018.
Finalmente, hoy sabríamos quienes serían los campeones por lo que todos esperábamos atentos a que Dumbledore los anunciara.
—Bien, el cáliz está casi preparado para tomar una decisión. —anunció Dumbledore. —Según me parece, falta tan solo un minuto. Cuando pronuncie el nombre de un campeón, le ruego que venga a esta parte del gran Comedor, pase por la mesa de los profesores y entre en la sala de al lado, donde recibirá las primeras instrucciones.
Dumbledore ha sacado su varita y ejecutó en ella un amplio movimiento en el aire.
De inmediato se apagaron todas las velas salvo las que estaban dentro de las calabazas con forma de cara, y la estancia quedó casi a oscuras.
No había nada en el Gran Comedor que brillara tanto como el cáliz de fuego, y el fulgor de las chispas y la blancura azulada de las llamas casi hacia daño a los ojos.
De pronto, las llamas del cáliz se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas.
A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo carbonizado de pergamino, el cual Dumbledore recogió para luego leerlo a la luz de las llamas, que habían vuelto a adquirir un color blanco azulado.
—El campeón de Durmstrang. —leyó en voz alta y clara. —Será Viktor Krum.
Una tormenta de aplausos y vítores inundó el Gran Comedor, y entonces Krum se ha levantado de nuestra mesa para así caminar hacia Dumbledore.
—¡Bravo, Viktor! —bramó Karkarov, tan fuerte que todo el mundo oyó incluso por encima de los aplausos. —¡Sabía que serías tú!
Nuevamente la atención de todos recaía sobre el cáliz, cuyo fuego tardó unos pocos segundos en volverse nuevamente rojo y entonces de sus llamas arrojó el segundo trozo de pergamino.
—La campeona de Beauxbatons. —dijo Dumbledore. —Es Fleur Delacour.
La chica que parecía una veela se puso de pie elegantemente, sacudió la cabeza para retirarse hacia atrás la amplia cortina de pelo plateado, y caminó por entre las mesas de Hufflepuff y Ravenclaw.
Nuevamente todos miramos atentos al cáliz, pero esta vez con más emoción, ya que, el siguiente campeón sería de Hogwarts.
Dumbledore volvió a retirar un pedazo de pergamino del cáliz, pero esta vez se ha tomado más su tiempo en anunciar al campeón.
Podía notar claramente que su expresión era de confusión e incluso un poco molesto por lo que me pregunté que nombre era el que salía en aquel trozo de pergamino.
—De seguro salió un Don nadie y por eso tarda en mencionarlo. —oí mencionar a Malfoy, quien se encontraba a una corta distancia de mí.
Dumbledore, quien se encontraba todavía confuso ha alzado la mirada para luego leer el nombre del tercer campeón.
—El campeón de Hogwarts.... —comenzó a hablar, haciendo que todos nos colocáramos nerviosos por saber a quién eligió el cáliz. —____ Weasley...
Me había atragantado con mi propia saliva cuando he oído mi nombre salir de la boca de Dumbledore.
—¿Qué demonios...? —murmuré, notando así que todas las miradas iban dirigidas hacia mí. —Es imposible...
—Señorita Weasley. —habló nuevamente Dumbledore, pero con un tono rudo. —Venga aquí, por favor.
Un poco dudando me he levantado de mi lugar pudiendo sentir más de cerca las miradas de los demás, aunque lo que llamó más mi atención cuando comenzaba a acercarme a Dumbledore, ha sido el hecho de que el profesor Snape se encontraba levantado de su asiento mirándome fijamente con sorpresa y confusión.
Al parecer no esperaba que una menor de su casa fuera seleccionada por el cáliz de fuego.
He pasado por la mesa de los profesores para así salir del Gran Comedor, donde me he encontrado una sala más pequeña, decorada con retratos de brujos y brujas.
Cuando he entrado he podido ver a Viktor Krum y Fleur Delacour junto a una chimenea, donde al verme se han quedado tan confusos como yo cuando ha salido mi nombre de aquel cáliz.
—¿Qué pasa? —preguntó Fleur con su tono francés mientras echaba su largo cabello plateado hacia atrás. —¿Quieren que volvamos al comedor?
Antes de responder a su pregunta, he oído como unos pasos se acercaban y al girarme he podido ver a Cedric Diggory ingresar.
—¿Cedric? —dije confusa de verlo, pero entonces he soltado un suspiro de alivio. —Sabía que debía ser un error que mi nombre haya salido en ese cáliz. ¿Debo volver ya?
—No. —me respondió mientras me miraba un tanto confuso y el oírlo lo he mirado de la misma forma. —Ambos hemos sido elegidos.
—¿Qué? Pero eso es imposible.
—Lo sé, pero...
Cedric calló sus palabras en el momento en que vimos a Harry Potter ingresar a la sala.
—¿Qué demonios está sucediendo? —pregunté mientras miraba a Harry, el cual se encontraba también confuso. —¿Cómo es qué hemos sido escogido tres personas de Hogwarts? Esto en definitiva debe de ser un error.
—Yo también lo creo, señorita Weasley. —mencionó la voz de Dumbledore, quien ingresaba a la sala acompañado de varios adultos. —Harry, ____. ¿Han echado su nombre en el cáliz de fuego?
—No. —respondimos los dos al unísono.
—¿Le han pedido a algún alumno mayor que echara vuestros nombres en el cáliz de fuego?
—No. —volvimos a repetir al unísono.
—¡Están mintiendo! —gritó Madame Maxime con su tono francés, quien había ingresado a la sala hace unos minutos junto a Dumbledore.
—Ellos no han podido cruzar la raya de edad. —dijo severamente la profesora McGonagall. —Supongo que todos estamos de acuerdo en ese punto...
—No hay que hacer un drama de todo esto. —hablé captando la atención de todos los presentes, pero más del profesor Snape. —Yo me retiro de esto. No participaré.
—Me temo que eso es imposible, Señorita Weasley. —habló Crouch, haciendo que lo mirara confusa. —Las reglas establecen claramente que aquellas personas cuyos nombres salgan del cáliz de fuego estarán obligadas a competir en el Torneo.
—¿Qué? —dije. —Pero yo no puedo participar, soy menor de edad...
—Las reglas son las reglas, Señorita.
—¡Mis Madre va a matarme cuando se entere! —exclamé mientras recordaba el rostro aterrador que ella podía lograr a realizar. —¡O algo peor! ¡Podría darle un ataque! ¡¿Es qué acaso eso no les importa?!
—Cálmese, Señorita Weasley. —me dijo Dumbledore al momento en que dirigía su vista hacia las personas de las otras escuelas, los cuales no dejaban de mirarme a mí y a Harry con desdén. —No sabemos cómo se ha originado esta situación. Pero me parece que no nos queda más remedio que aceptar las cosas tal como están. Tanto ____ como Cedric y Harry han sido seleccionados para competir en el Torneo y eso es lo que tendrán que hacer.
Mi mente estaba completamente en blanco, no sabía exactamente que pensar o hacer en ese momento.
¿Cómo es que debería actuar cuando te dicen que participarás en un Torneo? Un Torneo donde podrías morir.
✧✧✧
Estaba molesta, muy molesta debido a que hace unas horas había tenido una discusión con Ron debido a mi participación en el Torneo.
Él había venido a mí cuando me encontró en el vestíbulo y comenzó a decirme que debí decirle que pensaba participar o el truco que hice para colocar mi nombre en aquel cáliz, pero a pesar de que le he dicho que yo no tuve nada que ver, no me ha creído.
Incluso me llamó hermana mentirosa.
—Weasley.
—Ahora no, Malfoy. —dije de manera brusca al oír su voz. —No estoy de humor para oír las estupideces que tengas que decirme.
—Tranquilízate, Comadreja. —me dijo, al momento en que se sentaba a mi lado en aquel lago. —He venido en son de paz...por el momento.
—Sí, claro. —dije sarcástica, pero al no oír alguna burla de su parte o algún insulto lo he mirado confusa. —¿Te sucede algo?
—Solo pensaba...
—¿Tú pensando? —pregunté, interrumpiendo sus palabras y haciendo ligeramente que se molestara. —Continua...
—Pensaba sobre tu participación en el Torneo. —mencionó a lo cual refunfuñe al oírlo. —Si sabes que puedes morir, ¿no?
—Lo tengo lo suficientemente claro, pero no puedo hacer nada. Debo participar, aunque me niegue.
—¿Qué no has colocado tu nombre en el cáliz? ¿Por qué retractarte a último momento?
—Yo no he colocado mi nombre en el cáliz. No sé quién lo habrá hecho o para qué... —mencioné mientras soltaba un gran suspiro. —Esto es molesto. Nunca quise participar y ahora estoy obligada a hacerlo.
—Sabía que eras cobarde.
—Entre nosotros tú eres más cobarde que yo. —le dije haciendo que me mirara ofendido. —Apuesto a que ni pensaste en colocar tu nombre en ese cáliz.
Malfoy se quedó un momento en silencio, pero luego ha soltado una risa amarga y me ha mirado fijamente con aquellos ojos grisáceos.
—Como sea. Aunque no me agrades estaré ligeramente apoyándote. —me ha dicho, algo que me ha sorprendido. —Pero no te hagas ideas raras. Solo lo haré porque eres de Slytherin y le vendría muy bien a nuestra casa que el campeón del Torneo sea un Slytherin.
—Un Slytherin ganando el Torneo...bastante extraño.
—Hubiera preferido que el elegido haya sido otro Slytherin para que así nos representara mejor. Pero supongo que deberemos conformarnos con la miedosa y sucia Weasley.
Y ahí estaban nuevamente los insultos de Malfoy. Sabía que no duraría mucho esa paz que él había mencionado.
Draco se había levantado para así comenzar a alejarse por lo que yo me he quedado mirando aquel lago un poco más, pero entonces escuché unos pasos acercándose y por un momento he creído que era nuevamente Malfoy.
—Mal... —callé inmediatamente mis palabras cuando he visto a Harry llegar. —Harry...
—¿Mal? ¿Qué hice mal? —me preguntó confundido mientras llegaba a mi lado, pero simplemente le he dicho que no era nada. —Sé lo que trata la primera prueba.
—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?
—Por Hagrid. —me ha dicho mientras me miraba un tanto asustado. —Son dragones.
—¿Qué demonios? ¿Dragones?
—Sí, dragones. —me decía soltando un gran suspiro. —No sé exactamente que querrán que hagamos con ellos. ¿Matarlos?
—Charlie estaría completamente vuelto loco si eso llegara a ser cierto. —le dije mientras recordaba a mi hermano mayor. —La primera prueba es de Dragones... ¿Qué crees que nos espere con las demás?
—No lo sé. Si la primera ya me parece demasiado... —decía mirando fijamente el lago. —...no quiero imaginarme las demás.
—La tendremos difícil, Potter.
—Espero que ninguno de los dos salga lastimado. —me dijo mientras me mostraba una expresión preocupada. —De todas formas, me aseguraré que nada malo te suceda. Tu familia estaría devastada si algo llegara a sucederte...ellos son demasiados buenos...
—También lo estarían si algo te sucediera a ti. —le dije mientras le mostraba una pequeña sonrisa. —Prácticamente ya eres parte de la familia.
He notado como Harry me miraba conmovido.
—Bien. Iré con Cedric para darle aviso sobre esto. —me dijo. —Nos vemos, ____.
Me despedí de Harry para luego seguir mirando aquel lago y pensar sobre lo que debería de hacer en el Torneo.
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