•SAYJ•
Ese día en especial, tenía la buena suerte de tener a sus tres chicos juntos. No es que en las noches no sea de esa manera, pero al llegar cansados del trabajo, ninguno tenía demasiada energía para invertir en su pareja aunque quieran.
A diferencia de esas ocasiones dónde despertaban los cuatro juntos sabiendo que no tenían nada que hacer más que pasar tiempo de calidad.
El más alegre con la idea siempre era JiMin, quien recibir mimos de los tres mayores desde que despertaba, cómo era ese caso donde Agust se encargaba de dejar suaves besos en sus ojos pues el alfa de olor a menta sabe que su pequeño novio está despierto.
Además aprovecha el hecho de que sus hermanos siguen dormidos, eso le da ventaja con JiMin puesto que no tenía que discutir con ellos para tener al menor para él.
Para su suerte, ese día le había tocado dormir entre las piernas del Omega, no es que ellos se vean obligados a eso, pero cada quien quería tener cerca al chico, por eso se turnaban, un día a su derecha, otro a su izquierda y al otro podían acostar su cabeza sobre el pecho cálido de aquel hermoso ser.
Agust amaba cada día, pero sin dudas ese era su favorito.
—¿Quieres que te haga el desayuno? Hoy estaremos juntos. —Propone alejándose solo un poco— Acompáñame, me gusta cuando estás conmigo.
JiMin abrió por fin los ojos pues los besos habían parado y ahora enredó sus dedos en las hebras plateadas del hermano de en medio.
—Si me muevo de aquí Suga y YoonGi van a despertar.
Le recuerda de manera tranquila, pero su novio era más rápido, y sabiendo que repsonderia aquello, tomó una almohada que el menor solía usar cuando estaba solo, cargó rápido a JiMin y puso el objeto entre sus hermanos quienes se aferraron él y siguieron durmiendo.
—Problema resuelto.
Acomodó al menor entre sus pálidos brazos y JiMin solo se dejó hacer, no iba a ponerle peros a Agust pues sabe que cuando los demás se levanten tendrían una pequeña discusión competitiva por su atención.
Al llegar a la cocina fue dejado en una de las sillas de ahí, aún hacía algo de frío pero se quedó callado mejor admirando a su alfa de cabello plateado moverse por todo el lugar como si fuese un experto.
El tiempo se iba rápido si estaba distraído, se dió cuenta cuando sintió unos brazos rodear su cuerpo y pequeños besos en su cabeza, no tardó en adivinar que de trataba de Suga gracias a su olor a canela. Además, YoonGi siempre dormía más que sus hermanos.
—Eres un tramposo, Agust. Te llevas a JiMin y nos dejas una almohada.
Se quejó el menor de los tres sacándole unas pequeñas risas al de cabello gris, JiMin en serio disfrutaba del tiempo donde estaban todos juntos, aunque aún faltaba YoonGi.
—Oh, mi querido Suga. Deja la hipocresía, tú más que nadie hubieses hecho lo mismo.
El menor de los hermanos giró los ojos y aunque no lo diga el mayor tenía razón, tampoco se la daría.
El Omega fue nuevamente cargado pero esta vez por Suga, quien le llevó a la mesa del comedor mientras Agust servía los alimentos. Se sentía como un rey, era atendido de la manera más sincera posible por sus novios y siempre estaban muy unidos.
—Yoonie.
No tuvo que mirar hacia las escaleras para notar a su otro alfa, su olor a café llegó antes que él, cosa que hizo sonreír ampliamente a JiMin, si, le encantaba tenerlos a los tres, justo como en ese momento.
Y a pesar de que los hermanos se apresuraban en comer para acaparar más la atención del menor, mantuvieron su discusión en silencio, tampoco querían molestar al Omega.
Al terminar, todos fueron al sofá, los tres alfas sentados uno al lado del otro y JiMin se acostó en las piernas de cada uno para que no se peleen. A YoonGi le tocó la parte de la cabeza, a Suga el pecho mientras que Agust tenía de la cintura hacia abajo.
—Auggie, ¿Podrías ponernos esas cobijas? La temperatura está bajando.
Y es cierto, aún si era casi el medio día, el clima era templado y para alguien como JiMin eso era fatal, no es que odie el frío, pero personalmente no le gustaba en exceso cuando su nariz se podía roja y no dejaba de temblar.
Su querido Novio, Muy obediente puso una manta grande para él y sus hermanos mientras que al de cabello gris le cedieron una aparte por estar acostado.
Él no se quejaba, más bien estaba algo embobado sintiendo el aroma del café, la menta y la canela mezclarse en armonía.
Y si, para algunos eso sonaría repugnante, pero para JiMin era una combinación extrañamente agradable, un humeante café, la fresca menta y el picor delicioso de la canela.
Según él, no iban tan mal con su aroma dulce a melocotón.
Sus sentidos debieron estar puestos en la televisión que presentaba una serie que todos veían, pero no. Se mantuvo tan relajado que casi dormía nuevamente, además, el hecho de que YoonGi esté acariciando su cabello no ayudaba demasiado a mantener la consciencia.
Sonrió aún con sus ojos cerrados y se sorprendió al sentir que era levantado y dejado sentado en el sofá, a sus lados estaban YoonGi y Agust, mientras que en frente había quedado Suga.
JiMin no supo cómo, pero había terminado con hipo de tanto reír cuando comenzaron a hacerle cosquillas y le robaban uno que otro beso en las mejillas y frente cuando se descuidaba.
—¡Ya! —Pedia compasión a sus novios quienes se conmueven rápido y lo dejan en paz.— Son unos brutos.
Los tres Min rieron en respuesta ya más calmados con el asunto. Agust fue por algo de beber para quitarle el hipo al peligris, YoonGi lo cargó en sus piernas y lo volvió a abrigar abrazándolo para dejarlo ahí cómodo.
Suga solo le dió uno que otro pequeño beso en las mejillas antes de acostarse en el sofá justo al lado de su hermano mayor.
—Aqui tienes. —Observó al peli plateado aceptando la bebida y suspirando de gusto por ello.
Acomodó más su cuerpo pegado al pecho de YoonGi y a su lado derecho sintió como Agust apoyaba su cabeza en uno de sus hombros mientras el menor de los trillizos solo se quedan acostado tomando con timidez una de las manos de su omega.
—¿Mañana tienen que volver al trabajo?
Suponía que la respuesta era sí, de hecho, sabe que así era, pero no quería que se lo digan, era más fácil estar en su burbuja.
—Dentro de poco llega el ciclo de celo, en esos días estaremos aquí y los siguientes también, así que por ahora, no podemos faltar al trabajo, Dulzura.
Explica Suga quien acariciaba con su pulgar suavemente el dorso de la mano que sostenía.
Los tres mayores sienten el descontento de su pareja, saben que JiMin no era de estar mucho tiempo solo, se aburría además siempre había Sido alguien de estar acompañado.
—Podrías decirle a TaeHyung que venga mañana. Seguro no tendría problema con eso.
Propone YoonGi quien seguía sirviendo de asiento.
—No sé si TaeTae esté descocupado, pero está bien, mañana iré a bailar, eso siempre mata al tiempo.
Ganó un asentimiento de los tres por aquella idea y de pronto todo pasó a segundo plano, pudieron ver por los grandes ventanales como todo se volvía blanco debido a la gran nevada que había comenzado.
Era hermosamente caótico el escenario, incluso sintieron frío con solo poder contemplar aquello.
Los tres alfas se acercaron cuanto pudieron a su novio más pequeño. Lo rodearon con sus brazos haciendo reír a JiMin porque ahora aparte de cobijas también tenía tres fornidos y pálidos cuerpos cubriendo en suyo.
Pero se dejó querer. Dando un suave beso en cada uno de los labios de sus mayores.
Quizás el resto del día deberían estar bastante abrigados o quién sabe, puede que cierto Omega obligue a sus alfas a quedarse en cama a su lado hasta el día siguiente.
Cualquiera que sea la respuesta, estaba encantado. Porqué sentía dos labios en sus mejillas y uno en su frente que obligaron a sus mejillas a pintarse de carmín.
Amaba a esos trillizos.
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