Capítulo 09 🏀
C H L O E
Quizá había sido una decisión apresurada, pero no quería que Donna otra vez tuviera el poder de hacerme sentir mal. Ni mucho menos que Harry lo tuviera.
Esta vez no iban a consumirme.
Esta vez yo tenía el mando. Estaba en una universidad la cual prácticamente quedaba en otra ciudad y joder...
Guardar el secreto a toda costa era mi prioridad.
No ellos.
No.
Yo lo era.
Y aunque sentía vacía, triste y decepcionada.
Porque a pesar de haberlo dejado... el arrepentimiento quería aparecer,
Pero pensar que Donna logró besarlo en tan solo una semana de no estar juntos físicamente, me desestabilizó por completo.
Y era mejor así, yo en Shack y ellos en Wayne. Haciendo lo que se les dé la gana.
Sentía ganas de llorar y eso hice durante un rato largo y a solas, claramente.
Porque no quería estar días enteros así, ni mucho menos que me vean en ese estado.
Así que esa noche aproveché que estaba sola, me desahogué de la única manera que sabía hacerlo, llorando. Y cuando me calmé, pedí helado y coloqué en el televisor unas cuantas películas que se habían estrenado hace tiempo en Netflix. Lo bueno de aquello fue que me terminé enamorando de varios actores.
Porque... ¿para qué quieres un novio si puedes salir imaginariamente con miles de famosos?
Exacto.
Aunque seguimos queriendo un novio de verdad.
🏀🏀🏀
Cuando me di cuenta que seguía en el sofá de la sala, fue porque unos brazos me estaban sujetando. Al estar dormida no entendía muy bien qué sucedía, hasta que abrí los ojos y noté a Jack, cargándome.
—¿Qué haces? —cuestioné refregando mis ojos.
—Te llevo a tu cama, son las cinco am, recién llegamos.
Y claramente así era porque olía a alcohol y a cigarro.
—Hueles mal —mascullé frunciendo la nariz.
—Lo sé, pero, ¿qué haces aquí? ¿no estarías con Harry? —indagó recostándome en mi cama.
Negué con la cabeza. No quería hablar de eso.
—Se fue, igual que lo nuestro.
Jack frunció el ceño, pero al cabo de unos segundos sonrió coqueto.
—Será mejor que descanses, mañana será un día productivo —aseguró, yéndose de mi habitación.
Y claramente, dejándome a solas. Creí que me costaría reconciliar el sueño, pero para mi suerte caí rendida en mi cama y seguí durmiendo.
—Chloe... Chloe... —murmuraba una voz, mientras me tocaba la cara con un dedo.
—Déjame dormir, maldita sea —me quejé.
—Traje algo que puede gustarte.
—¿No puede esperar unas horas? —susurré aferrándome a mis sábanas.
—No, es sábado, día de jugar con todo el equipo —notó mi confusión aún con mis ojos cerrados—. Algunos sábados tenemos partidos, pero como todavía no arrancamos, es solo un amistoso contra los gorilas.
—¿Gorilas? —indagué, mirándolo fijamente.
—Sí, nuestras universidades son rivales desde hace años.
—¿Y yo por qué debo ir? Ni siquiera soy del equipo —refunfuñé tapando mi cabeza con las sábanas.
—Debes demostrarles que estás al nivel, todos quieren conocerte y ver que tan bien juegas —dijo destapándome.
—¿Qué hora es? —refunfuñé molesta, porque me había destapado y yo quería seguir durmiendo.
—Las seis de la noche, dormiste todo el día. Además ya estamos listos, solo faltas tú —dijo jalándome del brazo.
—No quiero —aseguré.
Me negaba a salir de la cama.
—Bien, que conste que lo intenté por las buenas —argumentó Jack.
Y acto seguido, entraron Joel, Eros y Evan.
Estaban tratando de cargarme, pero me resistí y me aferré con fuerza a la cama.
—Vamos, Chloe —dijeron los cuatro.
—¡No! —grité.
Un partido no me venía mal, pero no me sentía con ánimos.
—Ayer les dijimos a todos que irías, que eras genial. Debes ir —insistió Joel.
—Si, además hay muchos interesados y quieren tu número de teléfono —comentó Eros.
—No me interesa, tengo... —dejé de hablar, ya no estaba con Harry.
La tristeza me invadió por completo, fue como si hubiera recibió un balonazo en el rostro.
Dejé de aferrarme a la cama cuando noté que mis ojos habían empezado a humedecerse.
—Novio, ya sabemos, pero vamos. No te hará daño jugar —siguió Eros.
¿No sabían que ya no estaba con Harry? ¿Debería decirles yo?
Maldita sea.
Odio aquí.
—Yo no... no... —suspiré y noté como los cuatro me miraban serios—. Ya no estoy con Harry.
—¿Qué? Pero... ¡Si ese chico te miraba como si fueses Jennifer Anniston a los veinte! —exclamó Evan.
—¿Jennifer Anniston? ¿En serio? —masculló Joel.
—¿Qué? Soy fan de Friends, culpa a mi hermana —se excusó Evan.
—No le eches la culpa a Beth, que tú eres más fangirl que ella —puntualizó Eros, apuntándolo con su dedo índice.
Quise contener la risa que me habían provocado, pero fue en vano.
El regaño de Eros provocó que me secara las lágrimas deprisa, logrando que no se diesen cuenta de mi estado.
Fue como si sus bromas me hubieran reiniciado.
Y al soltar una carcajada, ellos también comenzaron a reír, sin dejar de pelear, claro.
—Fangirl...—dijo Joel entre risas—. Estuvo buena.
—¿Y bien? ¿Vienes? —preguntó Jack.
—¿Qué es lo que trajiste que podía gustarme? —cuestioné recordando sus palabras al despertarme.
—Cierto, te traje el uniforme de una las chicas, ya que no usan el uniforme, a lo mejor tú sí le das uso —respondió, tendiéndome una camiseta y un short, de color negro con franjas rosas y letras blancas.
Me emocioné un poco al ver el uniforme para mí, siempre he amado la idea de permanecer a un equipo, además, con algo se empezaba y tener el vestuario ya era muchísimo.
Y al leer el número de la camiseta, recordé que en la preparatoria solía llevar el número doce, pero ahora, llevaría el número veintidós. El dos siempre había estado conmigo. De hecho, la primera camiseta que obtuve fue la del número dos.
Así que aquello solo me hacía sentir aún más emocionada.
Al levantarme de la cama, noté que los cuatro estaban sonriendo. Parecían tan emocionados como yo.
—¿Me dejan cambiarme? —dije para que me dejaran a solas.
—Adelante —respondió Eros, cruzándose de brazos. Como si yo permitiría que me vieran en ropa interior.
—Largo —ordené seria, y los cuatro salieron de mi habitación. Aunque Eros y Joel se fueron a regañadientes.
Al cambiarme, sentí un fuerte dolor en el pecho. Cambiar de uniforme, de equipo, de casa e incluso de ciudad. Era aterrador.
Dejar a mi novio, había sido una decisión apresurada y difícil. Pero debía seguir.
Por mí.
Y por mi sueño.
Así a lo mejor un partido me quitaría la tristeza, al fin y al cabo, el baloncesto era lo único que tenía.
Y lo único que jamás abandonaría.
A Harry lo había dejado, así que era mi culpa pasar por esto. Debía hacerme cargo de las consecuencias que aquella acción me traería.
Debía aceptar el dolor y transformarlo en algo positivo.
O aunque sea, aceptarlo y seguir con mi vida.
H O L A A <3
¿Cómo están? Yo uff, un poco cansada...
Pero aquí ando, cumpliendo con las actualizaciones de esta edición.
Espero que estén bien y que disfruten de leer.
No olviden dejarme en comentarios lo que opinen <3 Por mi parte en este capítulo dije "Chloe ta chikita"...
Besos sabor badboy...
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