Deber 8 || Contragolpe



"Recordé cuando estaba en las montañas de Caporetto cazando ghouls, era solo un niño de 12 años, Teresa era mi amiga y ella había ido primero, era la mejor de todos, solo que en ese momento solo éramos niños, era una cosa ser la mejor tiradora en un campo de tiro....pero otra cosa era en el campo de batalla.

El ghoul que la mató la levantó del suelo como un león arrastra por el cuello sangrante de su presa. El rifle era muy pesado para mí, pero era más pesado el dolor de haber perdido a una amiga. Disparé, pero fallé, el monstruo dejó caer el cuerpo inerte de Teresa y se fue contra mí, el ghoul logró darme un zarpazo en el pecho antes de que fuera acribillado por otros dos reclutas, y mientras mi sangre fluía miré el cuerpo inerte de Teresa, mientras se retorcía...ya no era más ella, sino un ghoul."

Ren gruñó de dolor. La sangre fluía de brazo mientras las gotas de sangre caían sobre el rostro de porcelana de Katrina Van Dassel. La vampiresa se quedó pasmada por un instante...

—¡Renaud estás bien?!—Exclamó la vampiresa.

Ren se colocó sobre el cuerpo de ella para escudarla de los disparos.

—¡Corre! —Gritó Ren. —¡Corre a cubierto! —Gritó el muchacho.

Entonces se escucharon tres tiros más contra el cuerpo del caballero labriego. Katrina entonces reptó por debajo del cuerpo de su converso y corrió hacia colocarse por detrás de una pared. Katrina Van Dassel entonces desenfundó la daga, al instante las venas que recorrían la hoja de la daga se prendieron con llamas.

—¡Menuda jugada tío! —Exclamó entonces una figura encapuchada de voz masculina en la terraza de uno de los edificios. Aquel extraño se dejó caer desde un cuarto piso sin sufrir ningún daño, Ren supo en ese momento que se trataba de un vampiro. El atacante entonces reveló su cara, su ojo derecho era rojo pero el izquierdo era ambarino. Sin embargo, sus orejas eran curvadas como las de Ren, "Un Clase-C" pensó el cazador. —¡Jamás hubiese pensado que serías capaz de leer mi mente! ¿Cómo sabías cuando y donde iba a atacar?

Ren miró de reojo a Katrina Van Dassel, la chica tenía la daga en la mano y asintió con la cabeza, Ren supo en ese momento que tenía que mantenerlo ocupado.

—Dejaste la mira laser activada en el rifle. —Respondió Ren.

El vampiro sonrió. —Bueno estando así de cerca no creo volver a fallar. —Respondió el vampiro y levantó su rifle hacia Ren. En ese momento Katrina ondeó su daga, y las llamaradas comenzaron a fluir, impulsada por torrentes de fuego en el tacón de su bota, como si fuesen cohetes de propulsión se desplazó con gran velocidad contra su oponente. Entonces una mujer de larga cabellera negra apareció y desvió el ataque de Katrina Van Dassel con su hacha de guerra. Al igual que el otro de los vampiros tenía un ojo derecho escarlata pero el otro ojo ambarino.

—Gusto en conocerte Katrina Van Dassel. —Dijo la vampiresa. Aquella hacha de guerra tenía hilos de humo purpura que brotaba de la hoja de la imponente arma.

—Eres una noble...—Dijo Katrina en un susurro.

—La mujer sonrió...

—Noelia Alcázar. —Respondió la mujer de cabello negro. —Y él es mi hermano Bruno.

Ren desenfundó con rapidez la daga y con su otra mano desvió la punta del rifle, Bruno disparó instintivamente, "Eran vampiros, sí pero solo un imbécil creía que era sensato atacar con un arma de larga distancia a escasos centímetros de su oponente." Ren alzó la daga y se fue contra el cuello del vampiro, un tifón de humo morado desvió el ataque de Ren. La fatal herida no pasó de un simple hilo de sangre que recorrió el cuello del vampiro.

—¡Bruno espabílate aquel enemigo no es un sirviente cualquiera! —Gritó la vampiresa. Katrina aprovechó ese momento y lanzó otra serie de golpes con la daga. Noelia tardó en mover su hacha, los cortes que le dio Katrina en el brazo al instante se prendieron con llamas brillantes.

——Esos colores y ese tatuaje, él es un Caballero Labriego al servicio de la Bula 99...un cazador de Vampiros del Vaticano...—Dijo Bruno intrigado. —¡Pero qué guay!, ¡nunca antes me había enfrentado a uno de ustedes! —Bruno estaba sonriendo, emocionado por ver a un oponente digno de él. Entonces el vampiro volvió a subir el arma. Ren entonces comenzó a correr, pero fue arrojado por un tifón de humo morado contra la pared.

—¡Me encargaré de ti luego, pero primero es la misión! —Exclamó Bruno, el muchacho entonces levantó el rifle...

"¡No!" Ren supo en ese momento que iría tras Katrina. El tifón de humo morado lo golpeaba justo en el pecho, no podía moverse. Pero si Katrina Van Dassel moría, no podría regresar a Alto Mare. Entonces notó una onda fría que cruzaba por su cuerpo hacia la daga. Ren entonces levantó la daga se dio cuenta que la escarcha comenzó a correr por las venas de la hoja de su arma.

Ren se arriesgó y arrojó la daga.

Katrina continuaba luchando contra Noelia Alcázar. No podría esquivar el disparo de Bruno, Entonces la daga de Ren golpeó el cañón del rifle de Bruno, al instante este se rompió en mil pedazos. Como si hubiese estado hecho de cristal.

Los ojos de Ren brillaban con el fulgor escarlata y sus dedos yacían azules con escarcha sobre las yemas de los dedos.

—¡Oye tío eso no es correcto, ese rifle me costó un dineral! —Gruñó Bruno. El muchacho entonces dio un paso y entonces se escucharon tres disparos. El vampiro cayó al suelo. Una silueta apareció sobre uno de los techos y se dejó caer con gran velocidad.

—¡Bruno! —Gritó Noelia, la vampiresa dejó de luchar contra Katrina y se fue corriendo hacia su hermano quien estaba muy mal herido y perdiendo mucha sangre. Ren cayó al suelo un hombre joven pasó a su lado, vestía con pantalones finos y camisa remangada, de cabellera castaña y ojos escarlata, un hombre de facciones varoniles y cuerpo atlético. En sus manos tenía un par de pistolas.

—Me voy por unos meses y ya están haciendo destrozos todos ustedes. No puedo permitir que continúen las cosas así: mi hogar, y los dominios de mi familia, convertidos en tierra de ladrones y mafiosos. —Respondió el hombre. Ren notó que el hombre joven tenía orejas puntiagudas, tenía que ser uno de ellos, un vampiro.

—¿Quién cojones eres tú? —Gritó Noelia, el vampiro sonrió.

—Marqués Dan Van Tepes. —Dijo el hombre dando una reverencia.

"¿Un Van Tepes aquí?" Pensó Ren.

—Perdón por haberme tardado Katrina.

—A decir verdad no te esperaba aquí, Dan.

—Que fría eres, supongo que eso es parte de tu encanto. —Respondió el vampiro. Noelia entonces levantó su hacha de guerra, un tifón de humo morado cubrió a su hermano y a ella. Dan Van Tepes alzó entonces sus pistolas hacia al frente.

—Dan Van Tepes, Estás lejos de tu amada Irlanda. —Respondió Noelia. —Estás violando las leyes de la Condesa...—Dijo Noelia, al instante sintió el dolor en su brazo, Dan había disparado con su pistola. —No, imposible...no existe magia vampírica capaz de cruzar mi tifón de las tinieblas.

Dan disparó tres veces más, las balas perforaron las extremidades de Noelia.

—Eso es porque no estoy usando magia vampírica...—Dijo el vampiro. —Sino balas bañadas con sangre demoniaca.

—Touche...—Respondió Noelia sonriendo nerviosamente, entonces la vampiresa cargó a su hermano en los brazos e hizo brotar de su espalda un par de largas alas ambarinas.

La chica entonces susurró las palabras "Luftna" y el torbellino de humo se convirtió en una onda expansiva de viento que arrojó a todos contra las paredes. Noelia alzó vuelo llevándose a su hermano en los brazos.

—¿Renaud estás bien? —Preguntó una preocupada Katrina Van Dassel, ella corrió hacia Ren, quién estaba herido por la confrontación. La joven ayudó a Ren a levantarse del suelo.

—¿Por qué cada vez que vienes al mundo humano siempre eres atacada? —Le preguntó burlonamente Ren.

—¿Qué te puedo decir? Soy muy popular. —Respondió Katrina con una sonrisa en el rostro. Dan Van Tepes se acercó a los dos.

—Renaud, te presento a Dan Van Tepes, mi primo. —Dijo Katrina.

—Primo en segundo grado. —Respondió Dan con una pícara sonrisa en los labios y le extendió la mano Ren, el muchacho simplemente se quedó con un silencio incómodo y no le correspondió el saludo.

—Ah ya veo, otro bruto reservado. No te preocupes tengo uno similar a ti en casa. —Respondió Dan.

—¿Qué es lo que estás haciendo aquí Dan? —Le preguntó Katrina Van Dassel. Gales es parte del ducado Van Dassel. —Respondió Katrina.

—Lo sé, yo fui quien lo dio como dote. —Respondió Dan Van Dassel. —El presidente de la Fundación Magnolia fue quien me llamó cuando se enteró de que estabas aquí.

—¿Por qué? —Le preguntó Katrina.

—Las cosas han cambiad Katrina, la familia Bellancourt está amasando un gran poder y riqueza, su influencia ya empieza a cambiar la balanza de poder dentro del parlamento de Nocturna y cuando hay un exabrupto cambio de poder, las siete familias tienden a elegir la violencia. Los Van Dassel desafortunadamente van perdiendo su poder. Este ataque venía con la pura intención de acabarte a ti Katrina. Descuidaste a tus parlamentarios y por eso La facción Tradicionalista está ganando cada vez más influencia en políticas pro-granjas.

—Della Bellancourt ha de estar muriéndose de risa ahora mismo. —Respondió Katrina. —¿Crees que ella haya sido quien ordenó estos ataques contra mí?

—Sería muy sensato pensar eso. —Respondió Dan Van Tepes. —Sobre todo porque tu muerte o la de tu hermano sería un duro golpe para el partido Progresionalista.

—No lo permitiré Dan, iré a Nocturna y al parlamento de ser necesario, pero no dejaré que siglos de modernización impuestos por nuestras familias sean simplemente desechadas por un regreso al medievo. Los golpearé en el único lugar que más le duele a Della Bellancourt, en su cartera.

Dan sonrió.—Odiaría tener que ser el pobre bastardo que se convirtiera en tu enemigo Katrina. —Respondió el noble vampiro. —Si logras golpearlos con fuerza, entonces arreglare personalmente una reunión entre la familia Van Dassel y la Condesa Draculia. Sin duda su participación en estos asuntos puede cambiar el rumbo del próximo conflicto.

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