CAPÍTULO 17

— ¿Se puede saber qué se supone que hacen aquí? —preguntó Ter molesta.

Gonzalo se puso de pie lentamente, con una sonrisa algo incomoda, no había notado que ahora estaba más delgado y que el rojo de su pelo era más apagado que antes, él estuvo distante de nosotros pero no había pasado mucho tiempo desde la última conversación que habíamos tenido. Por lo menos eso creía.

— Creímos que podrían necesitar ayuda extra —dijo él, disculpándose con las manos.

— Y se les ocurrió que venir a una misión peligrosa podría ayudarnos más que quedarse con el ejército que venía después de nosotros, ¿no?

— ¡Fue idea de Daniela! —gritó Gonzalo y se puso detrás de ella.

— Valiente hermano —le reclamó ella—. ¡Sí! —le dijo a Ter—. ¡Vinimos! ¡¿Y qué?! Ustedes ni siquiera nos preguntaron si queríamos venir.

— ¡Porque no debían venir! —replicó Ter—. Debían quedarse en el campamento.

— No me parece justo —volvió Gonzalo—. Creo que tenemos derecho de estar aquí, ayudamos a las estrellas antes y las podemos ayudar ahora, además, tú y nosotros tenemos la misma sangre, podemos apoyarnos.

Ter giró los ojos y resopló al mismo tiempo que daba la vuelta hacia el equipo.

— Marcial —pidió ayuda.

— No podemos hacerlos regresar —dijo él encogiéndose de hombros—. Tendrán que quedarse con nosotros.

— No puedo creer que hayan venido hasta acá —les dije—. Eso estuvo muy mal.

— Sí —Gonzalo levantó la mano— pero no siempre se siguen las reglas, Lífsero, tus amigos se escaparon de un planeta para encontrarte aunque les dijeron que no lo hicieran.

— ¡Es diferente! —reclamó Cetta.

— ¿Cómo es diferente? —cuestionó Gonzalo con tono sereno.

— No lo sé —se veía confundido, pero trató de seguir con expresión molesta— pero se siente diferente.

— No peleen más, chicos —intervino Marcial—. Todos hemos hecho cosas terribles, pero ya están hechas. Ya están aquí, ya que se queden.

Seguimos comiendo, yo miraba a los dos aún molesta. No quería arriesgarlos a nada que no hiciera falta, aunque había probado ser fuertes tanto antes como durante todo ocurría, aún me preocupaban. Con mis otros amigos no tenía opción ellos debían estar aquí, pero Daniela y Gonzalo podían salvarse si querían, lo peor es que seguían tras nosotros como nuestra sombra.

— ¿Y cómo tienen los poderes? —preguntó Marco.

— Creo que nunca los hemos llamado poderes, ¿o sí? —preguntó Luna con una sonrisa.

— Es cierto —Lored se rió un poco—. Siempre han sido habilidades.

— Ahora decir poderes suena a algo de una persona —agregó Flia.

— Y tampoco nos llaman humanos —nos dijo Ter—. Siempre personas o gente.

Era cierto, había palabras que no usábamos, aunque no tenía certeza de porqué, tal vez era sólo un vocabulario diferente, pensé, pero también Tardius usaba las palabras poderes y humanos, no era cosa de estrellas.

— ¿Entonces cómo tienen las habilidades? —insistió Marco.

— Pues es algo más bien místico y cósmico —dijo Lored agitando los dedos—. Son literalmente dones otorgados por el universo, se rumorea que es porque estamos en contacto con él antes de nacer, y también se habla de la fuerza de las lunas, todo muy mágico.

— Eso sí —agregó Cetta— nuestras habilidades estaban dormidas —nos miró a todos, y todos asentimos— inservibles habilidades que ni sabíamos que teníamos, pero hay un larga historia que involucra explosiones y sueros morados que hicieron que pudiéramos usarlos de nuevo. Y claro que soy el mejor usándolos.

— Sólo eres el mejor en viaje astral, Cetta —se rió Sonos—. No alardees tanto.

— Acabas de lastimarme —le respondió él.

— ¿Y qué te hace diferente a los demás? —preguntó Israel—. ¿Por qué eres mejor en viaje astral?

— ¡No tengo idea! —dijo Cetta con mucha efusividad y una gran sonrisa.

— Es fácil —respondió Luna—. Es el mejor porque para viajes astrales se necesita estar relajado, y tal vez tenga miles de problemas, pero Cetta siempre lo está.

— Se le llama buena vida —hizo un gesto ufano.

— ¿Y por qué soy mejor en telequinesis? —le preguntó Ficseto.

— ¡Es obvio! —sonrió Luna—. Te dije al principio de los entrenamientos, la telequinesis y lo sentimientos van ligados, y tú eres muy sentimental, a ti no te da miedo que sepan lo que sientes.

» Lo contario con Sonos —continuó— como siempre es tan callado y debe ocultar que puede ver el futuro tiene que controlar sus sentimientos, por eso le va tan bien con esa habilidad. Eso y que tiene la ayuda de los astros, ya saben.

» Y Lífsero y la telepatía han crecido juntas porque es un poder mental y ella es la más inteligente del grupo, y peleando ni se diga.

— ¿Me dices que tienen poderes porque son estrellas —volvió a cuestionar Marco— pero no todas las estrellas tienen poderes?

— Más o menos —sonrió Lored.

Marco se limitó a seguir comiendo.

— Supongo que su mundo es un misterio —dijo Israel— y lo seguirá siendo.

Después de comer, avanzamos un poco más, teníamos el tiempo contado antes de que Tardius se diera cuenta de que estábamos avanzando hacia donde él estaba, y menos tiempo aun antes de que le ejército completo partiera y nos alcanzara a nosotros. Procuramos hacer pocas paradas, y sólo comimos esa única vez.

— Creo que es hora de que abras la mente de nuevo —me sugirió Ficseto—. Si quieres.

Miré a los demás, Cetta seguía pensando que estaba mal e hizo un gesto que lo demostraba. Marcial se acercó a la carretilla con objetos, en ella había una serie de varas y letreros que nombraban lugares, sacó una y la clavó en el suelo para luego colocar el letrero.

— Quiero que pases cerca de él —me dijo—. Caminarás desde aquí —corrió hacia la izquierda hasta un lugar algo retirado de la señal— hasta acá —corrió hasta un punto después de la misma—. Si tenemos suerte, confundiremos a Tardius y creerá que vamos en sentido contrario.

— ¿No creen que se dé cuenta de lo estamos engañando? —preguntó Daniela—. Digo, yo no estuve mientras hicieron su plan, y seguramente ya discutieron eso, pero yo igual quiero preguntar.

— De hecho no lo planeamos —le dijo Cetta—. Sólo lo están haciendo sin pesar en las posibles consecuencias.

— Como tú lo has hecho tantas veces, amigo —le dijo Lordo—. Que no se te olvide. Esto tal vez funcione.

Me coloqué en el punto en que Marcial me dijo, pedí a mis amigos que caminaran detrás de mí, para hacerlo más creíble, recorrí unos pasos hacia atrás para darle más espacio a la señal, hice una seña para que supieran que iba a comenzar, y abrí mi mente. En cuanto permití el paso de luz, recibí la energía pesada de Tardius, y sentí como si una bruma me llenara el cuerpo, incluso pude verla de color morado alrededor de mí.

"Un gusto volver a saber de ti, Lífsero" me dijo, y pude sentir su sonrisa.

Él estaba dirigiéndose hacia un cuarto, y cuando abrió la puerta, me di cuenta de que era parecido a la cabaña de monitoreo, pero más avanzado.

"No me hagas reír, Tardius" respondí "Tú y yo sabemos que esto es sólo porque no quiero pensar en lo que pasó, no estamos siendo amigos.

Pasé muy cerca de la señal, y me aseguré de verla durante un rato, el sonido de pláticas y pasos de mis amigos se escucha detrás de mí y sabía que Tardius estaba consciente de eso. El letrero era de un lugar por el que había pasado cuando María me rescató del bosque abierto y me llevó al campamento; ahora mismo estábamos en un claro dentro del bosque, en una dirección totalmente contraria al lugar original con ese nombre. Vi a Tardius dado órdenes de localizar ese lugar, aparentemente había funcionado.

Caminé un rato más, sólo unos cinco minutos para tratar de ver algo que Tardius estuviera haciendo, y para que él creyera que efectivamente íbamos en esa dirección, hasta que fue él mismo quien cerró la comunicación entre nosotros.

No volvimos a comer o a abrir mi mente hasta que llegó la noche, y teníamos que establecernos para acampar. Llevábamos más de la mitad del camino, y no habíamos enfrentado ningún obstáculo hasta el momento, pero eso sólo me hacía pensar que lo peor estaba por venir, encontramos un nuevo claro y fue donde colocamos las tiendas para refugiarnos que estaban en una de las carretillas. Eran más de las tres de la madrugada, casi daban las cuatro, y al fin íbamos a descansar.

Daniela y Gonzalo tuvieron que dormir en carpas separadas, porque ellos no estaban contemplados cuando las cargamos, y no cargaron su propia casa de campaña en las mochilas que llevaban con ellos, y por eso Daniela estuvo conmigo, Ter, Luna y Vivian; Mientras que Gonzalo se quedó con Ficseto, Cetta, Sonos, Den y Flia. Y Lored, Lordo, Israel, Marcial y Marco durmieron en la última.

Tal vez era la lejanía, o que antes estábamos en un lugar que considerábamos seguro, o que dormíamos con armas más grandes que simples pistolas a nuestro costado, pero ahora, en medio del bosque y fuera de cualquier cerca que nos protegiera, sentía más frío, escuchaba más animales, incluso podía escuchar como si alguien caminara detrás de nosotros. Tal vez estaba paranoica, tal vez sólo un poco abrumada, pero al menos no estaba teniendo los mismos pensamientos sobre los caídos.

No dormí bien de todos modos, estaba nerviosa y no pude conciliar el sueño hasta tal vez dos horas después. Aunque sentí que sólo cerré los ojos durante un par de minutos antes de que me despertara Ter para hacer guardia. El sol estaba saliendo, así que supe que sí dormí un rato aunque no lo percibiera, me quedé sentada frente a la fogata, tratando de no pensar para que nada me distrajera o me hiciera sentir mal y tuviera que abrir mi mente. Pero el sonido de pasos seguía presente, aunque también trataba de ignorarlo. Pasé una hora o un poco más antes de que pudiera escuchar esos pasos de nuevo, pero esta vez se escuchaban reales.

Salí a revisar un poco para estar segura, y sólo se me ocurrió gritar el nombre de Ficseto cuando vi a un grupo de soldados con uniforme de Tardius cerca de donde estábamos.


Hola!

Habían pensado acerca de esto? El porqué cada uno es bueno en algo? Son esa clase de dudas que trato de cerrar.

El siguiente capítulo viene fuerte!

Valar Morghulis!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top