Capítulo 2.


Capítulo dos
"Time is frozen"

Fue un día soleado de 1960.

Mimi Smith, la tía de John se encontraba plantando girasoles en el patio trasero, mientras John estaba en una banca tratando de componer una canción con la guitarra.

De repente, sin ninguna razón el cielo se pone nublado y empieza a llover indefinidamente.

—¡La ropa!— gritó Mimi sacándola del tendedero.

—¡John, ayúdame!— gritó furiosa y John fue al tendedero.

Se escuchó cómo algo cayó contra el piso, ya que el ruido fue muy audible.






— ¡¿Qué es esto, donde estoy?!— gritó mientras veía infinitos campos de fuerza y sintió una adrenalina. —¡E-esto v-va muy rápido!— volvió a gritar.

De repente se empezó a apreciar una ciudad, muy linda para la vista de Cassie.

«¡Concéntrate, Cassie, vas a morir!»

Vio una casa, se sintió más aterrada, era el fin.

De repente chocó, el dolor era demasiado fuerte, la vista de Cassie se fue nublando, hasta que se desmayó.






—John, ve a ver qué fue ese ruido.— dijo Mimi ya entrando a casa, había parado de llover.

—¡Mimi, todo lo tengo que hacer yo!— dijo enojado.

— Ya hablé, muchacho.— dijo finalmente y John fue a ver.

John se acercó a la parte de adelante de la casa.

Lo que vio lo asustó, pero aún así se acercó y fue a ver que era eso.

—Una persona...— murmuró mientras se agachaba al piso.

Era una chica, lo supo por su cabello largo, la forma de sus manos y su cuerpo.

Se acercó a ver su rostro.

Era auténticamente linda, tenía unas pestañas color café, no eran muy largas, pero tenían una posición de delineado, sus pestañas de abajo si eran largas, eran muy tiernas. Su piel era muy, muy pálida. John se decepcionó, prefería las bronceadas. Sus labios eran un color rosa oscuro. Esa chica había ganado la lotería genética o algo parecido.

Rápidamente se pudo fijar que estaba sangrando, de muchas partes, de la frente, de los labios los codos y en una pierna tenía un par de heridas, pobre chica.

Inconscientemente la cargó y la llevó a casa.

Tocó y Mimi le abrió, al ver el cuerpo se le cayó la boca.

— Esto es lo que había, Mimi.— dijo pasando rápidamente y dejándola en un sofá.

— ¡Dios santo!— exclamó y fue corriendo a verla.

—Si, es muy bonita...— fue interrumpido.

—¡No me sorprendo por esto! John, llama a un doctor a domicilio, iré por el botiquín.— dijo Mimi.


—Gracias al cielo, la mayoría de las heridas no son graves, no se le pondrá puntos; le pondremos vendas cerca de los codos y algunas curitas en las piernas, lo demás sólo hay que tratarlo con unos paños de agua tibia.— dijo el doctor
sonriendo.

— Le agradecemos, doctor Stan, ¿Cuánto hay que pagarle?— dijo Mimi.

—Tómelo como un regalo, señorita.— dijo y le dio un papel, guiñó el ojo y se fue.

Mimi abrió el papel, era el número de el doctor y ella sólo se ruborizó.

—Mimi, tienes pretendientes.— dijo John dándole codazos a Mimi.

—Oh, cállate y vete a bañar, tu banda llega a las nueve.— dijo con la cabeza baja.


Mimi fue a alistar el cuarto de arriba que era de la televisión era pequeño pero acogedor, arregló la cama y puso el juego de cuarto viejo que usaba en su adolescencia, era rosa con beige. Terminó de dar unos retoques y listo, su cuarto estaba preparado.

John bajó bañado y se acercó al sofá de nuevo.

Le empezó a tocar sus heridas hasta que ella dio un movimiento flojo.

—¡Mimi ven, está despertando!— gritó John.

— Si está despertando no grites, John.— dijo rodando los ojos y acercándose a la chica, que lentamente abrió los ojos.



Cassie fue abriendo los ojos, la vista al principio era borrosa, pero luego se fue aclarando, empezó a recordar cosas, su nombre, su edad, todo volvió a su mente. Dos personas estaban arrodilladas viéndolas fijamente.

«¡Madre mía!»

Era John Lennon y una señora mayor, ¿Mimi? No lo podía creer, abrió bien los ojos.

—Hola, guapa.— dijo John.

—Menuda entrada, John ¡Ten modales jovencito!— murmuró.— Buenas noches señorita, ¿Cuál es su nombre completo?— dijo Mimi con una leve sonrisa.

—Tal vez yo me escuché inapropiado, pero tú te escuchaste como entrometida.— dijo John riendo.

— Hola, un placer. Me llamo Cassie Sparkler, disculpen que cambie el tema pero, ¿Saben en que año estamos?— sonrió.

—1960, señorita. El placer es nuestro, soy Mimi Stanley, y el muchacho es John, John Lennon. ¿Qué edad tiene?—

—Tengo diecisiete años.— dijo Cassie.— En serio, no sé cómo llegué aquí, y lo lamento si parezco irritante, pero no sé que hacer, mi familia no está y...— fue interrumpida por John.

—¿Tú familia no está?— preguntó Mimi preocupada.

—No.— dijo y se tapó la cara para acto seguido llorar como si fuera una niña pequeña perdida en un supermercado, aunque era algo parecido.

— Bonita, tranquila. Nos gustaría que te quedaras con nosotros.— dijo John y Mimi asintió con dificultad.

—¿De verdad?— preguntó Cassie levantando la vista hacia John.

—Creo que me hace falta compañía y no sólo de este patán.— dijo Mimi a lo cuál Cassie rió leve.

—Muchísimas gracias, haré todo lo que me diga, Mimi..— dijo sonriendo.

—Cassie, el doctor te curó porque te diste varios golpes, estás limpia. ¿Quieres un licuado de plátano?—  dijo Mimi.

— Me gustaría, pero de alguna forma estoy agotada, y quisiera dormir.— dijo y acto seguido preguntó si podía descansar en el sofá.

— Linda, tienes una habitación recién hecha para ti.— dijo Mimi.— John, llévala al cuarto.— dijo mientras se iba.

Por Dios, ¿Estaba alucinando? No podía ser real, estaba en los sesentas, y se quedaría en la casa de John, eso significa...

¡Conocerá a los demás Beatles!¿No? En qué año estaba, ah si 1960 ya se habían conocido George, Paul y John. Pero Ringo no, quería ver a Ringo.

John encendió una lámpara y desatendió la cama.

— Gracias, John.— dijo soñolienta.

— Descansa, Cassie.— dijo, le acarició el cabello y se retiró de la habitación.



— Y listo, con estos acordes extra la canción quedará perfecta.— dijo Paul tocando su guitarra.

— Muy bien, tenemos la canción, muchachos.— dijo John y los chicos dejaron los instrumentos en un rincón.

— No quiero sonar entrometido pero, ¿Qué hacía Mimi lavando de nuevo la ropa si ya ha acabado?— dijo George riendo.

— Es para Cassie, creo.— dijo John.

— ¿Quién es Cassie?— preguntó Paul.

— Oh verás, de la nada empezó a llover, Mimi me pidió que fuera a ver qué era un ruido que sonó y era una chica muy, muy guapa, pero se había desmayado, la traje a casa y como su familia la abandonó decidimos que se quedará aquí.— dijo John rápidamente.

—¿Se quedará aquí?— preguntó George.

— ¿Muy muy guapa?— preguntó Paul.

— Si y si, amigos míos.— dijo John.

— Conociendo tus gustos es una chica ridículamente rebelde.— rió Paul.

— Esta vez no, al contrario, es algo tímida, delgada y parece que la espolvorearon con harina.— río John.

—Quiero ver a la chica "muy, muy guapa", Lennon.— dijo Paul.

— Entonces vamos, ¿Vienes drácula?— dijo John.

—Qué divertido, estoy cansado, la veo mañana.— dijo y se acostó.


John y Paul abrieron la puerta, la lámpara seguía encendida, pero Cassie ya había caído en sueños. Estaba algo desgreñada, su cabellera castaña tapaba su rostro por completo.

John se sentó a su lado y Paul se sentó en el piso.

— ¿Qué esperas, Paulie? Mírala.— dijo John guiñando el ojo.

Paul, con delicadeza quitó los mechones de su cara, y fue cuando la vio.

—Wow.— murmuró.

John estalló a carcajadas, pero luego se calló al ver que Cassie se empezó a mover.

Paul acarició su cara, era suave y muy bien cuidada, observó sus pestañas y sus labios. Era hermosa, sinceramente. Paul nunca vio a alguien con el estilo de esa chica.

Tenía unas cejas gruesas negras, y sus lindas pestañas decoraban su rostro. Su nariz era respingada, y sus cachetes estaban colorados. Se dirigió a sus labios, eran algo rojizos, no parecía ningún tipo de labial.

— Tú si que te impresionaste Paulie.— dijo riendo.— Vámonos, tenemos que dejarla dormir.— dijo y Paul reaccionó por fin.

— Oh, claro.— dijo y antes de pararse acarició su mejilla e hizo una reacción de sorpresa, era tan bella.



— ¿Y, si estaba linda?— dijo George como si estuviera hablando dormido y ambos se carcajearon.

— Si Georgie, muy, muy linda.— dijo Paul.

— Oye, no te expreses así de el amor de mi vida.— dijo John advirtiendo a McCartney.

— Amor, tú Johny eres un charlatán.— volvió a decir George  riendo y esta vez lo miraron extrañado.

—Duerme, George, duerme.— dijo Paul acariciando el cabello de George.

— La verdad no es el amor de mi vida, no es mi tipo, prefiero a las que si tengan salsa.— dijo John moviendo los hombros.

— Salsa te darán si sigues diciendo tonterías.— dijo Paul.

—Es que no sé, las pálidas y delgadas no son mi tipo, siento que les faltan... ¡Salsa!— gritó John bailando.

— John, en serio estás mal de la cabeza, ¿Consumiste drogas?— dijo Paul tocando su frente.

—Estoy bien idiota. ¡Ya vi, lo tengo Paulie!¡Esa es tu tipo de chica, flacas, pálidas, y básicas!Deberían casarse, espero ser el padrino de bodas.— dijo John.

— No la he tratado genio, pero es que, si, es muy bella.— dijo Paul suspirando.

— Oh amigo, mañana nos espera un largo día.— dijo John.

— Hasta mañana, Lennon.— dijo y le dio un abrazo de amigos.

— Hasta mañana príncipe.— dijo y le tiró un beso.


Paul estaba preparado para mañana, la quería conocer, todos querían conocer a esa chica, Cassie.


💘


¡Hola de nuevo! Aquí está el capítulo dos, tenía decidido que fuera una vez a la semana, pero una amiga me dijo que mejor subiera cada tres días, y me pareció bien, es lo mejor no hacerlas esperar tanto😽. Eso es todo girls, espero que les haya gustado el capítulo💘.

Peace, love and hippie hugs,

Dani💚✌🏼️.

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