La depresión de Sow

Desde que Ryra se fue, el Shadow de piel lilacea y cabellos morados había cambiado por completo.
Aunque, los primeros días fueron los peores.

Imaginar una persona al borde de la locura, con ganas de desaparecer, de morir y mandar a todo el mundo a la mierda, pero multiplicado por mil.

Sus ojos apenas sin brillo miraba a un infinito inexistente. Las lágrimas, las únicas que había derramado ahora brotaban sin desconsuelo. Y sus manos, apretadas con tal fuerza que sus uñas se comenzaban a clavar en su dura piel horoxiana.

Amaba a aquella Shadow, adoraba a su Ryra y ahora, en unas solas horas... Ella ya no iba a volver.

Apretó lo dientes y comenzó otravez a golpear el suelo con sus brazos gritando con desgarro una y otra vez.

— ¡MALDITOS HUMANOS HIJOS DE PUTA! ¡NO SABEN NADA MÁS QUE JODER TODO! ¡SOLO SABEN QUITARTE LO QUE AMAS! ¡SOLO SABEN MANDARLO TODO A LA MIERDA!

Los golpes se escuchan desde todas las habitaciones de aquella casa. Todas las salas, incluso en el salón donde él se encontraba estába totalmente a oscuras.

Se mordió los labios y pegó la frente al suelo, golpeando una vez más con su puño las baldosas pero ésta vez sin fuerza.

— Ryra... Ella... Hijos de puta, hijos de puta — Repitió varias veces tratando de sentirse bién. Pero no servía de nada — te necesito aquí Ryra... Sin tí no quiero estar aquí.

Sus quejidos seguían sonando incluso cuando se escuchó una puerta abrirse. Unos pasos lentos se acercaban donde estaba, pero ya le importa una mierda su orgullo. Ya le daba igual que alguien le viera así.

Unos ojos blanquecinos se lo quedaron mirando por unos segundos para después comenzar a reir.

— Te ves patético así cuñado... — Habló por fín la misteriosa voz, la cuál era de un suave tono afeminado.

Más no pudo continuar hablando, pues sin notar su movimiento, en un pestañeo, la mano del Shadow agarraba com fuerza su cuello.

— Callate la boca, "cuñada" — Habló con un tono seco y frío.

La Shadow de cabello rizado rojizo tragó saliba, mirando con terror la escalofriante expresión de aquel ser.

— S-sueltame Sow, me estás ahogando joder...

Sow tardó varios segundos en obedecer, dejandola caer al suelo casi sin aire.

— ¿Acaso... i-intentabas matarme? — logro balbucear recuperando al aire.

— Si hubiera intentado matarte, no habría hecho eso — Respondió sin mirarla. Al parecer su llegaba lo había calmado, o al menos distraído — ¿Como coño has entrado?

— ¿Con las llaves? — Respondió con un tono obvio, a lo que Sow solo chasqueo la lengua molesto.

— Pues usalas para sacar tu culo de aquí, no quiero ver a nadie.

La Shadow bufo con molestia. Puso las manos en la cintura y se acercó un poco a él.

— Si estoy aquí es porque Queen me ha mandado. No me interesa ver tú puta cara de mierda amargado desde que mi hermana se... — Trató de seguir hablando, pero algo afilado se paro frente a su cuello. La coleta que tenía el Horoxiano se movió veloz y amenazante.

— Una palabra más de ese tema y no me controlare — Cortó el peli-morado sin llegar a dirigir su mirada hacia ella.

— Arg... Cómo sea. Ella quiere verte, punto.

Sow no respondió, solo alejó su filosa arma del cuello de la Horoxiana y se quedó callado durante los siguientes segundos.
La mujer cansada de solo mirarle, decidió dejar el apartamento del chico cerrando la puerta tras de sí. Con una mano en su cuello, temblando aún del Shock.

Sin duda, ahora que su hermana Ryra no estaba... Nadie podría parar a ese monstruo. Quizás por eso Queen quería hablar con él.

No hay arma más peligrosa, que un psicópata con sed de venganza y sin nada que perder.

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