T R E I N T A Y C I N C O

Quizá ya lo viví antes. Eso es lo correcto. La sensación de que ya pasé por el proceso de vestirme frente a un espejo para asistir a un baile organizado por el instituto... definitivamente sé de qué se trata porque luego de peinarme y soltarme los primeros botones de mi camisa, diviso en el cristal una versión de mí a lo John Travolta y esta vez estoy como él al pie de la letra.

Quizás haberme vestido como Travolta en Grease hubiere sentado mejor en mi aspecto pero en fin, lo tendré en cuenta para la próxima oportunidad (si salgo sano y salvo de esta).

Sólo unos minutos transcurren y Britt pasa a por mí. Cuando subo a su coche, me da un beso ruidoso en una mejilla y me dice que así estoy perfecto (¿está aprendiendo a dar besos ruidosos? Definitivamente Fray, El Atleta se encuentra haciendo un excelente trabajo).

Me miro en el espejo retrovisor y capto que la rubia me ha dejado sus labios pintados con rouge pero no sientan mal en mi piel y con el cuello descubierto, tal como lo llevo. Por consiguiente me fijo en ella y está preciosa en verdad. Lleva el pelo rubio recogido en un gorro negro, una cazadora de cuero sobre los hombros y debajo un vestido corto color rojo con bordados en negro. Me arranca una risita el notar un lunar sobre su labio superior, obviamente pintado. Es una Madonna preciosa al estilo 1987 pero en la actualidad.

—Le dejé a Jena que trabaje sobre la chica material—me murmura mientras se revisa el labial en un espejito—. Yo he sido sacada de la película Who's that girl? y creo haberlo logrado bien, ¿no te parece?

—¡Estás estupenda, Britt!

Hizo un trabajo increíble. Sólo necesita sus dientes frontales superiores separados pero apenas puede detectarse esto. Mi amiga me informa que esta noche no pasaremos por Jena y Meredith, sino que las encontraremos directamente allá.

En efecto, apenas aparcamos el coche, nos cruzamos a la pelirroja junto a su hermana menor, quienes están llegando a la par de Britt y yo.

Me impacta el rosa que resalta de sobremanera en Jena. Hace juego con su pelo rojo y las imitaciones de joyas le hacen brillar el rostro y la piel en sí. Bueno, he aquí alguien que hizo un maravilloso trabajo pero debo asimilar que no se asemeja ni de cerca al trabajo que Britt hizo esta noche sobre su imagen. O le hicieron. Apuesto que ella sola no está trabajando sobre su aspecto, tutoriales y su madre han de estar ocupando lugar protagónico.

Mientras tanto, noto que la hermana de Jena se reúne con un grupo de amigas, todas vestidas iguales: pantalones cuya cintura les llega al ombligo, el pelo recogido en altas coletas y camisas metidas a los pantalones. Asocio la imagen con las actrices de Volver al futuro.

Bien, sólo queda ver el trabajo que hizo Meredith.

—¿Esperamos por ella o vamos pagando nuestras entradas al Baile Disco? —les pregunto.

Vemos pasar a unos chicos del equipo de futbol: el único trabajo que hicieron sobre sí mismos ha sido modificarse el peinado, meterse la camiseta y subirse los pantalones mostrando por poco los tobillos. No obstante, no encuentro entre ellos quien realmente busco.

Cuando estamos en la fila, se nos acerca una mujer con tacones altos, pantalones largos y chaqueta muy adherida a la cintura. Toda vestido de negro. Me llama mucho la atención su pelo que más que extravagante, parece haberle explotado una bomba dentro.

La mujer se da la vuelta y...

¡Demonios!

—¿Tina Turner? —dice Jena y abraza cuidadosamente a nuestra recién llegada. Bueno, alguien más que hizo un excelente trabajo. Tan bueno que ni siquiera le sienta bien.

Una vez que estamos los cuatro, decidimos entrar.

Observo que se encuentran los chicos del comité de organizaciones, animando el baile que recién comienza, no obstante esto no puede estar más animado aún. La música me golpea en las sientes y el pecho, y los Bee Gees aparecen de repente en mis labios para tararear todos sus grandes éxitos. Tiene su encanto aunque sería mucho más divertido que los Drag Queens de Donuts llegasen para dar su espectáculo.

Ya dentro, nos encontramos una Madonna al estilo Vogue quien saluda a nuestras otras dos similares. Reconozco una Cyndi Lauper muy bien lograda, divirtiéndose junto a un muchacho versión de Elvis Presley con chaqueta y pantalones alucinantes; también a Kilye Minogue de vestido rojo muy corto y accesorios negros. Quizás el estilo de la cantante en los años que surgió. También está con estos, un muchacho negro de pelo rapado, esmoquin blanco y enormes gafas oscuras. Stevie Wonder. El sujeto se da la vuelta y clava los ojos en Tina, digo, Meredith.

Acto seguido suena You should be dancing de los inconfundibles Bee Gees y dos muchachos se aparecen ingresando al salón. Nadie les pasa mucho interés pero creo que soy unos de los pocos en reparar que el disfraz de éstos, son al estilo Barry Gibb por tres. Un traje plateado, de pantalones ajustados y chaqueta abierta permitiéndoseles ver el torso.

Caigo tarde en la cuenta de que le estoy presionando un brazo a Britt.

—¡Hey! —me dice—. Ten cuidado.

La suelto y ella sacude su brazo en gesto de dolor. Me he pasado del entusiasmo.

Sigo con los ojos fijos en estos Bee Gees demasiado...extraños. Hay uno que parece ser un oso enorme y no es nada atractivo. Caigo en la cuenta de quién se trata: Francis.

El Bee Gees que más me sorprende es el otro. Delgado pero de contextura física marcada. Los ojos verdes y su dentadura perfecta, iluminados por una radiante mezcla de emociones... no cabe duda de que se trata de Steve. Él me mira y le sostengo la mirada, sólo por un momento, puesto que llega Cyndi Lauper y se le sube a los hombros a Steve. No he reconocido que quien está haciendo la famosísima cantante, es nada menos que Miranda (ya te haré ver true colors a ti...). La muchacha que viste a lo Kylie Minogue es nada menos que la co-capitana de las animadoras (el diseño de su vestimenta no es muy extravagante pero en su cuerpo y sus facciones de muñeca de porcelana, le sienta muy sensual). Eso termina por explicarme que el muchacho negro que hace de Stevie Wonder sea el otro compañero de equipo de Francis y Steve.

Mientras Miranda besa a Morgan, él está mirándome y se me crispa el vello de la nuca.

Jena me saca del estado de absorto tomándome de una mano.

—¡Ven, gatito! ¡Vamos a bailar!

Hola!!

Les cuento que una vez que rocemos los últimos capítulos, retomaré con las dedicatorias n.n

De momento les daré un respiro pero no olviden comentar y dejar sus apreciaciones ya que eso sirve de mucho para orientar la escritura (:

Les mando un abrazo enorme y gracias por el apoyo,

Bsss

Nos leemos pronto!!

L.

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