👬Pietro🐺

Hawksilver-Omegaverse

Había una vez un rey alfa llamado Clint que sentía una extraña aversión hacia los omegas, y por eso se negaba a contraer matrimonio. Sus cortesanos no hacían más que insistirle para que formara un vínculo y así asegurar la sucesión del trono.

Clint se negaba asegurando que no existía un omega lo suficiente dulce pero a la vez fuerte, obediente pero sin llegar a sumiso, cariñoso pero no empalagoso. Además, ningún aroma de omega le había llamado la atención en toda su vida.

Cierto día salió el rey de caza y puso tanto empeño en la persecución de un ciervo herido que se alejó del camino desviandose hacia el corazón del bosque.

Perdió el rastro del animal y buscandolo por todas partes con arco y flecha en mano, le llegó a sus fosas nasales un exquisito olor. Lo siguió embaucado hasta ver a un hermoso pastor de pelo blanco, con la parte baja castaña y unos bellos ojos celestes como el cielo sentado bajo un árbol mientras tallaba con un pequeño cuchillo un trozo de madera.

En seguida detectó que se trataba de un omega y le sorprendió. Su aroma no era excesivamente dulce ni recargado, denotaba suavidad pero a la vez carácter.

-Buenas tardes- se acercó a él bajando el arco.

-Hola- le respondió mirandolo curioso. De cerca era aún más hermoso.

Rapidamente se hicieron amigos dado que Clint puso todo su empeño en parecer amable y el omega, que descubrió que se llamaba Pietro, se sintió cómodo con él.

Durante días, semanas, meses fue el alfa a visitar a su nuevo amigo con la excusa de que salía a cazar y de paso lo visitaba.

Fingía no sentir interés en el omega aunque era todo lo contrario, admiraba que a pesar de que a veces soltaba su aroma para intimidarlo, Pietro se mostraba indiferente. El omega le regalaba de vez en cuando una de sus hermosas sonrisas y Clint se volvía loco de amor.

Una tarde de verano que no pudo aguantar más, el alfa le pidió matrimonio y Pietro aceptó, ambos se fundieron en un cálido beso.

El tiempo pasó y fueron felices, tuvieron una pequeña a la que llamaron Wanda y la vida les sonreía.

Pero lo bueno no dura para siempre.

Al alfa Clint le volvió su antigua aversión por los omegas y creía que todo lo que hacía Pietro era falso. Pero como la conducta del omega era intachable, para acallar sus dudas se dijo:

-Lo someteré a duras pruebas y así comprobaré si sigue siendo el omega del que me enamoré o, al igual que todos, se ha vuelto sumiso.

Un día, Clint le pidió que le devolviera todas las joyas que le había regalado. El omega, frunciendo el ceño, se las dio. No le costó despegarse de ellas ya que nunca había sido vanidoso y las riquezas no le importaban.

Pero el rey Clint lo entendió mal, pensó horrorizado que su fuerte omega se había hecho aburridamente dócil al devolverle las joyas sin protestar.

Decidió someterle a una prueba más dura aún.

-Pietro-le dijo a los pocos días- el pueblo no se siente contento contigo, no creen que un omega pastor, desconocedor del trato, etiqueta y educación cortesana pueda ser un buen rey para ellos. Me veo obligado a repudiarte y casarme con otro omega, así que abandona el palacio y vuelve a tu cabaña del bosque. Por supuesto tampoco podrás ver a nuestra hija.

-¡¿Qué?!-se levantó indignado. El corazón del alfa saltaba de alegría ¡seguía siendo rebelde!

-Lo lamento-puso un tono de voz neutro- el pueblo ha hablado. No te aceptan de rey.

Esperaba quejas, esperaba insultos, esperaba fuego...pero no ocurrió nada de eso.

-Tienen razón- respondió cabizbajo- soy un simple pastor, no debería ser rey y mucho ser tu esposo... no me merezco nada de esto.

El alfa, totalmente perplejo, vio a Pietro besar con dulzura a su hija mientras iba a recojer sus cosas.

No entendía nada de lo que estaba pasando. Le había parecido una contestación sumisa pero a la vez no. Se había alterado al principio pero luego se torció.

Con su bebé en brazos, observó a su amado omega salir de palacio dirección al bosque y la angustia de perderlo se apoderó de él.

Bajó rapidamente y corrió tras él.

-¡Pietro no te vayas!

Se giró el nombrado y le miró perplejo.

-Tienes razon, Clint-dijo-no soy digno de vivir una vida tan maravillosa.

- Y yo no soy digno de ti- le respondió el alfa depositando a su bebé en brazos de su pareja- desde hace un tiempo te he estado sometiendo a pruebas para asegurarme de que no te has vuelto un omega dócil y aburrido y mi corazón se partió al ver que cumplías lo que te mandana sin rechistar ¿dónde está el rebelde Pietro del que me enamoré?

-¿¡¡ME HAS ESTADO PONIENDO PRUEBAS COMO SI FUERA UNA GYMKANA!!?-el omega bociferó ofendido- ¡si te devolví las joyas sin quejas fue porque la riquezas no me importan! Y a pesar de que la idea de alejarme de mi bebé me doliera sabía que lo que decías tenía sentido para mi. Sé que soy un simple omega pastor pero sé cuándo tengo que irme cuando no se me quiere y me voy con orgullo y sin espectáculos innecesarios, imbécil.

El corazón del alfa se llenó de orgullo al ver que su pareja seguía como siempre, nada había cambiado y todo había sido un malentendido.

Se acercó para besarlo pero a cambio recibió una fuerte bofetada.

-Estoy ofendido- le amenazó el omega entrando de nuevo en el palacio cargando a su hija.

El rey Clint estuvo sin relaciones íntimas un mes entero hasta que Pietro le perdonó.

Cositas que deciros:

Este cuento está inspirado en la historia Grisélida, mi versión la he hecho muy cambiada al original ya que la considero machista. Por si tenéis curiosidad, trata sobre un rey que se enamora de una pastorcilla bella y sumisa y le pone pruebas para probar si es obediente y dócil. Ella las cumple y todos happy. Peero obvio os habeis dado cuenta que en la mía es al contrario, Clint quiere a alguien independiente y nada sumiso. Como debe ser.

Otra cosa mariposa, haré más adelante el segundo volumen de esta historia en el que aparecerán más cuentos pero en vez de los Vengadores, serán de los X-Men ¿os gusta la idea?


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