OCURRIÓ EN CÁMARA LENTA, como si el destino castigará su incompetencia y se lo recordara una y otra vez. Recordaba perfectamente las súplicas de su familia mientras poco a poco su vida se extinguia como una luz en la oscuridad, marchandose para siempre y era una ironía que aquellas personas que alguna vez vio como súper héroes lo observaron cómo la bestia que era, después de todo era un licántropo.

Aquella mañana fría en Virginia parecia más especial, pues en el aire se sentía una gran aura de tristeza, confusion y sobre todo miedo.
Deucalion había viajado hasta ahí porque había escuchado sobre la existencia de una familia que poseía el gen licántropo, no era algo muy común pues mayormente de lo que se hablaba era de hombres lobo, jamás de un hombre con la capacidad de convertir todo su cuerpo en un animal de cuatro patas de inmenso tamaño. Cuando se encontro en el pueblo, sintió como una gran cantidad de emociones lo abrumaron por completo y de inmediato supo que algo no estaba bien.

Dejó que su instinto de Alfa lo guiará y  finalmente llegó hasta un pequeño lobo de pelaje blanco, sus ojos se abrieron de sorpresa cuando vio como lentamente el animal se dio la vuelta para observarlo, revelando la gran cantidad de sangre que caía de su hocico manchando su pelaje mientras que en sus orbes azules cambiaron lentamente a rojo. Ahí se dio cuenta que el destino tal vez cooperaba con el haciéndolo encontrar a un nuevo alfa, que era solo un niño.

Deucalion tomo un breve suspiro antes de revelar al pequeño lobo sus ojos que eran iguales, soltó un fuerte rugido que podía jurar que se había escuchado en todo el pueblo pero ahora lo más importante era el pequeño animal que estaba delante de él.

Sin quitar su transformación observo cómo el licántropo mostraba sus dientes dispuesto a cualquier momento atacar sin embargo parecía tener una lucha interna, no quería ceder ante un alfa. Fueron bastantes segundos de  presión hasta que el cuerpo del pequeño cedió y cayó rendido al suelo: poco a poco el pelo se fue cayendo, las garras desaparecieron y las orejas fueron reemplazadas por un hermoso pelo castaño.

Estaba claro que el niño de ahora en adelante no tendría familia, así que tomó la decisión de llevarlo con el. Ahora tendría la oportunidad de crear un alfa perfecto, desde pequeño.

Lo que no sabía es que se había encontrado un alfa solitario, negado a vivir bajo sus normas.