2
Un abrazo por la espalda tomó a Irene por sorpresa, no podía ver quien era la persona que estaba pero por el olor de su colonia podía darse cuenta que era Alan.
—Adivina lo que acaba de pasarme —Le susurró Alan en su oído haciendo que la castaña temblara por el acercamiento.
—Tiene que ver con Nina ¿No es así? —Dijo desanimada, pero no tanto como para que el rubio pudiese notarlo. Alan se colocó delante de ella.
—No exactamente. —Le dice, la cataña lo mira.—El profesor de química me ha pedido consejos amorosos para usarlos con su esposa.—Irene no contuvo la carcajada y Alan la siguió.—Quiere que vaya a su casa para que así pueda impresionarla.
—Cupido estará ocupado para la reunión de hoy.—El rubio niega.
—No te libras de mi tan fácil, cariño.—le dijo e Irene sintió como su corazón se aceleró.—Iré luego de que cene con el profesor, no me perderé el maratón de star wars por nada, bebé.
—No me digas bebé, Alan.
—Bebé. —Rió e Irene rodó los ojos.—Pero enserio, el maratón de star wars va.—Sonríe.
—¡Chicos!—Exclamó Bruno al llegar a ellos.—¿Es cierto lo de Nina?
—¿Qué sucede con Nina?—Preguntó Alan, Bruno sonrió.
—Nada, sólo quería ver tu reacción. —Rió. Y Alan lo empujó. —¡Deja de golpearme!
—No bromees con eso entonces. —Dice y se aleja dejándolos a los dos solos.
—Entonces, ¿Te gusta mucho ese rubio?—Bromea Bruno, Irene lo mira sorprendida.
—¿Cómo...?—Dijo la castaña y el moreno la interrumpió.
—Te brillan los ojos al verlo. Tal vez no se lo has dicho a nadie, pero yo me doy cuenta de las cosas; aunque no lo creas.—Le sonríe.
—No se lo digas. Por favor.
—No lo haré. —Responde. —Te diría que se lo confesaras pero sé que no vas a hacerlo y lo entiendo, no quieres perder esa amistad que tienes; me pasó una vez. Alan puede ser cupido pero es muy lento cuando se trata de él, es muy inseguro con el tema de las relaciones.
Irene asiente, sabía que decía la verdad, ella también conocía lo suficiente al rubio como para darse cuenta que había sufrido antes con un corazón roto y aunque ella no sabía lo que pasó realmente, podía ver en sus ojos la inseguridad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top