056.

Mi cuerpo y mente parecían desconectadas y mis extremidades funcionaban por sí mismas, sin que yo les diera instrucciones conscientemente; tenía la impresión de que era el pasajero, en vez del conductor.

Solo llevábamos unos minutos andando cuando hemos visto una luz en un claro. En medio del claro ardía una hoguera, y el parpadeante resplandor iluminaba a un grupo de silenciosos y vigilantes mortífagos. Algunos todavía llevaban capucha y la máscara, pero otros se habían descubierto la cara.

He visto a Fenrir, merodeando mientras se mordía sus largas uñas; al corpulento y rubio Rowle, dándose toquecitos en una herida sangrante en el labio; a Lucius Malfoy, vencido y aterrado, y a Narcisa, con los ojos hundidos y llenos de aprensión.

Todas las miradas estaban clavadas en Voldemort, de pie en medio del claro, con la cabeza gacha y la Varita de Saúco entre las entrelazadas y blanquecinas manos. Parecía estar meditando, o contando en silencio.

—Ni rastro de ellos, mi señor —anunció Dolohov.

El Señor Tenebroso no mudó la expresión, pero a la luz del fuego sus encarnados ojos parecían arder.

—Mi señor...

Aquello fue la voz de Bellatrix; estaba sentada junto a Voldemort, despeinada y con rastros de sangre en la cara, pero por lo demás ilesa.

Voldemort levantó la varita para ordenarle que se callara. Ella obedeció y se quedó mirándolo con gesto de adoración.

—Creí que vendrían —dijo Voldemort con su aguda y diáfana voz, sin apartar la vista de las danzantes llamas—. Confiaba en que al menos uno de los dos vendría.

Nadie comentó nada. Todos parecían tan asustados como nosotros. Mi corazón latía tan rápido que sentía que en cualquier momento se me escaparía del pecho y las manos me sudaban demasiado.

Harry sostuvo mi mano en ese momento, y entonces comenzó a quitar la capa invisible que nos ocultaba.

—Por lo visto me equivocaba... —añadió Voldemort.

—No, no te equivocabas.

Harry habló tan alto como pudo intentando no parecer asustado. Sostuvo mi mano fuertemente y aquello me hizo sentir un poco más de valentía.

Los mortífagos se levantaron a la vez, y se oyeron numerosos gritos, exclamaciones e incluso risas. Voldemort se quedó inmóvil, pero ya nos había localizado mientras nosotros avanzábamos hacia el centro del claro.

—¡No!

Ambos nos hemos girado al oír aquella voz: Hagrid estaba atado a un grueso árbol. Su enorme cuerpo agitó las ramas al rebullirse, desesperado.

—¡No! ¡No! ¡Harry, ____! ¡¿Qué...?!

—¡Cállate! —ordenó Rowle, y con una sacudida de la varita lo hizo enmudecer.

Bellatrix, que se había puesto en pie de un brinco, miraba con avidez a Voldemort y a nosotros.

Voldemort había alzado la varita. Harry sostuvo todavía más fuerte mi mano, y entonces he visto los labios del Señor Tenebroso moverse y un destello de luz verde impactaba en Harry.

✧✧✧

Sostuve fuertemente la mano Harry mientras él se encontraba en el suelo. Miré a Voldemort, quien había perdido brevemente el conocimiento.

—Mi señor... mi señor... —decía Bellatrix una vez Voldemort recobraba el conocimiento—. Permítame acabar con ella. Permítame destruir a la hija de esa sangre sucia...

—No —dijo firmemente causando que Bellatrix temiera—. Todavía no...

—¿Qué quiere decir? —pregunté con la voz quebrada mientras seguía aferrada a la mano y cuerpo de Harry—. ¿Por qué no acaba conmigo?

—Tendrás el mismo destino que tus padres y que Harry Potter. Pero no en este momento. —Voldemort miró el cuerpo de Harry—. El chico... ¿Ha muerto?

Hubo un gran silencio y en eso he sentido como Harry presionaba mínimamente mi mano. Quería en este segundo gritar de la emoción al percatarme de que él se encontraba con vida, pero debía de mantenerme firme para que Voldemort no sospechara.

—Está muerto —sollocé—. Usted lo ha matado...

—Tú —indicó Voldemort, y hubo un estallido y un ligero grito de dolor—, examínalo y dime si está muerto.

Narcisa Malfoy comenzó a acercarse y mi corazón comenzó a agitarse ante la posibilidad de que sea descubierto. Ella me miró un momento, hizo que me alejara de Harry y así comenzar a examinarlo.

El largo cabello de Narcisa ocultaba el rostro de Harry, y entonces cuando ella se alejó he sentido una gran opresión en mi pecho.

—¡Está muerto! —anunció Narcisa a los demás.

Todos soltaron gritos y exclamaciones de triunfo y dieron contundentes patadas en el suelo. Yo me quedé mirando a la madre de Draco, confusa con lo que acababa de suceder.

—¡¿Lo ven?! —chilló Voldemort por encima del alboroto—. ¡He matado a Harry Potter! ¡Miren! ¡Crucio!

He soltado un chillido al ver el cuerpo de Harry elevarse y caer varias veces.

—Y ahora —anunció Voldemort—, iremos al castillo y les mostraremos el último espectáculo.

Comprendía en ese momento que el último espectáculo se trataba de mí y mi muerte.

✧✧✧

La mayoría había soltado gritos de sufrimiento cuando han oído que Harry había muerto, pero el grito que más se escuchaba era el de Ginny.

—¡Silencio! —espetó Voldemort—. ¿Lo entienden ahora, ilusos? ¡Harry Potter está muerto!

Los mortífagos presentes soltaron carcajadas al oírle y mencionaban cosas, pero en lo único que podía concentrarme en este momento era en mi familia que me veía preocupada.

—¡Draco! —exclamó Lucius Malfoy captando la atención de los presentes—. Draco...

—Draco —le llamó su madre con un tono de inquietud—. Ven...

Draco, quien se encontraba delante de Luna ha comenzado a caminar a paso lento hacia donde se encontraban sus padres. Pero antes de que llegara hasta ellos ha sido detenido por Voldemort, quien lo miraba triunfante.

—Bien hecho, Draco. Bien hecho —dijo Voldemort al tenerlo frente a él—. Has venido en el momento adecuado.

Voldemort sonreía. Una sonrisa siniestra que causaba escalofríos.

—Ustedes se han perdido de la muerte de Harry Potter —dijo. Sacó su varita y la apuntó en mi dirección, causando revuelo en mi familia—. Pero no se perderán de la muerte de ____ Snape.

—¡No! ¡Ella no! —exclamó mi madre, quien era sostenida por mi padre Arthur Weasley—. ¡Mi hija no!

Voldemort miraba fascinado lo que estaba provocando, y entonces dirigió su mirada a Draco, al cual no había dejado ir con sus padres.

—Draco. La última vez te encomendé una misión que no lograste cumplir —dijo mirando a mi novio, quien se encontraba atemorizado—. ¿Qué me dices de ahora?

—¿Qué...? ¿Qué quiere decir?

La voz de Draco temblaba ligeramente y eso me destruía completamente.

—Tu varita —dijo con un tono neutro. Draco lo miró un momento, dudando si seguir sus órdenes, pero luego ha sacado su varita—. Termina con la muchacha.

Voldemort se apartó dejándonos solamente en mitad del lugar a Draco y a mí. Draco me miró con los ojos brillosos al momento en que apuntaba su varita en mi dirección. Los gritos de mi familia y amigos no se hicieron esperar, pero ellos no hacían nada debido a que Voldemort estaba frente a ellos a la espera de que Draco cumpliera con aquella nueva misión.

—Hazlo —le dije formando una pequeña sonrisa.

La varita de Draco comenzó a temblar, lo cual solo me indicaba que estaba muerto de miedo. Pero ¿quién no lo estaría?

—No puedo... —murmuró él mientras descendía su varita lentamente.

—Mi sufrimiento solo durará uno segundos —le aseguré, pero Draco no tenía planeado acabar con mi vida.

—Veo que no tienes las agallas suficientes para realizar lo que te he pedido, Draco —mencionó Voldemort con aspereza—. Supongo que no importa lo que suceda con tus padres o contigo.

Draco había mordido su labio, causándose así una pequeña herida. Él alzó nuevamente su varita en mi dirección y ante ello he cerrado los ojos a la espera de mi final.

—¡Avada...!

—¡Expelliarmus!

La varita de Draco saltó por los aires y todos nos hemos quedado absortos con lo que acababa de suceder. Harry había dejado de fingir que estaba muerto para así salvarme y Voldemort al verlo comenzó a gritar de la rabia y desesperación.

El grito de Voldemort alertó a los mortífagos, donde algunos comenzaban a huir, mientras que otros se acercaban a su amo para respaldarlo de los hechizos que comenzaban a lanzar las personas de Hogwarts.

—¡Debemos de irnos! —exclamó Draco, sosteniendo mi mano fuertemente para así comenzar a alejarnos de aquel lugar. Pero yo he detenido mis pasos en el momento en que él planeaba huir junto a sus padres—. ¿Qué haces, cariño?

—No puedo abandonar a Harry... —dije esquivando los hechizos que se lanzaban entre sí la gente de Hogwarts y los mortífagos—. No puedo abandonar a mi familia, Draco...

Draco miró un momento a sus padres, quienes lo esperaban inquietos. Soltó un suspiro al momento en que nos protegía de otro hechizo, y entonces sostuvo mi mano con fuerza para comenzar a dirigirnos hacia el castillo.

Narcisa gritó su nombre, pero Draco la había ignorado por completo. Él estaba dejando a sus padres para poder ayudarme.

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