33.- Y la hice llorar

En un cierto punto de la vida uno cree que ya ha conocido todo acerca de la maldad del mundo, pensamos que hemos vivido en carne propia todo y después llega una persona que te hace ver que en realidad no sabias nada. 

En los últimos días Marcelo me ha ido revelando de a poco como fue su vida; después del atentado en su casa la policía lo encontró, sobrevivió a una cirugía complicada, estuvo mucho tiempo en coma después de eso y al despertar tenía serios problemas motrices y oculares, para ser el hombre completo y sano que veo delante de mi tuvieron que pasar cinco años, y para que regresara doce mas.

Hasta hace unos meses él creía que ya jamás volvería al lugar que lo vio nacer pero entonces apareció de repente la oportunidad que estaba esperando llego, una chica, Angélica Covarrubias Félix, prima del hombre que le arruino la vida, ahora es una persona valiosísima, será quien entregué a ese hombre a las autoridades por consiguiente Octavio Escalante también caerá y al pasar eso Marcelo Montreal se levantara en toda su gloria para reclamar lo que por derecho le pertenece, su fortuna si, pero también su vida.

—Esa niña se metió a la boca del lobo, esta en este momento ejecutando un plan suicida —dice Marcelo perturbado—. No sé como tiene la fortaleza para ello. 

—Es sencillo, Marcelo, sabe tan bien como ustedes que la única manera de vivir es destruyéndolo —si no cortan esto de raíz el mal nunca se acabara—. Imagina que quede por ahí libre y que tu regreses a la vida, ¿qué te hará y a ella? Es mejor no arriesgarse.

Me sorprendo al escuchar que ya pienso igual que Victoria, después de todo estar casado con ella me ha cambiado, quizá no de la manera que esperaba pero por fin veo su motivación, después de todo este horror entiendo su desconfianza, entiendo el porqué para ella es imperativo tomar el asunto en sus manos, lo único que me gustaría es que hubiera una salida distinta a la muerte. 

—¿Y para que quiero mi vida de vuelta, Mauricio? He perdido todo.

Yo creo que el haber estado incapacitado todo este tiempo no le importaba lo que en realidad le está acabando el alma es la pérdida de su familia, de Elizabeth pero sobre todo de Amber,

Por años viví con la creencia que Elizabeth fue el gran amor de su vida, porque ellos estaban comprometidos, porque pasaban la mayor parte del tiempo juntos pero lo que no sabía era que todo era un engaño de Marcelo para poder estar realmente con la mujer que amaba, Amber, quién a su vez fue la mejor amiga de Elizabeth, al ser unos años menor que Marcelo sus padres no aprobaban esa relación, lo cual los llevo a ocultarlo, Elizabeth aceptó la propuesta de Marcelo solo porque eso también la haría libre, lo que no sabía era que la maldad los alcanzaría, que por ser la prometida de un Montreal moriría.

Y eso ahora quizá ya no importe, nuestras vidas ya cambiaron, nos transformamos hasta llegar aquí, si no hemos muerto de dolor en todos estos años ya no lo haremos, lo me queda a Marcelo es aprovechar lo que el cielo decidió no quitarle, la vida que no es mas que un regalo, así como el amor, ahora no lo ve pero va a volver a amar y esta vez amara como un hombre, no como un niño forzado por las circunstancias. 

Me gustaría que Victoria estuviera aquí, ella le haría entender que un motivo más para seguir respirando es la búsqueda de la justicia, pero le tocó hablar conmigo, así que le diré la única manera que encuentro para que pueda seguir adelante, para que se perdone así mismo por lo que paso.

—Si tanto te atormenta el odio de Amber demuéstrale que no tuviste la culpa —duele pero la verdad es que Elizabeth fue un daño colateral—. Tiene que saber exactamente lo que paso.

Si bien Amber nunca quiso saber nada mas al respecto esto le concierne, sí esto sale bien todos vamos a ganar, ella podrá al fin saber las razones por las cuales ha sufrido todos estos años y verá la justicia llegar, entonces perdonará a Marcelo y Elizabeth por fin descansará en paz.

—No es de las personas que entiende a la primera, solo una prueba contundente la haría cambiar de pensamiento y no la tengo —entonces las buscamos—. Nunca volví por ella, ni una palabra, la dejé creer que estoy muerto y la hice llorar y sufrir como nadie en la vida, si me aparezco de repente entonces ella será quien me mate. La historia de Alberto y Vanessa se repite con nosotros.

A simple vista y sin contexto eso es lo parece pero hay muchas diferencias, Alberto lo hizo por cobarde, por no enfrentar a su familia, Marcelo en cambio estaba silenciado, sin oportunidad de dar la cara.

—Estabas en coma no con otra mujer —esa es la diferencia mas grande entre él y Alberto—. Si no regresaste después de tu rehabilitación fue por su seguridad, estuviste solo todos estos años en Rio de Janeiro porque no te permitían venir aquí.

—De igual manera no voy a verla ahora, ya le envié una razón con Fernando, él se encargará de los papeles que ella tiene —espero eso no sea contraproducente—. Cuando se los di prometió que ayudaría, espero mantenga esa promesa.

La versión oficial de la noche de la muerte de los Montreal decía que la masacre en su casa fue un ajuste de cuentas, se supone que el padre de Marcelo estaba traficando con droga, que esas personas se molestaron porque en uno de los envíos fue confiscado pero la verdad es que los Montreal no sabían nada, su empresa fue contratada para transportar unas piezas de cerámica pero al llegar a los Ángeles resultó que las piezas estaban llenas de droga. Esa fue una trampa muy elaborada, Octavio Escalante hizo todo eso para quedarse con la empresa, con el dinero y para eliminar de la faz de la tierra a los Montreal y la única prueba material de ello son los contratos firmados por el mismo Octavio, los cuáles inteligentemente Marcelo escondió, se los dio a la única persona que nunca había estado cerca de su mayor enemigo, Amber. Ella es la única que puede demostrar la inocencia los Montreal. 

—Si te amaba tanto hará hasta lo imposible por ayudarte —si bien nunca llegamos a ser amigos la conozco y sé que no le daría la espalda— y si no es por ti, será por Elizabeth.

Baja por un momento la mirada y al levantarla siento un extraño dolor en el corazón, veo directamente a sus ojos y me recuerdan tanto a los del niño que ví en la fiesta, esa noche no me atreví a preguntar quién era o de dónde venía, quizá nunca olvide a ese niño pero espero que en dónde quiera que esté ese chico pronto su tristeza disminuya. Un joven como él no debe sufrir por nada en este mundo. 

—Marcelo, alguna vez has pensado el porque nos tocó a nosotros —asiente pensativo— ¿A quien le hicimos tanto daño?

—Lo único que sé, es que el dolor es parte de la vida, así, simplemente, no hay explicación pero si creo que hemos tenido más de lo que nos tocaba —nada viene en la medida justa—. Me tengo que ir, hay algunas cosas que quieren que vea.

—¿En donde?

—En unas oficinas secretas, no te conviene saberlo —entiendo, mi ignorancia es lo que protegerá a las hijas de Fernando y Alberto—. Nos veremos un día de estos, cuándo deje de ser un fugitivo.

Lamentablemente es así, yo no puedo dejarme ver por la ciudad de México para que no aten cabos y lleguen a nosotros y Marcelo necesita estar todo el tiempo aquí para seguir el proceso de las investigaciones, para asegurarse de estar en el lugar y momento indicado cuando todo estalle. 

—Eres una víctima Marcelo —eso no debe olvidarlo—. Y si quieres ir a la hacienda para las fiestas de decembrinas te esperaremos con gusto, no quiero que estés solo.

Tenerlo ahí quizá se considere un peligro pero por lo menos no me sentiré mal al saber que está solo.

—Lo pensaré —estira la mano para despedirse—. Buen viaje y buena suerte.

Lo jalo para darle un abrazo, para recordarle que pase lo que pase yo estoy de su lado y no permitiré que nadie lo lastime. 

—Cualquier cosa Marcelo, que necesites llámame.

Me asegura que así será y yo no tengo más remedio que dejarlo ir. Nos encontrábamos en una de las oficinas de Fernando, yo tenía que hablar con él pero se encontraba con su padre, se decidió por fin a informarle acerca de todo lo que está haciendo y a mi no me parece buena idea, debió mantener el secreto por un tiempo más, su padre es hermano de Octavio será muy difícil para él afrontar esto, se debatirá internamente por saber a quien apoya, si a su hijo o, a su hermano, pero sé lo que intenta Fernando, quiere que su padre, con todas sus habilidades, con toda su intuición como abogado le ayude, ambos van a llegar a la verdad juntos y así la enfrentaran, van a demostrar que no todos los Escalante son corruptos.

Me toca esperar unos minutos más a que Fernando se desocupe y cuando me hacen pasar veo que no le fue muy bien, está muy enojado, es muy raro verlo así pero se tiene que sobreponer porque si no lo hace, si llega a darse por vencido entonces nada de esto tendrá razón de ser. 

—Tu esposa salió con Kate y Paola, pensé que nos veríamos hasta después de eso —me dice apenas me ve entrar.

—Es una tarde de chicas, por eso no nos invitaron.

Victoria me sorprendió está vez, lleva dos semanas con Alina como si se conocieran de toda la vida, creo que lo que las unió fue el dolor por la perdida de un padre, es terrible pero por lo menos les dio a ambas la oportunidad de quedarse con algo más que el dolor, además de eso también está Vanessa y Paola, quiénes la han recibido con la mejor actitud y el plus vino con la licenciada Bustamante, quién también se ha adaptado, son un grupo bastante peculiar pero funciona bien y me alegra, por lo menos está viviendo como una persona normal por una vez. 

—Igual no tenía tiempo —responde desenfadado—. Pero dime, ¿qué me tienes?

—Ya contacte con la gente que va a remodelar la finca —no está en ruinas pero el estilo de la propiedad no va con sus hijas—. En unas semanas estaremos iniciando con los trabajos de remodelación, solo quedan los servicios, teléfono, internet y televisión por cable.

En algo debemos mantenerlas ocupadas, no podemos estar paseándolas por ahí, exponiéndonos a qué alguien las vea.

—Solo la televisión y cómprales unos discos para que vean películas —me sentencia,

—Fernando tienen dieciséis años —a ver si se acuerda lo que es tener esa edad—. Estarán solas en un lugar que no conocen, por lo menos permíteles un entretenimiento.  

—El punto de mandarlas lejos Mauricio, es que se vuelvan invisibles, no debe haber ni un solo error —veo muy difícil el mantenerlas quietas de esa manera—. Alexandra y Camila son inteligentes pero no hay que tentar a la suerte, es muy fácil que las rastreen por un mensaje, simplemente por la ubicación del teléfono, y la información viene de los dos lados, si algo nos pasa no quiero que se enteren de esa manera, han tenido suficiente con la muerte de su abuelo.

Fue un golpe muy duro para todos, por lo inesperado y por lo que va a significar, ya que la lucha de Alberto siempre fue por su padre, para devolverle todo a él y poder obtener su libertad, ahora el tendrá que seguir siendo obligatoriamente la cabeza de su familia, lo quiera o no.

—Ellas lo están tomando mejor que Alberto y Alina, confía en ellas Fernando.

—Lo sé, lo sé —se pasa la mano por el rostro, como queriendo despertar de esta pesadilla—. Mauricio todo es tan volátil y si les hemos mentido tanto es para evitar una desgracia, para evitar que nos odien, la hija de Alberto es quien más me preocupa, sus padres están tan mal, a punto de separarse, él persiguiendo a Vanessa como un loco y ella siempre está enojada, para rematar embarazada, no sé quién de los dos nos va a destrozar primero.

Ellos siempre fueron una bomba de tiempo, nunca hubo el amor suficiente para mantener un matrimonio, era obvio que en el momento que Vanessa asomara la cabeza Alberto la buscaría para pedirle una oportunidad que nunca le darán, la humillación fue tal que no podrá, siempre les pesará eso en medio y además Vanessa ya encontró si felicidad, Alberto debe comprender que se acabó.  

—¿Y tú, no ves como un inconveniente salir con Paola?

—Nosotros no le hacemos daño a nadie, somos libres de elegir a la persona queramos —tiene mucha razón en ello pero no significa que a la larga no habrá problemas—.  Alberto tiene compromisos, está casado, tiene dos hijos y ambos tenemos la obligación de proteger a Marisela de mi tío, de enterarla de la clase de padre que tiene. Todos sabemos que no pueden continuar juntos, al final me van a obligar a elegir.

Eso es como pedirle Victoria que escoja entre Helena y Rogelio, ponerse del lado de uno para dañar al otro. Su situación es un callejón sin salida y lamento mucho que tengan que llegar al extremo de tomar estás decisiones, lo cual no debería pasar, porque quizá no se amaban como una pareja pero si existía un amor de amigos, siempre hubo cariño y por ese sentimiento, por sus hijos, es que deben de parar con su absurda lucha y hablar de frente, la guerra que estamos por enfrentar es más grande que los malentendidos, que el rencor que se haya generado y la única manera en la vamos a salir todos vivos es estando juntos.

—Yo sé la carga que llevas Fernando pero no puedes desmoronarte —o todos caeremos con él—. Ten fuerza de voluntad y si te obligan a elegir entonces escoge a los niños, son los más inocentes en esto.

No podemos echarle toda la culpa a los malos, no porque nosotros tomamos nuestras propias decisiones, las mismas que no podemos cambiar pero nuestros hijos, ellos solo son víctimas de las circunstancias y me niego que sufran por culpa nuestra, no es justo que tengan que afrontar las consecuencias de nuestro pasado. Lo único que podemos darles ahora son oportunidades. 

—Ya lo hice, por eso es que se van lejos —aunque para eso él se tenga que separar de su propia hija—. Mauricio mientras estén ahí muéstrales cómo es que tu esposa trabaja, que aprendan un poco de ella.

—¿En qué aspecto?

Mi esposa tiene muchas virtudes pero también tiene algunos defectos que es mejor que nadie vea.

—En el humano —contesta muy serio—. Victoria es una persona que ha sufrido, tal como nos lo ha contado Helena la muerte de su padre fue trágica y después todos los problemas en su casa, la discriminación que sufre.

—¿A qué te refieres con eso?

Quiero saber quién fue la persona que se atrevió a hacer menos a mí esposa.

—Cuando compré la finca me quedo bastante claro que los hombres de por ahí no la tienen en buena estima pero eso es solo envidia —claro que tenía que ser Epitacio, lo bueno es que Fernando no hace caso de personas como él—, salta a la vista que Victoria nunca se ha dejado de nadie y quiero que ellas vean eso, que aprendan a sobreponerse, que enfrenten la vida con los pies bien puestos en la tierra y con la cabeza en alto.

—Haré lo posible, el trabajo de Victoria no se presta para tener presentes a tus hijas. 

El trabajo es muy rudo, a veces ni ella está preparada para lo que pasa, muchas veces termina herida por los animales, además no va a estar de acuerdo con qué dos niñas la estén siguiendo de allá para acá.

—Lo entiendo —suspira para después sacar de su escritorio un teléfono—. A este número te llamaré, mantenlo siempre contigo, nunca te apartes de el por favor.

Se supone que a penas me de la señal yo tengo que tomar la primera camioneta que vea y venir por ellas, no importa la hora o donde esté yo debo correr y asegurarme de ponerlas a salvó.

—La próxima vez que nos veamos será cuando venga por ellas.

—Lamentablemente.

Lo que haremos requiere de mucha fuerza de voluntad y de cabeza fría pero es lo mejor, Fernando tiene que tener puesta su atención en los operativos, si se la pasa preocupándose por su hija puede salir lastimado.

—Suerte y fuerza Fernando, las vas a necesitar. 

Es una despedida difícil, no quisiera irme y dejarlo todo tal cuál está pero no puedo detenerme aquí porque entonces dejaría sola Victoria y eso es aún más peligroso, mi principal obligación es y seguirá siendo su bienestar. 

Me voy rumbo a la casa para pasar un rato más con mi madre y mi hijo, lo he visto muy poco en el último mes, mamá lo tiene siempre en sus brazos, lo aprovecha lo más que puede porque sabe que esto no se volverá a repetir, porque va a mejorar, ya solo tenemos que soportar unos cuantos meses más y seremos libres. El dolor se acabará.

—¿Cómo te fue? —le pregunto a mi esposa cuando la veo llegar, viene con una sonrisa en el rostro, se ve como la joven que es. 

—Son caóticas, realmente lo son. Tienen tanta energía, tanto de que hablar, tanto que discutir incluso —personas como ellas nunca son aburridas—. No creo que pueda seguirles el ritmo, todas son tan cultas, me puse con sansón a las patadas, ¿sabes lo difícil que es sacarle plática a una maestra tan bien preparada como Vanessa? Y Kate, ella también sabe mucho de muchas cosas, me hizo un regalo —eso si me sorprende muchísimo—. En cuanto a Paola, es divertida, muy cariñosa con su hermana y Alina… bueno ella estuvo un poco seca, peleó con Vanessa, siento mucho tener que dejarla… me hizo considerar por un momento la posibilidad de quedarnos pero es imposible —toma un poco de aire solo para sonreírme de nuevo, con más fuerza y entusiasmo, está demasiado feliz—. Mi padrino me espera mañana… Luciano firmó el contrato, la hacienda Altamira es mía. 

Eso no es del todo cierto, el fraude aún tiene que probarse, pero por ahora Luciano Altamira está en nuestras manos. 

Gracias por seguir leyendo.

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