Winterpanther

En lo más profundo del bosque, las dos panteras caminaban tranquilamente en busca de algo que comer.

Eran hermanos, el mayor se llamaba T'Challa, de lustroso pelaje azabache, porte elegante y corazón noble. El otro era Killmonger, complexión fuerte pero de corazón tan negro como su pelo.

-No me voy a conformar con un simple conejo -se quejó el menor- voy a cazar algo grande.

-Intentar cazar algo grande es arriesgado ya que si no lo consigues, habrás malgastado energías en vano, es mejor ir a lo seguro. Presas pequeñas.

-Sigue conformandote con ratones, yo iré a por un ciervo -levantó el mentón orgulloso y se fue corriendo velozmente hacia el prado donde sabía que había ciervos.

T'Challa rodó los ojos y siguió su camino con calma hasta que un rico aroma acarició su nariz.

Ciruelas.

Lo siguió y le llevó hasta un niño de unos 10 años que comía ciruelas confitadas sentado en un tronco.

-Hola -se le acercó con cautela y el chico se asustó al verle- no te asustes, pequeño. No voy a comerte, aunque no me importaria comerme una de esas ciruelas. Se las ve exquisitas.

El niño al ver que era inofensivo, volvió a sentarse y le dio una de sus frutas al gran felino, que se tumbó a sus pies para comer.

No tardaron nada en hacerse amigos, el chico le dijo que se llamaba Caperubucky. Entre ellos surgió amistad y estuvieron toda la tarde jugando y el niño acariciaba su suave pelaje con sumo gusto cuando T'Challa se lo pedía.

Se veían todas las tardes para hablar, ya que la pantera era muy sabia y al niño le encantaba oirle.

Killmonger no sabía nada de todo esto, así que un día, frustrado por no haber podido cazar a aquel ciervo tan suculento, vio a lo lejos la caperucha roja de Caperubucky y lo siguió para comerselo.

No le dio tiempo ya que el chico se metió en una casita de madera muy acogedora, se asomó a la ventana y vio que el niño hablaba con una anciana que estaba tumbada en la cama.

-Solo vine a traerte un jarrito de miel y un pastel de ciruelas, abuela -dijo Caperubucky- mañana vendré con más tiempo y pasaremos la tarde juntos.

-Esta es mi oportunidad -murmuró contento- en cuanto el mocoso se vaya me comeré a la abuela y todo lo que haya en la casa, y mañana cuando vuelva¡ me lo comeré para desayunar!

Se encondió en unos arbustos y vio al chico alejarse, entró por la puerta trasera y se comió a la abuelita de un bocado, pero se quedó tan lleno que nada más le cabía así que se tumbó en la cama y se durmió.

Al día siguiente, Caperubucky llamó a la puerta y al no recibir contestación entró. Un bulto subía y bajaba al ritmo de una pesada respiración bajo las mantas.

-¿Abuela?- se acercó receloso.

-¿Abuela?- dijo una voz grave que enseguida se agudizó- mm sí , sí, acercate, cariño.

Asomó un poco la cabeza y el niño al verlo le dijo:

-Abuelita ¡qué orejas más grandes tienes hoy!

-Son para oirte mejor, cielo.

-Abuelita ¡qué manos más grandes tienes!

-Son para acariciarte mejor, amorcito.

-Abuelita ¡qué ojos más grandes tienes!

-Son para verte mejor, bonito.

-Abuelita ¡qué boca más grande tienes!

-Es para comerte mejor -dijo con su voz grave y se abalanzó sobre él.

Caperubucky logró escapar con algunas heridas y arañazos mientras lloraba desconsolado.

T'Challa disfrutaba de la brisa sobre la rama de un árbol cuando oyó los sollozos de su amigo y fue rapidamente a su encuentro.

-¿Qué te ha pasado?- le preguntó alterado al ver sus heridas.

-U..una pantera se ha comido a mi..mi abuelita y me ha in..intentado comer a mí-hipaba entre llantos.

En seguida se dio cuenta de quién era esa pantera de la que hablaba y tras lamer las heridas y mimar al niño, lo cojió por su caperucha con su boca y lo dejó en lo alto de una rama para alejarlo de su malvado hermano.

Corrió hacia la casita y se encontró a Killmonger arrasando con la despensa de la abuelita. No se lo pensó dos veces y lo atacó, entre ellos se desató una de las mayores peleas que habían tenido.

Sabía que su hermano menor era malo pero nunca imaginó que tanto como para comerse a una persona, y además, había intentado devorar a su amigo, que solo era un niño inocente.

La batalla siguió hasta que llegaron a un acantilado, T'Challa estuvo a punto de caer varias veces pero en una de esas ocasiones, con un ágil zarpazo desequilibró a Killmonger y se despeñó.

Volvió con Caperubucky, lo bajó de la rama torpemente ya que estaba herido y el niño lo abrazó con cariño.

Curó a T'Challa en su casa. La madre del niño al enterarse de que esa pantera había salvado a su hijo lo dejó quedarse con ellos y vivieron felices sin tener que separarse nunca.

A partir de ahora los cuentos tendran dibujos hechos por mí, vayan a ver los de los cuentos anteriores. Lo gozé dibujado el del Jardín del Paraiso jajaja