Capítulo 02 🏀
C H L O E
Estando en el almuerzo de bienvenida, pude notar que eran chicos idiotas pero amables.
Preguntaron sobre mí y... vaya que tenían curiosidad.
En especial sobre Harry. Por alguna razón, les interesaba saber quién era mi novio y cuando les mostré una foto de él, se limitaron a decir "Podemos superarlo".
Y yo solo reí ante sus comentarios. Estaban locos.
Pero por suerte, no parecían tan desagradables. Especialmente cuando se presentaron y, supe que el chico pelirrojo, se llamaba Jack y era el capitán del equipo de baloncesto masculino. Tenía sentido que haya sido tan autoritario la primera vez me vio y conversó conmigo.
Por otro lado, el chico rubio de ojos azules se llamaba Joel.
Y los otros dos, aparentemente eran hermanos gemelos, fueron bastante graciosos durante la comida y cuando se presentaron, supe que se llamaban Eros y Evan. Aunque al principio no entendí bien cual era cual. Me confundí varias veces, hasta que aprendí a distinguirlos por sus lunares.
Evan tenía uno debajo del ojo izquierdo y uno en la mejilla y Eros por otro lado, no disponía de lunares en el rostro.
Poco a poco nos fuimos conociendo y conversando, especialmente de las clases. Algo que me aterraba, pero al parecer, iniciarían oficialmente, dos semanas más tarde. Así que tenía tiempo para mentalizarme y no frustrarme tanto en mi primer día.
Pero lo que más me llamó la atención era que ellos seguían entrenando a pesar de aún no tener clase, de hecho, nunca paraban.
Otra cosa que me causó curiosidad era que los cuatro deberían estar en segundo año por sus edades, pero Eros no estaba en segundo, al parecer reprobó primer año, por ende, sería mi compañero en varias clases. Lo cual me agradó, no estaría tan sola al fin y al cabo.
Cuando terminamos de comer las hamburguesas veganas que habíamos pedido, iba a pagar el total, pero los chicos aparecieron detrás de mí y contribuyeron pagando lo suyo, al parecer no eran tan idiotas.
Una vez de vuelta en el departamento, me dieron una mejor guía, la cocina era enorme, pero no había nada más que electrodomésticos. Ni siquiera disponían de platos, vasos, cubiertos y como era de esperar, la heladera estaba completamente vacía.
—¿Es en serio? —cuestioné abriendo y cerrando cajones, frustrada.
Parecía una casa nueva, sin habitantes.
Sin nada.
—Nunca comemos aquí, no sabemos cocinar —admitió Joel.
—¡Son un desastre! —aseguré.
¿Cómo era posible que entre cuatro no supieran cocinar ni un arroz?
—Nos ofendes —se quejó Evan.
—Yo sé cocinar —comenté viendo el rostro iluminado de los cuatro chicos—. Pero no pretendan que cocine, lave, y todo lo que involucra mantener el lugar limpio.
—Aunque no parezca, limpiamos —comentó Eros.
—Bien, si quieren comer comida hecha por mí, se turnaran para lavar y hacer las compras, aunque también hay que conseguir platos, vasos, tazas y cubiertos —dije seria, comenzando a sentirme como una madre.
Aunque he de admitir que disfruté el tener el mando por un rato.
—Me parece bien, yo solo quiero comer algo más que pizza y hamburguesas —opinó Eros.
—A nosotros igual —concordaron Evan y Joel.
El único que parecía en desacuerdo era Jack. Lo cual provocó que todos lo devoraran con la mirada, sin entender por qué estaba siendo tan terco.
—¿Cuántas veces deberemos lavar los platos por semana? —preguntó al fin.
Si eso era lo único que le preocupaba...
¿Cuál era la necesidad de ser tan necio?
—Una, yo lavaré los viernes, y los fin de semanas compraremos la comida o comeremos a fuera... o lo que sea, ¿les parece bien? —cuestioné, para luego ver a todos asentir con la cabeza.
Realmente me sentía como la líder de la manada, y aunque debería decir que no me gustaba. Era agradable poder poner un par de normas y que las aceptasen.
Quizá mi estadía no sería una pesadilla como había imaginado horas atrás.
Ojalá que no.
—Genial, les haré una lista para que vayan de compras —dije yendo a mi habitación, en busca de lápiz y papel.
Cuando volví con la lista, noté que estaban ordenando la sala, sonreí al verlos preocupados por mantener limpio el lugar.
—Tengan —dije extendiendo la lista.
—¿No vienes? —preguntaron los cuatro.
—Ni que me necesitaran para todo, solo compran lo que dice ahí y ya... —dije con una sonrisa—. Y si traen cervezas, no me opongo.
Y tras aquello, salieron de la casa a regañadientes, porque esperaban que fuera con ellos. Pero eso no estaba en mis planes.
De hecho, ya pasado una hora de los chicos habían salido... y horas desde que Harry me había cortado la llamada sin esperar mi respuesta... Entré con miedo al baño de la casa, no quería encontrarme con algo repugnante, pero para mi sorpresa, estaba limpio y olía a flores.
Totalmente inesperado.
A lo mejor los había juzgado demasiado mal.
O demasiado rápido.
Pero dejé de pensar en ellos cuando vi mi cabello tan largo y la tentación de querer cortarlo se apoderaron de mí.
Había querido hacerlo desde hace mucho tiempo pero mi novio decía que sería una pena cortarlo y yo bueno, no estaba segura de cómo me quedaría.
Aún así busqué una tijera rápidamente y la encontré al cabo de unos segundos, en uno en los cajones del lavamanos, así que... ¿Por qué no?
Até mi cabello en dos trenzas como me dijo que hiciera la chica del vídeo de Youtube y lo corté a la medida de mis hombros, para mi suerte, había quedado derecho. O al menos eso creía y deseaba.
Y me gustaba como me quedaba. Me daba un aire distinto.
Y los cambios siempre me gustaron.
Y como mi cabello había quedado esparcido por todo el lavabo, me arrepentí un instante al ver los mechones tan largos. Pero al verme al espejo, me encantaba el reflejo de este. De cierta forma, era como si me hubiera liberado de algo.
Pues sí, del cabello.
Junté mi cabello cortado y estaba yendo a botarlo cuando llegaron los chicos.
Me miraron y parpadearon unas cuantas veces, sorprendidos por mi cambio repentino.
—¿Nos vamos y haces cagada? —indagó Eros, con una ceja arqueada. Aunque noté burla en su tono, enseguida supe que era una broma tonta gracias a su sonrisa.
—Te queda genial, no escuches al bobo de mi hermano —dijo Evan, fulminando a Eros con la mirada.
—Oye, ¿eres de esas chicas que quieren ser chicos? Porque sería un desperdicio verse como tú y querer ser chico —comentó Joel.
—Solo me lo corté, ¿qué tiene? —mascullé.
Que hablasen de mi apariencia y de manera despectiva no me hacía gracia. Lo importante era que a mí me gustara.
Menos si me daba un comentario tan estereotipado.
Eran unos exagerados y hasta se estaban comportando peor que mi madre. Y eso que ella se molestó demasiado cuando descubrió uno de mis tantos tatuajes.
—¿Tu novio sabe? —preguntó Jack, arqueando una ceja.
—¿Qué debería saber? —cuestioné confusa—. Es mi cabello, no el suyo.
¿Por qué asociaban a Harry? Ni que él tuviera derecho a decir que podía hacer con mi cuerpo o no.
Idiotas.
Aunque... Joder.
Jack tenía razón.
Harry me había dicho que no lo corte.
Y Jack... por alguna razón me hizo sentir que sabía algo que yo ignoraba.
—Solo digo —dijo levantando sus manos, en señal de que no hizo nada.
Y aquel acto hice que me diera cuenta de que nadie estaba cargando bolsas.
¿No habían hecho las compras?
—¿Dónde están las bolsas con la comida? —pregunté con el ceño fruncido.
—¡Mierda! —exclamaron al unísono, mientras salían prácticamente corriendo hacia la puerta, para luego fugarse por esta.
¿Qué carajos con esos chicos?
¡H O L A A!
¿Cómo están?
Abemus segundo capítulo corregido...
Estoy segura que tendrán errores igual, pero lo importante es que disminuyan. ¿Verdad?
En fin, espero que les esté gustando la lectura.
Ya saben, cualquier comentario es bienvenido.
Y espero que se hayan leído la nota que dejé al principio.
ES LEY LEERLA. ¿VALE?
Ahora sí, me despido.
Besos sabor badboy de wattpad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top