››› Señora Laurence (xxxᴠ)

―Lorelai ¿Que está pasando?―insistió con los ojos llenos de lágrimas y bajé mi mirada a nuestras manos. ―Siempre pensé que podía entenderte y leerte... Pero ahora siento que hay algo entre nosotras que interfiere con nuestra conexión.

Desvié mi mirada al cielo sobre la colina y tome aire profundamente. Amy solo rogaba por la verdad y por la forma en la que lo dijo temía que supiera lo que estaba pasando, solo quería que fuera yo quien se lo dijera. Ella lo necesitaba.

Una mujer siempre tuvo aquello, esa sensación y sensibilidad para captar las cosas. Solo que no estaba segura de si supiera cuánto iba a dolerle aquello, no estaba segura de que supiera que minutos después de decirle se sentiría terrible, correría lejos de mi y no sabria que hacer. Se le haría difícil mirarme a los ojos porque sabía que no había pasado nada entre Laurie y yo, pero que aun ella sentía la culpa de aquello. Amy sabia que algo sucedía, pero no comprendía la gravedad del asunto y como iba a perjudicarla, a ella y a su matrimonio. A ella y nuestra hermandad.

―Amy, yo... ―tomaba aire para soltar las palabras pero solo salía más aire, y tenía que volver a tomar, y volver a soltar. ―No se como decirtelo.

―Solo dilo, Lory. Por favor.

―Todo esto...―las palabras se acumulaban en mi garganta pero ninguna se atrevía a deslizarse por mi lengua.

―Dime en qué puedo ayudarte, Lory, y no lo dudaría ni un segundo.

¡Pero no puede ayudarme! ¡Amy no puede ayudarme! ¡Meg no puede ayudarme! ¡Jo no puede ayudarme! Ni Beth, ni Marmee, ni padre, ni Dorian, ni Laurie. ¡Nadie puede ayudarme! 

Pero debía decirle algo, al menos mentirle, o quizás no... Pero decirle algo.

―Es muy extraño todo, Amy―me tome mi tiempo y ella asintió lentamente dándome la señal de que me tomara todo el tiempo que necesitara. ―Me fui apenas Beth falleció, nunca termine mi duelo. Ni siquiera esperaba verlas a todas aqui.

―¿A qué te refieres?

―Pense que Jo volvería a Nueva York y estaría viviendo una nueva vida... Pense que tu... Tenía la esperanza de que siguieras en Europa persiguiendo tus sueños―no contesto, no interrumpió. ―Dorian me advirtió que tuviera cuidado con mis expectativas, pero no pensé que sería tan duro. Y Marmee y Meg y todo el mundo dice que en realidad todo esto fue una señal para que cierre el ciclo en Concord y me enfrente a las cosas que nunca me enfrente y que me duelen... ¡¿Pero cómo podría?! Me fui con una familia en mente y al volver tengo una completamente diferente. Tu con Laurie y con una hija, Beth ya no está ¡Jo está comprometida, Amy! ¡JO!―exclame y ella sonrió pero con lastima. ―Y se preguntan porque he cambiado tanto. No tenía otra opción más que despedirme de la Lorelai que conocía y crear una nueva para sobrevivir.

―¿Y qué sucedió con la Lorelai que conocía? ¿Ella ya murió?―preguntó luego de unos segundos. ―Creo que ella aun me debe un poema―sonrió y bajé la mirada sintiendo el peso del alivio pero el dolor entre los huesos.

―Recuerdo muy bien mis deudas, señorita March―rei.

―Lorelai―susurro. ―Soy la señora Laurence. 

―Claro.

Mi mirada se quedo fija y pensativa en su rostro, aunque no la mirara a ella, aunque no la observara. La señora Laurence. ¿Cómo podía olvidarlo? Amy Laurence, Meg Brooke, y Jo Bhaer. Las únicas hijas con el apellido March eramos Beth y yo, y Beth estaba muerta. Quizás yo tambien.

―Lory―me llamo. 

―Si... Yo... ―suspire. ―Creo que no he matado a la joven de Concord aun. Sigue estando en mi como un fantasma con todos sus problemas sin resolver y sus miedos y sus traumas. ¿Te sucedio lo mismo cuando fuiste a Europa y volviste?―pregunte porque no tenía el valor suficiente para seguir hablando de esto sin quebrarme y delatarme.

―Entiendo lo que dices sobre crear una nueva persona para sobrevivir y creo que se llama crecer, madurar. ―Lo dijo de una forma tan sencilla que no comprendí el dolor que el golpe de sus palabras provocaron. Amy acomodo su vestido y se sentó en el césped de la colina mirando hacia el horizonte, así que hice lo mismo sentandome junto a ella. ―No podía quedarme en Europa y seguir siendo la misma niña inmadura que era aqui. Tenía que crecer y cambiar. La tía March no ayudaba demasiado, así que debía hacerlo por mi cuenta. Debía ir a bailes, encontrarme en toda esa multitud, encontrar un hombre rico con el cual casarme para salvar a la familia y mi futuro. Todos tenemos el peso de crecer encima, pero cuando eres mujer las cosas son aún más duras. No tienes las suficientes oportunidades y entiendo que quieras luchar por eso. Si tuviera el valor suficiente y no fuera madre, creo que tambien me arriesgaría para luchar. Pero ese no era el tema inicial―negó con la cabeza divertida. 

>>Cuando volví, la tía March ya estaba muy enfermé así que antes de viajar Laurie nos acompañó. Lo de Beth nos destrozó a ambos y como no tenía a ninguna de ustedes con quien compartir mi duelo, solo eramos él y yo sosteniéndonos mutuamente. ―La forma en la que contaba lo sucedido, mirando el paisaje con una mirada pensativa como si aún saboreara los detalles de sus recuerdos, me hacía sentir que contaba un cuento. Pero era un cuento de princesas, y yo solo era una pobre campesina. ―Antes de eso, Laurie me pidió que no me case con Fred...

―¿Que?―cuestione con el ceño fruncido y el aura de Amy recordando fue interrumpido por mi pregunta provocando que ella girara a verme.

―¿Nunca te lo dije?

―No

―Fred me pidió que me casara con él, pero antes de eso Laurie me dijo que no lo haga... él... Ya tenía intenciones de que lo intentaramos y me enoje al respecto porque sabía en el fondo que nunca lo hubiera hecho si tan solo Jo no lo hubiera rechazado. Pero ahí estaba―sonrió risueña. ―Lo pensé y recordé a la pequeña que había dejado aqui, en Concord. Recordé cuánto me hubiese encantado que Laurie me pidiera que no me case con nadie nunca jamás. Recordé cuanto fantaseaba con este momento y cuando deseaba que Jo no estuviera en el medio. Así que rechace a Fred y busque a Laurie pero él se había ido a Londres.

―¿Y qué sucedió?

―Fue cuando tuvimos que volver por la muerte de Beth. Dijo que no pensaba dejarme sola con la tía March en ese estado y después de lo que había sucedido y en ese momento nos besamos ¿Sabes cómo se siente cuando todo lo que alguna vez estuvo insatisfecho en tu interior, y te acostumbraste a sentirlo de esa forma, ahora se completa y te sientes de una manera en la que no existen palabras en ningún idioma que pudieran describirlo porque es un sentimiento superior a lo que las personas podemos experimentar?

―Sinceramente no―murmure.

―Así se sintió ese momento. Nos comprometimos sin pensarlo y viajamos de vuelta, pero no pude viajar tranquila. Todos esos días en el barco solo pude pensar en que diría Jo al saberlo. Laurie fue el primero en contárselo en privado y luego Jo me dijo que estaba feliz por ambos y ese fue el golpe más fuerte que pude darme en mi vida. Porque por primera vez Jo y yo no discutimos. Por primera vez me di cuenta que ambas habíamos crecido y madurado y estábamos muy lejos de ser las pequeñas inmaduras que éramos de niñas. Sigues cargando con muchas cosas porque esa pequeña sigue allí contigo, pero ahora tiene otra capa más de vida que refuerza todo lo anterior y que te cambia por completo. ―Amy tomó mi mano haciendo una pausa y me miró a los ojos. ―El problema es que tu capa tiene algo que no me permite conectar con la pequeña Lorelai que conocía. Esta nueva capa que creaste en Europa no se sí es muy buena, y estoy dispuesta a ayudarte a solucionar todo aquello que necesites, incluso si debo cambiar algo de lo que hay aqui. Quiero ayudarte, Lorelai.

―¿Meg hablo contigo?―interrogue.

―No. No fue necesario. Todos estamos preocupados por tí. Si tan solo supiéramos cómo ayudarte.

Ya no me interesaba la ayuda de Amy, solo no podía sacarme la imagen de Laurie rogándole a ella que no se case con Fred. Odiaba decirlo de esta forma, pero estaba muy enojada con Laurie en ese momento. No porque esté celosa de que le haya pedido a Amy su mano y no a mi. No porque ambos ahora compartían la mansión que yo solía visitar y en la que ambos nos encontrábamos a escondidas por las noches. Estaba enojada con Laurie porque Amy podría haberse casado con Fred en Europa y ser rica y tener la vida que ella siempre deseo y podría quedarse allí en una gran, gran mansión pintando hasta el final de sus días. Estaba enojada con Laurie por lo egoísta que había sido al rogarle que no se case con Fred sabiendo que Amy no se negaría después de que Jo lo haya rechazado.

―Lorelai―volvió a llamarme y salí de mis pensamientos.

―Creo que aun me cuesta acostumbrarme―conteste rápida e inútilmente. Y mientras yo seguía pensando en lo egoísta que había sido Laurie el rostro de Amy se iluminó sonriente.

―¡Lo tengo!―exclamó sacándome de mis pensamientos. ―Podríamos organizar un picnic, o bailes, o asistir a bailes. Hace mucho que no voy a un baile―comentó con emoción. ―Así tu podrías acostumbrarte, pasaríamos tiempo juntos, podemos organizar obras en nuestra casa como si fuera un teatro, podríamos hacer más cosas todos juntos como familia.

Y lo dijo como Amy solía decir las cosas que le apasionaban, lo dijo como de pequeña decía que sería la mejor artista del mundo exponiendo sus obras en el mejor museo de Europa. Lo dijo como decía todo aquello a lo que le tenía fé y entusiasmo. Lo dijo como decía todas esas cosas que ella estaba segura de que haría.

Ese día en la reunión del club de lectura, el salón estaba lleno. Los asientos no eran suficientes y había personas paradas escuchando el análisis de la obra semanal. Entre recesos algunas personas donaban sus libros a la biblioteca del salón dejando los mismos en las estanterías llenandolas al final de la reunión. A mitad de esta pude ver a Margaret entre los presentes y al cruzar miradas ambas nos sonreímos para no interrumpir a Jo hablando y dando su punto de vista. Margaret parecia muy interesada en el club y note que había corrido la voz porque un par de mujeres nuevas que habían participado de la protesta de sufragistas tambien habían asistido. Al terminar Amy se levantó de su asiento junto al de Jo y exclamó:

―Seria un total agrado si tuviera su atención unos segundos, por favor―toda la sala se silencio y giraron a verla. ―Seguramente la siguiente semana mi esposo y yo daremos un baile en nuestra casa y nos gustaría invitarlos a todos―comentó con una amable sonrisa y al terminar todos los presentes comenzaron a saludarse y distribuirse en todo el salon. Yo baje rapidamente y salude a Margaret formalmente presentándola con Dorian y saludando a mis hermanas y sus esposos.

―Nunca imagine que Jo March fuera a comprometerse―comento en cuanto el señor Bhaer se presentó junto a ella como el prometido de Jo. ―Bueno, en ese caso estoy muy feliz por ti, Jo. Una mujer que apoya sus derechos sabe que el matrimonio debe ser una opción y no una obligación―sonrio Margaret y Jo asintió dándole la razón. 

―¿Qué te pareció el club?―le pregunte y Margaret me contestó que le había gustado mucho. No estaba acostumbrada a ver cosas como estas en Concord y después de todo lo que había escuchado dijo que debía ver con sus propios ojos de que se trataba.

―¿A qué te refieres con lo que escuchaste?―pregunto Amy al notar la manera en la que lo dijo.

―No creerán que es del agrado de todos que un par de mujeres hagan un grupo de lectura mixto donde hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades ¿Verdad? A muchos les molesta admitir que la capacidad académica de las mujeres es igual a la de los hombres. Ni menor ni superior. Igual. Y los "hechos" científicos sobre que el cerebro de la mujer es físicamente más pequeño y por lo tanto su capacidad es reducida en comparación a la de los hombres, es totalmente un mito. Esto lo demuestra. Las mujeres en las universidades lo demuestran. Las mujeres del mundo lo demuestran. ―Recién notaba la capacidad que tenía Margaret de volver cada conversación una lección sobre nuestras capacidades y su característica sonrisa al terminar cada frase entre pausas como si le satisficiera vernos cautivados por sus datos.

―Es bueno escucharlo―respondio Jo.

―Dios, es tan tarde―exclamó Meg en un susurro. ―Debemos irnos, pero fue un placer encontrarte aqui Margaret. Nos vemos luego.

Jo y el señor Bhaer comenzaron a hablar con el par de universitarios y en un par de segundos todas estábamos dispersas por el salon. Con Margaret caminamos hacia la estantería con nuevos libros mientras ella me comentaba que aún estaban debatiendo cuando sería la siguiente reunión de sufragistas. Podía escucharla a lo lejos mientras leía en los lomos de los libros los nombres de los mismos pero la voz de mi amiga se volvió inexistente en cuanto leí el nombre de uno de mis poemarios con el nombre de Lory March.

―Oh―expresó Margaret al ver el libro entre mis manos. ―Cuando descubrí a este poeta me acordé de ti y de tus hermanas. Me pregunté si era familiar suyo o si Jo se había casado con un poeta y acordaron que él usara su apellido. He leído alguno de sus poemas―comentó.

―¿Qué te parecieron?―pregunte sin mucha importancia abriendo el poemario como si nunca lo hubiese visto.

―Te voy a ser sincera. Todo el mundo dice que es uno de los mejores poetas que haya existido, pero la poesía no solo es poner en palabras el dolor, sino encontrar nuevas definiciones para aquello que no sabíamos que sentíamos. Es muy metafórico y deprimente. Creo que me da un poco de lastima pensar en él como alguien tan solitario en el mundo. Sus poemas están llenos de dolor y soledad que recuerdo sentirme de esa forma en cuanto termine de leerlo.

―¿No es eso lo mejor de la poesía? Empatizar con el poeta hasta sentir su soledad―gire a verla.

―La gente no lee poesía para sentirse sola. La gente lee poesía porque se siente sola, buscan nuevos términos para sentimientos que no sabian que tenian. Buscan nuevas emociones. Razones de vida que esconde la poesía―respondio ella con sencillez.

―Entonces Lory March si tiene talento, simplemente no es de tu agrado.

―Nunca dije que no tenga talento.

―Tu reseña fue lo suficientemente clara como para que recuerde que dijiste que daba lástima. Dijiste que todo el mundo lo decretaba el mejor, pero no dijiste que tu apoyara esa postura―discuti.

―Fue solo mi opinión, Lorelai. No decrete una ley. ―Su respuesta me puso los pies en la tierra y me di cuenta de que me había puesto a la defensiva, me sentí atacada y menospreciada, pero solo era la opinión de Margaret.

―Lo siento. No se porque me pongo así, ni siquiera lo he leído―contesté bajando la mirada avergonzada.

―Deberías―respondió. ―Debo irme, nos vemos luego, Lorelai.

Al irse guarde el libro inmediatamente en mi vestido al ver que Jo venia en mi dirección luego de hablar con la mujer que había recomendado que leamos a Lory March.

―¿Ya has visto alguna novela interesante?―me pregunto ojeando los estantes en busca de lo que yo sabía que buscaba.

―Vi un par de libros interesantes.

―¿Viste alguno del poeta Lory March? Inés me dijo que lo trajo pero no lo encuentro en ningun lado―frunció el ceño mientras continuaba buscando de puntillas de pie sosteniéndose con los estantes y estirando el cuello para llegar a aquellos que le desafiaban la altura.

―Seguro alguien ya lo tomo prestado.

―Bien, buscare algun otro ejemplar para que podamos analizarlo en cuanto lo encuentre. ¿Te retiras con Marmee, padre y Dorian?―pregunto y asentí, pero Dorian se quedó con el señor Bhaer y Jo cerrando el salon despues de que este se vaciara. Marmee, padre y yo volvimos a casa y me di cuenta que no podía evitar que Jo y mi familia conocieran a Lory March simplemente robándome el poemario del club de lectura, no podía evitar que Jo encontrara ejemplares en las librerías del pueblo, no podía evitar que lo analizaremos en un par de semanas. No podía evitarlo. Así que inventaría algo, como siempre lo hacía.




***



Tengo una duda: ¿Les gustaría que cambie la numeración romana de los capítulos por numeración decimal? ¿O les gustan más los romanos? Saludos!!

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