048.

Para no ser encontrados por los mortífagos nos hemos escondido en el número 12 de Grimmauld Place por varias semanas a la espera de saber por dónde comenzar a buscar los horrocruxes faltantes.

En esos días nos había visitado Remus, quien tuvo un altercado con Harry luego de que este le llamara cobarde por abandonar a Tonks y al hijo que estaban esperando. Desde entonces el tema de mi padrino era una situación complicada por lo que ninguno volvió a mencionarlo.

Luego nos enteramos de que mi padre, Severus Snape, se había convertido en el nuevo director de Hogwarts y si no hubiera sabido la razón por la que había llegado a obtener aquel cargo me hubiera colocado feliz por él, pero en este momento lo único que podía sentir hacia él era lástima.

—¿Cómo te encuentras? —me preguntó Hermione mientras ingresaba a la habitación en la que me encontraba descansando luego de sufrir un fuerte mareo—. ¿Sigues mareada?

—No. Ya me siento mucho mejor —respondí con una pequeña sonrisa—. ¿Alguna novedad?

—Bueno... tenemos planeado infiltrarnos en el ministerio para obtener el guardapelo que tiene Umbridge.

—Entiendo. ¿Cuándo se supone que nos infiltraremos?

Hermione se mantuvo en silencio antes de mirarme con una expresión preocupante y decir:

—No creo que debas de venir con nosotros.

—¿Qué? No voy a abandonarlos en un momento como este.

—En un momento como este deberías de velar por tu salud —dijo mirándome directamente a los ojos—. Has estado enferma durante varios días.

—Estaré bien, Hermione —dije, pero ella no me veía muy convencida por lo que solté un suspiro—. Bien. Para que te quedes tranquila me quedaré aquí a esperarlos.

—Te prometo que regresaremos tan pronto hayamos conseguido el guardapelo.

—De acuerdo.

Hermione me abrazó antes de comenzar a abandonar la habitación. Yo me quedé recostada en la cama mientras me aferraba al broche que me había regalado mi novio intentando calmar la angustia que comenzaba a sentir al pensar que mis amigos se pondrían en peligro al ingresar al ministerio y yo no podría acompañarlos.

✧✧✧

Harry, Ron y Hermione habían abandonado la casa a primera hora de la mañana para comenzar con su plan de infiltrarse en el ministerio de magia.

Mientras esperaba su regreso he decidido dirigirme a la cocina donde me encontré a Kreacher preparando un pastel de carne y riñones.

—¿Necesita algo de Kreacher?

—No. Tú prosigue con lo que haces.

El elfo doméstico me miró un momento para luego proseguir con su preparación. Yo seguí mirándolo por unos minutos hasta que sentí como mi estómago se revolvía al ver toda esa carne por lo que he tenido que abandonar la cocina.

Tenía pensado volver a mi habitación a descansar, pero el sonido de la puerta abriéndose llamó mi atención y por un momento he creído que se trataba de los muchachos. Sin embargo, las múltiples voces me advirtieron que no se trataban de ellos por lo que rápidamente volví a la cocina para advertirle a Kreacher, pero al regresar a dicho lugar no me encontré con el elfo doméstico.

La puerta de la cocina comenzó a abrirse poco a poco por lo que he sostenido mi varita a la espera de lanzar un hechizo que me diera la posibilidad de huir, pero... ¿A dónde debería de ir?

¡Desmaius! —exclamé y el hechizo que lancé dio en el pecho de la persona que había ingresado—. ¡Desmaius!

Aturdí a las dos personas que habían ingresado a la cocina para así comenzar a abandonarla. Sin embargo, mi varita había saltado de mi mano y unas manos me habían sostenido de los brazos para impedir que huyera.

—Al parecer a Potter se le ha olvidado algo —dijo Yaxley sonriendo al verme—. Encantador.

—No entiendo a qué se refiere —fingí ignorancia.

—Tus amigos han logrado huir, pero supongo que vendrán por lo que olvidaron —dijo—. Llévala con los demás.

—¿Dónde me llevan?

Mi cuerpo giró sobre mí misma y entonces me vi en una mansión bastante oscura. La persona que me sostenía fuertemente de los brazos comenzó a empujarme por el lugar.

—Pronto se arreglarán las cosas —oí una voz femenina proveniente de una habitación cercana—. Solo debemos de esperar...

—¿Es que no lo entiendes, madre? Yo no puedo seguir esperando...

Mi corazón se detuvo al oírlo. Intenté soltarme del agarre del mortífago que me sostenía, pero este al sentir mi forcejeo me estampó contra una pared cercana para que me mantuviera quieta.

—A la próxima te arrancaré los brazos.

—Quisiera verte intentarlo —dije con arrogancia ocasionado que se molesta, pero antes de que pudiera hacerme algo he alzado la voz—. ¡Draco!

Comencé a gritar el nombre de Draco por lo que el mortífago que me mantenía prisionera ha colocado una mano en mis labios para callarme.

—¡Suéltala en este mismo momento!

El mortífago no dio indicios de querer soltarme por lo que Draco ha sacado su varita para así apuntarlo y así finalmente hacer que me dejaran en libertad.

—Draco... —susurré su nombre al momento en que lo abrazaba fuertemente—. ¿Te encuentras bien? Él no te ha hecho nada, ¿no?

—Lo estoy, pero tú...

—Draco, cariño, aquí no es un lugar adecuado para conversar —dijo su madre—. Deberían de ir a otra parte.

—Sí, madre.

Draco sostuvo fuertemente mi mano para así comenzar a dirigirme por los largos pasillos de su mansión, y entonces nos hemos detenido una de las habitaciones, la cual al ingresar me dejó bastante claro que se trataba de su dormitorio.

—¿Cómo es que has terminado aquí? —preguntó una vez ha cerrado la puerta con un encantamiento—. ¿Qué fue lo que sucedió?

—Es un poco largo de explicar...

Comencé a explicarle lo más brevemente de lo que había sucedido. Su rostro reflejaba inquietud con cada palabra que mencionaba, pero luego frunció el entrecejo al oírme mencionar como había sido atrapada por los mortífagos.

—¿Cómo se les ocurre dejarte ahí sola? —preguntó, enfurecido mientras se me acercaba y acariciaba suavemente mi rostro con las yemas de sus dedos—. ¿Qué hubiera sucedido si yo no venía a casa?

—No pensemos sobre eso, Draco —dije mientras acariciaba su rostro de la misma forma que él lo había hecho—. Me alegro demasiado de verte.

—Yo también.

Draco acercó su rostro uniendo de esa forma nuestros labios en un cálido y sentimental beso. Sentir la sensación de sus labios sobre los míos me hizo sentir una gran felicidad y nostalgia debido a que había extrañado demasiado este tipo de momentos.

Estar junto a Draco me hacía sentir en tranquilidad, pero sabía que esta tranquilidad no dudaría demasiado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top