Capítulo 03 🏀

C H L O E

Alrededor de media hora más tarde, los chicos volvieron. Al parecer se habían olvidado las bolsas en el supermercado.

¿Quién olvidaba las compras en el mercado?

Solo ellos, realmente, solo ellos.

Pero la molestia ni siquiera apareció en mi, especialmente porque habían traído comida que me gustaba. Así que preparamos todo en tazones y nos arrojamos a los sofás de la sala.

Y aun que no paraban de hacerme preguntas, me sentía más cómoda. Antes de venir, estaba aterrada, porque nunca había estado mucho tiempo con muchas chicas, así que por un momento, agradecí estar con chicos, nos entendíamos un poco mejor.

Nunca fui muy sociable, a pesar de ser la capitana del equipo de baloncesto en mi instituto. No tenía muchos amigos, de hecho mi único amigo era Steve y solo porque lo conozco desde pequeños.

Sumando que en mi instituto, las cosas se habían puesto caóticas, siempre supuse que sería por eso que las chicas no querían relacionarse conmigo. Tener una mala reputación no ayuda en absoluto.

Ni que lo digas.

Cuando estábamos terminando ya de comer, mi móvil sonó, así que dejé mi taza en el lavabo y fui a mi habitación rápidamente.

—¿Hola? —saludé.

—Nena, lo siento por no llamar antes —dijo Harry ni bien atendí.

—No te preocupes —respondí de mala gana.

—¿Qué tal todo?

—Bien, ¿y tú?

—Bien, bien —respondió nervioso.

Algo no iba bien con su tono de voz, ¿qué le sucedía?

—¿Ya hiciste amigas? —indagó, antes de que pueda preguntarle por qué se lo notaba tan nervioso.

—Em. Algo así —murmuré.

—Chloe, iremos a reunirnos con el resto del equipo para cenar. ¿Quieres venir? —propuso Eros entrando a la habitación.

¿Y ese quién es? —preguntó Harry con el típico tonito que usaba cuando desconfiaba de mí.

—Es Eros, uno de mis compañeros.

—¿Compañeros? ¿Compartes habitación con chicos? —cuestionó confundido.

—Algo así...

Eros quien se guía en mi puerta, me miraba entre confuso e incomodo.

Y lo entendía, ya ni siquiera quería tener este tipo de conversación con Harry.

—¿Cómo que algo así? ¿No pensabas decírmelo? —preguntó molesto.

—¡No empieces, maldita sea! —exclamé molesta.

—¡¿Qué no empiece?! —gritó enojado.

—¡Harry apúrate, llegaremos tarde a la fiesta! —exclamó la misma voz femenina de hoy.

¿Por qué me resultaba tan jodidamente familiar?

—¿Con quién estás? —era mi turno de hacer las preguntas.

—Maldición.... es... es Donna.

—¿Estás allí con tu ex? —cuestioné aún más confusa.

El problema no era que sea su ex, el problema era que era ¡Donna!

La chica que atormentaba a Harry y lo seguía a todas partes, al parecer le costaba asumir que habían cortado.

—Oh oh —murmuró Eros y salió de mi habitación lentamente.

—Si... Pero no es lo que crees.

Y sin más, corté. No sabía bien por qué lo había hecho, pero recordar las mierdas que hizo Donna, no tienen perdón. Muchas veces me llegaban fotos de ellos besándose, claro que eran fotos viejas, pero Donna plantó mucha inseguridad en mí. Aunque no lo asumiera siempre.

Al salir de mi habitación, todos me miraban atentos a cada uno de mis movimientos.

Incomodo....

—¿Estás bien? —preguntó Evan.

—¿Por qué no lo estaría? —farfullé con una sonrisa un poco fingida.

—No lo sé, ¿quizá porque tu novio está con su ex y tú estás aquí? —masculló Joel.

—Ese no es el problema —dije sentándome en el sofá.

—¿Y cuál es? —cuestionó Eros.

—Que ella es una... es alguien malvada y que quisiera no saber nada de ella nunca más.

—Hmm... ¿Y qué quieres hacer? Estamos a tu disposición, en especial si te apetece serle infiel y olvidarte de él por una noche o por varias —alardeó Joel.

Y lo único que me quedó por hacer fue reír ante su descarada propuesta.

Reímos para no llorar.

Pues sí.

—¿A dónde iban a ir? —pregunté cambiando de tema y, tras recordar a Eros entrando a mi habitación.

—Con el resto del equipo de baloncesto —respondió Eros—. ¿Quieres ir?

Negué con la cabeza, no estaba de ánimo. Ellos lo entendieron a la perfección, así que comenzaron a tomar todo lo que necesitaban.

—No te cortes más el cabello —bromeó Joel tras despedirse.

Los cuatro se despidieron de mí y sin más, me encontraba sola en la casa, otra vez.

Aquello me traía recuerdos. Estaba acostumbrada a estar sola en una casa gigante. Sola, aburrida y amargada.

¿Qué haremos de interesante?

Sin pensarlo dos veces, me calcé y decidí explorar el resto del lugar. No tenía ánimos de nada, pero hundirme en la frustración tampoco era una opción.

Caminé varios minutos, admirando las vistas y anotando mentalmente las calles y distancias, la casa se encontraba a unas cuantas cuadras de la universidad, y casi sin darme cuenta, llegué a la cancha de baloncesto.

Sin pensarlo, me tiré en el suelo, en el medio de la cancha, tratando de buscar un poco de paz y silencio.

Observando mi alrededor desde abajo, había poca luz. Pero aún así la gran cancha se lucía por completo.

Era la cancha de mis sueños, literalmente.

Hasta que oí unas diferentes voces masculinas a lo lejos, lo cual me puso en alerta, y cuando me di cuenta; tenía a unos nueve chicos mirándome fijo.

Joder...

Tantos ojos mirándome me puso nerviosa.

HELLOOO <3

¿Cómo están?

Yo estoy feliz <3 

Hoy 01/07/2021 LCDC ha llegado al medio millón y estoy que no me lo creo.

Así que estoy subiendo un par de capítulos corregidos como festejo.

Muchísimas gracias por tanto apoyo. Las adoro.

Besitos sabor badboy.

(Sí, ya quedó así el saludo)

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