Capítulo 4. Sunshine y Rainbow.
Me miró con sus profundos ojos color turquesa, mientras sus mechones rosados caían despreocupadamente por su rostro. Me aparté inmediatamente, quedando a una corta distancia dejando que se pusiera de pie.
Mi cuerpo parecía volverse débil y escuálido, como si de pronto fuera a desvanecerme, ¿estaba soñando? No, era imposible, desde el momento en que la descubrí, Shining Armor también dejó de moverse, entonces... todo era real.
—S-Sunny... —balbuceé, sentía el corazón salirme del pecho.
Ella se irguió frente a mí, llevaba esa larga capa negra cubriendo gran parte de su cuerpo, pero no cabía duda de que era ella, tenía un extraordinario parecido con Fluttershy, sentí como mi estómago revoloteaba de alegría por verla a salvo, pero también me inundaba de tristeza al caer en cuenta que ya no era más una bebé y que me había perdido toda su vida. ¿En todo este tiempo... había estado buscando a una niña recién nacida?
Su mirada que hasta ese momento había sido de una mezquina mezcla entre asombro y dolor, ahora parecía fulminarme con un genuino odio. Arrancó la pesada capa de su cuerpo y la dejó caer al suelo en un suspiro que parecía ser de decepción.
—Entonces sí eres tú —dijo con una voz mucho más fuerte que la de su propia madre, mucho más severa—. Rainbow Dash.
—¿E-En serio me llamarás por mi nombre?
Sentía el alma en la garganta, no podía creer que Sunshine realmente estuviera frente a mí, pero ¿qué esperaba? Debía agradecer a Celestia que al menos conocía mi nombre.
—¿De qué otra forma quieres que te llame? —escupió y luego sonrió con sorna—. Ah, ya sé... ¿"mamá"?
Sentí una punzada en el pecho, esa última palabra la había dicho con tanto desdén que parecía generarle asco.
—N-No me refería a eso...
De cualquier forma, ni siquiera lo era. Ni biológicamente, y ahora... comprendía que de ninguna otra forma.
—Por supuesto que no —refutó ella—. ¿Te parece que te lo has ganado siquiera? ¡Tú menos que nadie merece que la llame de esa manera!
—No, claro que no —respondí, tratando de dar pasos pequeños hasta ella—. Sé que no lo he ganado porque ni siquiera me recuerdas, pero es por eso que tampoco entiendo por qué... pareces tan enfadada conmigo.
—¿De verdad no lo sabes? —apretó los puños—. ¡Después de que nos abandonaras a mamá y a mí tantos años! ¿De verdad aún te preguntas por qué no tolero ni siquiera mirarte?
—¿A-Abandonarlas? —balbuceé—. ¿A tu madre y a ti? ¡Jamás hubiese pensado si quiera en hacerlo! ¡Las he buscado durante doce años y ahora que al fin te encontré no pienso perderte de nuevo!
Por un momento pareció confundida y decidió retroceder a paso lento, pero no desistí y seguí avanzando hasta ella.
—Nos abandonaste... —murmuró, las lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos—. Me abandonaste... Me dejaste... con esa horrible mujer... y ahora mamá está... está...
Mi cordura tembló al notar que hablar de Fluttershy la estaba quebrando, temí lo peor, pero no podía ceder ante el dolor y el miedo, ahora tenía que protegerla a ella a toda costa.
El lugar empezó a temblar, pequeñas explosiones fueron suscitándose en diversos puntos de la estructura que había comenzado a colapsar.
—¡Dash! —llamó Shining desde mi espalda—. ¡Tenemos que salir de aquí!
Sunny lloraba, sin siquiera percatarse de todo lo que se suscitaba a su alrededor. No podía perder más tiempo. Corrí hasta ella y la tomé como pude en brazos, a pesar de que fingía resistirse realmente lucía asustada.
Shining y yo salimos segundos antes de que la estructura cayera casi por completo.
—Adagio debió instalar explosivos —bramó Shining—. Maldición, logró escapar.
Pero no pude prestarle la atención suficiente, inmediatamente intenté rectificar que Sunny no estuviera herida, pero tan pronto se colocó de pie de nuevo, alejó mis manos con un golpe.
—No te acerques —ordenó—. No creas que esto cambia nada.
—Sunny, yo solo estoy tratando de...
—¡No me llames así! —exclamó, colérica—. Solamente mamá puede llamarme así, tú no. Tú no eres nadie.
Tomé aire profundamente y exhalé, encogiéndome de hombros.
—Tienes razón —dije, captando su atención—. Comparada con tu madre, no lo soy... pero estoy aquí para protegerte y es lo que haré a partir de ahora —sonreí—, incluso si tú me aborreces, niña, yo estoy realmente feliz de haberte encontrado con vida.
Debimos haber vuelto a la comisaria, pero Shining Armor no lo consideró pertinente. Rarity fue enviada al mismo hospital donde Applejack se recuperaba, y yo... llevé a Sunshine al que se suponía sería nuestro hogar.
Permanecí parada en la puerta durante varios segundos, no había visitado ese lugar en más de una década, estaba segura de que sería un desastre, pero eso no era lo único que me detenía. Tomé aire con fuerza y abrí la cerradura.
Tal cual lo imaginé, la cabaña estaba intacta, pero completamente sucia, los muebles que en su momento cubrí con sabanas se habían logrado resguardar del polvo, pero los pisos y las ventanas no podían decir lo mismo.
Era seguida por Sunny, quien caminaba con los pies pesados y a regañadientes. Shining Armor se había visto obligado a colocarle un brazalete similar a los que utilizaban aquellos con arresto domiciliario, más que nada porque llevaba en él un GPS y pitaba en caso de que se alejara demasiado de mí, a menos que yo lo desactivara, claro.
Odiaba haber llegado tan lejos, pero podía notar en su mirada que ella no estaba satisfecha con estar a mi lado, y no podía permitirle huir, no hasta que encontrara a Sunset Shimmer y me asegurara que Sunshine estaría a salvo sin mi protección, solo entonces... dejaría que se marchara lejos de mí si así lo deseaba.
Subimos al segundo piso, la primera puerta que abrí era la de la habitación que estaba destinada para Fluttershy y para mí, ese color crema en las paredes... resaltaba las flores que me había dispuesto a dibujar para ella dispersas por toda la habitación, aún recuerdo la sonrisa con la que me miraba mientras las hacía. Ni de loca dormiría en ese lugar, no aún.
Retrocedí y dejé la puerta a medio cerrar; Sunshine, aburrida del silencioso tour, echó un vistazo rápido para después seguir su camino detrás de mí. Nuevamente quedé pétrea frente a la segunda puerta, sabía que igual había cosas que debía modificar en esa casa para que fuera habitable y esa... era la habitación que tenía que cambiarse completamente.
Abrí la puerta con lentitud, las paredes rosas se miraban polvorientas y sucias, desprendí la tela que cubría el ventanal que pronto dejó entrar la luz del sol del atardecer directo hasta el centro de la habitación, donde se hallaba un mueble más, cubierto por una sábana blanca llena de telarañas.
—¿Qué es este lugar? —tosió Sunshine, disgustada.
Guardé silencio unos segundos, colocándome junto al mueble del centro. Miré el techo con una sonrisa llena de nostalgia, en él había un montón de mariposas dibujadas con los colores más hermosos que pudiese recordar, y al centro colgaba un móvil de madera con unas cuantas flores y animales en miniatura.
—Se suponía... —comencé con la voz entrecortada—, que esta sería tu habitación.
Tiré la sabana al piso, dejando ver que el mueble al centro del cuarto no era más que una hermosa cuna de madera pintada de blanco con detalles rosas. Apreté mi tembloroso agarre a los barrotes.
Mi semblante había ensombrecido, el pecho me ardía, los años que había pasado alejada de esa cabaña habían sido precisamente para evitar volver a ver esa cuna. Durante los primeros meses de búsqueda soñaba con poder volver a usarla, pero después de que los años fueron pasando entendí que era inútil mantener aquella esperanza. No había querido volver ahí porque sabía que me rompería el corazón verla tal cual y la dejamos Fluttershy y yo el día que partimos al hospital.
Tomé aire y dirigí mi atención hasta Sunshine.
—Mañana traeré una cama para ti, podemos colocarla aquí —dije, mirando una última vez la cuna—, esto... ya no vamos a necesitarlo más. Si quieres esta noche puedes dormir en la cama del otro cuarto, yo dormiré en el sofá.
Salí de la habitación, dejando ir lentamente aquel recuerdo guardado en todo ese pequeño sitio. Sunshine permaneció quieta, mirando cada detalle a su alrededor, deambulaba los ojos de arriba hacia abajo, notando que detrás de la capa de polvo en las paredes se veían pequeños detalles en la pintura, al pie de ella se dibujaban varios conejitos blancos que parecían ir saltando de un lado a otro.
Tiró de otra de las sábanas que estaba sobre un mueble pegado a la pared junto a ella, era un pequeño tocador con varios cajones, abrió el de más arriba, sacando de él un diminuto vestido con holanes rosados y florecillas blancas.
—¿Esto... era mío? —se preguntó y, después de varios segundos mirándolo, volvió a guardarlo en el cajón.
Así siguió con cada uno de los muebles hasta dejar todos descubiertos, había una lámpara de piso con pantalla rosada, una mecedora con cojines del mismo color y varios peluches que descansaban dentro de la cuna. Miró los detalles en la madera de ésta, era evidente que habían sido tallados a mano.
—¿Por qué hizo todo esto si igual pensaba abandonarme? —murmuró por lo bajo.
Sacudió la cabeza, tratando de sacar los pensamientos de ella y volvió al primer piso.
La noche cayó rápidamente, Sunshine se había dispuesto a dormir en la habitación junto a la suya, mientras yo me arrellanaba en el sofá, sabía que no podría dormir así que me daba igual siquiera intentarlo.
Estar en esa casa me producía una extraña sensación de incomodidad, una incomodidad que detestaba con cada centímetro de mi ser, sobre todo porque alguna vez ese fue el lugar que siempre soñé tener, tal vez en ese entonces había ignorado el hecho de que era el hogar de mis sueños porque Fluttershy estaba en él, y ahora que no estaba...
—¡Dashie! —exclamó la pelirosada sentada desde la mecedora de madera—. ¿Por qué dibujaste tantas mariposas en el techo? ¡Son idénticas a mi broche!
—Bonitas, ¿verdad? —sonreí, bajando de un salto de la escalera portátil—. Ahora cada que la bebé despierte las observará sobre ella, seguro eso la pondrá muy contenta. Quedaron geniales, ¿no crees?
Fluttershy sonrió con ternura mientras acariciaba su vientre.
—Sí, son preciosas.
La miré embobada, siempre lograba dejarme inmóvil cuando sonreía, era lo que me había hecho enamorarme de ella en primer lugar.
—Sí, lo son —solté con una sonrisa estúpida.
Ahora entiendo por qué había preferido no poner un pie en ese lugar, no hacía más que traerme recuerdos que, aunque eran hermosos... nunca habían dejado de doler.
Sunshine y yo atravesamos las puertas de cristal de la comisaria, los ojos de todos se clavaron en nosotras, traté de ignorarlos lo mejor que pude.
—Vamos —le ordené a la menor y seguimos nuestro camino.
—Dash, ¿qué haces aquí? —preguntó Juniper, sin quitar la mirada de Sunshine, que observaba todo con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas? —pregunté, ligeramente indignada—. Vengo a trabajar, obvio.
—Sí... lo sé, es solo que —carraspeó—, Shining Armor comentó que te tomarías unos días de descanso para pasar tiempo con... —señaló a Sunshine con la mirada.
Puse los ojos en blanco, soltando un suspiro pesado.
—Shining Armor cree que todos tenemos la maravillosa relación padre-hija que él tiene con Flurry Heart —murmuré entre dientes.
Me abrí paso para dirigirme hasta mi escritorio.
—Ah, Rainbow, hay algo más —mencionó Juniper, alcanzándome.
Pero antes de poder decir cualquier otra cosa sentí los delgados brazos de alguien rodeando mi cintura.
—¡Por fin llegaste! —exclamó Honey Hill desde mi espalda. Sunshine miró la escena anonadada y con los nervios de punta frunció el ceño, enfurecida.
—¿H-Honey... qué haces aquí?
—Vine a darte las gracias —dijo con una sonrisa—. Gracias por ayudarme.
Su gesto parecía genuino, pero no podía tragarme ese cuento otra vez. Me separé de ella unos cuantos pasos.
—No te hagas la tonta —le dije—, ambas sabemos que todo estuvo planeado.
—¿Qué? No, no, no —respondió—. Te juro que yo nunca quise involucrarme en este asunto. Intenté advertirte... cuando me enteré por boca de Cake Shine, y cuando Adagio fue a buscarme, pero fue entonces cuando se llevaron a mi hijo y no tuve más remedio que... acceder, pero te juro que yo no quise hacerlo...
Su intento desesperado por explicar la situación en la que se había visto obligada a participar de alguna forma era convincente... sobre todo porque la misma Adagio lo había dicho. Miré a Sunshine de reojo y tomé a Honey de la muñeca, llevándola a uno de los corredores más despejados de la comisaria.
—¿Qué es lo que sabes de Sunset Shimmer? —pregunté—. Seguro Cake te contó algo.
—Vi muy pocas veces a Cake después de que salimos de prisión, y todas esas veces fueron para que me uniera a ellas, pero me negué, sabía que si me enredaba en algo así jamás saldría de la cárcel y bueno... tiempo después quedé embarazada y decidí desaparecer de su vida, pero logró encontrarme hace unas semanas —dijo—, lo único que supe fue que ella trabajaba para Sunset junto a unas hermanas que parecían estar chifladas o algo así, pero para cuando Cake iba a completar la misión que tenía junto a tu amiga, hubo un problema entre Sunset y Adagio, solo recuerdo que Adagio repetía bastante que pagaría lo que había pasado con sus hermanas.
Miró a su hijo correteando con Shining Armor alrededor de uno de los escritorios y suspiró nuevamente.
—Intenté alejarme todo lo que pude de esa vida —dijo—, seguro lo entiendes.
Miré a Sunshine, que parecía resignada a permanecer el resto de su día ahí.
—Sí, te entiendo.
—Se parece mucho a ella —mencionó con incomodidad—, a Fluttershy, me refiero.
Le lancé una sonrisa torcida, asintiendo.
—Sé que fui una persona de mierda cuando estuvimos en prisión —suspiró, apenada—, y que hubiera merecido que ni siquiera quisieras dirigirme la palabra cuando llegué aquí, pero agradezco que me hayas dado una segunda oportunidad. Realmente te debo una, Dash.
Besó mi mejilla y se marchó con una sonrisa.
Volví a mi sitió con Sunshine, que parecía mucho más molesta que antes. Sonreí nerviosa.
—¿Q-Quieres comer algo?
—No.
—V-Vayamos a almorzar, ¿sí? Hay un restaurante muy bueno en-
—No quiero.
Por un momento sentí en ella a Fluttershy, ese gesto que dibujaba en su rostro era idéntico al de ella cuando se molestaba por algo, claro que Fluttershy era muy mala fingiendo que me odiaba; Sunshine, por otro lado, realmente parecía detestarme pero, incluso con ese sentimiento, no podía estar más feliz de que en ese mismo momento se encontrara a mi lado. Sonreí.
—¿Qué? —preguntó indignada.
—Nada, nada —respondí—. Es solo que te pareces mucho a ella...
—¿Ella?
—A tu madre.
Su mirada por un momento se ensombreció, me agaché a su altura.
—¿Puedes por favor decirme qué fue lo que pasó? —le dije—. Sunshine, cualquier cosa que sepas de la ubicación de tu madre... nos ayudaría en la investigación.
Ella permaneció en silencio, bajando la mirada llena de dolor y ensombrecimiento, no había manera sencilla de hacerla hablar, ella no creía que yo fuera de ayuda y hasta que no comenzara a confiar en mí no iba a decirme nada.
—Ven conmigo —le dije, tomándola de la mano y obligándola a ponerse de pie.
—No pienso ir contigo a ningún sitio.
Desvió su mirada hacia el cajón de mi escritorio, tratando de abrirlo para evitar prestarme más atención. Sentí los nervios de punta, no podía dejar que lo hiciera, en ese cajón estaban todos los recuerdos que me quedaban de ellas, si no quería lastimarla mucho más, lo mejor es que no mirara dentro de él. Coloqué mi mano sobre el escritorio, cortando sus movimientos.
—Sí lo harás —sonreí, ignorando su protesta—. Iremos a Sugarcube Corner.
—¡Maldita sea!
Sunset Shimmer estaba furiosa, lanzaba objetos a diestra y siniestra, quebrándolos en las paredes. La única presente era Scootaloo que la miraba inexpresiva, esquivando sus proyectiles.
—¿Esa chiquilla caprichosa logró escapar?
—Lo hizo cuando Adagio se infiltró en nuestras instalaciones para secuestrar a una de tus rehenes —carraspeó Scootaloo, con el mismo gesto adusto—. Y... ahora ambas están con... Rainbow Dash.
Sunset se quedó en silencio, mirando a Scootaloo con rabia, se acercó hasta ella, clavando las manos en la pared detrás y acorralándola. Scootaloo permaneció inerte ante su cólera.
—¿Cómo es eso posible?
—Adagio debió haber intentado capturar a Rainbow Dash utilizando a la rehén que sacó de tus instalaciones, pero falló —respondió la menor—. Y en cuanto a la niña, lo último que supe es que Dash logró "capturarla".
—Esa mocosa... —rugió Sunset—. Es la única que realmente tiene información importante...
Se alejó, mirando una enorme pantalla frente a ella con una fotografía de Sunshine que parpadeaba con luces rojizas. Desde su escape, Sunset había puesto a todo su equipo a buscarla.
—Pero no soltará palabra alguna —sonrió Scootaloo, acercándose hasta Sunset—. No si quiere mantener con vida a su madre.
Sunset Shimmer tomó a la joven por el cuello de la camisa.
—Más te vale que no lo haga —gruñó.
Scootaloo intentó zafarse del agarre con una sonrisa nerviosa.
—Si ya terminaste de hacer tu rabieta, puede que-
La mayor volvió a tomarla, esta vez con más fuerza.
—Asegúrate de que no dirá nada —insistió—. Si lo intenta, mátala.
Scootaloo se alejó de ella de golpe, sacudiendo las arrugas de su camisa.
—Tranquila, estoy segura que no lo hará —respondió, despreocupadamente—. Además, creí que ella era uno de los pilares de tu "grandioso" plan. ¿Por qué matarla ahora?
—Lo es, pero no permitiré que eche todo a perder, su muerte causará un gran impacto en Rainbow Dash de cualquier forma —sonrió con malicia—. La cara que pondrá esa estúpida cuando vea a su hija morir frente a sus narices sin haber podido hacer nada para salvarla —miró a Scootaloo, mucho más relajada—. Asegúrate de grabarlo, quiero atesorar tan sublime momento.
Y se alejó, dejando completamente inmóvil a la joven, quien se limitó a mirar fijamente la imagen de la niña en el computador enorme a su lado.
—Veremos que tan capaz es Rainbow Dash para protegerte esta vez.
Y salió del lugar.
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¡Hoy tenemos comisión hecha por @art_of_uvitas en Instagram! Muchas gracias a mi amix por tan hermosos dibujos de la bendición Flutterdash, quedó preciosa <3
Recuerden que esto es una SECUELA de You're my Sunshine (historia que pueden leer entre mis obras), por eso retomamos personajes de aquella historia, si tienen alguna duda sobre ellos no duden en preguntarme.
Les agradezco infinitamente el apoyo recibido ¡Muchas gracias por leer!
❤❤ Espero la disfruten, no olviden dejar sus estrellitas y comentarios ❤❤
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