✨️ Viernes ✨️
Todos en Kibougamine estuvieron preocupados cuando Ishimaru no fue a la escuela, por primera vez en toda su vida, y eso era bien sabido.
Kiyotaka Ishimaru era ese tipo de alumno que iba a la escuela así tuviera gripe, claro con su respectivo cubrebocas y gel antibacterial, para Ishimaru, la escuela era su vida entera. El único sitio en el que podía sentirse él mismo, y destacar sin miedo al juicio.
Aunque Kiyotaka nunca admitiría que, en parte, se debe a la presión que su familia siempre impuso en él, siendo el salón de clases el único sitio donde Kiyotaka podía escapar de esa carga.
Por eso, fue un paso importante para Ishimaru dejar esa racha de toda la vida para confesarse a Mondo.
—(Bueno, si mamá estuviera aquí, habría llorado de la decepción)—Piensa Ishimaru, mientras se dirige hacia la escuela.
Fue el primero en llegar, el salón estaba decorado con corazones y listones. Los colores rojo, blanco y rosa prevalecen por encima de todo. Ishimaru no se sentía muy San Valentín, y a decir verdad, tampoco se sentía tan pleno.
Quizás se deba a que por fin está comprendiendo lo que significa ser rechazado. Pero al mismo tiempo, el poder seguir siendo amigo de Owada le da un enorme alivio.
—Kiyotaka—Expresa Chihiro que recién está llegando a la escuela, con la mochila colgando de un hombro, y una caja de chocolates en el brazo—Llegaste temprano, hola.
Chihiro se acerca y se sienta junto a Ishimaru, no suele sentarse ahí, pero quiere hablar con Ishimaru después de lo sucedido ayer.
—Chihiro, em... ¿Owada te ha dicho algo?—Pregunta el pelinegro, un tanto nervioso.
—Si, más o menos—Responde Chihiro con honestidad—Pero a Mondo no le importa, en serio... me refiero a que no es que no le importe tus sentimientos, sino que te sigue viendo como un amigo, no tienes que preocuparte de eso.
Ishimaru sonríe al escuchar eso, en verdad agradece eso.
—Siento que sobre-pienso mucho esto—Responde Ishimaru, estando más calmado—No le daré más vueltas, pudo ser peor así que estoy feliz con esto.
Chihiro le pone una mano al hombro de Kiyotaka como una manera de expresar su apoyo.
—¿Para quién son los chocolates?—Pregunta Ishimaru.
—Para Mondo, le gustan los chocolates extremadamente amargados, no lo entiendo—Responde Chihiro con una sonrisa divertida—Además...
—¿Además?—Pregunta Ishimaru curioso.
—Además... —Chihiro sabe que no debería hablar de eso, pero igualmente lo hace porque se trata de Ishimaru—Mondo no es bueno aceptando regalos, no está acostumbrado, así que intento que se acostumbre a eso.
—¿Es por qué no ha recibido muchos?
—No tanto por eso, creo que es porque es desconfiado, así que es desconfiado en ese tipo de cosas también, además sobre piensa muchas las cosas, es como su necesidad de encontrarle una segunda intención a todo.
Ishimaru reflexiona; y llega a una conclusión: le dará un regalo a Mondo, uno que demuestre su cariño.
Cómo brothers, obviamente, guiño guiño.
(✨️)
Wow, en serio no entiendo nada de literatura.
Es lo único en lo que puedo concentrarme mientras el profesor habla. Aún tengo chocolate en mi mochila. Y claro que también estoy usando la falda; la idea de abandonarla me sigue rondando la cabeza. Lo que comenzó como una manera de refugiar y justificar mi propia debilidad se ha vuelto un disfraz, la máscara de algo que no me representa.
—Fujisaki—Expresa el profesor, levanto la mirada—¿Puedes leer lo último?
Me pongo de pie, con el libro de texto entre mis manos, y de inmediato intento recordar de qué estábamos hablando en clase. Mis ojos ruedan entre las letras, y de inmediato mi corazón comienza a latir más rápido de lo que quisiera.
—Lo... lo siento—Ni siquiera intento mentir—No estaba prestando atención...
El profesor suelta un suspiro cansado. Puedo sentir las miradas de mis compañeros sobre mí. Mis rodillas comienzan a temblar, y de golpe me siento en la silla.
—¿Todo bien, Fujisaki?—Pregunta Makoto Naegi, quién siempre se sienta a mi lado. Asiento con la cabeza, de repente no tengo muchas fuerzas para hablar.
—Si... —Es todo lo que sale de mi boca, ¿por qué mis labios están temblando? Lo único que estaba haciendo era pensar en la falda que traigo puesta y me distraje en clase, ¿por qué mi cuerpo no deja de temblar'
Cierro los ojos e intento buscar un momento de serenidad en mi cabeza.
Me visualizo a mí mismo, en mi habitación, frente a la computadora, tecleando, ¿qué estoy tecleando? Lo que sea, ni yo lo sé, sólo sé que es reconfortante.
—(Puedo ser yo mismo)—Pienso mientras intento controlar mi respiración—(Esto solo es temporal).
Abro los ojos, no sé cuánto tiempo ha pasado, sentía que unos minutos cuando mucho; no quiero pensar en la posibilidad de parecer que me estaba quedando dormido.
—Fujisaki—Expresa Aoi Asahina, otra compañera que se sienta cerca de mí—Si necesitas algo, me puedes decir, ¡tranquila!
La sonrisa de Aoi me calma bastante. A veces le tomo demasiada importancia a las opiniones ajenas, siempre creyendo que doy lo peor de mí.
No siempre tiene que ser así, soy un chico bastante torpe a veces, lo sé, pero creo que puedo hacer las cosas bien de vez en cuando, ¿no?
El timbre suena, así que la mayoría se pone de pie para irse a almorzar. Saco los chocolates de mi mochila, con cuidado y me acerco a Mondo.
—Toma, Mondo—Expreso con una sonrisa, sintiendo mi corazón latir con mayor tranquilidad; le entrego los chocolates con cuidado, como si fuera una reliquia única en el universo.
—¡Gracias, Chihiro!—Exclama Mondo, con una sonrisa—También te traje algo.
—¿Eh, en serio?—Sonrío por la emoción, amo cualquier regalo.
Mondo me entrega un cuaderno de 200 páginas con un estampado de nubes y pájaros. Acepto el regalo, emocionado.
—¡Gracias, Mondo!—Exclamo más de lo que hubiera querido. Porque siempre, siempre, me pongo feliz con cualquier regalo.
Menos algo que tenga el color rosa. No soy propenso a elegir ese color, para mi desgracia.
Pero parece que Mondo ha notado algo en mí, algo que no está bien porque me mira fijamente.
—¿Todo bien, Chihiro?—Me pregunta Mondo, con las manos en los bolsillos—Estás un tanto pálida.
—Pues... —Observo para todos lados, no me siento seguro para tocar este tema en el salón de clases—¿Podemos hablarlo afuera?
Owada asiente con la cabeza. Entonces salimos juntos, no nos decimos nada en todo el camino. Mondo abre la caja de chocolates y se lo va comiendo de vez en cuando.
Mis pasos y los mordiscos de Mondo son lo único que resuenan en mi cabeza. Incluso se me olvida por unos minutos que todos están celebrando San Valentín, así que Kibougamine está envuelta en flores y dulces.
Llegamos al extenso jardín, donde nos resguardamos bajo un árbol. Veo a muchas parejas, y me pregunto si alguna se está declarando.
Confieso que manifesté mucho que Ishimaru y Mondo se hicieran pareja en San Valentín. Pero bueno, no se me cumplió el capricho.
—¿De qué querías hablar?—Me pregunta Mondo, mientras estira los brazos. Juego con la punta de mis dedos, mirando hacía abajo.
—Creo... creo que estoy listo... —Mi voz no demuestra mi confianza, la siento igual que mis piernas: temblorosa—De decirle a todos que... soy un chico...
Parece como si hubiese confesado un crimen porque Mondo se queda boquiabierto y se atraganta con su propia saliva. Mi vista sigue posada en el suelo; sin embargo, ahora que lo he dicho en voz alta, sé de todo corazón que estoy haciendo lo correcto.
—¿Segura? Digo, ¿seguro? ¿Seguru? ¿Suguru? Carajo, perdón—Mondo se rasca la nuca en señal de nerviosismo—Es que me pillaste de sorpresa.
—¿Crees que es mala idea?—Levanto la mirada, intranquilo.
—No, sólo... —Mondo me mira fijamente, con unos ojos que no sé descifrar, para variar—No quiero que te lastimen, solo eso.
—¿Pero por qué me lastimarían?
—Pues ya sabes que la gente es idiota, no creo que... todos lo comprendan.
Una punzada de dolor cruza mi pecho y arruga mi rostro. Eso lo sé, lo sé perfectamente, pero... ¿hasta cuándo debo de esperar? ¿cómo sé que la gente a mi alrededor está preparada?
—Pero es que... —Vuelvo a bajar la mirada, con las manos sobre mi pecho, sintiendo que el suelo se balancea debajo de mi—Ya no me gusta quien soy...
Sé que elegí esto, pero... no sé, creí que tenía la opción de corregirlo.
—Chihiro—Mondo pone una mano sobre mi hombro, nota que estoy reteniendo las lágrimas—Si esto es lo que quieres está bien, no quiero que parezca que no tienes mi apoyo.
Inhalo y exhalo. Busco respirar entre mis nervios. Busco... busco permanecer en mi cuerpo y no terminar de colapsar.
—¿Estás bien?—Mondo se acerca más, me sostiene con cuidado.
¿Por qué mi respiración se acelera? No... no es justo... no aquí... no ahora....
—No puedo respirar... —Digo con dificultad mientras me apoyo en el árbol junto a mi lado.
Algunos compañeros a lo lejos nos observan, y estoy seguro que, siendo época de San Valentín, pensarán que Mondo me está rechazando o algo así, es en lo único en lo que enfoco mi mente ahora mismo, buscando un salvavidas entre los ríos de mis pensamientos, porque sé, lo sé a fondo, que si pienso en mi situación actual, en lo que verdaderamente importa, me pondré a llorar.
—Chihiro, toma—Mondo me ofrece uno de los chocolates amargos que le dí, y de inmediato lo tomo; cuando tengo uno de estos momentos necesito reactivar mi sistema con algo, como chupar un limón o masticar el hielo.
Desenvuelvo el chocolate con manos temblorosas y tomo el dulce entre mis dientes. En cuanto la amargura roza mi lengua, mis labios y garganta se entumecen; aprieto ligeramente ambas manos, se siente como si mi mente y cuerpo se hubieran conectado. Un clic casi doloroso.
—Warg, que asco—Comento con una cara de asco, sin embargo, los temblores han disminuido y he recuperado el control de mis respiraciones—Gracias Mondo, lo necesitaba.
Owada sonríe al verme mejor, y se aparta un poco para darme el espacio necesario. Dedico los siguientes minutos de mi vida en respirar, en sentir los pies sobre el suelo y el viento en mi rostro.
—Uff, hace tiempo que no me pasaba esto... —Digo con voz suave, mientras siento que la pesadez en mi pecho sigue rebotando pero con menos frecuencia—Lo siento Mondo, no quería asustarte...
—Está bien, después de todo más o menos así fue la manera en que nos hicimos amigos.
Tiene razón, hace dos años, en los primeros días me había puesto extremadamente nervioso y ansioso de repente; escaló un punto en que corrí al estacionamiento de la escuela buscando existir, y ahí me encontré a alguien.
Recuerdo con total perfección las palabras de Mondo Owada, el Motociclista Definitivo que al principio me daba miedo.
—Oye, no dejes que los pulmones te controlen—Me había dicho Owada, en un tono malhumorado—Los nervios son una cagada, seguramente eres más fuerte que eso.
Y mi respuesta: reír. Después de eso, ser mejores amigos.
—¿Te sientes mejor?—Me pregunta mientras estiro mis brazos, aún con el sabor de chocolate en mi boca.
—Si—Sonrío débilmente—Pero...
—¿Pero?
—Siento que necesito compartir mi secreto con alguien más... —Siento una mayor ligereza en mi cuerpo—Puede que... poco a poco quizás todos sepan y así sentirme mejor.
—Pero, ¿a quién le contarías?
Hay muchos nombres que se me vienen a la mente, sin embargo uno resalta en negritas y en mayúsculas.
—Ishimaru—Expreso sin la menor duda.
(✨️)
Kiyotaka no celebra San Valentín, porque eso lo distraía de sus estudios. En su lugar prefirió leer en la biblioteca de la escuela, lejos de toda la festividad que hay afuera.
Kiyotaka... no tiene muchos amigos con quien pasar este día.
O eso pensaba, porque Maizono y Kirigiri se acercaron por la puerta de la biblioteca.
Ishimaru, por unos segundos creyó que no lo había visto, pero ambas alumnas se dieron cuenta de inmediato y se acercaron. Maizono lleva una gran bolsa de tela color rosa colgada de su hombro, mientras Kirigiri lleva una caja de pockys sabor fresa.
—¿Qué haces aquí solo?—Pregunta Sayaka, sus ojos azules, destacando con su mirada curiosa—Afuera está lleno de brillitos y chocolates.
—Quizás solo quiere estar solo—Comenta Kirigiri, con una expresión seria; típico de ella—No todos somos fans de los brillos y los chocolates.
—Ya, pero no me voy a quedar con las dudas—Sayaka rebusca en su bolsa de tela, y saca una pequeña caja de chocolate blanco—Toma, Ishimaru.
Kiyotaka tardó varios minutos en procesarlo, ¿por qué una compañera le daría un regalo cuando no son amigos? ¿Solo por qué es San Valentín? ¿Con eso es suficiente?
—Gracias... —Expresa Ishimaru, asombrado—¿Por... qué me lo das?
—¿Eh?—Maizono es tan expresiva que con solo ladear la cabeza hacía un lado, se muestra su confusión.
—¡No es que no lo aprecie!—Ishimaru hace un saludo militar, para mostrar sus respetos—Solo estoy confundido, no tengo un regalo para ustedes.
—Pues me lo das otro día, no pasa nada—Responde Maizono tranquilamente—Kyoko me debe como veinte dulces.
—Solo catorce dulces—Comenta la detective de cabello lila como si nada—Maizono le está dando dulces a cualquiera que no tenga.
—Bueno, estoy acostumbrada a que me den muchos regalos—Dice Sayaka en un tono juguetón—Pero yo nunca los he dado, así que me estoy divirtiendo mucho haciéndolo.
—Bueno, tu momento humilde—Dice Kyoko, con una ligera sonrisa—¿Me das más dulces?
—¡Claro!—Maizono busca en su bolsa de tela y saca un caramelo de leche—Aquí tienes, Kyokiri.
Kirigiri acepta el dulce. Ishimaru, confundido las mira a ambas, traga saliva y decide hacer otra pregunta.
—¿Cómo puedo dar un regalo sin que parezca que tengo otra intención, aunque en realidad si tengo otra intención pero no quiero que la otra persona piense eso a pesar de que sea cierto?—Pregunta Ishimaru, con los chocolates blancos entre las manos.
Maizono sonríe, confundida y sacando humo del cerebro, mientras Kirigiri lo mira detenidamente.
—No se puede—Comenta Kirigiri fríamente.
—¡Si se puede!—Exclama Maizono, con la energía renovada—¡No sé cómo pero se puede!
Kirigiri y Maizono debaten unos minutos, mientras Ishimaru reflexiona en que le puede dar a Mondo.
Sin embargo, las palabras cesan cuando Chihiro Fujisaki entra, a paso lento, con las manos juntas sobre su pecho, los labios apretados y el corazón retumbando a cuatrocientos por minuto.
Maizono estaba a punto de ofrecerle un chocolate pero Fujisaki fue directo.
—Kiyotaka, necesito hablar contigo—Expresa Fujisaki, con una voz que no oculta de todos sus nervios—Es... importante.
Ishimaru, confuso, asiente con la cabeza, se levanta y sigue a Fujisaki fuera de la biblioteca.
Caminaron en silencio por varios minutos; Ishimaru por supuesto quería preguntarle porque tanto silencio o si todo estaba bien, pero la ansiedad en la mirada de Fujisaki le decía que era mejor no preguntar nada de momento.
Llegan hasta el jardín botánico dentro de Kibougamine. Chihiro se detiene y por fin mira a Ishimaru a los ojos.
—Bueno, admito que estoy un poco asustado—Dice Ishimaru con una sonrisa nerviosa—¿Todo bien, Chihiro?
—Si—Chihiro también comparte la misma sonrisa temblorosa—Yo... te traje aquí porque quiero decirte algo importante.
Kiyotaka deshace su sonrisa, se pone firme y asiente con la cabeza. Se imaginó cientos de posibilidades, sin embargo, lo siguiente que dijo Chihiro cambió la perspectiva de Kiyotaka Ishimaru para siempre.
—Soy... un hombre—Declaró Chihiro, y sintió un peso enorme irse de su cansada espalda; ahora solo esperaba que Ishimaru comprendiera.
(✨️)
Me gusta mucho escribir a Fujisaki <3 Gracias por leer!! Me estoy tardando en subir los capítulos porque la universidad me está quitando mucho tiempo, así que estoy escribiendo en ratitos, por eso aprecio enormemente el apoyo; me inspiran a continuar.
Nos leemos pronto!! Ya no falta mucho para el final ꒰ᐢ. .ᐢ꒱₊˚⊹
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top