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Y finalmente la noche esperada llegó, Irene estaba en la sala un tanto nerviosa cuando Alan llegó por ella. Su hermano fue quién le abrió la puerta al rubio y se encargó de darle varias reglas. Su madre bajó emocionada por las escaleras con una cámara en las manos y les pidió que se acomodaran para poder tomarles una foto. Luego de todo eso, Alan la llevó al carro y se dirigieron al baile.

—Estás muy linda Ren. —Le sonrió.

—Gracias. —Dijo sonrojándose. —Tú estás muy guapo. —Alan besó su mejilla como agradecimiento.

— ¿Preparada para la mejor noche de toda tu vida escolar? Mira que hago énfasis en escolar porque mejores noches de seguro tendrás. —Irene rió.

—Quiero bailar una canción lenta contigo.

—Tenlo seguro, bella. —Le sonrió.

El camino al Instituto no se hizo largo, cuando llegaron, él se bajó primero para ayudarle a bajar como todo un caballero, caminaron tomados de la mano hasta el salón y cuando entraron varios voltearon a verlos. Alan los saludó como solía hacer siempre e Irene se quedó observándolo con una sonrisa, él era simplemente perfecto.

—Creo que llegamos a la hora perfecta. —Le susurró. El dj decidió poner una canción de los Backstreet Boys. —No es lenta pero podemos bailarla, ¿Qué dices? —Ella asintió y él tomó su mano para llevarla a la pista de baile. —Esto me recuerda a mi hermana cuando tenía como 14 años—Rió mientras baila al ritmo de As Long As You Love Me. Tomó la mano de la castaña para darle una vuelta.

—Yo los amo aun. —Dijo riendo.

—La mejor boyband de toda la historia. —Irene lo abrazó y él se sorprendió un poco por eso, pero luego se relajó y la rodeó con sus brazos.

—Podemos bailar lento sin importar la canción. —Colocó sus manos para así rodear su cuello con ellas.

Estuvieron en esa posición durante dos canciones más, Bruno y Bianca llegaron a saludarlos y se quedaron un rato hablando los cuatro. Sin embargo Irene notó como algo llamó la atención de Alan, dirigió su mirada a lo que estaba viendo y se dio cuenta de que era Sierra, lo tomó del brazo para que él volteara a verla.

—Sierra trajo a Zac Hoffman como pareja. —Dijo Bruno, Bianca lo codeó. — ¿Qué?

—Mejor vamos a bailar. —La rubia lo tomó del brazo y se lo llevó hasta la pista de baile. Irene acomodó un poco el cabello del rubio y le sonrió. Iba a hablar pero se vio interrumpida por alguien más.

—Hola Alan. —Le dijo Sierra cuando llegó con ellos, Alan volteó a verla y casi se le cae la bebida que llevaba en las manos. —Estás muy guapo.

—Gracias, tú también estás linda. —Se sonrojó. Irene miró la escena molesta—Viniste con Zac, que genial.

—Tú con Irene, interesante. —Ella tomó la mano del rubio.

—Voy por algo de beber. ¿Quieres ponche? —Le dijo Zac a Sierra, ella asintió — ¿Me acompañas, Alan? —Él respondió que sí y se fue junto a él a la barra, Sierra se quedó junto a Irene.

—Lindo vestido. —Le dijo Irene. —No sabía que te gustaba el azul. —Seguro había tenido la misma idea que ella antes.

—Resalta en mí el color. —Le dijo orgullosa. —Y a Alan le gusta. —La miró con su típica sonrisa de superioridad. Irene sabía que era cierto, había notado la reacción de su acompañante justo cuando ella entró y deseó que él algún día la viera de esa misma manera.

—Me alegro por ti. —Dijo sarcástica. —Lástima que es mi pareja y no la tuya.

—Por ahora Irenita, disfruta tu noche. —Le dijo y se alejó de ella. Irene la siguió con la mirada y suspiró frustrada al perderla de vista. Sierra Harris sería su problema esa noche y no podía dejar que ella ganara.

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