernos labios y tu cuello. Te vestiré y acariciaré cada curva de tu cuerpo perfecto. Dirígeme a dónde tocarte, dónde y cómo besarte. Te alabaré con mis ojos y labios ...

—Quiero eso, lo hago — gritó, con el corazón acelerado, la cabeza zumbando —. Pero no puedo.

—Sí, puedes —respiró —. Sí puedes. No dejaré que te pase nada. Puede ser esta noche y luego puedes terminar conmigo. Por favor, no tengo otra forma de devolverte todo lo que has hecho por mí. No tienes que mover un dedo. Seré tu siervo dispuesto. Seré lo que quieras y todo lo que necesites.

—Dios. Jack , por favor.

—Por favor,  qué...

—Por favor, haz lo —respiró. Había puesto la vela en el piso, el espejo estaba al lado.

Abrió la puerta, con el corazón caído hasta los dedos de los pies como lo hizo, frente a cada una de las sombras de Jack. Allí estaba él en carne y hueso, aún más hermoso que la última vez que lo había visto, porque era vulnerable y estaba cansado, tenía el rostro desaliñado y el cabello desordenado, los ojos en agonía y éxtasis a la vez.

Elsa lo arrastró directamente por su camisa y pateo la puerta cerrando la de un portazo, dejando a las sombras afuera.

💮
HI!

Este será el final, solo que me salio muy largo y será dividido en dos partes. Por tal motivo que la parte que viene estará cardíaca. Les aviso que tendrá escenas de relaciones sexuales, para aquellas personas que quieran saltarlo.

Gracias por esperar y por seguir leyendo.

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