𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟐𝟔

❏ "𝑱𝒂𝒈 𝒗𝒊𝒍𝒍 𝒈𝒂̊ 𝒏𝒖"

Todo iba bien. Alexa estaba disfrutando del silencio mientras escribían en sus cuadernos las partes que les correspondían para el proyecto de literatura, escuchando solamente el mover de las hojas y el escribir de las plumas y el lápiz en las mismas.

Pero tenían que arruinarlo con sus comentarios respecto al equipo de Alexa.

--Oigan, ¿vieron al chico rubio? --exclamó Maxine con emoción mientras la Cranger solamente escucha incómodamente sus palabras.

--¿Cuál rubio? --dudó Vanessa con confusión recordando los miles de rubios que hay en toda la escuela.

--De los amigos de Alex --aclaró.

--¿Cuál de los dos? Porque recuerda que hay uno de nuestra edad y otro más chico que nosotras --recalcó Sarah al recordar las presencias de ambos en aquel grupo.

--El de nuestra edad --respondió haciendo que todas asientan al recordarlo--. Está muy guapo --exclamó con cierta emoción en su voz haciendo que todas coincidan con ella, exceptuando a Alexa y a Vanessa, aunque la primera tampoco estaba del todo en desacuerdo.

--Algo que me gustó es cómo tomó a Alex de la cintura cuando se sentía mal --recordó Ana mientras la volteaba a ver con una mirada brillante y alegre--. Cuéntanos la historia --pidió haciendo que todas dejen de hacer sus deberes y la miren con atención para saber con exactitud y la razón del que todos ellos, en especial Poor, eran tan atentos con ella.

--¿Qué historia? --dudó aún escribiendo en la libreta mientras le da un rápido vistazo a la laptop, vigilando la encriptación que estaba a punto de ser resuelta mientras el anillo que le había entregado Vanessa permanece en el dedo derecho.

--Tu historia con ese chico --respondió la misma--, ¿por qué te cuida así?

--Así son todos, siempre me están protegiendo y cuidando; no hay una historia en concreto para contarles --explicó aún mirando su cuaderno.

Pero era mentira. Detrás de aquellas palabras tan falsas y necesarias que salían de sus labios, se ocultaba una historia llena de acción, tragedia, emoción, tristeza, aventura, sangre y muerte. Pero no podía ni debía contarla si quería permanecer fuera del radar de Boglōv y demás enemigos que tenemos. Además de que no quería contarles cosas tan delicadas a personas que, entre ellas, hay una porrista que podría difundirlo todo con facilidad.

Definitivamente tenía que mentir a la hora de hablar con ellas.

--Claro --articuló Ana con sarcasmo--. Siempre hay una historia, Andra, y unas son más tristes que otras. No te apenes si tu historia es triste --explicó.

Pero esta historia no era triste, era trágica.

Demasiado trágica.

Y dolorosa.

--No es triste --mentira--, sólo no la hay --mentira otra vez--. Newt sólo es mi mejor amigo, no hay ningún trasfondo --aclaró, mintiendo de nuevo.

--Ay, vamos --pidió Sarah casi suplicando por que les contara la historia de, por lo menos, cómo se conocieron--. Cuéntanos, es otra regla de chicas --agregó haciendo que la mire con sorpresa mientras los anteojos que lleva puestos evitan que su cabello cubra uno de sus ojos, ahora, color café.

--¿Estoy obligada a contarles todo lo que pasa en mi vida? --dudó viendo a todas asentir con obviedad en sus rostros--. Prefiero no hacerlo --murmuró para sí misma mientras agrega otro dato al resumen de su libreta--. Además, dudo de que realmente sean útiles esas reglas, sólo son para limitarnos a hacer cosas que no queremos o que no nos importan --opinó en voz alta sorprendiendo a todas por las palabras--. Como el saberme las reglas, por ejemplo --finalizó regresando la mirada a la laptop.

Eran demasiado molestas.

--¿No te importan? --interrogó Anne con sorpresa por lo pronunciado, pero viéndola negar con la cabeza sin despegar su vista de la pantalla mientras desliza el ratón con lentitud por esta misma.

--¿Qué les parece si se las enseñamos? Tal vez puedas ver por tí misma que no son tan malas como piensas --opinó Heather haciendo que las mire a todas mientras se acomoda su cabello y asienta a la petición mientras suelta un suspiro--. Además de que te ahorrarás algunos problemas que has tenido con distintas chicas en la escuela.

Era más que evidente el que distintas chicas de distintos grados que no conocía y que no le importaban, la molestaban y se peleaban con ella por el simple hecho de que era buena amiga del grupo más apuesto que había llegado a la escuela hasta ese momento. Y eso irritaba a todas las chicas, puesto que no se acercaban a nadie más a menos de que fuera estrictamente necesario. Ni siquiera las miraban.

Sólo a ella.

Y siempre a ella.

--¿Qué? --curioseó al ver que ninguna decía nada y sólo la miraban con cierto encanto en el rostro.

A veces le daban cierto miedo.

--Eres muy hermosa --murmuró Sarah haciendo que un pequeño tono rojizo se note en las mejillas de la Cranger y empiece a sentirlas ligeramente calientes--. Y tienes unos ojos tan hermosos --continuó haciendo que el sonrojo se haga más evidente--. Son oscuros, como la noche --empezó a recitar haciendo que rápidamente empiece a memorizar sus palabras por lo agradables que se le hacían-- y con un brillo especial, igual a una estrella --continuó haciendo que, incluso, unas pecas diminutivas que tiene de forma muy sutil se alcanzaran a notar por el color tan intenso en sus mejillas--; como si alguien hubiera arrancado el cielo de una noche y lo hubiera pegado en tus ojos --finalizó notando que hasta sus orejas están rojas.

Ni siquiera Poor o alguno de sus hermanos la había halagado de tal forma, al dedicar incluso un poema hecho a su puño y letra. Era algo nuevo para Alexa.

Siempre la halagaban por lo bien que lucía y lo hermosa que era, pero nunca la habían hecho al punto de, incluso, provocar que se sonrojara a tal magnitud.

--Deberías de ser poeta en vez de porrista --le sugirió desviando un poco la mirada para hacer que el rojo en su cara se acabe, al igual que el calor que este acumulaba.

--¿Por qué lo dices? --dudó con curiosidad aún teniendo el mismo tono de voz al recitar el poema.

--Porque estuvo muy bonito --admitió, permitiéndose salir de su papel por un sólo momento--. Nunca nadie había hecho que me sonrojara de esta forma, ni siquiera mi novio.

Por primera vez, todas se sorprendieron de que se abriera a ellas y confesara el hecho de que nadie la había alagado de esa forma. Incluso Vanessa se sorprendió por sus palabras porque no había usado un tono sarcástico ni malhumorado. Así que decidió acabar con eso de una vez por todas.

El calor en la cara la estresa mucho cuando llega incluso a las orejas.

--Pero yo creo que mejor no seas poeta porque sino se van a fijar sólo en tu físico --me burlé haciendo que Vanessa suelte una pequeña carcajada por su pequeña improvisación mientras el resto rueda los ojos con frustración por haber arruinado el momento tan sentimental que se había formado en la habitación.

--¿Siempre eres sarcástica y aguafiestas? --preguntó Anne por su actitud.

--Sí --respondió regresando la mirada a la libreta que tenía en las piernas mientras escribe otra idea para el resumen del proyecto--. ¿Me van a ayudar o van a seguir esperando a que diga otra cosa? --pronunció obligando a absolutamente todas a volver al proyecto mientras empiezan a recitarle las reglas de chicas.

De hecho, aunque ellas trataron de hacer que estas reglas no sonaran tan malas como Alexa las veía y tenía en mente, la verdad es que sí lo son. Ejempo:

No salir con el crush de la amiga. Si a una de ellas le gusta o gustaba algún chico antes que a Alexa, ella no puedo salir con él porque sería una traidora y porque la otra lo vio y conoció primero. Algo ilógico.

Siempre contarles todo. No importaba qué tan privado, vergonzoso o loco sea, incluso si era un secreto, debía contarles absolutamente todo a las chicas siempre. Algo estúpido.

Ayudarlas en todo. No importa qué sea, debe ayudarlas y apoyarlas en todo lo que hagan. Y si ellas le quieren ayudar, dejarlas que lo hagan. Aunque Alexa opinaba que sólo terminarán empeorando todo.

Quién le gusta. No importaba si le daba vergüenza, si era un secreto familiar o si era muy obvia, debía de contarles a las chicas quién le gustaba y, así, que le "ayudaran" a poder conquistarlo. Aunque al final lo más probable es que terminarán dando vergüenza todas juntas.

Se supone que son darkianas y siguen dejándose llevar por las emociones terranas en sus génes. No deberían si saben de dónde provienen —pensaba Alexa—. Además, esto es sencillamente rídiculo.

Obviamente existen más reglas que quisieron que la Cranger memorizara, pero con sólo escuchar esas se bloqueó mentalmente y se limitó a des-encriptar el anillo mientras realizaba la tarea pendiente. A pesar de que empezaron con las más "inocentes", no pudó evitar pensar que eran unas rövhål por dejarse llevar por cosas tan poco lógicas creadas por chicas altamente tóxicas con sus amigas de la Tierra.

Le era simplemente inaudito.

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