Capítulo 17 La ira de una guerrera, el ataque decisivo de Garuda
La lucha de los caballeros de Athena contra los espectros de Hades no cesa, Acantha, la hermana mayor de Athena que se alió al enemigo se encuentra en una batalla contra Aldebarán, el caballero dorado de Tauro, pero esta:
– ¡la culpa fue de Aurora! Y esa... ¡ES LA UNICA VERDAD! ¡MUERE TAURO! ¡LOS CIEN DRAGONES SUPREMOS DE ROZAN! (Rozan Hyaku Ryū Ha) Lanzo su ataque
A unos metros de ahí, Aurora se encontraba llegando, vio una luz que la enceguecía, siguió su camino y cuando ella llego, se sorprendió al ver a Aldebarán muy herido, se encontraba inmovilizado, daba un aspecto, que ya no estaba en este mundo
– Aldebarán... – pensó Aurora apretando le puño, elevo su cosmos y se lanzó hacia su hermana – ¡¡¡ACANTHA!!! – la mencionada la vio y rápidamente esquivo el ataque de Aurora el cual choco contra el suelo – ¿¡Mataste a Aldebarán!? – dijo rápidamente levantándose
– Querida hermanita... llegas tarde – dijo Acantha sonriendo
– ¿QUE? – dijo Aurora
– Ya acaba de terminar esta pelea, el ataque de mi balanza atrapa el cuerpo del enemigo, y al rematarlo con mis 100 dragones, de seguro, sufrió un daño terrible, en estos momentos de seguro se dirige al otro mundo – dijo Acantha y rio
– Desgraciada – susurro Aurora
– Además, Tauro aunque sobreviva no podría liberarse de mi ataque, ya que esta además de inmovilizar al enemigo, esta puede crear ilusiones de sus miedos y con ello hacer explotar su mente – dijo Acantha
– No puede ser, del único que creo que puede hacer eso es de... – dijo Aurora – mi hermano, Aron de fénix
– Al ser solo un simple caballero de bronce no creo que pueda desarrollar tal poder, por pura casualidad es que llego a ser caballero de fénix, no se compara con el legendario Ikki de Fénix – dijo Acantha mientras veía a Aurora apretar el puño – o perdón, con el que era... el legendario caballero de fénix
– ¡cierra la boca! – exclamo Aurora – tu que puedes saber de poder, si traicionaste a Athena, tus camaradas y al santuario... hasta a tus propios padres... - Acantha apretó el puño
– ¡la culpable de sus muertes fuiste tú! Que no se te olvide... que también son tus padres... maldita – dijo Acantha
– Mis padres murieron por un ideal, si, sé que tuvo en cierta parte la culpa por haber nacido en una villa y no en el santuario como debió ser, pero ese fue mi destino, de seguro nuestros padres si hubieran sobrevivido, hubieran dado sus vidas por nosotras hermana – dijo Aurora
– ¡cállate! – dijo Acantha
– De seguro jamás hubieran querido que tú te alíes con el enemigo, con las personas que mataron a nuestros padres – dijo Aurora y Acantha se lanzó hacia ella, la golpeo y Aurora fue lanzada cayendo lastimada y su caja de la armadura cayo a unos metros de ella
– Te hare lo mismo que a tu amigo Tauro – dijo Acantha – morirás como el
– Ni creas que caeré ante ti, mi misión como amazona es más importante, que los dioses me perdonen, que hoy peleo nuevamente contra mi hermana – dijo Aurora
– Cállate... y lucha – dijo Acantha emanando su cosmos
– Está bien – dijo Aurora - ¡escorpión! – exclamo y la armadura salió de su caja y de pieza por pieza, vistió el cuerpo de Aurora
Mientras que en una gran edificación que estaba en un bosque, adentro del lugar, la líder del ejército de Hades, Pandora, estaba sentada tocando el arpa, un espectro de armadura imponente con forma de dragón se encontraba arrodillado en su frente:
– Sorita pandora – la llamo el espectro
– ¿sucede algo Radamanthys? – dijo Pandora
– La alumna de Ayacos, Acantha de Garuda, se dirigió al santuario sin permiso alguno – dijo Radamanthys
– Lo sé – dijo Pandora
– Pero si usted lo sabe por qué no la ha... – dijo Radamanthys y pandora lo interrumpió dejando de tocar el arpa
– Acantha tiene todo el permiso de mi parte, además si es sobre todo para matar a su hermanan menor – dijo Pandora levantándose
– Entonces es verdad que... - dijo Radamanthys
– La hermanan menor de Acantha es Aurora, la misma Athena – dijo Pandora sorprendiendo a Radamanthys – el señor Hades fue generosa con ella, la dejo vivir para que pueda llevar a cabo su venganza... - miro a Radamanthys – de seguro en estos momentos.... Se debe estar llevando una gran pelea....
Mientras que en el lugar donde se desarrollaba la pelea:
– ¡je! Ni se por qué llevas esa armadura puesta sabiendo que no la mereces – dijo Acantha
– Pelee por ella contra Écarlate aunque sabiendo que estaría en desventaja, pelee por esta armadura para demostrar que soy una verdadera amazona de la orden dorada – dijo Aurora
– ¡ja! Esa ni te la crees – dijo Acantha emanando su cosmos – si no hubieras llegado, de seguro ahora tu amigo Tauro estaría feliz bailando en el mundo de mi señor Hades – aurora apretó el puño por dicho comentario
– Como te atreves a decir semejante idiotez – dijo Aurora emanando su cosmos – ¡no dejare que te diviertas con el sufrimiento de mi amigo! ¡ahora me la pagaras!
– ¡vamos! Ahora veremos quién gana, querida hermana – dijo Acantha emanando su cosmos, cuando Aurora estaba dispuesta para atacar, una voz la detuvo
– Espera... - dijo, Aurora miro atrás y vio a Aldebarán
– ¡Aldebarán! Qué bueno... aun estas con vida – dijo Aurora un poco aliviada – espera, yo acabare con ella
– Aurora, no te metas ¡esta es mi batalla! – dijo Aldebarán
– ¿pero qué hablas Aldebarán? ¡estás muy herido! – dijo Aurora
– ¿lo has olvidado Aurora? Los caballeros peleamos uno contra uno, mientras yo quiera continuar, mientras aun me encuentre en pie peleando, tú no puedes interferir, a mí, Aldebarán de Tauro, nadie, ni un espectro... ¡podrá derrotarme! – exclamo liberándose del ataque de Acantha quien quedo sorprendida
– Rompió mi ilusión Galactica – pensó Acantha sorprendida, Aldebarán camino hacia adelante hasta estar casi al frente de Acaba
– ¡Aldebarán! – exclamo Aurora preocupada
– Todavía no es mi fin... ¿no es cierto, Acantha? – dijo Aldebarán
– Ahora te enviare a la tumba por completo – dijo Acantha apretando el puño
– Señorita Aurora, señor Aldebarán – los llamo alguien, los mencionados vieron en dirección de donde venía la voz
– ¡Alexander! – exclamo Aurora - ¿Qué haces aquí? – Alexander bajo en dirección a Aldebarán y Aurora pero alguien apareció que lo detuvo
– Niño ¿qué haces? – dijo l que apareció
– Leónidas – dijo Aldebarán
– ¡suéltame! No quiero que le pase algo al señor Aldebarán ni a la señorita Aurora, el señor Aldebarán está muy herido y el cosmos de la señorita Aurora está cansado, no quiero que les pase algo – dijo Alexander comenzando a llorar
– Pequeño tranquilo, ellos estarán bien – dijo Leónidas - ¿verdad?
– Si – dijo Aldebarán
– Hermano... cuida a Alexander – dijo Aurora y Acantha apretó el puño
– ¿hermano? – susurro Acantha con ira, Aurora la vio y esta se lanzó a Aurora - ¡yo soy tu hermana! ¡maldita desgraciada! – trato de golpear a Aurora pero Aldebarán la detuvo
– Tu pelea es conmigo... - dijo Aldebarán y la lanzo
– Maldito... - susurro Acantha, Aurora vio el casco de Aldebarán, lo alzo y se lo dio a Aldebarán
– Tienes que ganar, compañero – dijo Aurora entregándole el casco, Aldebarán sonrió, tomo el casco y se lo puso, camino dos pasos adelante
– No perderé – dijo Aldebarán
– ¿ya te despediste? – dijo Acantha comenzó a emanar su cosmos al igual que Aldebarán
– Aunque haya un límite para la vida, no o hay para los corazones – dijo Aldebarán
– ¡estoy harta de tus sermones! – exclamo Acantha – ¡esta vez te hare desaparecer por completo, ni tus palabras quedaran vivas en el recuerdo! – emano su cosmos elevándose a lo más alto
– ¡señor Aldebarán! – grito Alexander, mientras que Aurora y Leónidas estaban muy preocupados
– Aldebarán... - pensó Aurora
– No seré vencido – pensó Aldebarán
– ¡DESTELLO DE GARUDA! (Garuda Glint) – lanzo Acantha su ataque a Aldebarán, parecía como si una bola de luz fuese lanzado
– ¿QUE? – se sorprendió Aldebarán
– ¡Aldebarán! – exclamo Leónidas
– Esta vez... ¡te matare Tauro! – exclamo Acantha, Aldebarán emana su cosmos tratando de que el ataque de Acantha no le llegue pero este cae de rodillas
– ¡no! ¡Aldebarán! – exclamo Aurora
– Su ataque, es muy grande, ha superado por un poco a su hermana menor, pero, lastimosamente su cosmos... - pensó Aldebarán – pero... pero de igual forma – susurro
– ¿Qué? – dijo Acantha
– De igual forma... ¡no puedes vencerme! – exclamo Aldebarán emanando su cosmos, elevo su mano y rápidamente la estampo al suelo – ¡SUPER NOVA TITANICA! (The Titán Súper Nova)
– ¡no puede ser! ¿¡dio vuelta al suelo!? – exclamó sorprendida Acantha, miro arriba y una roca inmensa la lanzo - ¡AHHH!
Una nube de polvo se formó por el impacto del ataque cuando se disipo no habían rastros de Acantha, todo el suelo, estaba rajado con piedras por doquier
– Lo hizo – dijo Leónidas en eso sintieron un cosmos, y de entre las rocas apareció Acantha que estaba muy herida por el ataque, su armadura se había despedazado, con sangre en su cuerpo, comenzó a caminar en dirección a Tauro – no puede ser, después de recibir esa técnica...
– Hermana – pensó Aurora, Acantha a paso lento se dirigió a Tauro y cuando estuvo frente al, lo miro
– Maldito, ¿Por qué no terminas conmigo de una buena vez? – dijo Acantha gritando a Aldebarán
– Por qué no eres malvada – dijo Aldebarán y Acantha se sorprendió – no sé por qué estas con hades, ni entiendo tu afán de vengarte y ese odio que tienes cobra tu hermana, pero... solo estas desesperada por que tu hermana te perdone por no haberla protegido cuando eran pequeñas, que sientes esa culpa por la muerte de tus padres, no sé qué cosas te metió Pandora en el cerebro, pero la verdad es que sientes culpa, por todo lo sucedido, Acantha, el ejército de Hades no es un lugar adecuado para ti – Acantha apretó su puño el cual sangraba, le dio la espalda a Aldebarán y a los demás.
– Ya lo dije, Aldebarán, - dijo Acantha – la única culpable, es Aurora, si ella no hubiera nacido mis padres ahora estarían con vida – emano su cosmos y miro a todos – alguna día, acabare con todos ustedes – dijo y se marchó, Aldebarán vio el cielo, el cual ya se había obscurecido por completo
– ah... ya oscureció – susurro y cayo
– ¡Aldebarán! – exclamaron Aurora y Leónidas, y junto con Alexander se le acercaron muy preocupados
– Señor Aldebarán ¿está bien? – pregunto Alexander arrodillándose cerca de él y Aldebarán rio
– Jajajaja Era una mujer fuerte, hacía mucho que no usaba todas mis fuerzas – dijo Aldebarán
– Eres un tonto – dijo Leónidas
– No estás en condiciones de reír así, volvamos al santuario – dijo Aurora mientras que junto con Leónidas lo ayudaban a levantarse
– Tienes razón – dijo Aldebarán ya algo incorporado – volvamos – ya estaba levantado vio al cielo y pensó – Acantha, ¿y tú a dónde volverás?... ¿A dónde...?
A muchos metro de ahí, Acantha estaba en el suelo muy agotada, apretaba el puño de tristeza y lloraba, escupió sangre, golpeo el suelo y grito
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