Irene caminaba por el parque mientras pensaba, Levi le había dicho que le dijera a Charlie lo que sentía, pero ¿Ella qué sentía? No estaba realmente segura de eso, o al menos de cómo se sentía respecto a él. Charlie le parecía un increíble chico con el que podía pasar horas hablando sin cansarse, era la clase de chico por la que una chica tan simple como ella podía llegar a enamorarse pero aun así, ella no podía encontrar la razón del porqué sentía que no lo estaba del todo.

Él había intentado enamorarla, la llevó a varias citas y pasaron bastante tiempo juntos como para que eso pasara, pero Irene no se sentía completa, y es que en realidad, Charlie era demasiado bueno para ella, o bueno, eso es lo que ella pensaba. Se sentó en uno de los banco del parque y suspiró frustrada, posó su cabeza en el borde del banco y se dispuso ver al cielo. Minutos más tarde sintió como alguien se sentaba a su lado.

—Sé que me arrepentiré de esto luego pero dime, ¿Qué te sucede? —Irene cambió la posición en la que estaba y se encontró con la mirada del pelinegro a su lado.

— ¿De verdad te interesa saber?

— ¿Te estaría preguntando si no lo hiciera? —Él tenía un buen punto. Irene suspiró y subió sus pies al banco.

—Creo que me gusta Charlie.

— ¿Y cuál es el problema con eso?

—Que dije creo. —Gastón asintió.

—Entiendo, bueno, yo soy un asco con respecto al amor pero creo que si debo darte un consejo lo mejor que puedes hacer es decirle a él que crees que te gusta. Los dos sabemos que tú ya le gustas a él pero hay que ver su reacción respecto a lo que te sucede.

—Vaya, estás siendo amable. —Le dijo. — ¿Quién eres y qué hiciste con Gastón? —Gastón rodó los ojos.

—Soy bueno cuando quiero. —Frunció el ceño. —Pero hablo en serio con lo de Charlie, para mí ya te gusta por completo, es mentira que uno cree que le gusta alguien; o te gusta o no. Eso es todo. —Irene le sonrió y lo abrazó.

—Eres un buen amigo. Gastón. No importa lo muy amargado que haces parecer, en el fondo eres un gran chico. —El pelinegro acarició su pelo como muestra de agradecimiento y suspiró.

—Deja de abrazarme y ve a hablarle a ese chico.

—Pero hay un problema, hay una chica que le interesa.

— ¿Quién?

—Se llama Scarlett, creo que sale con él desde hace unos días. No la conozco realmente, sólo sé que es linda y que a Charlie parece gustarle. —Gastón pensó por unos segundos en una posible respuesta.

—Entonces ve a demostrarle que tú puedes más que Scarlett, sólo sé tú, a Charlie ya le gustas de esa forma, deja de escupir los celos por una chica que apenas tiene días sabiendo que tú tienes más tiempo a su lado. No seas cobarde, anda y ve por él.

Irene sonrió y luego de agradecerle (Y abrazarlo) salió corriendo del parque para tomar el primer autobús que llevase cerca de la casa de Charlie, tal vez no le gustaba del todo, pero le gustaba y con eso era más que suficiente, al menos para empezar.