『02』

『二』

- ¡Mamá! -Gritó __, su pueblo ahora estaba ardiendo en llamas.

- ¡__! -Contestó una mujer que apareció en la entrada de su hogar, la tomó de la mano jalandola del lugar. - Tú padre está haciendo tiempo, ¡Debemos irnos ahora!

- ¡Mí papá está..! -Intentó formular la niña.

- ¡Ahora __! -Regaño la madre, ahora tomándola en brazos mientras corría.

- ¡Pero Gyuu!

- Lo veremos después. - Intentó convencerla, ciertamente a la niña le sorprendía la rapidez que tenía su madre. Está misma se detuvo bruscamente a mitad del pueblo con miedo. Un demonio estaba frente a ella, amenazando con lanzarse en cualquier momento.

Bajó a la niña y la puso detrás de sí misma.

- ¡Vamos __, encuentra a Gyuu y váyanse rápido!

- ¡P-Pero!

- ¡__, vete ya!

La albina ensanchó los ojos, corriendo lo más rápido que podía.

- Giyuu.. -Susurró, encontrando un demonio desgarrando la carne de la hermana mayor de Tomioka.

Él armario se abrió ligeramente, revelando al niño, ambos se miraron con miedo.

La niña tomó una pieza de madera cerca de la puerta y se acercó golpeando la nuca del demonio, con mucho más miedo y fuerza al último momento que él demonio volteó con grandes y aterradores ojos.

- ¡Vámonos! - Extendió la mano y Gyuu salió rápidamente del armario, tomando su mano.

Él no podía hablar, él había presenciado la muerte de su hermana.

Pasaron días caminando después de aquélla vez, buscando la ayuda de alguien cercano.
Se alegraron al llegar al pueblo más cercano, les ofrecieron comida, agua y ropa; pero cuando les tocó explicar todos cambiaron su actitud hacia ellos.

- ¿Alucinaron? -Se murmuró.

¿Nadie podría creerles que fue a causa de demonios?

- Un accidente de oso -Justificaron. - Les enviaremos con algún familiar de los dos.

- No tengo más familiares -Declaró __ cabizbaja.

- Tengo unos tíos, pero viven muy lejos. -Declaró Gyuu.

- Los llevaremos.

- Nadie nos creyó. -Mencionó __ que se acercó sus rodillas al pecho.

- Nadie nos creerá de todas formas. -Dijo mientras lanzó una piedra a la pared del cuarto donde se quedaban. - Sí llegamos con mis tíos quizás nos vean igual, también dudó que quieran encargarse de alguien que no es su família.

La de cabello albino levantó la vista hacía él.

- ¿Qué vamos a hacer? -Habló con voz quebrada. - Ya no tenemos a nadie y si tú no vas algo malo podría pasarte, no quiero que te quedes aquí por mí.

- No quiero que mí propia família me miré mal, eso terminaría quebrandome. Aparte, no quiero dejarte. -Decía con tristeza. - Vamonos, huyamos.

- ¿A dónde?

- A donde sea, cualquier lugar será mejor que esto.

Asentí.

- Al amanecer nos vamos.

Después de intentar escapar y casi morir en el intentó, fueron salvados en el último momento por Urokodaki, conociendo a Sabito en el proceso.

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