III
Tuve un sueño
Tenía todo lo que quería.
No fue lo que pensabas y si soy honesto podría haber sido una pesadilla.
—Un cruel cielo rojizo me asusta tanto hoy.
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Lleva el cigarrillo a sus labios, tomando una calada de este y después dejar que el humo se pierda en la brisa fría que recorre aquella noche. Algunos de los mayores (entre 12 y los 15 años) se mantienen al cuidado de los niños mientras estos, ignorantes del frío que acechaba, se divertían alrededor de la fogata, contando historias de libros que habían leído, los mayores contando sus aventuras cuando salían de vez en cuando, o en todo caso simplemente se relacionaban. Bueno, cosas de niños.
Aparta su vista del montonal del infantes y mira el resto del paisaje. El lugar está oculto, los demonios no sospecharían de su estadía allí hasta determinado tiempo, tiempo que piensa aprovechar y en la que su mente junto con la de Anna, iniciarán proceso de su maravilloso plan. A lo lejos ve a Bárbara y Cislo entrar al comedor, probablemente a asaltar la cocina, Zazie y Vicent estaban con algunos niños, el moreno respondia algunas preguntas que le hacían y su acompañante jugaba con algunos niños.
Había llegado hace tres días al refugio en el que Emma y Ray estaban, pues al parecer estos estaba destruyendo granjas y rescatando a varios niños ganado desde ya hacía cinco años. Al llegar no fueron muy bien recibidos que digamos, había otros dos personas que eran mucho mayores que ellos, se hacían llamar Yuugo y Lucas, y para cuando los vieron estos intentaron asesinarlos sin éxito, pues antes de ejecutar cualquier movimiento Emma los había detenido. Al parecer querían sacarles información al respecto, pero al no querer revelar lo que sabían se le acuso como enemigos. Dos días después por la mañana llegaron más personas que sobrepasaban por unos años la edad de Norman, esto se llamaban Oliver, Gillian y Nigel, que estuvieron en completo desacuerdo en tener a ambos Ratri en el refugió, pues podían pensar en una cierta tración. Y tras estar bastante tiempo encerrados en una habitación se aburrieron y está vez hablaron, rectificando que si fueran traidores, ni si quiera Emma o Ray estuvieran de regreso, porque ya estarían muertos y probablemente con todo el lugar destruído desde varias horas atrás.
Tras una plática llena tensión se decidió que si podrían andar libres, pero con la condiciones de que no se metieran en los asuntos de los más grandes del lugar, serían como unos niños más que andan por ahí, sin involucrarse en los problemas de provisiones o salidas para investigar. Tenían totalmente prohibido andar por el refugió si no tenían a alguien que los vigilará. Aceptaron dicho trato, ya que la culpa recaía sobre sus hombros por ser la actual cabeza de la familia Ratri, pero tampoco es como si hubiera tenido la opción de negarse a dicha posición.
Ellos estaba actuando como a las personas que odian por el cruel destino a tocar, pero a ellos tampoco no se les dió a escoger entre si vivir o morir viviendo.
Escucha el audible sonido de unos pasos acercar, y por instinto, de su chaleco saca un cuchillo el cual la punta queda en la garganta de la persona que llegaba sin avisar.
—No tengo intenciones de matarte.—Dice el azabache sonando neutral, al igual que la expresión de su rostro.
Norman solo ríe un poco avergonzado, guardando el cuchillo otra vez y apagar su cigarro.
—Lo siento, la costumbre.
—¿Qué clase de cosas les hacían hacer como para que digas "la costumbre"?—Se posiciona a un lado del albino, recargando su espalda baja en el barandal de madera que los separa de una inminente caída.
—Cosas innombrables.—Contesto en bajo, regresando su vista a nada en particular, solo no quería que su cabeza le trajera recuerdos de lo vivido. No había nada bueno entre toda esa cumbre de memorias que carcomian sus campos cerebrales.
—Así que tampoco piensas decir nada.
—Si Anna no hablo yo tampoco tengo motivos para hacerlo. No hay nada bueno en esos recuerdos. Te lo resumiré todo en un: El inicio de todo sin final.
—Eso no tienen sentido—Dijo algo fastidiado.
—¿Y abandonar a todos lo tuvo?
No escuchas respuesta de su contrario, solo los pasos alejarse de su persona siendo su pregunta completamente ignorada. Va a sonar muy cruel, pero le gustaba ver como el mismo Ray se consumía en culpa después de tantos años, no solo había hechado su plan de cabeza, había hecho que los ideales de Emma fuesen quebrantados, teniendo esto a su beneficio como para dejarla embarazada y ahora teniendo un hijo.
No se quiere pudrir la cabeza pensando en lo que esos dos hicieron en esos 10 años que estuvieron lejos. A los pocos minutos ve a llegar a Anna con una de sus mejillas completamente roja, Norman preocupado la toma del mentón para ver mejor.
—¿Qué ocurrió?
—Gillian, eso ocurrió.—Responde de forma vaga.—Se molesto cuando insulte un poco a Emma. Lo siento Norman, pero lo disfruté.—Confiesa.
—No eres la única que se divirtió.—Deja escapar un sutil risa.
—¿Por eso estaba así?
—Sí.
—Lo iba a seguir pero se fue a ver al mocoso así que...
—No importa, tenemos que iniciar con la primera fase.
—Sera muy sencillo. Son fáciles de engañar.—Toma la mano del albino, entrelazando sus dedos con las de él y sonreírle.
—Seran un mar de sueños rotos.—Le besa la frenta, rodeando la cintura a Anna y después poco a poco cortar más distancia, juntando sus labios con los de ella, en un beso que no traía ni sentimientos mutuos de por medio, solo era un simple beso con apariencia a un deleite pero no contenía sabor.
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Su cabeza ha estado hecha un completo lío, sus emociones están chocando unos contra otras con un mar en el ojo del huracán. Estabas feliz pero al mismo tiempo preocupada, su "yo" de antes le pide a gritos ir con el albino que está afuera de esas cuatro paredes que la encierran, pero su "yo" de ahora le obliga a quedarse ahí, porque ya no es una niña, ahora era un adulta incluso tenía un hijo no podía andar dándose los placeres de la vida como si no hubiese un gran problema a discutir, y es que lo hay, por eso es que se convocó esa reunión desde tan temprano para hablar del enorme problema que están presentando, pues mientras el número de niños ganado a salvar sigue creciendo las necesidades son más grandes y una de las que más preocupa son los recursos de comida.
—Emma— Oliver la saca de sus pensamientos, la reunión ya había acabado y estaba próximo el almuerzo así que tenían que dar la junta por terminada.
—¿Sí?
—Terminamos, Ray ya se adelantó a la cocina y Eiji fue por los menores.
—Ire en un rato.
—Esta bien.
Estaban siendo días difíciles, el silencio de Anna y Norman en lugar de tenerle alarmada o en guardia como la mayoría lo está, a ella la tiene preocupada. Habían cambiado, físicamente Norman era más alto, sus rasgos se volvieron definidos e incluso podría decir que era muy atractivo, su cuerpo era formidable y mostraba perfectamente que ya era todo un hombre, no pasemos por alto a su hermana menor, quien incluso era unos centímetros más alta que ella, su cuerpo era delgado e incluso podía jurar que tenía las medidas perfectas, era toda una mujer y una muy hermosa.
Ante sus vagos pensamientos uno le llevo en especial.
¿Qué tal si Norman y Anna estan saliendo?
Eso no sería nada raro, puesto que pasaron mucho tiempo juntos incluyendo en las cosas "inombrables", así que no sería mucho una sorpresa que eso llegará a ser cierto, pero si las cosas fueran así...
¿Por qué le duele tanto el pecho?
Abandona la sala, y al hacerlo observa como un gran número de niños incluso algunos mayores están con Anna y Norman, la rubia mantenía en sus brazos a un bebé cuidando lo muy cariñosa, arrullando y dejando un beso en la frente del bebé, sonriendo como si hubiera sido una verdadera madre, pero incluso haciendo dichas acciones, puede notar la tristeza que hay en sus ojos, una en la que parece que solo Norman comprende puesto que le susurra unas cosas y está sonríe de inmediato. Olvidando todo lo malo que su mente le hacía recordar. Y eso, a ella le hacía rememorar la época en la que Norman la hacía sentir bien cuando eran niños, con una sonrisa amable y un "estarás bien", su mundo cambiaba por completo.
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