C H L O E

—Mierda. ¿Terminó? ¿No hay segunda temporada? —se quejó Jack.

—Eso parece —dije molesta —. ¿Por qué siempre dejan el final abierto?

—Juegan con mis sentimientos —reclamó haciendo un puchero con sus labios y cruzándose de brazos. Lo cual me causó una risita, debido a que su comportamiento infantil era irónico, porque... de todos los chicos, él parecía el más serio.

Pero la diversión se me fue cuando tomé mi móvil y vi la hora. ¡Eran las siete de la madrugada!

—¡¿Qué carajos?! —exclamé preocupada.

—¿Qué tienes? —preguntó arqueando una ceja.

—Son las siete. ¿Cómo es posible? —pregunté alterada.

—Vimos la temporada completa. ¿Qué esperabas?

Bufé de mala gana, hacía mucho que no miraba una serie y se me pasaba el tiempo volando. Pero había estado mal porque prácticamente me dejé llevar por el insomnio.

—Ya, iré por cereales —murmuré levantándome de la cama, para ir a la cocina en busca de comida. Mi estomago comenzaba a rugir de hambre, así que decidí hacerle caso y alimentarlo.

Estaba devorando el paquete de cereales cuando escuché mi móvil sonar, y corrí hacía mi habitación, porque lo último que quería era que Jack le atienda la llamada a Harry.

Pero como siempre, me tropecé y caí en mi cama, arriba de Jack, quien tenía mi móvil en la mano. Lo bueno fue que no dudó en tendérmelo.

Pero no, no era Harry. Era Steve. Mi mejor amigo.

—Hola —saludé de mala gana.

—Oh, a mí también me alegra oírte... ay... dices que me extrañaste. Aw... yo igual, estúpida —soltó Steve molesto, pero sabía que estaba sonriendo divertido.

—Lo siento, esperaba la llamada de Harry. ¿Cómo te fue en tu primer día? —pregunté emocionada. Recordando que Steve no había dejado de hablar sobre la universidad en todo el verano. Aunque lo que le emocionaba más era la ciudad.

—Increíble, es todo tan guau.

—Lo imagino... —dije acordándome de que no le dije que estaba en la Sack—. Oye... debo contarte algo.

—¿Romperás con Harry? No me opongo ni estoy a favor —opinó con su voz de serio.

—No idiota, estoy... estoy en Sack, decidí no ir a la universidad de Wayne y el único que lo sabe hasta ahora... es Harry —dije sin más.

—¡¿Qué?! —gritó Steve, haciéndome pegar un salto.

—No digas nada, ni siquiera a mamá —rogué.

—¡Te matará!

—Lo sé...

Ni siquiera me había puesto a pensar cómo o cuándo se lo diría a mi madre.

Estás frita.

Pues sí.

—¡Steve! —dijo una voz desde la otra línea—. Uy me llaman... debo irme. ¡Te quiero! —exclamó para luego cortar.

¿Alguien más quería cortarme la llamada? Ya se convertía en un juego cruel.

Pero aquel problema se esfumó cuando me di cuenta que aún seguía sobre Jack, abrí los ojos avergonzada y le pedí perdón varias veces. Aunque él solo se limitó a reír de mi reacción.

Maldito.

—¿Así que estás aquí a escondidas? —indagó curioso, aunque sabía bien la respuesta.

Había estado muy callado desde que atendí a Steve, ahora entendía el por qué, había estado escuchando todo.

—Oh, mierda... Te mataré si dices algo —dije en tono amenazante.

—Tranquila no soy un botón... Lo supuse, ya que ayer dijiste algo como me quedaré hasta que mi madre venga.

—Bien, solo olvida esa información.

—No diré nada... —dijo con un brillo en los ojos—. Si te quedas en el equipo masculino.

—¿Qué? ¿A qué te refieres? —cuestioné confundida.

—El equipo femenino, ya ni existe, pero... si logras que hagamos partidos mixtos, podremos llegar a la final —dijo serio.

—¿Cómo logro eso? —pregunté interesada, no era tan mala idea.

—Hablando con el director, y que te dé un permiso para conseguir firmas. Así poder jugar con el equipo masculino —propuso sonriente.

—¿Y cómo consigo las firmas? —indagué sabiendo que la respuesta que el diría no sería buena.

—No lo sé, si solo son firmas de chicos, sedúcelos. No lo sé... pero si todos ellos están de acuerdo y supongo que sí, porque no dejaron de halagarte, podrás ayudarnos a ganar la final. ¿Sabes lo que eso significa? —indagó emocionado.

—No.

—Llegaremos muy lejos si ganamos el torneo contra diferentes universidades, en fin, solo piénsalo, ahora me iré a dormir —dijo poniéndose de pie, para luego salir de mi habitación sin más.

Estaba nerviosa, pero aún así, logré dormirme.

🏀🏀🏀

Eran las ocho de la noche cuando alguien me zamarreó por los hombros para despertarme.

—Ya, ya. ¡Ya desperté! —exclamé sentándome en mi cama, mientras me refregaba los ojos.

Los cuatro chicos estaban en mi habitación alrededor de mi.

—Lo siento —se lamentó Joel, alejándose de mí. Al parecer él fue el que me zamarreó.

—¿Qué quieren? —pregunté atando mi cabello en una coleta.

—Tenemos hambre —comentó Evans.

—¿Es broma? —dije en un bostezo.

Y los cuatro chicos negaron con la cabeza.

—Los mataré —mascullé.

—No podrías, somos muy hermosos —argumentó Joel.

—Si claro —ironicé, colocándome mis pantuflas de patas de dinosaurio.

—Ten, tu móvil sonó todo el día —dijo Jack tendiéndomelo.

—¿Y no podían despertarme por eso? ¿Pero si por que tenían hambre?

—No queríamos molestar a la bella durmiente —comentó Jack, mientras los cuatro salían de mi habitación.

Vi mi móvil y tenía once llamadas perdidas, y cinco mensajes de Harry.

Nena, atiéndeme por favor.

¿Estás enojada?

Amor, hablemos.

Intento no ser pesado, pero en serio necesito que hablemos, no quiero que malinterpretes las cosas.

Llámame cuando quieras hablar.

Si que le había pegado la resaca, antes de ir a la cocina, me encerré en el baño y llamé a Harry.

—¿Hola? —preguntó desesperado.

—Hola... —saludé.

—Escucha, lo siento, entiendo que no hayas querido hablar conmigo antes, pero no es lo que parece, solo compartimos habitación provisoriamente, no pasó nada ni va a pasar, lo juro —dijo en tono triste.

—Harry, estuve todo el día durmiendo, lo siento.

—¿Qué? ¡¿Estuve todo el día queriendo ir a buscarte y tú solo dormías?!

Reí, ante su reacción. No lo pude evitar.

—¿De qué te ríes? —masculló en tono molesto.

—De ti, estás muy sensible. Ese no es mi Harry —dije sonriente.

—Lo sé, es que es difícil estar lejos.

—Tenemos hambre —dijeron los cuatro chicos detrás de la puerta del baño.

—¿Quiénes tienen hambre? —cuestionó Harry.

—No les hagas caso, son mis compañeros —dije tranquila.

—O sea, ¿qué haces de mamá canguro?

—Algo así, llegamos a una clase de acuerdo —dije calmada.

—Oh, bueno... este... —balbuceó.

—¿Pasa algo? —pregunté.

—No, nada, te amo. No me olvides —suplicó.

Realmente comenzaba a extrañarlo un poquito, el último año habíamos estado bastante juntos, así que era obvio que estar lejos no nos sentaría tan bien.

—Chloe —murmuró.

—¿Qué pasa?

—¿Tus compañeros son guapos? —quiso saber.

—Bastante —admití sin mucha vuelta.

Vamos, no le mentiría.

Aunque bastante queda corto.

—Oh, mierda...

—Harry, yo estoy contigo —aseguré.

—Lo sé, pero, es que... querrán acostarse contigo —dijo serio.

—Eso no pasará —dije seria—. ¿Cuándo comienzas tus clases? —pregunté cambiando de tema.

No iba a hablar con él las intenciones tontas que podrían llegar a tener mis compañeros conmigo. Especialmente porque me incomodaba el hecho que él dé por sentado qué podrían llegar querer a hacer mis colegas.

—En una semana —respondió Harry en un suspiro.

—¿Quieres venir este fin de semana? —propuse, aunque sabía que no sería fácil que venga.

Se estaba tardando en responder...

Y yo ya estaba esperando el rechazo.

—Llegaré el viernes por la noche —respondió al fin.

—Bien, debo irme —agregué.

—Vale, te quiero, nena.

Y corté tras dejarle claro, que también lo quería. Al abrir la puerta del baño, noté que los cuatro estaban escuchando la conversación.

—¿Alguien más escuchó que dijo que somos guapos? —bromeó Joel con una sonrisa coqueta.

—¿Tendremos visitas? —cuestionó Eros.

—Algo así —respondí—. ¿Qué quieren comer?

—Puré de papas y filetes —respondieron los cuatro a la vez.

—Bien, pero pelaran las papas —mascullé, guiándonos hacía la cocina.

Si seré una mamá canguro, al menos tendré buenas crías.

H O L A A <3

¿No les pasa que ✨Chloe encima de Jack✨?

¿Alguna ya cayó por él? jiji

En fin, espero que les haya gustado el capítulo <3

¡No se olviden de votar y comentar! Me ayudan muchísimo así.

Besos sabor badboy de wattpad pero esta vez, el badboy se llama Jack.