🎶El Pescador🎣

Spideypool


En el maravilloso país de la China existió hace mucho tiempo un emperador llamado Tony-Fo que tenía un hijo llamado Peter-Fo . El monarca era totalmente sordo, y por lo tanto, no conocía las delicias de la música ni los sonidos más bellos. No sabía apreciar, como es fácil de comprender, las canciones.

Una tarde en la que Peter-Fo se paseaba por los exóticos jardines de palacio escuchó sorprendido un sonido que jamás había oído. Una canción.

Tan prendado quedó del bello sonido que escaló un árbol para ver más allá del muro y tan solo vio a los pescadores que descargaban sus mercancias en el muelle. Pensó que se lo habría imaginado y siguió con su paseo.

Pasaron días y de nuevo, en el jardín, oyó el dulce cantar. Rapidamente volvió a subir al árbol y vio a un hombre solo en el muelle. En seguida supo que él era el que cantaba tan bonito y fue a verle.

Nunca había oído música, su padre al ser sordo no sabía disfrutarla y por lo tanto la consideraba una perdida de tiempo.

-Buenas tardes- dijo timidamente a las anchas espaldas del hombre.

El autor de tan dulce voz se giró y miró asombrado al mismísimo hijo del emperador.

-¿Cómo te llamas?-preguntó el príncipe.

-Wa De Win -respondió. Era un hombre alto, de notable musculatura, de piel tostada por el sol y la piel algo reseca y acartonada por la sal del mar, pero aún así atractivo y apuesto.

-Yo soy Peter-Fo, encantado -extendió su mano y fue estrechada con firmeza por la mano del pescador. Sin saber porqué se sonrojó un poco- yo..te he oído cantar y lo haces muy bien.

-No es lo único que sé hacer bien -esbozó una traviesa sonrisa mirando fijamente al menor.

Peter-Fo tragó grueso ya que ese corpulento hombre le intimidaba un poco.

-Ehm...-balbuceó el príncipe- solo..solo quería saber si..si querrías cantar para mi. Mi padre el emperador es sordo y nunca me deja oir música.

-Por ti, haría lo que fuera, pequeño saltamontes -sonrió Wa De Win.

Esa noche, Peter-Fo se durmió con una sonrisa porque sabía que volvería a oir su voz.

***

Los días fueron semanas y las semanas meses y el pescador iba puntualmente todos los fines de semana al patio del palacio para estar con Peter-Fo y cantarle. Poco a poco fue aflorando entre ellos algo más profundo que una amistad y eso quedó demostrado el día que Wa De besó a Peter-Fo y se prometieron amor eterno.

Tony-Fo veía que su hijo se pasaba los fines de semana fuera de palacio y le extrañaba. Un domingo, salió al patio a ver a su Peter y casi le da un infarto al ver a tan feo y despellejado pescador besando a su hermoso hijo.

-¡Sueltalooo!

Peter-Fo y Wa De se separaron y esperaron lo peor.

-¿Qué hace este simple pescador aquí? ¡besandote! ¡Deshonra! -bociferaba el emperador.

-Es mi novio -le respondió firme- y aunque sea un pescador, es el amor de mi vida. Su voz es bella y tú, padre, nunca me has dejado poder oir una voz tan bonita.

Tony-Fo, a pesar de ser sordo, había aprendido a leer los labios y quedó impactado con lo que le dijo su hijo.

-¡¿Tu pareja un ser tan desfigurado por la mar?!

-Contraresto mi fealdad con algo que a su hijo le vuelve loco, mi enorme po...-Peter Fo le tapó la boca con la mano.

-Padre, yo le amo -miró fijamente a su padre-y digas lo que digas, le seguiré amando.

-A partir de ahora, tu entrada en palacio queda prohibida -sentenció y se llevó a su hijo al interior de palacio mientras los guardias reales arrastraban a Wa De a la calle.

Todos los días, el pescador intentaba entrar y era expulsado de malos modos.

Peter-Fo empezó a enfermar, no soportaba la idea de no volver a verlo ni oir su tierna voz. No comía ni dormía y su endeblez era cada vez más notable.

El emperador estaba preocupado por su salud y viajó por todo el mundo para intentar hallar un médico que le curara. Trajo los regalos más ostentosos y bellos que encontró, casi se arruinó para conseguirlos y darselos a su hijo.

Pero no dio resultado.

Un médico de un país lejano, tras observarlo y saber la historia, supo que su mal era sentimental, no físico.

-Para su hijo no tengo remedio alguno, pero para su sordera si existe cura, emperador. Se trata de un antiguo ritual mágico, consiste en conseguir a alguien con una voz hermosa para poder obrar el milagro en sus oídos.

Tony-Fo enseguida pensó en el pescador feo. Mandó a sus guardias a buscarlo y lo trajeron a la caida de la tarde.

El médico le contó el remedio para la sordera del emperador. Debería dar su vida para poder usar la esencia de su voz y eliminar la sordera.

Wa De Win al principio se asustó un poco, pero pensó que si Tony-Fo volvía a oir, Peter se alegraría mucho y para él no había nada más importante que saber que su amor era feliz.

***

El hermoso sonido de esa clara y familiar voz le despertó. ¡Era Wa De Win! ¡en el palacio! Corrió como loco a su encuentro con una amplia sonrisa en el rostro y cuando llegó a la sala del trono, el alma se le cayó a los pies.

La voz salía de una cajita roja en las manos de su padre. No entendía nada de lo que pasaba.

-Padre ¿qué es eso?-se acercó receloso.

-¡He recuperado el oído! Vuelvo a oir -exclamó contentísimo.

Se abrazaron ambos entre risas.

-Pero -se separó- ¿de esa cajita...salía la voz de Wa De Win?

-Ehm...-el emperador se puso serio- él dio la vida para que yo pudiera usar su voz y volver a oir.

Esa noticia heló la sangre del príncipe a tal modo que se desmayó en el acto.

Su salud empeoró en los días siguiente, ni comía, ni dormía, ni hablaba, ni salía, ni sonreía. Se había convertido en una sombra de si mismo.

No podía aguantar el dolor de su alma, no volvería a besarlo, ni a verlo, ni a abrazarlo...ni a oirle....

La daga que tenía en sus manos era la misma que semanas antes, el médico usó para quitarle la vida a su amado pescador. Y la usaría para acabar con la suya.

Con firmeza pero con lágrimas cayendo por sus mejillas, el afilado objeto rajó sus venas vertiendo su sangre sobre sus ropajes.

Estaría con él, estaría con el pescador que capturó su corazón.

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