Martes.
Me junto con Britt para el almuerzo y Jena llega por añadidura. Se sienta a mi lado y suelta:
—Mi hermana está loca. Pero loca en el sentido ESTRICTO de la palabra.
Ya lo creo.
—¿Ah, sí? —murmuro.
—No creo que Alli esté loca—deduce la rubia—. Conozco gente loca, de chica fui al psiquiatra muchas veces y me tocaba compartir sala de espera con chicas locas.
—Eso se llama histeria, me parece—deduzco.
—Las histéricas y los histéricos también pueden enloquecer—suelta Jena—. Creo que mi hermana es una histérica que se ha vuelto loca. Deberíamos preguntar cuestiones nosológicas a McCough.
El apellido de ese hombre hace que me atragante.
Es que por añadidura viene pensar en Francis y Steve, lo cual por un instante no me figuraba en la cabeza.
—¿Por qué...lo dices? —le pregunto tras dar un trago de agua.
—Porque Alli está tratando de convencer a todo el grupo de niñatas de sus compañeras de presentarse en las próximas convocatorias de animadoras para seleccionar al equipo del próximo año, ¿puedes creerlo? ¡Y hemos sido criadas por los mismos padres! Es ese amor platónico que tienen con los mariscales de campo.
—Todas tenemos fantasías al menos una vez con el mariscal de campo—musita Britt sin inmutarse y vuelvo a atragantarme—. Caray, Jimmy, ten cuidado.
—Steve Morgan no me gusta mucho—suelta Jena—. No es de mi preferencia. Mi estilo de chicos es muy diferente...
¿Por qué me está mirando?
—Creo que deberías recuperar a Alli de sus fanatismos por encajar—le digo para virar de tema—. Protégela de que no se convierta en una cabeza hueca con tal de encontrar un lugar en este salvaje sitio llamado "escuela".
—Todos hacemos estupideces por encajar. Otros prefieren quedar excluidos y eso no es sin consecuencias—acota Meredith tomando un lugar en la mesa con una bandeja repleta de comida—. Hola, chicos.
¿Y ahora aprendió a saludar?
Suena la campana.
Me dirijo hasta mi casillero debatiendo con Jena lo maravilloso que fue leer El Retrato de Dorian Gray sin que se me escape alguna opinión demasiado personal. Ahora toca Literatura y compartimos la asignatura, lo cual equivale a "Compañía de confianza para este lapso".
Luego se viene la última clase, pero es el peor momento de toda la semana.
La prueba de fuego.
La clase de Deportes.
Medio a escondidas, me filtro en los vestidores. Cambio mi ropa a una velocidad monumental y me dirijo al campo de juego antes de que Francis y sus amigotes lleguen al cambiador.
Distingo al entrenador ubicando sectores que delimitan un improvisado campo de béisbol. Espero que Shain se aparezca pero no está en ninguna clase. ¿Por qué? Hasta que caigo en la cuenta de todo.
Shain no es alumno de la escuela.
Shain ya se ha graduado en Thorn Ville. Si está aquí es por otro motivo.
—Eh, Blake.
Escucho una voz conocida que no preocupa. Cuando levanto la vista, me encuentro con el chico de la clase de baloncesto que fue agradable. Ahora mismo me dedica una sonrisa de esas que no rechazan y me lanza una bola de béisbol que atrapo con torpeza.
—¿Practicas?
No, no practico, gracias.
Vamos, no puedo decirle que no.
Dando trompicones voy hasta él e intento arrojarle la bola para que él la batee. Está listo para hacerlo, sin embargo al distinguir que no tengo la menor idea, me explica de qué modo ponerme de pie para poder hacerlo.
—Tienes que dirigirla hasta el bate—me dice—, no en contra de él.
—Haré el intento—murmuro pero sé que a su distancia no me escucha. Así que arrojo la bola.
Demasiado alto.
—Eh, Jimmy. Bien hecho—dice y no está siendo sarcástico. Busca la bola y vuelve—. Ahora intenta un poco más bajo—me la arroja y voy por mi segunda oportunidad.
Y lo logro.
Es un poco baja pero la puntería de este chico es excepcional, logra darle y la dirige a mi derecha.
—¡Muy bien! —dice y le muestro un pulgar en alto mientras busco la pelota.
—¿Sabes tomar el bate? —me pregunta y lo extiende hacia mí.
Debo de enrojecerme puesto que él frunce el entrecejo. Nunca un chico me...ofreció que le tome el bate.
—Esto, ¡claro! —le suelto. Lo único que falta es que me tenga que enseñar y pasarme la vergüenza de mi vida. De sólo imaginarlo ya debo contener una erección, no me imagino poniendo el cuerpo.
Cada uno tiene sus estrategias para combatir una erección. Me pregunto si las mujeres tienen una idea de lo que es luchar contra esto y es aún peor cuando tienes que llegar al extremo de figurarte a tu abuela en ropa interior para combatir una erección. Lo digo en serio: la abuela nunca falla para bajar cualquier pilar en alto pero no lo recomiendo cuando el pilar debe levantarse.
Así es que el chico me pasa el casco y el bate.
Busco mi lugar e intento atraer todos los recuerdos de mi abuelo y mi padre viendo los partidos de béisbol. Mi padre siempre los vio solo, yo nada más anduve dando vueltas mientras estaba frente a la pantalla, sin embargo Ernie es de los que gustan que su nieto que le llena de orgullo esté a su lado mientras critican lo inútil que puede ser un jugador.
Aquí vamos.
—¿Preparado? —me pregunta el chico del baloncesto (ahora "el chico de béisbol") y empiezo a arrepentirme de venir tan temprano. Debí haber supuesto que me cruzaría a algún aficionado del deporte.
—¡Sí! —le digo.
Y no veo venir el balón. Pasa como una flecha a mi lado y sacudo el bate demasiado tarde.
Capto que el entrenador nos observa y se cubre una risa burlesca con una mano.
—Strike uno, Blake—dice.
¿Cómo rayos se sabe mi nombre? No sé el suyo. Nunca nos presentamos. Hasta que me figuro la idea de por qué lo sabe: Francis. Instagram. Dos combinaciones peligrosas. El fin de semana estuvieron circulando muchas fotos de la pelea. Me tenían harto las etiquetas y los emojis de burla.
—Strike dos, Blake—grita esta vez el entrenador. Miro hacia atrás. ¿Cuándo fue que mi compañero buscó la bola y la arrojó de nuevo?
—¡Atento o te la daré en las costillas! —señala el chico pero luego se retracta—. ¡No iba en serio, pero presta atención!
Vamos, no puedo echar a perder el único que me tiene un poco de respeto en toda esta clase.
Arroja la bola.
Y apenas roza el bate cuando lo sacudo pero no logro darle.
—Mierda—mascullo.
—Strike tres—dice el chico y niega con el cabeza, apenado.
—¡Debo...practicar! —me excuso.
—Blake por qué mejor no eres de utilidad y buscas conos en el armario—el entrenador se acerca y me arroja las llaves—. Fray, eres un buen bateador—lo adula y se quedan conversando.
Fray.
Si ya sabía cómo se llamaba, debo haberlo olvidado, pero ahora que sé que es el chico que me ha dado una segunda oportunidad, dudo que lo borre pronto de mi memoria.
Cuando recibo la llave del armario, dejo atrás el campo de juego y escucho el ruido que hacen los imbéciles de ahí dentro. Santo cielo.
Paso y evado sus cuerpos envueltos en toallas, mojados, algunos vestidos, otros no. A juzgar por la situación, debe ser imposible que este momento se me figure sexy cuando tengo a mis espaldas la amenaza permanente de saber que Francis y todo el maldito equipo se encuentra aquí.
No obstante, sólo hay dos personas cuando me animo a levantar la mirada. Los otros salían cuando yo entraba.
Uno de ellos es el chico negro del cual Meredith es fan y el otro apenas lo reconozco de entre clases. Sólo hay alguien más en una ducha pero no me interesa. Los dos que reían antes de mi llegada, se quedan en silencio y se retiran cuando me ven intentando abrir el armario.
Conos, conos, conos.
Pues, aquí hay botiquín de primeros auxilios, colchonetas, un cronómetro, dos botellas vacías y algunos balones de futbol. Hasta que veo algo de color naranja en la parte superior.
Ahí están.
Acerco una banqueta, me subo y busco de dónde sujetar los cuatro conos apilados.
—¿Qué buscas?
Esas dos palabras me toman por sorpresa y mis piernas tiemblan. Doy un paso hacia atrás pero se me termina la banqueta y...
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¡FELICIDADES, MIS QUERIDOS READERS <3!
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Espero que esta noche sea motivo para que se embriaguen y no conduzcan, para que lean si les cae mal la familia o para que rían con amigos si tienen con quién pasarla n.n
En general, solía ser de los segundos :v Ahora soy más bien de los que esperan a las doce para saludar antes de irme a leer >.<
PD: Este lunes a las 19hs estaré desde Chile haciendo un LIVE por Instagram.
Gracias por estar ahí, les adoro con el kora <3
Bsss
L.
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