Los pasos rápidos resonaban por la casa de manera simultánea al andar de cierto chico de cabello plateado.

De un lado a otro, buscaba cosas suaves y cómodas para llevarlas entre sus manos hacia su cuarto privado, JiMin estaba muy feliz y concentrado en hacer aquello.

Para los betas y alfas era una estupidez, casi un despercidio de tiempo. Para un Omega, era su sitio de protección, dónde estaban solos pero al mismo tiempo acompañados y podían descansar en paz.

Sus novios se habían ido a trabajar muy temprano y bueno, él había hecho algunas cosas, como la comida para cuando lleguen y quizás uno que otro quehacer de la gran casa, pero el tiempo restante fue para entrar al cuarto compartido y al estudio de cada uno y tomar "prestadas" algunas cosas que según el, necesitaba.

Volviendo a su cuarto, con varios suéters entre sus brazos cerró la puerta a sus espaldas para abrirse paso a la cama.

Allí estaba todo lo que había podido tomar, no simplemente tirado, sino acomodado estratégicamente para hacer pequeños límites de alturas de tela mientras el centro estaba casi al contacto del colchón de la cama para así dejarle una especie de hueco donde él estaría siempre.

Un nido para un Omega era sagrado, y sus alfas no lo habían visto o bueno, no que él sepa, es porque quería hacerles la sorpresa un día en especial y bueno, JiMin cree que ese día había llegado. Porque desde su último celo, había estado sintiendo cosas en su pancita, además tenía antojos raros pero agradecía no tener náuseas.

Otra cosa es que según TaeHyung, su aroma estaba cambiando de a poco, así que debía darse prisa y hablarles a sus mayores sobre sus sospechas para sino, ellos mismos se encargarían de averiguarlo por su parte. Si hay algo que tenían los Min es ser inteligentes, así que no podía tardar más.

Se quitó la ropa que llevaba puesta para acomodarla también sobre la cama, chilló de alegría al ver su creación, era maravilloso a sus ojos, no solo un montón de cosas, sábanas y almohadas, no, eran sus cosas y de sus alfas, así que tenía sus olores y el propio mezclado haciendo feliz a Park.

Luego se metió en su ropero sacando unas prendas nuevas, se puso una playera grande y unos pantalones hasta las rodillas.

Y bueno, no tuvo que esperar tanto antes de escuchar la puerta y saber de qué se trataba. Sus manos sudaban y esperaba buenos resultados, de hecho, confiaba en sus novios, ellos siempre eran felices con cualquier cosa que él haga o pueda darles y aún si no estaban casados, cree que la noticias los alegraría.

Así que salió de su habitación para el encuentro con sus mayores, quienes estaban en la entrada quitándose los zapatos y los abrigos.

El mas bajo no esperó, corrió hasta los tres abriendo los brazos y siendo recibido por ellos quienes en seguida comenzaron a tener pequeñas peleas entre si mismos pata ver quién podría abrazar más a JiMin.

Pero el más joven no los dejó seguir su infantil discusión. Simplemente les hizo señas para que lo siguieran y corrió de regreso hacia su lugar felíz.

Con su corazón latiendo muy rápido y sus manos algo sudadas, abrió la puerta dejando que sus mayores vean lo que había hecho, y bueno, esperaba que no piensen que era una estupidez.

Pero muy contrario a eso, pudo sentir lo que sus novios, quienes se acercaron para llenarlo de besos. Lo que JiMin no sabía es qué estaba sucediendo ¿Solo lo besaban porque les enseñó su nido?

-Tengo algo que decirles... Espero que no se molesten, yo me sorprendí -Jugó con sus dedos escuchando risas de los mayores y ahora era él quien estaba confundido - ¿Qué sucede?

YoonGi miró a sus hermanos y estos asienten, de inmediato el alfa mayor se acerca a su novio para tomarlo de las mejillas con cuidado y dejar un pequeño beso en su nariz.

-Cielo, recuerda que nosotros podemos sentir lo que tú sientes, sabes de tu pequeña sorpresa desde que fuiste a ver a TaeHyung -Declara Min y para darle a entender de lo que hablaba, una de sus manos se posó con muchísimo cuidado en el abdomen plano del Omega, haciendo que las mejillas de este se sonrojen - Estamos felices, JiMin, muy felices y orgullosos de ti, Omega.

De inmediato comienzan a caer pequeñas lágrimas del rostro angelical, los dos hermanos restantes socorren a su novio abrazándolo y besando sus mejillas algo rojas. Estaban húmedas por las lágrimas pero ellos no tomaban eso en cuenta.

Solo disfrutaban de lo tierno y maravilloso que era su novio, de lo bien que iba su vida y ahora de lo exquisito que era el aroma del Omega.

Eso es otra cosa, los tres habían notado pequeños cambios, pero prefirieron no decir nada porque no estaban totalmente seguros de su hipótesis.

-Eres perfecto, Príncipe, solo mira que darnos una familia... -Le habla bajo Agust, solo para él, mientras tomaba su mano izquierda y la besaba con dulzura- Tan perfecto y dulce como tú aroma.

Inquieto, el menor se removió sacando a todos de su habitación y dejando a los Min sin entender. Luego él mismo salió cerrando la puerta y guiando a los mayores hasta el sofá, dónde los sentó a los tres y se posó él sobre sus piernas.

En un acto de pura confianza y Dulzura, levantó su playera en el área baja dejando expuesto su vientre para sus novios, quienes quedaron maravillados con tan prueba de confianza.

Suga fue quien se acercó primero, observando a JiMin para ganar su aprobación y luego dejando un delicado beso sobre esa zona.

El siguiente fue Agust, quien aún no se creía que iban a ser padres. Él dejó una pequeña caricia pensando en lo maravilloso que era el Omega ¿Dónde más iban a encontrar a alguien que los acepte a los tres? Solo su dulce JiMin lo haría y no solo eso, ahora les regala algo más valioso que toda la riqueza que ellos poseían.

Para terminar, fue YoonGi quien bajó su rostro hasta dejar su mejilla contra ese lugar, sin hacer presión. Solo frotándola delicadamente hasta dejar su aroma junto al de sus hermanos y luego se separó tomando aquellas pequeñas manos para hacer que vuelva a cubrirse.

-Gracias.

Musita hacia Park quien asiente encantado y se acomoda mejor entre los tres.

Sus novios no perdieron tiempo y en seguida lo cubrieron con una manta, dejando fuera solo su rostro que por cierto, estaba siendo atacado por besos y caricias.

Los cuatro corazones latian en sincronía felices por lo que viene. Tenían algo de miedo por supuesto, pero más que nada, ansiaban esos pequeños y perfectos cambios que les eran brindados.

Agust pensaba en que debía manejarse mejor, lo que menos quería era hacer pasar malos momentos a su novio y menos en el tiempo de gestación, aunque la verdad es que él siempre se mantenía calmado y dulce al lado de JiMin.

Suga consideraba ya qué tipo de ropa haría para él o los cachorros que venían, estaba muy emocionado, además nunca había diseñado ropa para bebé, pero solo imaginar hacer conjuntos para JiMin y el pequeño le llenaba el corazón de alegría.

YoonGi ya consideraba qué cosas necesitaría el pequeño, pequeña o pequeños que iban a tener. Sin dudas agradecía que hubiesen habitaciones extras en la casa, pero ya oenstia estratégicamente cuál designar para decorar.

Los tres alfas pensaban cada uno en las posibilidades, para la mayoría sería extraño que teniendo solo un Omega, no se estuviesen peleando por saber de quién era realmente el hijo.

Pero eran trillizos y compartían pareja, el niño se parecería a todos y honestamente, a ellos no les molestan en absoluto de quién pueda ser, lo amaban igual y a penas sabían de su existencia.

JiMin no estaba tan pensativo como sus novios, de hecho reía por la cara de concentración que tenían mientras lo mimaban. Él solamente pensaba en lo lindo que era ese momento y en cómo sería pasar esos meses de embarazo. Sabe que siempre contaba con apoyo, pero no quiere decir que no esté algo nervioso.

Pero así, entre tantas cosas que analizar y el adormecedor aroma de sus novios juntos, el menor terminó dormido sobre sus tres amores mientras él abrazaba su vientre con delicadeza al descansar.

Los Min sonrieron con ojos brillantes y bueno, ya no imaginaban una vida sin JiMin a su lado, de hecho no lo hacían desde la primera vez que lo vieron.

A su hermoso Omega, su media luna.