Habitciones
Kendra: Eso es todo en el primer piso, el segundo y tercer piso son las habitaciones. Podríamos ir a mi habitación un momento para coger unas cosas y luego pasar el resto de la tarde en tu habitación. Porfas no tengo nada mejor que hacer y no aguanto a mi compañera de piso
Frank: De acuerdo pero con una condición, quiero que me cuentes de ti, tu sabes mucho de mí y yo solo se tu nombre, tu profesión y que eres una guía estupenda
Kendra: Me parece bien, aprovechemos ahora que mi compañera estará comiendo y Aiden también así no nos los encontraremos dijo mientras me agarraba la muñeca y salía corriendo escaleras arriba.
Al llegar al segundo piso Kendra me llevo a la última puerta izquierda del pasillo derecho, Abrió la puerta y tras comprobar que no había nadie me invito a pasar. Nada más entrar se podía ver que esa habitación pertenecía a dos personas totalmente diferentes, un lado era totalmente rosa con posters de modelos en bañador pegados al techo, un armario que cubría toda una pared, una cama, y un maquillador. El otro lado sin embargo era de un tono gris, tenía un armario que también era grande pero no había comparación con el de su compañera, tenía una estantería estrecha con bastantes libros, un escritorio y una cama con mesita de noche y con lámpara además de que estaba en el lado donde había una ventana. Aunque nunca tuve dudas de que ese era su lado, me alegre al ver que Kendra iba al armario de la zona gris.
Cuando lo abrió vi que la mitad izquierda tenía una balda en la parte de arriba con una maleta y una mochila, debajo una barra donde tenía colgados los abrigos, pantalones y varias camisas además de una bolsa de las de guardar ropa que claramente tenía algo dentro. Luego cuatro cajones y por último un hueco para zapatos, había desde chanclas y zapatillas de estar por casa hasta unos zapatos de tacón alto. En el lado derecho del armario estaba destinado a guardar sus armas, tal como había dicho todas sus armas eran para arrojarlas, a excepción de una espada. Kendra fue a por la silla de su escritorio y la coloco junto al armario para poder coger la mochila, dentro metió algunos cuchillos arrojadizos, una ballesta plegada, con su carcaj lleno de flechas y bodoques y algunos Shuriken. Cerró la mochila y me la paso. Cogió el arco y el carcaj que coloco en la cama para poner todo como estaba, llevo la silla a su sitio y cuando iba a cerrar el armario
Frank: Espera, guarda el carcaj, sube solo el arco dije cogiéndolo con la mano que tenía libre
Kendra: Y entonces, que voy a disparar
Frank: Confía en mi
Kendra cogió el carcaj y lo dejo en su sitio para luego cerrar el armario y ponerle un candado al que no le vi ni cerradura ni sitio para poner una contraseña. Le devolví su mochila y le pase el arco de la cama, salimos de la habitación y nos encaminamos hacia las escaleras. Subimos al tercer piso y llegamos a mi habitación, abrí la puerta y entramos
Una vez dentro fuimos a la sala de entrenamiento, saque el huevo de la mochila y lo coloque sobre la silla que había cogido de mi dormitorio. Kendra saco su ballesta de la mochila, el desplegó devolviendola a su forma original, saco al carcaj y se puso a disparar a la diana, los tiros eran bastante certeros.
Frank: Y bien, cuéntame algo de ti
Kendra: Vale, tengo 17 desde enero ósea que no soy mucho más mayor que tú, soy de Santander y mis padres son ambos neles. Quiero practicar con el arco porque me has dicho que deje el carcaj abajo dijo mientras iba a recoger los bodoques de la ballesta
Frank: Para que no tengas que hacer, otra vez, eso que estás haciendo ahora mismo
Kendra: Explícate
Frank: Sera más fácil si te lo enseño
Fui a por mí carcaj y me lo coloque y cogí el arco de su soporte, cuando ella volvió dispare una flecha que dio 3 aros fuera del centro,
Frank: Ahora veras a que me refiero
Paso como medio minuto antes de que la flecha volviera a su sitio, pero cuando lo hizo la cara de Kendra era un cuadro, estaba flipando
Kendra: ¿Cómo has hecho eso?
Frank: Legado familiar, el carcaj tiene un poder magnético que hace que las flechas vuelvan cuando dejan de ser útiles allí donde están.
Kendra: Porque tienes que tener todo lo interesante: el huevo del dragón, la afinidad a los seis elementos y este carcaj, no es justo
Frank: No te olvides de la espada que está ahí colgada dije señalándola – y el arco que tengo guardado, este no es, eso también tienes propiedades magnéticas
La cara de Kendra no cabía en sí, era muy divertido verla de esa forma
Frank: Por cierto si intentas matarme para quedarte con estos objetos, no te lo recomiendo, porque, si yo muero, las tres cosas volverán a un cofre que está muy lejos de aquí
Kendra: Vale, viniendo de ti ya nada me puede sorprender. Entonces donde está tu arco
Deje el que tenía en su sitio, cogí el mío que estaba enganchado en su sito y lo devolví a su tamaño original.
Frank: Este es mi arco
Kendra: Yo quiero uno así
Frank: Me temo que eso es imposible. Eres la primera persona que conoce la existencia del arco y el carcaj, a Verónica e Sora solo les he hablado de la espada. Espero que eso siga así
Kendra: Desde luego, puedes confiar en mí
Frank: Estupendo, hágamos un trato, yo te dejo cualquier cosa de esta sala cuando quieras y a cambio tú me enseñas a usar el arco como dios manda
Kendra: Me parece bien, podre dejar aquí alguna de mis armas que tú no tienes para no tener que cargarlas todo el rato
Cogí las armas que sabía que no iba a usar nunca y las coloque en un cubo, luego organice el resto de armas para que quedara un espacio vacío
Frank: Ese espacio es para ti. Contesta eso a tu pregunta
Kendra: Muchas gracias, que vas a hacer con esas armas del cubo
Frank: Te iba a preguntar qué puedo hacer con ellas, porque, sé que yo no las voy a usar, pero, puede que otro si, incluso he dejado todas las arrojadizas que tenía por si tú las querías usar
Kendra: Pues podrías llevarlas a la sala de entrenamiento, pero, yo te recomiendo llevarlas a la herrería así si alguna vez necesitas algo de allí es más probable que te ayuden, y si les dejaras ver tus armas especiales, estarían todos a tus pies, pero ya sé que eso ultimo no lo vas a hacer
Frank: Bien entonces la llevare a la herrería. Ahora por favor ayúdame a darle al centro de la diana
Estuvimos practicando bastante tiempo y era evidente que cada vez yo lo hacía mejor, entonces cuando estaba a punto de disparar una flecha que estaba bastante seguro que daría en el centro, algo empezó a sonar, sin querer solté la flecha que, no sé cómo, se acabó clavando en el techo. Fui a mi dormitorio seguido por Kendra, era mi móvil, desde que había venido no me había acordado de él, es más no sé cómo es que recibía señal, era mi amigo Mario. Decidi contestar
Frank: Hola Mario ¿Qué tal?
Mario: Yo bien, pero tu abuela nos dijo que te fuiste a un campamento para el resto del verano. Te fuiste sin despedirte
Luego tengo que llamar a mi abuela para darle las gracias por la excusa. Kendra que estaba al lado mío empezó a reírse
Frank: Lo siento, fue una decisión precipitada y no hubo tiempo de despedidas. Por cierto no es que no me haya gustado hablar contigo, pero, no nos dejan usar mucho usar la tecnología, si encuentro algún momento ya os diré, por favor díselo a los demás
Mario: Descuida y diviértete
Frank: Adiós
Colgué y Kendra se empezó a descojonar de risa
Frank: ¿Que es tan gracioso?
Kendra: Que esto es todo lo contrario a un campamento de verano
Frank: Eso ya lo sé
Kendra: Y por cierto respecto a la tecnología, puedes usarla todo lo que quieras dento de tu habitación. A todo esto no te recomiendo enseñarle la tecnología a un elementalista sin padres neles. Cuando llegue, la primera noche llame a mis padres para hablar con ellos, y justo entro Helen (su compañera) y se puso como loca por saber qué era el móvil. Desde ese día si lo uso es cuando no está ella o me tapo con un libro para que o lo vea
Frank: Es bueno saberlo
Kendra: Déjamelo
Frank: ¿Para qué?
Había aprendido por las malas a no dejar mi móvil a mis amigos y menos a las chicas
Kendra: Tranquilo, yo no soy de las que curiosean los móviles de los demás en busca de cosas privadas
Decidí darle el beneficio de la duda y le di mi teléfono. Me lo devolvió a los dos minutos
Frank: ¿Qué has hecho?
Kendra: Eso lo tendrás que descubrir tu
Revise el teléfono hasta que encontré lo que había hecho. Ella había registrado su número en mis contactos.
Kendra: También me he llamado a mí misma, así ya tengo el tuyo
Frank: Me parece bien
Llame a mi abuela y le di las gracias por encubrirme, luego volvimos a la sala de entrenamiento, la flecha que había calvado en el techo ya había vuelto al carcaj, recogimos todo dejando cada cosa en su soporte y Kendra dejo todo lo que había subido en los soportes que había dejado libre, a excepción de la ballesta y los bodoques que metió en su mochila mientras yo metí el huevo en la mochila, ya que habíamos decidió salir a dar un vuelta, dejamos el cubo con armas ahí, ya lo llevaríamos otro día. Estuvimos paseando por el castillo hasta la hora de cenar. Después de cenar acompañe a Kendra a su habitación para luego ir yo a la mía. Al entrar oí que llegaba un mensaje a mi teléfono
Mns Kendra: Ves así ya podemos hablar sin tener que estar en el mismo sitio. Bueno te dejo dormir que mañana te espera un dia duro, si acaba pronto mi clase iré a verte para luego ir juntos a comer
Mns Frank: Me parece un buen plan y gracias
Me fije en que me quedaba poca batería así que busque un enchufe donde conectar el móvil y vi unos cuantos repartidos por toda la habitación incluida la parte que le correspondía al dragón. Lo conecte en uno que había junto a mi mesa y me fui a dormir
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