👬🏻Los Cuatro Hermanos👬🏻


Erase un hombre pobre llamado Steve que tenía cuatro hijos. Cuando fueron mayores, les dijo:

-Hijos míos, es necesario que marchéis a buscar vuestro sustento pues yo nada tengo para daros. Aprendred un oficio y abrios camino en la vida.

Los cuatro muchacho se despidieron de su padre y comenzaron su viaje. Llegaron a una encrucijada de la que partían cuatro senderos.

El mayor, Scott, habló:

-Aquí hemos de separarnos. Dentro de cuatro años volveremos a vernos aquí, en este mismo cruce.

Los demás asintieron y despedirse, tomaron un camino diferente.

El mayor, Scott, no tardó en encontrarse con un hombre que le prometió enseñarle su oficio, que era el de ladrón.

-Me gusta la idea aunque si mi padre supiera le daría un infarto con todo eso de la honradez.

Al lado de aquel hombre aprendió a ser un ladrón tan hábil que cualquier objeto que le gustaba, caía en sus manos.

El segundo hermano, Stephen, encontró en una ciudad a un hombre que le enseñó el arte de la astrología. Llegó a ser uno de los mejores astrólogos del país y su maestro le regaló un telescopio diciendo:

-Con esto podrás ver lo que ocurre en la tierra y el cielo. Nada se ocultará para ti.

El tercer hermano, Clint, fue adiestrado por un cazador , con gran aprovechamiento por parte del chico ya que llegó incluso a superar a su mentor. Al despedirse, le entregó un arco con un carcaj lleno de flechas y se fue.

Finalmente, el hermano más pequeño, Peter, encontró un sastre que le enseñó el oficio y al despedirse, le dio una aguja de plata diciendole:

-Con esta aguja coserás cuanto caiga en tus manos aunque sea duro como el acero y ni se notarán las costuras.

Cuando pasaron cuatro años, volvieron a reunirse los cuatro hermanos en la encrujicada y tras abrazarse efusivamente, regresaron a casa de su padre.

Contó cada uno sus andanzas mientras Steve les escuchó entusiasmado.

-Me gustaría poneros a prueba-les dijo después-. Quiero ver de lo que sois capaces.

El padre miró hacia la copa del árbol que tenían justo sobre sus cabezas y dijo a su segundo hijo:

-En la copa hay un nido de pájaro, entre dos ramas. Dime cuántos huevos contiene.

Stephen sacó su telescipio y tras dirigirlo al nido, respondió:

-Cinco.

-Y además con rima -rió Scott.

-Lenguaje-le reprochó su padre- no digas esas cosas delante de Peter. Ahora irás tú a robar los huevos ya que tan honrado crees que es tu trabajo.

Scott lo hizo sin siquiera alterar a la madre pájaro y se los entregó a Steve. Él colocó uno en cada esquina de la mesa y el quinto en el centro.

- Clint, de un solo flechazo parte en dos los cinco huevos.

Sacó una flecha del carcaj su tercer hijo y asi lo hizo de forma limpia.

-Ahora tú, Peter-dijo al pequeño- coselos con los polluelos dentro.

Sacó su aguja de plata y los cosió a la perfección.

El padre, satisfecho y orgulloso, les felicitó diciendo que habían aprovechado bien el tiempo.

A los pocos días se produjo un gran revuelo en el reino. Un dragón había raptado a la hija del rey, la princesa Natasha. Tras no hallarla en ningún sitio, mandó pregonar que quien la rescatase se casaría con ella.

Los cuatro hermanos vieron una gran oportunidad de mostrar sus habilidades y se apuntaron a la aventura.

Stephen, con su potente telescopio, encontró a la princesa en una isla muy muy lejana custodiada por un gran dragón.

El rey les consiguió un barco y los cuatro se hicieron a la mar. Cuando llegaron, el monstruo dormía.

-No puedo disparar-dijo Clint bajando el arco- está demasiado cerca de la chica.

Scott se deslizó con sigilo y se llevó a la doncella con tan ligereza que el dragón ni se dio cuenta y siguió roncando.

Corrieron todos de vuelta al barco pero justo en ese momento, la gran bestia se despertó y rugiendo furioso fue hacia ellos.

Cuando estaba tan cerca que sus resoplidos hacían temblar la tierra, el cazador se giró y disparó una flecha justo en su corazón. Al caer muerto, dio con su pesada cola en el barco y lo destrozó por completo y los cinco quedaron sujetos a las tablas para no hundirse.

-¡Subete a la tabla!-exclamó Stephen a su hermano Scott que iba a la deriba.

-¡No cabemos los dos, salvate tú!- dijo dramatico.

-¡Claro que cabes, Jack, digo Scott!-dijo molesto Peter.

-Ya es tarde, siento cómo la muerte me entumece -balbuceó Scott.

-Y la perra seguía y seguía-rodó los ojos Clint.

Peter bufó y con su hábil manejo de la aguja, cosió las tablas hasta reconstruir el barco por completo. Navegaron de vuelta a casa.

El rey se puso muy contento cuando vio regresar a los cuatro chicos con su preciada hija.

-Mis más honradas felicitaciones-les dijo con tono solemne- uno de vosotros se casará con ella. Decidid vosotros quién ha de ser.

La princesa les sonrió a cada uno de ellos.

-Vale, yo ya lo digo-alzó las manos Scott- yo ya tengo pareja.

-¿Y ahora nos lo dices?-le miró Stephen.

-Es mi gordito -sonrió embobado- come mucho y tengo que estar robando muy a menudo para alimentarlo así que no, gracias, no quiero otra boca que alimentar.

-Yo estoy con un pastorcito llamado Pietro-dijo Clint.

-Pues...-se rascó la nuca Stephen- yo salgo desde hace poco con el Consejero del Rey, Ross.

-Yo tengo Daddy-sonrió pequeño Peter.

-¿Tú un Daddy? Nuestro padre va a crucificarte por eso- se alteró Stephen.

-Es el sicario del Rey- dijo orgulloso.

-¿Mi padre tiene sicarios?-dijo alterada Natasha.

-Oh...se supone que era un secreto -el menor abrió los ojos como platos-olvidad lo que acabo de decir.

-Sí...será mejor-asintió Clint.

-¿!Entonces yo con quién demonios me caso?!-se enfadó la princesa.

-Con ninguno- dijeron los cuatro al unísono.

Y así se hizo, la princesa no contrajo matrimonio con ninguno pero el reino fue repartido entre ellos ...y sus peculiares parejas.

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