𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟎𝟐
❏ 𝑬𝒍 "𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐" 𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒂𝒍 𝒆𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒆𝒒𝒖𝒊𝒑𝒐
Nadie emitía sonido alguno. Solo había silencio.
Ese tipo de silencios no eran comunes entre ellos; normalmente pondrían musica, pero no lo hacian por el creciente miedo de que la chica despierte y no sepan si es la mujer que tanto aman pero que, al mismo tiempo, les aterraba cuando estaba enojada; o si es la mujer que tanto odian y desprecian su sola presencia en el mismo lugar, país, planeta y universo que ellos.
En algún punto del camino se habían detenido para limpiarle las heridas de las manos y las lágrimas de la cara. Siguiendo su camino como si fueran un equipo de guardias escoltando el paquete más valioso que jamás puede existir, pero de forma encubierta. Y, en cierto modo, ella es lo más preciado que existe.
A mitad de camino, Hardin noto que la pelipintada se empezaba a despertar gracias al ceño fruncido que tanto la caracteriza al despertar de alguna siesta, un sueño reparador o de quedar inconsciente por alguna razón -ya sea desconocida o no-.
-¿Alex? -pregunto con miedo de que no sea quien él espera, pero alertando al resto.
Ella sacudió su cabeza con fuerza tratando de disipar el efecto de la droga, pero aún podía ver borroso indicando que la dosis había sido alta.
En ese momento tomo consciencia de que tenía cinta en la boca junto con los pies y manos amarrados, por lo que trato de liberarse provocando que todos dejen sus actividades y pongan su atención en ella.
-No te vamos a soltar -informo con firmeza, pero al ver que sus ojos empezaron a soltar lágrimas mientras se movía por todo el asiento hizo que se sintieran culpables, pero no sé lo demostraron porque ella se los había pedido-. Lo lamento, pero no te vamos a soltar, no importa cuánto lo intentes -repitió con la misma firmeza de hace unos segundos.
Al final ella cedió y se quedó recargada en el respaldo del asiento, llorando mientras cierra los ojos con fuerza.
¿Le dolía? Definitivamente. Le dolía que no la soltaran bajo ninguna circunstancia hasta que se asegurarán de que la persona dominante de ese mortal y cruel cuerpo fuera la amiga incondicional de todos. Pero, al mismo tiempo, se sentía orgullosa de ellos.
Después de sorber su nariz estando más tranquila, abrió sus ojos dejando ver cómo el dijo de sus iris desparece en el hermoso y anormal verde. Esto no lo noto nadie hasta que se detuvieron en un semáforo, cambiando de conductor por el hermano mayor de la chica. Pero, aún así, nadie dijo una palabra ni la desataron.
El resto del camino fue silencioso, provocando que la locura de la chica casi regrese a su estado original, pero fue interrumpida por su pequeño, tierno e inocente hermano menor.
-¿Por qué lo hiciste? -pregunto al aire con una inocencia evidente, al igual que confusión. Sin embargo, su pregunta no fue fue respondida gracias a qué la chica no podía usar sus poderes ni hablar gracias a la cinta, por lo que la volvió a llamar-. ¿Alex?
Al escuchar el nombre, el hombre al lado de la nombrada extendió su mano a la boca de la chica y, de un solo tirón, le quitó la cinta haciendo je se queje con él.
-¡Auch! -chillo-. Tampoco tenías que ser tan brusco -replico con molestia.
-Contesta la pregunta -ordeno con seriedad provocando que su entrecejo se encoja y sus ojos vuelvan a cambiar de color, haciendo notar su confusión y molestia por el comportamiento de su hermano.
-Solo diré que Vanessa sabe tocar temas bastante delicados -expreso apretando los dientes con fuerza, dando a entender que ya no era Alexa sino Thorne.
-¿Paso algo entre clases? -le pregunto para no hacerla estallar del enojo y con una ligera sospecha de ese hecho.
-Sí -respondió-, pero es complicado -eso no lo dejo tan convencido y, al resto, los dejo confundidos.
Dylan quería atar algunos cabos sueltos para saber porqué se puso tan agresiva en solo un momento. Tal vez Vanessa la molesto en alguna clase y tocó un tema sumamente delicado para Alexa lo que provocó su cambio de comportamientos tan repentino con tan solo unas cuentas palabras.
Después de eso, nadie volvió a decir alguna palabra. Sobretodo alguna que se dirigiera a la chica sentada de copiloto.
Todos conocen a Alexa casi como la palma de su mano, así que no les sorprendió las palabras de la chica pues saben que siempre ha protegido del pequeño Dylan como si fuera su hijo. Pero, también sabían que, el tema complicado que describió Alexa, en realidad solo era un mal recuerdo del pasado que odia tener presente en su mente. No era complicado, simplemente no es algo agradable para ninguno considerando que ella fue la que más sufrió en el pasado aún cuando ellos la protejan de cualquier amenaza que se presentaba.
Por otro lado, el problema entre clases que ella acepto tenía que ver con más traumas físicos y mentales que otra cosa. Tal vez todos sus traumas le provocan pesadillas, leves alucinaciones, llantos nocturnos, miedos, temblores, entre otras consecuencias, pero solo uno de ellos le causaba ese nivel de usa incontrolable: abuso a su persona y a su sexualidad.
Desde muy pequeña sufrió de abuso sexual por un hombre que no conocía, causándole múltiples traumas físicos y mentales.
-¿Tiene que ver con Maverick? -preguntó su hermano en un me guaje extraño y desconocido para el más pequeño de todos.
-Sí -contesto con cierto desdén, pero en el mismo idioma que él.
Maverick era el nombre de dicho abusador de Alexa. Un hombre odiado por todos ellos, al igual que su nombre.
Su odio era tanto que no podían soportar escuchar su nombre, verlo en fotos o si quiera pronunciarlo. Por lo tanto, su nombramiento se debía a un problema o una discusión de suma importancia entre ellos siete.
-Por favor dime qué no fue el de Matemática y Cálculo -pidió Hardin recordando lo contado por la misma en la hora del descanso.
-Lo fue -contesto haciendo que los hablantes del idioma se molesten a un gran nivel, un nivel de enojo nada explicable.
Al llegar a la casa donde se quedan temporalmente, bajaron del auto teniendo a Alexa aún atada y ellos actuando como guardias de seguridad máxima. Los que tenían que salir se apresuraron para irse a tiempo, usando ropa formal en busca de dar una "buena impresión" y poder llevar a cabo los tratos requeridos para su oficina central de operaciones. Con el paso de las horas, pudieron ver el control que Alexa logro tener sobre su otra identidad, haciendo que la dejen libre pero con condiciones.
Al caer la noche la mayoría fue a dormir, exceptuando a Alexa y a su hermano, Omar. Ambos se encuentran en la isla la de la cocina realizando sus tareas escolares para poder pasar más tiempo en familia, pues se les ha hecho complicado gracias al corto espacio de tiempo disponible durante el cambio de identidad, ocultamiento de ubicación, entre otras cosas.
Ambos están tan concentrados que no se escucha ninguna clase de ruido, más que el cambio de hoja, los lapiceros chocar y escribir y una leve melodía proveniente de los audífonos en los oídos de la chica.
Alexa es considerada una gran fan de la música por la amplia lista de canciones descargadas en todos sus aparatos. Ahora mismo está escuchando una de esas tantas canciones: Story of my life del grupo musical británico One Direction. Una canción tranquila muy especial para ella, pues me ayuda a relajarse y a mantener a Thorne bajo control, al igual que sus impulsos homicidas.
Un momento en el que ella casi termino de hacer lo requerido con anterioridad, volteo a ver a su hermano recordando los acontecimientos de esa tarde así que decidió jugar con el para poder sacar el tema sin ninguna clase de hostilidad de por medio o discusión.
Al notar su lapicero despegado de la hoja, tomo la libreta para revisar su trabajo y recibiendo una queja cansada por parte de Omar.
-¡Oye! -reclamó el chico con cansancio.
-A ver -habló para empezar a examinar con atención las palabras escritas en el papel-, la cuatro está mal, la siete también está mal, la nueve también está mal -empezó a contar recibiendo una mala mirada por parte de su hermano.
-Alex, dame mi libreta -ordenó siendo ignorado y oyéndola aún contar las respuestas que aparentemente están mal-. Alex, en serio, dame mi libreta -repitió aún siendo ignorado.
-Oye, parece que todas están mal.
-Alex -la llamó notando en sus ojos un ligero aire de reto.
-¿Quieres tu libreta? -indago conservando el reto en su mirada y oyendo un asentimiento por parte del castaño-. Entonces quítamela -sentenció sacándole una sonrisa a Omar sabiendo sus intenciones.
Con esto, Omar trato de alcanzar su libreta pero ella la alzó evitándolo. Con una sonrisa traviesa en su rostro, subió a la isla para empujar a su hermana y caer juntos, tirando lejos la libreta y provocando risas entre los dos. Pero ahora solo quieren jugar un rato, así que le trato de hacer cosquillas a Alexa pasando las yemas de sus dedos por su cuello, sus costillas y las orillas de sus axilas provocando que, con risas de por medio, ella empiece a moverse tratando de evitar que continúe.
-¡Okey, me rindo! -exclamó la chica sintiendo cosquillas aún-. ¡Omar, tu ganas, me rindo! -exclamó haciendo que se detenga y la mire con cariño aún estando sobre ella mientras sus respiraciones son agitadas-. ¿Qué? -preguntó al sentir sus dedos pasar por su ceja para quitar el cabello que cae sobre su rostro, pero él solo acerco sus labios para dejarle un dulce y cariñoso beso en su mejilla y abrazarla mientras huele su sedoso y brilloso cabello.
Se quedaron en esa posición por un largo rato, recordando momentos pasados, demostrándose cuánto se quieren con pequeños gestos, dándose cariñosas caricias. Gracias a esto, Omar recupero esa energía que me haría falta, pero no se dio cuenta que quien se la proporciono de la misma Alexa.
-¿Qué tienes? -finalmente hablo suavemente para saber la razón de su actuar, pero él solo negó tener algún sentimientos de irá, tristeza, o algo por el estilo-. No te creo -demandó sin cambiar su tono de voz y sintiendo pequeñas lágrimas caer en su cuello y hombro-. ¿Qué ocurre, Omar?
-Es solo que ya no quiero que te hagan daño -expreso haciendo que ella entienda lo ocurrido-. No más del que ya te hicieron, Alex.
-Lo sé, tranquilo -trató de consolarlo pasando su mano por su espalda dejando ligeras caricias que lo hicieron sentir mejor-. Viste mi discusión con el señor James, ¿verdad? -preguntó sintiendo su cabeza asentir-. Todo va a estar bien, Omar. Haré todo lo posible por evitar que vuelva a ocurrir, ¿de acuerdo?
-Aún así, no confío -expuso aún escuchando sus intenciones por calmarlo y hacerlo razonar en la verdad, finalmente, convenciéndolo.
Tal vez no eran los hermanos perfectos con los que sueñan tener todos los padres, ¿cómo pueden saberlo? Sus padres solo estuvieron presentes unos pocos años, pero a pesar de ello, se quieren y aman, y se preocupan por el otro. Estando en la misma situación que ellos, tener el cariño de tu hermano es todo lo que se puede pedir. Y es suficiente.
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