•Especial I•

La universidad donde iban no solamente era para personas prestigiosas, sino para uno que otro becado que pueda poner en alto el nombre de la misma.

JiMin era hermoso, su belleza había cautivado a más de una persona y fue recomendado para estudiar modelaje, aunque el Omega quería danzas, no importaba, podía hacer las dos cosas al mismo tiempo.

Lo único malo, es que ser Omega masculino tenia sus desventajas así como sus ventajas.

Ellos eran más escazos, de hecho, de la poca población de omegas, solamente un puñado serían hombres, a él le tocó aquel destino, pero aparte de las constantes burlas de algunas personas diciendo que no era un chico de verdad sino una mujer en cuerpo de hombre, también estaba el hecho de que se les hace más complicado todo, hasta el esquivar pretendientes, pues siendo los masculinos portadores tan escazos siempre se había creído que ellos podían dar descendencia más pura y perfecta.

Para JiMin eso no fue problema en sus primeros años, era algo rellenito aunque practicaba danza y no se preocupaba demasiado por su apariencia.

Pero a medida que fue creciendo, sus facciones se suavizaron, su figura era más esbelta y su belleza parecía atraer s muchos idiotas.

Sí, Idiotas, porque suponían que tener dinero era todo en la vida y bueno, él odiaba eso.

Un día en particular, su amigo TaeHyung lo invitó a ver el juego de baloncesto dónde participaría, era el único alfa en quien confiaba así que lo siguió, fue dejado en unas de las primeras filas y de ahí veía perfectamente.

Se pasó todo el juego apoyando lo que sucedía y a su mejor amigo que se notaba realmente feliz pudiendo participar.

Pero al acabar, TaeHyung volvía con más personas a su lado, eso afectó un poco el olfato del Omega, era molesto tener a alfas sudorosos alrededor, soltaban demasiadas hormonas y eso hasta cierto punto era desagradable.

Pero de un momento a otro, sus ojos se abrieron mucho y fue instantáneo el cómo su mirada sorprendida se encontró con otra igual.

Un alfa, era pálido y con ojos gatunos, lo había visto vagamente jugar, lo que no había notado hasta el momento está el intenso olor a canela que poseia.

Suga tomó la valentía para acercarse a aquel curioso chico de mejillas grandes, y este no hacía nada para alejarse, pero TaeHyung en cierto momento se puso en medio de ambos chasqueando los dedos para hacerlos despertar.

-¿JiMin? Estabas perdido ¿Y porqué miras a Suga así?

Inquiere el menor de los tres, pero JiMin no sabía que responder, bueno, sí sabía, pero no podía creerlo. ¿Cómo era remotamente posible que haya encontrado su alma gemela en la universidad?

Las probabilidades de hacer eso son pocas en la actualidad, pero podrias jurar que al ver a ese chico, sintió su corazón latir de anticipación.

Aún así, fue llevado por su amigo a otra parte y no tardó en decirle sobre su descubrimiento, para TaeHyung había Sido la sorpresa más grande de su vida. Pero para JiMin la aventura aún no acababa.

Poco después, mientras estaba en la biblioteca haciendo un trabajo, alguien se sentía en frente, no le dió mucha importancia, sabe que los lugares eran escazos así que solo siguió en su lectura.

Pero nuevamente levantó la mirada sorprendido y casi asustado, ahí estaba de nuevo, el chico que había visto jugando pero ahora... ¿Olía a café? ¿Cómo era eso posible?

Diría que tenía una pareja y por eso el aroma cambiante, pero ambos eran olores fuertes y puros de alfa. Así que esa no era una opción.

Además al verlo, su cabello también era distinto, de un color negro ónix y Park se preguntó si se estaba volviendo loco, pero era aquella misma mirada gatuna incrédula y esa misma pálida piel.

-¿Quién eres?

Fue lo único que pudo preguntar el menor para romper el silencio cuando se quedaron viéndose fijamente el uno al otro.

-Soy YoonGi.

Y JiMin juraría haber escuhjaod otro nombre la última vez, pero antes de saciar sus dudas, la hora lo alarmó y tuvo que recoger todo saliendo de inmediato porque tenía una evaluación, dejando a un confundido alfa con la mirada siguiendo a aquel joven.

Sabía lo que significaba, pero ¿Porqué se veía como si hubiese tenido un encuentro con un fantasma?

Ya en las últimas horas de clases, JiMin paseaba con un ligero dolor de cabeza, no era posible que en menos de dos horas alguien pueda cambiar de color de cabello y estar como si nada en la universidad, bueno, si era posible pero demasiado estúpido para ser verdad.

Tan distraído iba en sus pensamientos, que chocó con alguien, pero el impacto fue tal que terminó en el suelo quejándose.

No entendía que pasaba, hasta que vio algo que le dió náuseas y un terrible mareo.

El mismo alfa de antes, ahora con el cabello gris casi blanco y golpeando a otra persona, quizás la misma con la que había tropezado.

-¡¿Alguien más que quiera joder la vida?! ¡¿No?! Eso pensé.

Gruñó aquel Chico de ojos filosos y gatunos mirando a su alrededor mientras se limpiaba un poco por el pleito que acababa de tener.

Pero al captar un aroma peculiar, sus ojos viajaron hasta el cuerpo tenso de JiMin quien se echó hacia atrás por mero instinto, no sabe qué estaba sucediendo, quizás se volvió loco en el transcurso del día.

Pero aquel joven pálido le extendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie y él no se negó.

Su contacto fue electrizante para ambos, quienes se habían perdido en los ojos ajenos, quizás reconociendose, pero otra vez, ese no era el olor a canela de la primera vez, ni a café de la segunda, sino a menta, menta pura y fresca.

JiMin iba a preguntar qué demonios estaba sucediendo con ese chico, pero antes de que pudiera hacer algo, otros dos iguales llegaron gritándole a quien tenía su mano sostenida y fue entonces cuando el Omega se desmayó.

Los trillizos entraron en pánico llevándolo a la enfermería bajo la curiosa mirada de todos y bueno.

Así había Sido su primer encuentro.

Esa fue la manera en la que JiMin conoció a los trillizos Min.

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