CAPÍTULO 22
La nave de Tardius era igual a como la recordaba, una enorme máquina de tal vez quince metros de largo, que parecía una calide por la forma de ovoide que tenía, pero adornada por dos alas con propulsores redondos a los costados, y justo delante de esto tenía unos brazos que cubrían la punta de la misma. La puerta estaba justo al flanco derecho entre los brazos y las alas, cerrada y con unos guardias fuera de ella.
Nos acercamos directamente a ellos, todo se volvió silencioso para mí, sólo escuchaba el ruido de mi respiración dentro de mi máscara y los pasos lentos que dábamos tratando de avanzar hacia la nave, haciéndose aún más lentos conforme nos acercábamos.
— ¿Necesitan algo? —nos preguntó.
Marco y Ficseto iban al frente de Cetta y de mí, fue Ficseto quien se puso frente a los guardias y con la voz ceremoniosa dijo:
— Tenemos unos asuntos que tratar con Tardius —miraba fijamente y no titubeaba—. Requerimos entrar ahora.
— ¿Tardius sabe que vienen? —preguntó.
— No —respondió Ficseto—. Encontramos algo que seguramente le podría interesar.
— ¿Qué es?
— Tú no eres Tardius —dio un paso al frente— ¿o sí?
El guardia levantó la cabeza como tratando de intimidar a Ficseto, pero él no lo permitió y mantuvo su pastura, eso logró que el guardia diera un paso atrás, y dio un mensaje en su mira con unas palabras clave, luego volvió a su postura y dio un paso a la izquierda. La puerta se abrió y él nos hizo una señal anunciando que podíamos pasar.
La puerta al abrirse desplegaba unos escalones que se veían muy poco estables, y que al ser pisados se tambaleaban como si se fueran a caer, dimos unos pasos dentro de la cabina; estando de este lado, la nave se veía mucho más grande y fría de lo que la recordaba, era como si hubiera entrado a una gruta de metal y luces artificiales, con muchas puertas alrededor. Me sentí encerrada de nuevo, estar dentro de la nave que me tuvo prisionera era muy difícil aunque no estaba en la misma celda que me atrapó.
— Tenemos que avanzar —dijo Cetta, aunque por la manera en que examinaba la nave supe que estaba asustado.
— Vamos —le dije y avancé un poco.
Tomamos una salida por un pasillo que llegaba hasta una sala común, ahí había unos sillones y una mesa con una taza en ella, al lado había unos papeles, Cetta se acercó a ella y la tomó.
— Miren esto —nos mostró.
Los papeles estaban escritos a mano con la caligrafía muy bien hecha, si no era de Tardius, debía ser de Kano, era una especie de bitácora donde informaba qué hacían durante el día, y cómo ocurrían ciertas cosas, no la leí bien porque no teníamos tiempo para eso.
— Debemos llegar a la sala de mando —les dije—. Tardius sabe que hay estrellas en la nave, recuerden que el guardia lo informó.
Dejé los papeles donde estaban y volví a caminar, atravesamos un pasillo que daba a algunos cuartos, uno de ellos lo reconocí como el de Girio y el otro como de Kano, por los colores que adornaban a cada uno.
— Es horrible ver esto —dijo Ficseto—. No puedo creer que de verdad estemos aquí.
Estábamos cerca de la sala de mando, que era donde Tardius seguramente estaría, llegamos a un espacio abierto, que daba directamente a la sala de mando, y justo del otro lado vimos a nuestro contrario parado, con una sonrisa y las manos detrás de su espalda y a cada lado de él, un guardia en posición de ataque. Tratamos de dar vuelta, pero un par de guardias más aparecieron detrás de nosotros, nos apuntaban con sus armas, y nos arrebataron las nuestras.
— Bienvenidos de nuevo a mi nave, queridos amigos —dijo Tardius, ufano—. Por favor acérquense.
Los guardias nos empujaron hasta llegar al centro de la sala de mando, Tardius, a pesar de su sonrisa, se veía cansado, con ojeras y un poco más delgado, pero no retiraba esa expresión vanagloriosa que tanto lo caracterizaba, de hecho, se veía aún más grande que antes.
— ¿Pensaron que sería así de fácil?
— No esperábamos menos de ti, Tardius —le dijo Ficseto.
— ¿Él es Tardius? —preguntó Marco, y su expresión cambió en un instante.
— Un gusto conocerle —le respondió el gerlo frente a nosotros—. ¿Puedo saber quién es usted?
— ¡Mataste a mi familia! —contestó Marco y corrió hacia él.
Con sólo un muy ligero movimiento de su barbilla, Tardius hizo que Marco volara hacia atrás con su telequinesis. Marco trató de levantarse, pero Tardius le impedía hacerlo.
— ¡Déjalo ir! —le grité y corrí hacia él también.
Esta vez ni siquiera movió más que sus ojos, pero yo me quedé petrificada cuando me miró, estaba totalmente inmóvil. Cuando Girio nos paralizó podía sentir que tenía alguna posibilidad de moverme, con Tardius era como si no tuviera cuerpo.
— ¡Te propongo algo! —gritó Marco.
Tardius lo miró de nuevo, me movió como si fuera un trapo hasta donde estaban mis amigos quienes también estaban inmóviles, y tenía a Ficseto con los ojos cerrados, como nosotros tuvimos a Girio. Y a Marco le permitió ponerse de pie.
— Te propongo un enfrentamiento —le dijo Marco—. Tú hiciste que mis hermanos murieran, tú y yo pelamos, sin armas, y sin poderes.
Tardius lo miraba con claro desdén.
— No tengo idea de quién eres —le respondió—. Muchos humanos han muerto; y eso no significa que me deba enfrentar a cada uno de sus familiares. No soy un bárbaro, no tengo por qué atender una propuesta tan salvaje como la tuya.
— No tienes que enfrentarte a todos —siguió Marco— sólo a mí, al único humano en tu nave. Trajiste a todo tu ejército hasta la tierra sólo porque quisiste, y mataste a millares de nosotros, ¿no puedes enfrentarte cara a cara a uno de nosotros?
¿Por qué Tardius no sólo nos mataba y ya? Me pregunté. Había estado todo este tiempo tratando de localizarnos y finalmente nos tenía frente a él, y en lugar de sólo matarnos, está conversando con un hombre que ni siquiera conoce y al que no cree deberle nada, ¿qué estaba haciendo?
— Te repito —insistió el gerlo— que yo no tengo nada que te pueda dar, así que te pediré que te alejes de mí y salgas de esta nave a menos que busques algo más.
Marco golpeó al guardia que estaba a un lado de él, y le arrebató su arma, no pasó ni un instante cuando apuntó directamente a Tardius, y avanzó corriendo mientras daba algunos disparos, aunque esto duró muy poco, porque Tardius rápidamente hizo un ademán con su mano y algo dentro de Marco resonó antes de que cayera al suelo con los ojos abiertos, y el cuello doblado.
Tardius hizo un gesto inmediatamente después de ver lo que había hecho, retrocedió un poco viendo al suelo asustado, además de que su brazo comenzó a sangrar, una de las balas lo había golpeado. El impacto emocional logró hacer que nos soltara, y aunque traté de ir hacia donde estaba Marco, Ficseto me jaló para que saliéramos. Empujó a los guardias con telequinesis y escapamos de la sala.
Tomamos un siguiente pasillo donde había una puerta que cerré en cuanto entré para evitar a los guardias.
— Tenemos que salir de aquí —dijo Cetta—. Saben por dónde.
Vi una puerta al otro lado del pasillo, fui hacia ella y entré a una nueva sala, di sólo un par de pasos antes de atravesar una puerta, que se cerró en cuanto estuve a unos centímetros de ella separándome de mis amigos. Me giré rápidamente y traté de abrirla, pero era imposible, la puerta no cedía de ningún modo.
— Apártate, Lífsero —me pidió Ficseto—. Voy a usar telequinesis.
Me moví justo al lado de la puerta para que no me golpeara si llegaba a volar, la vi tambaleándose y agitándose, pero nunca se abrió, Ficseto gritó, Cetta seguramente también estaba ayudando, incluso yo estaba jalando la puerta para que se abriera, pero fue totalmente inútil. De nuevo fui capturada por Tardius, estaba cayendo una y otra vez en encierros como si no pudiera evitarlos. Sentía que los pulmones me iban a explotar, no podía respirar correctamente, tenía calor y me sudaban las manos, seguía tratando de abrir la puerta pero nada daba resultado.
— ¡Lífsero! —gritaba Ficseto del otro lado— . ¡Lífsero!
Yo estaba en el suelo tratando de volver a levantarme, ahogándome en mis propios jadeos, con los ojos tan abiertos que me ardían y arañando el suelo buscando de donde sujetarme.
Y de pronto lo recordé: La nave de Tardius conectaba sus salidas y entradas en varios puntos, estuve dos veces aquí antes, podía recordarlo mejor. Eso me calmó un poco, y pude recuperar el aliento, lentamente me puse de pie, aún temblorosa, pero con más voluntad. Me paré frente a la puerta y pedí que se detuvieran.
— Vayan a buscar otro lugar por donde pasar —les dije—. Cada pasillo te lleva a otro, y algunos se entrelazan, podemos llegar a uno de ellos y encontrarnos de nuevo.
— No te podemos dejar —me dijo Cetta.
— Voy a estar bien —le respondí—. Yo también voy a avanzar, no me puedo quedar aquí. Vayan, nos encontraremos en algún lugar.
Demoraron algunos segundos antes de que sus pasos se alejaran de donde estaba yo, me di cuenta de que de nuevo estaba sola, debía arreglármelas por mí misma, y no podía acobardarme ahora. La puerta que me encerró daba hacia otro cuarto más grande, donde había una serie de mesas, mapas, y algunos libros, era una especie de biblioteca algo parecido, seguramente aquí era donde Tardius tenía alguna información, o donde planeaba sus movimientos.
Me acerqué a la mesa central, y vi un mapa con varias cosas escritas sobre él, tenía círculos que encerraban las ubicaciones de algunos campamentos, entre ellos el nuestro, pero no especificaba que estamos ahí, Tardius no mintió, él no conocía nuestra ubicación antes de que abriera mi mente para dejarlo llegar., sólo Kano lo hacía.
Me sentía intranquila, mi mejor amigo y mi novio estaban lejos de mí y en potencial peligro. Me di cuenta de que lo había estado llamando novio, como en la Tierra, pero no tenía tiempo para meditarlo. Entonces Tardius apareció frente a mí:
— De nuevo fuera de mi alcance —me dijo—. Sí que sabes cómo evadirme.
— Tú lo dijiste —respondí— pensamos igual.
Podía ver el resplandor que salía de su cuerpo, así fue como supe que era sólo una proyección astral, igual que cuando se presentó en el cementerio del campamento.
— También dije que era impredecible, ¿no es así?
— Has hecho algunas cosas que no he esperado —cedí— eso te lo debo reconocer.
— ¿Sabes qué me deberías reconocer? —sonrió—. Te dejaré libre, sólo con una condición.
— No quiero escucharla —rebatí.
— Tristemente para ti, la diré de todos modos —asintió—. Te dejaré ir, si me ayudas a encontrar a tus dos amiguitos, y me informas dónde está el resto del pelotón que vino contigo.
— Vinimos sólo nosotros, Tardius —le respondí—.Y de ninguna manera te ayudaría a entregar a mis amigos.
— Asumí que dirías eso, Lífsero —asintió—. Sólo quería darte una oportunidad.
Tardius desapareció, entonces algo extraño sucedió, escuché un ruido sordo que provenía de las paredes, pero no sabía qué era, y luego, el cuarto donde estaba, comenzó a cerrarse: Una puerta de metal recubría lentamente la única salida que tenía, y sea como fuere, no sería buena idea quedarme ahí. Corrí para escapar, justo cuando la puerta estaba por cerrarse por completo, sólo para darme cuenta de que del otro lado, más puertas iguales me habían dejado por completo encerrada en cuatro paredes de frío metal.
Giré a mi derecha, y no vi salida; giré a mi izquierda y no vi salida; no había salida por ningún lado, todo era completamente hermético, ni siquiera una esquina mal cerrada, no había salida de aquí. Estaba encerrada como siempre lo he estado, tanto literal como metafóricamente, siempre estuve encerrada por una u otra raza, Girio, Tardius, Ter, las reglas a las que me tuve que ceñir, las limitaciones que tenía, mi incapacidad de abrir mi mente a voluntad, todo me mantenía encerrada constantemente desde que entré a La Planta, sin posibilidad alguna de escapar.
Sin embargo, eso no minimizaba el hecho de que ahora mismo estaba atrapada por una caja de metal, donde seguramente se acabaría el aire pronto. Estaba nerviosa una vez más, sentía todo de nuevo sobre mí, y sentía ganas de tirarme al suelo y gritar, pero mi propia inestabilidad me hacía moverme de un lado a otro buscando algo, aunque no sabía qué buscaba. Luego comenzó el mismo ruido sordo de antes, era como algo que corría por dentro de las paredes, eso significaba, que si había algo afuera, había como salir. Me acerqué a una de las paredes, cuando de la nada, esta comenzó a empujarme, me moví unos pasos para darme cuenta de que la pared paralela hacía lo mismo.
Ambas paredes se estaban acercando una a otra, me estaban encerrando traté de empujarlas con telequinesis, pero no dio resultado alguno, no podía hacer nada contra ellas, era muy pesadas y no lograba nada con oponerme. Entonces se detuvieron cuando tenía sólo un espacio de aproximadamente un metro y medio, fue cuando de verdad me exalté, no podía moverme, estaba paralizada del miedo y comenzó a faltarme el aire también.
Una barra en una de las paredes que se habían quedado quietas, se abrió como para burlarse de mí, era una salía, pero no podían ser más de treinta centímetros, no podía pasar por ahí de ningún modo. El ruido sordo que seguía presente, pero había olvidado con la presión del momento, cobró sentido cuando de la barra comenzó a caer agua.
Cuando estaba en los Combates, en cada una de mis pruebas de control de miedo, vi lo mismo, yo corría de un lado a otro huyendo de no sabía qué, pero siempre terminaba en un lago gigante con el agua inestable siendo mi única salida, nadar nunca fue un problema para mí, pero siempre prefería evitar entrar a lugares con mucha agua porque entonces entraba en pánico y no era capaz de hacerlo, por eso, en las pruebas siempre terminaba en un lago, y cuando entraba para escapar, me quedaba flotando hasta que ya no era factible porque lo que me perseguía me alcazaba. En una ocasión me sumergí, para evitarlos, pero cuando miré de nuevo a la superficie, me di cuenta de que en realidad estaba al fondo, y tenía que volver a subir para no morir. Y cuando finalmente llegaba a la superficie, a tan sólo un par de metros sobre ella, había una nueva capa de agua levitando y nada de tierra disponible cerca. Ni siquiera recuerdo cómo lograba terminar mis pruebas porque decidí bloquearlo de mis recuerdos.
Dentro de mi ataúd de metal, el agua subía de manera gradual, a una velocidad inquietante, prontamente me vi con las rodillas sumergidas, y dando vueltas de un lugar a otro buscando escapar, sin encontrar si quiera un punto mínimo para salir. Estaba completamente atrapada. El agua seguía subiendo y yo comencé a flotar en ella. Estaba completamente aterrada, jadeando, gritando el nombre de Ficseto y Cetta en espera de que alguno pudiera escucharme, pero no podía hacerme oír, estaba encerrada, con el agua la pecho y las manos dobladas sobre mí, pegadas al techo del lugar. Comencé, con lo último de la fuerza que me quedaba, a patear la pared que se movió primero, luego me recargué sobre la que estaba delante de ella para empujar con las dos piernas y la espalda. Entonces vi algo que no había visto más que una vez y fue suficiente para guardarlo en mi memoria:
Una sombra corpórea, como si una estrella estuviera hecha de humo totalmente negro dibujando la figura de dicha estrella. Lo vi una vez, vi la figura de Luna hecha de bruma negra y densa, un día que estábamos entrenando control del miedo para la última prueba a la que fuimos sometidos, Ficseto había dado la idea de que nuestros entrenadores entraran en nuestras mentes y nos provocaran miedo para nosotros evadirlo, y fue Luna quien hizo ese ejercicio conmigo, la fuerza de su control de emociones provocó que en mi mente viera su figura de humo, y en esta caja, encerrada, y con el agua rozando mi barbilla, vi la sombra de humo de Tardius.
Lo entendí entonces, esto no estaba pasando, eran las habilidades de Tardius atacándome, afortunadamente sabía qué debía hacer, y en el caso de ser sólo control de emociones, debía expulsarlo de mi mente como lo había hecho tantas veces antes. El líquido cubrió mi cabeza por completo, y hundida en la oscura agua, concentré toda mi fuerza en encontrar la energía de Tardius, la cual encontré fácilmente por ser tan vibrante. Un último esfuerzo, empujando, logré sacar a Tardius de mi mente, pero lo que vi cuando desperté del trance no fue más alentador:
Estaba de nuevo en la celda de energía invisible, y sabía que esta vez era completamente real.
Hola!
Habían pensado acerca del miedo de Lífsero? Se imaginan estar en el lugar donde ella se veía cuando tenía prueba de control de miedo?
Ya capítulo 22! Me emociona mucho! Les gustó este nuevo episodio?
Valar Morghulis!
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