45.- Noche de ronda

La única vez que me presenté en un desfile de modas fue el día que Alina presento su primera colección, fue hace mucho tiempo pero recuerdo muy bien lo preocupado que estaba Alberto, era su incursión en este mercado y aún así todo le salió bien, tanto que el día de hoy las empresas Quintana se han dedicado de lleno a la industria de la moda, siendo la parte más importante de su plan de negocios, pero esté día es algo más importante, es la noche que ha esperando por quince años. 

Cuando Victoria y yo llegamos aquí junto con Rogelio y Helena estaba casi vacío, ella y Victoria se fueron inmediatamente a los camerinos mientras Rogelio y yo nos vestimos en una habitación del hotel, fue rápido, así que hemos visto llegar a todos los invitados, también presenciamos de principio a fin la conferencia de prensa que Alberto dio, explicando brevemente el porque del final de la sociedad entre él y su suegro, las explicaciones que dio sonaron convincentes pero nadie aquí lo cree, la mayoría sabe la oscura historia de esa sociedad que hace unas horas llegó a su fin, a diferencia de lo que creí no se ve tan feliz, quizá empieza a darse cuenta de que no valió la pena cambiar el amor por dinero. 

—¿En qué tanto piensas? —me pregunta una voz conocida mi espalda.

—En que es un evento muy grande —le respondo dándome la vuelta para ver a Fernando a la cara. 

—Helena es muy afortunada de que le tocara y no solo es suerte, hace un rato entre a camerino para ver los diseños y son muy buenos —le doy la mano y ambos sonreímos lo mejor posible—. Alina está orgullosísima.

Bueno Alina tiene mucho que ver con su éxito, siempre la apoyo y ahora que ella no puede concentrarse en su trabajo escogió a la única persona que puede igualar la última colección, Helena ha trabajado muy duro para destacar, está noche es suya, los reflectores y las cámaras serán solo suyos, de su trabajo depende el éxito de esta empresa, le pusieron la vida de los Quintana en las manos, que bueno que nadie se lo ha dicho o estaría aún más presionada.

—Creo que después de esto Alina podrá empezar a descansar —al igual que a todos le urgen unas vacaciones—, aún se ve muy triste. 

—Y no ayuda en nada la distancia que tomo de Vanessa, y aunque hemos intentado ayudarlas ninguna de las dos cede —creo que aquí la única que tiene que ceder es Alina, si no cambia su manera de ver las cosas entonces jamás podrá ser una buena amiga para Vanessa— y creo que no habrá tiempo para reconciliaciones, no cuando todo está apunto de estallar.

Su mirada se ensombrece un poco, me parece que algo aquí va terriblemente mal, solo que aún es demasiado pronto para eso, Octavio no debería sospechar nada en este punto.

—Te ves muy preocupado, ¿paso algo?

—Si, casi descubren a Marcelo por culpa de mi hija —eso no suena para nada bien—. Ella sabe todo lo que paso, e incluso por una maldita coincidencia conoce a alguien que está ligado a Marcelo, una persona que cambia radicalmente todos los planes, que tiene en sus manos la llave para acceder a todas las cuentas que quedaron a nombre de la madre de Marcelo.

Eso no puede ser posible, la madre de Marcelo murió hace muchísimos años, si dejo un testamento fue a nombre de su hijo y Marcelo al estar dado por muerto ante la ley no puede reclamar esa herencia, a menos por supuesto que lo haya dejado a nombre de otra persona, si es así entonces no me explico porque tardo tanto tiempo en aparecer, lo único que espero es que esa persona no intente aprovecharse de la terrible situación por la que estamos pasando.

—¿Y quién es? 

—Solo Marcelo puede decírtelo, dice que es su más grande tesoro, te lo dirá si eres digno, llámalo —es muy injusto que me haga eso, no voy a estar tranquilo hasta saber de quién se trata—. Está muy feliz, Mauricio, creo que esto le ayudará pero… yo estoy muy intranquilo, no sé si seré capaz de proteger a tanta gente.  

Pues si él no puede hacerlo entonces nadie más lo hará, Fernando ha experimentado en carne propia la perdida, sabe lo difícil que es volver a salir adelante, él no va permitir que nadie de su familia vuelva a pasar por ello, no importa si para eso tiene que sacrificar a su tío. 

—No estás solo… y yo tampoco —a su espalda está llegando mi cuñado, a quien no le agrada para nada la idea de estar aquí—. Rogelio al fin llegas, ¿si recuerdas a Fernando? Estuvo en mi boda. 

Fernando es quien no debe recordar que le estuvo coqueteando a la prometida de Rogelio, al principio estaba molesto con mi amigo pero después de explicarle un poco la situación Rogelio comprendió que Fernando en ese momento no estaba pasándola nada bien.

—Claro que sí, buenas noches —le estrecha la mano y por la cara que trae Fernando poco a poco va recordando—. Mi madre ya está en el salón, pregunta por Victoria, ¿sabes en dónde está?

En estos dos meses que han pasado desde que la madre de Victoria se fue solo pensamos todos los días como hacer para que vuelva y obviamente tenemos la respuesta pero no es una opción, ahora solo espero que está noche dejen todos sus resentimientos de lado, Helena merece tener solo buenas cosas.

—Ahí viene —nos responde Fernando, ahora entiendo porque se tardó tanto, está preciosa—. Victoria, tú si que le haces honor a la colección de esta noche.

La colección lleva por nombre divas, el concepto está claro, pero la mejor representante es Victoria, Helena le puso un vestido negro de encaje bastante ceñido, es un vestido clásico, espectacular, ella de verdad sería una modelo muy cotizada. 

—Helena insistió —le contesta a Fernando mirándose—. A mí me parece demasiado —se acerca a mi solo para susurrarme al oído—, cierra la boca, por favor.

—Es imposible —le digo con una sonrisa.

—Eres muy afortunado Mauricio —me dice Fernando.

Está vez solo está jugando con Victoria, nosotros sabemos que él ya tiene sus ojos y energías puestas enteramente en otra persona. 

—Y usted también lo es —le dice Victoria—, ¿en dónde está, Paola?

—Victoria extraña a sus amigas —dice Rogelio, hasta parece que está celoso. 

—Paola no quiso venir, Vanessa mucho menos —lo único que ganarían es hacer un gran escándalo— y Kate tiene una gran cantidad de trabajo, pero si quieres podemos llamarlas.  

—No quiero molestar, además saliendo de aquí tengo que ir a otro lugar, solo nos quedaremos está noche.

A nadie le ha querido decir a dónde va y tampoco quiere que nadie la acompañe, me da mucho pendiente pero si lo que va a ver es fuera de Hidalgo entonces no tengo de que preocuparme.

—Será para la próxima —nos dice Fernando—, ¿pasamos al salón? El desfile casi va a empezar.

Siempre imaginé que el día que presentará mi primera colección sería para poca gente y para una marca un poco más anónima pero no, el evento del día de hoy es enorme, gente de todas partes del mundo está aquí para juzgar mi trabajo y el concepto del mismo, les atrae y espero que salgan de aquí satisfechos o me harán pedazos. 

Las modelos están listas, la gente ya está en su lugar a la expectativa y Alberto Quintana ya está listo para presentarme, esto es un volado para ambos, espero salga a nuestro favor.

—Buenas noches queridos amigos, socios y compañeros de la prensa, está noche está dedicada a las estrellas, la colección que verán a continuación marca el inicio de una nueva era para la marca Quintana —uno muy merecido— y para ello es necesario que también conozcan su nueva cara, con ustedes la señorita Helena Caballero, la mente maestra detrás de esta noche.  

Escucho los aplausos y de repente una luz blanca ilumina el camino por dónde tengo que pasar, suspiro y sonrió lo más que puedo para ocultar mi nerviosismo, salgo a la pasarela, todos me aplauden como si ya hubieran visto mi trabajo y les hubiera encantado, veo a mis hermanos, a mi madre y a Mauricio en primera fila, sonrientes, orgullosos, faltan aquí dos personas más, Valentín y Maximiliano pero ellos decidieron que está no sería una noche de ronda, ellos querían que mamá no se arrepintiera de estar aquí conmigo.

Llegó con Alberto, él me da un beso en la mejilla y me pasa el micrófono, asiento y el baja de la pasarela, me va a dejar enfrentarlos sola, completamente sola, porque Alina me dijo que no saldría hasta el final del desfile, quiere que brille pero no está consiente de que pase lo que pase y haga lo que haga me van a comparar con ella, eso tengo que aceptarlo y no importa lo que digan los demás, yo confío en lo que he hecho. 

—Muchas gracias, señor Quintana —mi voz tiembla por un momento pero carraspeó para hablar con más fuerza—. Como ya bien lo dijo, está noche estamos celebrando el inicio de una nueva etapa para todos nosotros pero sin olvidar lo brillante de nuestro pasado. La colección que verán a continuación es una mezcla de nuestro presente y la época dorada del cine mexicano, traemos de regreso a nuestras divas, Silvia Pinal, Dolores del Río, Katy Jurado, Lilia Prado, Elsa Aguirre, Marga López y por supuesto María Félix —volteo a ver brevemente a mi hermana, ella solo niega sonriendo, todo esto es por ella—. Todas ellas mujeres fuertes y bellas que hasta el día de hoy nos siguen inspirando, retomamos su elegancia añadiendo confort y calidad, con el toque de glamour que solo la joyería clásica de los talleres Quintana nos puede ofrecer. Hoy las estrellas serán quienes nos observen, que disfruten este desfile.

Vuelven los aplausos y una vez que bajo de la pasarela las modelos entran y siento que la respiración se me va un momento, es mi sueño materializado, es perfecto, estuve meses y meses pensando en este momento, mientras dibujaba en mi habitación, mientras confeccionaba con doña María —quién también me hace falta está noche—. Todas esas noches que pase soñando con el momento en el que el mundo me reconociera, por alguna razón alzó la mirada al cielo, mi papá debe estar mirando, espero que lo escogí para hacer de mi vida le agrade, que se sienta feliz, yo sé que no me puede dar una señal pero espero que me busque en sueños, aunque sea por una sola vez.

Vuelvo la mirada al frente, una a una las modelos siguen pasando, veo a la gente murmurar, algunos sonríen, otros solo están muy atentos, Alberto a mi lado está extasiado lo cual tomo como buena señal.

Cuando todo acaba, los aplausos vuelven de nuevo, se ponen de pie y yo no me la creo, Alberto me dice algo que no alcanzo a escuchar, solo me ofrece su brazo para que la acompañe de nuevo al escenario, subimos juntos y Alina también sale, me dejan sola un momento para que disfrute mi momento, me llevo una mano al pecho intentando, que mi corazón se calme pero no lo hace, sigo agradeciendo hasta que los aplausos cesan, mis jefes me abrazan de nuevo y después me lleva con mi familia, el primero en venir a mí es Rogelio, quién seguramente no entiende mucho pero igual me sonríe y me reconforta, luego viene Mauricio, me felicita y después solo se hace a un lado para que mi hermana me abrace, quizá no tengo a mi papá pero el orgullo que veo en sus ojos es lo más parecido, y por último está mamá, ella llora un poco y casi olvidó en dónde estoy, solo dejo que me tomé en sus brazos.

En este tiempo que ha estado lejos la he extrañado mucho, ya me había acostumbrado a tenerla cerca pero las cosas buenas raramente duran, confío en que tenemos tiempo, ella estará aquí mucho más tiempo.  

—Tienes un talento hermoso, mi vida —me susurra mi madre.

—Gracias por venir aquí a estar conmigo —es más de lo que tenía derecho a pedir.

—Te lo mereces todo, Helena, siempre, aunque no me veas estoy contigo —a eso me aferró para caer en la desesperación—. Te has ganado todo esto.

—Y con creces, ahora solo nos queda asegurarnos de que no se vaya con otra marca o probablemente nos llevará a la banca rota —es Alina llegando con nosotros, al mirarla noto como sus manos tiemblan sin control—. Lamento tener que interrumpir su festejo pero tenemos que ver a nuestros clientes, están ansiosos por conocerte.

Asiento y le indico a mi familia que pasen al otro salón, mi madre debe seguir lejos de las intrigas que nos acompañan hasta este lugar.

—Eso fue una excusa cierto —le digo sin detenernos.

—Si y no, los clientes nos están esperando para empezar con las ventas pero Alberto necesita hablar con tu hermana y Mauricio.

Mis ánimos disminuyen un poco, lo último que quería y necesitaba era esto, quería que por una noche los problemas de nuestra vida estuvieran muy lejos, más porque pasado mañana es un día importante para todo el mundo, pensé que podríamos festejar pero no, la vida sigue sin detenerse. 

—¿Ha llegado la hora?

—No, pero esta a punto. 

Por un momento creí que de verdad podríamos pasar un buen momento con Helena, que esta noche sería solo de celebraciones pero no estamos hechos para eso, mi vida y la de las personas a mi alrededor parece girar en torno a cosas malas y tristes, nos marcan y nos llenan de incertidumbre a todas horas, nunca me voy a acostumbrar a que nos arrinconen para avisarnos que las cosas van mal.

—Perdón por robarles esté momento pero es importante que hable con ustedes —nos dice Alberto muy preocupado, parece que lo vimos está noche solo es una portada para que la gente no sospeche lo mal que van más cosas—. Algo salió mal el día de la firma de la devolución de las acciones.

—¿Cómo que salió mal? —pregunto igual de preocupado. 

Se supone que Octavio llevaba todos estos años bien consciente de que algún día Alberto iba a recuperar esas acciones, ese hecho no debió levantar ninguna sospecha en él, a menos por supuesto que Alberto haya cometido un error al igual que lo hizo Fernando contándole todo a su hija. 

—Octavio me provoco y yo le respondí, siento que está vigilándome y siendo así las cosas van a empezar a salirse de control en cualquier momento —por eso se le advirtió que tenía que actuar con la cabeza fría—. Si pretende algo va a esperar a que Marisela de a luz, después de eso será cuestión de tiempo para que muestre su verdadera cara. 

—¿Y cuánto tiempo crees que tenemos entonces? —pregunta mi esposa. 

—Marisela dará a luz en unas semanas, un mes probablemente, y si todo va de acuerdo a nuestros planes y a la información que nos han dado, en tres meses esto reventará —lo cuál nos deja a nosotros en un margen de tiempo muy corto para actuar—. Es mejor que sepan que puede ser antes, todo es muy volátil con el plan que tiene la DEA.

Tengo un poco de angustia por esto, Victoria tiene su ruta de llegada bien planeada pero es muy vistosa, solo espero que la gente no repare en nosotros por esos días.

—¿Y por qué yo no sabía que ellos estaban involucrados? —me pregunta Victoria. 

Alberto abre mucho los ojos, quizá crea que esto traiga problemas pero no es así, por lo menos no a él. 

—Era algo evidente, Victoria —le contesto en voz baja—. Te hablé de esto, te conté acerca de Angélica Covarrubias, la mujer que está infiltrada con Heriberto Félix, lamento que se me pasará un detalle así, pero esto ya no lo podemos detener. 

Estamos jugando del lado de fuerzas muy grandes, de operativos que se planearon hace muchísimo tiempo, nosotros solo somos la punta del iceberg.

—Tienes razón, es demasiado tarde —y no lo dice con la intención de hacer sentir mal a Alberto, si no a mí—. Alberto, la finca ya está totalmente restaurada, todo está listo allá, solo tienes que llamar y vendremos corriendo por ellas.

—Gracias y perdón nuevamente por los inconvenientes que te hacemos pasar.

—Nada de eso, yo me comprometí con ustedes, acepte a sabiendas de los problemas que podría traer y además nunca esto es por lo que has hecho hoy y en los últimos años por mi hermana —creo que para este punto ya todos somos algo más que amigos, esto nos obligo a ser una familia—. Estamos contigo hasta el final, sea cuál sea. 

Alberto se despide de nosotros para regresar con sus clientes, lo están esperando para cerrar la venta de la colección pero nosotros nos quedamos un momento más, creo que algo se está cocinando en la cabeza de Victoria. 

—¿Estás molesta?

—Ahora que lo pienso mejor, no lo estoy, sabes que no me gusta ningún tipo de agencia policial pero está bien, me garantiza que ese narcotraficante la tendrá difícil para dar con nosotros —yo lo único que quiero es que nunca piense en nosotros— y teniendo esos contactos podemos hacer cosas más interesantes, me preguntó si ellos también se hacen cargo del clembuterol.

—No lo sé, probablemente si, es un anabólico y su uso está prohibido en México, ¿piensas entregarlo a ellos?

Victoria niega pero no está muy segura, está pensando en algo muy serio que le puede traer problemas más graves, con esto no debe ponerse a hacer planes sola. 

—No ahora pero si me gustaría que abran una investigación, si podemos agarrar a Luciano y a las personas que lo venden… mataríamos dos pájaros de un mismo tiró.

Esa es una buena idea, no pretendemos de repente convertirnos en héroes pero si es necesario que alguien empiece a hacerse cargo de este asunto. 

—Intentaré que Marcelo me contacte con esas personas —es lo más que puedo prometer.

—Quédate todo el día de mañana y averígualo, de cualquier manera yo no estaré en casa. 

Tendré que hacerlo, solo espero que Helena no se moleste porque no la ayudaré a preparar la sorpresa que le tenía a Victoria. 

—¿Me dirás a dónde vas?

No me gusta que este viajando sola, mucho menos desde que le ha dado por amenazar personas. 

—A Monterrey —eso tampoco suena bien, Isela no la va a recibir con mucho gusto—, ella tiene que escucharme o mi hermano morirá de dolor en cualquier momento. 

La situación con Rogelio está saliéndose de control, cada día bebe más, a veces no sale de su casa, hoy está comportándose solo porque no quiere defraudar a Helena pero no parará, ni siquiera porque Rosa Isela vuelva, lo que necesita su hermano es ayuda profesional y ella lo sabe bien, pero dejaré que lo intente a su modo, solo una última vez. 


Gracias por seguir leyendo. 

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