030.
Antes de que Draco Malfoy me revelara aquel asunto que tenía conmigo, ha sido llamado por el Profesor Snape por lo que he comenzado a dirigirme al Gran Comedor.
Una vez ingresé al Gran Comedor, me he acercado a la mesa de Slytherin y mientras me iba acercando, he podido notar como Harry me miraba fijamente por lo que simplemente le mostré una mirada rigurosa.
—¿Qué haces aquí? —me preguntó Zabini, una vez que me he sentado a su lado—. Deberías de estar con Draco.
—Malfoy fue llamado por el Profesor Snape —le dije, tomando una manzana verde de la mesa para luego notar como Zabini y Nott se miraban entre sí—. ¿Sucede algo?
—No sucede nada —respondió Theo.
—¿Están seguros? —pregunté, notando sus miradas de inquietud—. No pareciera que no fuera nada.
Ellos me aseguraron que no era nada por lo que no le tomé más atención al tema.
—¿Todavía con esa horrible trenza, Weasley? —dijo Pansy tocando mi cabello y comenzando a deshacer aquella trenza que Theo me había hecho—. Deberías mantener un poco mejor tu imagen.
—¿Desde cuándo te importa mi imagen? —pregunté desconcertada—. ¿Qué te ha sucedido? ¿Acaso en estas vacaciones te has golpeado la cabeza?
—Que graciosa —rodó los ojos al momento en que comenzaba a trenzar mi cabello mejor de lo que había hecho Theo—. Solamente me he dado cuenta de que estos últimos años fui demasiado horrible contigo.
—Sí. Definitivamente has debido de golpearte la cabeza.
—Todos cambiamos, Weasley.
—¿Por qué destruyes mi obra maestra? —le preguntaba Theo—. Le harás un desastre en el cabello, Parkinson.
—Yo hubiera hecho una mejor obra maestra —dijo Zabini al momento en que me miraba—. ¿Qué sucede, Princesa? Pareciera que hubieras visto algo horrible.
—Es que ha visto a Pansy —le dijo Theo, ocasionando que Pansy lo insultara—. ¿Con esa boquita le hablas a tu madre?
—Cierra tu maldita boca, Theodore —le dijo Pansy de manera agresiva al momento en que soltaba mi cabello—. Ya está.
Pansy dejó mi cabello para luego levantarse de la mesa de Slytherin y comenzar a irse, siendo seguida por su amiga Daphne.
—¿Qué ha sido eso exactamente? —pregunté cuando Pansy ha abandonado el Gran Comedor—. ¿Desde cuándo ella es así conmigo? Soy la persona que menos le agrada.
—Ya sabes lo que dicen —comenzó a decir Zabini—, mantén cerca a tus amigos, pero a aún más cerca a tus enemigos.
Ante sus palabras he mirado por donde se había ido Pansy y me quedé un momento pensando sobre que estaría planeando aquella muchacha.
✧✧✧
La profesora Umbridge había sido nombrada suma inquisidora para corregir, según el ministerio, el deterioro educativo de Hogwarts.
Durante mis primeras clases no he tenido que presenciar la horrible cara de Umbridge por lo que estaba en tranquilidad, pero al ingresar al salón de pociones, la he visto parada en un rincón de la habitación con aquella sonrisa que me producía bastante incomodidad.
Me he sentado junto a Zabini y Nott, esperando a saber que realizaríamos la clase de hoy.
—Como verán, hoy tenemos una invitada —dijo Snape con su queda e irónica voz —. Hoy vamos a continuar con la solución fortificante. Encontrarán sus mezclas como las han dejado la última clase; si las preparan correctamente deberían haber madurado durante el fin de semana. Las instrucciones están la pizarra.
Todos hemos continuado con nuestras pociones y durante la primera media hora de la clase, la profesora Umbridge se la pasó tomando notas en su rincón.
—Veo que los alumnos están bastante adelantados para el curso que hacen —comentó la profesora Umbridge con brusquedad, dirigiéndose a Snape, que estaba de espalda—. Aunque no estoy segura de que sea conveniente enseñarles a preparar una poción como la solución fortificante. Creo que Ministerio preferiría que fuera eliminada del programa. —Sus palabras han hecho que Snape se volviera a mirarla—. Dígame, ¿cuánto tiempo hace que enseña en Hogwarts?
—Catorce años —respondió Snape.
—Tengo entendido que primero solicitó el puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿no es así?
—Sí —contestó con serenidad.
—Pero ¿no lo consiguió?
—Es obvio.
La profesora Umbridge anotó algo en sus pergaminos y en eso el profesor Snape se ha acercado a mi lugar para mirar mi poción.
—Y desde que entró en el colegio ha solicitado con regularidad el puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿verdad? —prosiguió Umbridge.
—Sí —contentó Snape, sin siquiera mirarla—. ¿Qué es esto?
—¿Sucede algo profesor? —pregunté y por un momento creí que mi poción estaba mal hecha, pero él ha sostenido mi mano derecha dejando ver la cicatriz que me había hecho en el castigo de Umbridge.
—¿Qué significa esto?
La atención de toda la clase se colocó en el profesor, el cual se encontraba demasiado enfadado mientras sostenía mi mano.
—La muchacha ha obtenido un pequeño castigo por su imprudencia en mi clase —contestó Umbridge, anotando algo en su pergamino—. Ahora, con respecto a lo que hablaba... ¿Tiene usted idea de por qué Dumbledore ha rechazado por sistema su solicitud?
—Eso debería preguntárselo a él.
—Oh, lo haré, lo haré —dijo Umbridge fingiendo una dulce sonrisa.
—Aunque no veo qué importancia puede tener eso —añadió Snape a la vez que soltaba mi mano.
—Oh, ya lo creo que la tiene —replicó Umbridge—. El Ministerio quiere conocer a la perfección el pasado de los profesores.
La profesora Umbridge lo ha mirado por un momento para luego mirarme fijamente y el verla sonreírme me ha hecho sentir una sensación de asco. Ella se me quedó mirándome por unos minutos para luego comenzar a acercarse a Pansy Parkinson, donde comenzó a interrogarla sobre las clases.
Durante el resto de la clase me mantuve al pendiente de mi poción, lo cual me costó un poco debido a que tenía la mirada del profesor Snape puesta sobre mí y eso simplemente me resultaba un tanto incómodo.
Una vez la clase finalizó, he tomado mis cosas y he salido disparada de ahí hacia mi sala común, la cual por suerte se encontraba ahí mismo en las mazmorras.
—¿Por qué no nos has dicho del castigo que te impuso Umbridge? —dijo Theo una vez ingresó a la sala común junto a Zabini.
—Debiste ver la cara de Draco cuando Snape dejó ver la cicatriz en tu mano —mencionó Zabini con una sonrisa burlona—. Por un momento he creído que le lanzaría alguna maldición a Umbridge.
—Pensé lo mismo. Estaba demasiado enfadado.
—Eso es imposible —dije mirándolo con incredulidad—. ¿Malfoy enfadado porque me han hecho esto en la mano? Por favor, soy la persona que más detesta. Yo diría que estaba orgulloso y ustedes han mirado mal.
—Créeme que sabemos lo que hemos visto —me dijo Theo.
—Como sea. ¿Por qué Pansy no ha venido hacia aquí? —preguntó Zabini—. Quiero sacarle en cara todo esto.
—Draco fue llamado por Snape y ella se quedó a esperarlo fuera del salón —respondió Theo.
—Esos dos andan demasiado juntos este último tiempo —dijo Zabini al momento en que me miraba—. Yo que tú me apresuraría en confesarle tus sentimientos a Draco.
—¿Qué? —dije desconcertada—. ¿De qué sentimientos me hablas?
—No intentes negarlo. He estado prestando atención y puedo asegurar que ambos están locos el uno por el otro.
—Que gracioso estás hoy, Zabini —reí sarcásticamente mientras comenzaba a dirigirme al cuarto de chicas—. Malfoy y yo no tenemos esa clase de sentimientos.
Diciendo esas últimas palabras he comenzado a ir a mi cuarto, pero no sin antes oír como Theodore le mencionaba un te lo dije a Zabini.
✧✧✧
Al ingresar al Gran Comedor he podido ver a Malfoy siendo rodeado por varias chicas de Slytherin.
Mi estómago se había revuelto por un momento por lo que creí que tenía hambre, pero en vez de acercarme a la mesa de Slytherin he ido a la de Gryffindor, donde por suerte no se encontraba Harry.
—¿Se te ha perdido tu mesa, hermanita? —me preguntó con una sonrisa burlona Fred.
—Que gracioso, Fred.
—Soy George —dijo intentando confundirme, pero sabía que se trataba de Fred—. ¿Qué acaso no me reconoces? Eso duele hermanita.
—Como tú digas —dije, no prestándole demasiada atención y sentándome al lado de Ginny—. ¿Qué sucede, Ginny?
—Solo me sorprende verte sentada en nuestra mesa —dijo tomando una tostada de la mesa—. Nunca te había visto sentada aquí. Siempre ibas directo con los Slytherin.
—Bueno. Hoy me apetecía sentarme con ustedes.
—Con Fred sabemos muy bien la razón por la que has venido —mencionó George, mirando a su gemelo con una sonrisa cómplice.
—¿A sí? ¿Qué razón sería esa exactamente?
—Oh, George. Al parecer nuestra hermanita todavía no se percata de ello.
—Ya lo veo, Fred. Creo que resultó un poco más lenta que Ronnie.
—¿Qué les he dicho de llamarme lenta? —pregunté, sacando mi varita y apuntando a Fred con ella—. Será mejor que cierren bien sus bocas.
—Un fuerte carácter. Me compadezco de la persona que quiera salir contigo —me dijo Fred al momento en que sacaba un dulce y me lo extendía—. Esto podría ayudarte con tu malhumor.
—Yo no lo aceptaría —dijo Ginny—. De seguro es otro de sus dulces de bromas.
He visto como George y Fred le lanzaban miradas de reproche a Ginny, pero esta simplemente les respondió con una sonrisa.
—Como sea. Han hecho que mi apetito se esfumara.
—Yo creo que tu apetito se ha esfumado por otro motivo.
—Y ese motivo tiene nombre y apellido —dijo Fred—. Cuando te percates de ello...
—Te decimos desde ya...
—Que no nos agrada...
—Para nada.
—Dejen de hablar de esa forma —les he dicho mientras me levantaba de la mesa de Gryffindor ante las expectantes miradas de los integrantes de la casa de los leones—. Ya recordé por qué no me siento por aquí.
He comenzado a salir del Gran Comedor y en el momento en que di unos cuantos pasos, he podido oír como alguien me llamaba.
Al detener mis pasos y voltearme, me he encontrado con Malfoy.
—Tú sí que caminas rápido, Comadreja.
—¿Qué quieres, Hurón?
—Veo que hoy no andas de un buen humor —dijo formando una sonrisa orgullosa—. Bueno, tú nunca estás de buen humor.
—¿Qué es lo que quieres? —volví a preguntar, intentando suavizar mi tono de voz.
Malfoy me ha mirado por unos segundos para luego tomar mi mano. Aquel acto repentino ha ocasionado que mi corazón diera un vuelco.
—Esa asquerosa mujer, si es que se le puede llamar a eso mujer, te ha hecho una horrible cicatriz —dijo con enfado mientras dejaba ver aquella cicatriz en mi mano derecha—. Bueno, ya no tendrás que soportar sus castigos.
—¿Qué quieres decir? —pregunté mirando fijamente aquellos ojos grisáceos que por alguna razón me hipnotizaban.
—Digamos que tengo mis contactos —dijo con orgullo—. Deberías de agradecerme que te he sacado de ese sufrimiento.
—¿Agradecerte?
—Este fin de semana te espero en Hogsmeade. En las tres escobas.
—¿Qué...?
—Más te vale aparecerte por ahí o te irá mal, Comadreja.
Malfoy soltó mi mano para luego comenzar a volver al Gran Comedor, yo me he quedado por un momento en mi lugar, pensando sobre la situación en la que había estado.
Él acababa de invitarme a las tres escobas.
Malfoy acababa de invitar a una Weasley a pasar un rato en Hogsmeade.
¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿Y qué era este sentimiento de felicidad en mi interior?
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